DISCURSO DE VLADÍMIR VLADIMÍROVICH PUTIN EN EL DÍA DE LA
VICTORIA
Discurso que diera el
presidente de la Federación Rusa en el Desfile del Día de la Victoria, que se
realiza en conmemoración de la gloriosa victoria del Ejército Rojo de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre la Alemania hitleriana. “¡Estad
siempre alerta!”, decía el mariscal Zhúkov, ante quien los nazis firmaron en
Berlín, el 8 de mayo de 1945 hora de Berlín, pero el 9 de mayo hora de Moscú,
la rendición incondicional de Alemania ante sus heroicos e indiscutibles
vencedores. Hoy Rusia está alerta nuevamente, ante las viejas oligarquías
occidentales que pretenden aplastarla para depredar su enorme territorio.
“Estimados ciudadanos de
Rusia, queridos veteranos, compañeros soldados y marineros, sargentos y
sargentos mayores, alféreces y alféreces de navío, compañeros oficiales,
generales y almirantes: los felicito por el Día de la Victoria, una fiesta cuya
grandeza determinó el propio pueblo con su proeza sin precedentes para salvar a
su Patria, su contribución heroica a la derrota del fascismo. La victoria sobre
esta fuerza totalitaria para siempre quedará en la historia de la Humanidad
como un triunfo de la vida contra la muerte y la barbarie.
Tenemos que recordar que
la victoria fue lograda por víctimas insuperables, que la guerra se llevó
millones de vidas. Esta tragedia no pudo ser prevenida por una actitud
permisiva ante la ideología de la superioridad y por la disparidad de las
naciones del mundo. Esto les permitió a los nazis decidir el destino de otros
pueblos, desatar la guerra más sangrienta de la Historia, avasallar y poner el
servicio de sus objetivos mortíferos a casi todas las naciones europeas. Los
nazis dirigieron sus golpes más fuertes contra la Unión Soviética pero no hubo
y no habrá fuerza que pueda con nuestro pueblo. Luchó a muerte para defender su
tierra natal. Cumplió con una misión que parecía imposible. Logró expulsar al
enemigo cuando invadió nuestra tierra. Derrotó al nazismo y puso fin a sus
atrocidades. Nunca olvidaremos que la victoria de Europa y la paz en el mundo
fue conquistada precisamente por nuestros padres, abuelos y bisabuelos. Los mariscales
y los soldados rasos del Ejército Soviético, los combatientes en el frente y
los trabajadores en la retaguardia, ancianos y niños, gente de diferentes
profesiones y naciones, con gran paciencia lograron superar las graves pruebas
de la segunda guerra mundial. Sin dormir y sin descansar, trabajaron en los
hospitales y en las fábricas, superaron el frío en el frente, protegieron a sus
compañeros del frente. Entendían que cualquiera combate podía ser el último
para ellos. Perecían sin saber que lograrían la victoria, pero hicieron todo lo
posible para acercarla.
Hoy inclinamos las cabezas
ante la memoria de todos quienes no volvieron de esta guerra, ante la memoria
de los hijos, hijas, padres, madres, abuelos y bisabuelos, esposos y esposas,
hermanos, hermanas, amigos del frente, parientes. Recordamos a los veteranos
que ya no están con nosotros. Guardamos un minuto de silencio…
Queridos amigos: la fiesta
del 9 de mayo se celebra en todo nuestro enorme país, en cada familia. Ninguna
de estas familias estuvo al margen de esta guerra, pero ante todo rendimos
homenaje a los veteranos. Lo hacemos sin ocultar las lágrimas y sin escatimar
en las palabras de respeto y agradecimiento. Sentimos nuestra fraternidad con
todos quienes lucharon en esta guerra y les decimos que nunca sentirán
vergüenza por nosotros: el soldado ruso, hoy como ayer, está listo para
cualquier hazaña, para cualquier sacrificio en aras de su pueblo y de su país.
Los combatientes, los oficiales, así, ahora están presentes en las escuadras en
la Plaza Roja de Moscú. El país está orgulloso de ustedes. Siempre vamos a
proteger a Rusia como lo hicieron ustedes, soldados de la victoria, a
consolidar las tradiciones de patriotismo y de servicio a la Patria. Las
lecciones de la guerra nos llaman a estar alerta y las fuerzas armadas de Rusia
están listas a oponer resistencia a cualquier amenaza. Tenemos que consolidar
nuestro potencial de defensa para luchar contra el extremismo, el neonazismo,
pero para ello hay que consolidar a toda la comunidad internacional. Estamos
abiertos para este tipo de colaboración. Rusia siempre está con las fuerzas de
paz que eligen el camino de la mancomunidad, la fraternidad, que rechazan las
guerras como algo ajeno a la naturaleza humana. A medida que se quedan en el pasado
los acontecimientos de esta guerra, va creciendo nuestra responsabilidad ante
las futuras generaciones. Tenemos que trasladarles un mundo estable, la memoria
sobre las hazañas de la guerra, el espíritu y el sentido de esta gran victoria
para que nuestros sucesores amen a su país al igual que nosotros y esta memoria
permanezca en el futuro sobre el pueblo que defendió con honor su independencia
y gloria. Gloria al pueblo vencedor. Los felicito por el Día de la Victoria.
¡Hurra!”
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