domingo, 3 de diciembre de 2017

DISCURSO DE VLADÍMIR VLADIMÍROVICH PUTIN EN EL DÍA DE LA VICTORIA

DISCURSO DE VLADÍMIR VLADIMÍROVICH PUTIN EN EL DÍA DE LA VICTORIA

DISCURSO DE VLADÍMIR VLADIMÍROVICH PUTIN EN EL DÍA DE LA VICTORIA
Discurso que diera el presidente de la Federación Rusa en el Desfile del Día de la Victoria, que se realiza en conmemoración de la gloriosa victoria del Ejército Rojo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre la Alemania hitleriana. “¡Estad siempre alerta!”, decía el mariscal Zhúkov, ante quien los nazis firmaron en Berlín, el 8 de mayo de 1945 hora de Berlín, pero el 9 de mayo hora de Moscú, la rendición incondicional de Alemania ante sus heroicos e indiscutibles vencedores. Hoy Rusia está alerta nuevamente, ante las viejas oligarquías occidentales que pretenden aplastarla para depredar su enorme territorio.

“Estimados ciudadanos de Rusia, queridos veteranos, compañeros soldados y marineros, sargentos y sargentos mayores, alféreces y alféreces de navío, compañeros oficiales, generales y almirantes: los felicito por el Día de la Victoria, una fiesta cuya grandeza determinó el propio pueblo con su proeza sin precedentes para salvar a su Patria, su contribución heroica a la derrota del fascismo. La victoria sobre esta fuerza totalitaria para siempre quedará en la historia de la Humanidad como un triunfo de la vida contra la muerte y la barbarie.

Tenemos que recordar que la victoria fue lograda por víctimas insuperables, que la guerra se llevó millones de vidas. Esta tragedia no pudo ser prevenida por una actitud permisiva ante la ideología de la superioridad y por la disparidad de las naciones del mundo. Esto les permitió a los nazis decidir el destino de otros pueblos, desatar la guerra más sangrienta de la Historia, avasallar y poner el servicio de sus objetivos mortíferos a casi todas las naciones europeas. Los nazis dirigieron sus golpes más fuertes contra la Unión Soviética pero no hubo y no habrá fuerza que pueda con nuestro pueblo. Luchó a muerte para defender su tierra natal. Cumplió con una misión que parecía imposible. Logró expulsar al enemigo cuando invadió nuestra tierra. Derrotó al nazismo y puso fin a sus atrocidades. Nunca olvidaremos que la victoria de Europa y la paz en el mundo fue conquistada precisamente por nuestros padres, abuelos y bisabuelos. Los mariscales y los soldados rasos del Ejército Soviético, los combatientes en el frente y los trabajadores en la retaguardia, ancianos y niños, gente de diferentes profesiones y naciones, con gran paciencia lograron superar las graves pruebas de la segunda guerra mundial. Sin dormir y sin descansar, trabajaron en los hospitales y en las fábricas, superaron el frío en el frente, protegieron a sus compañeros del frente. Entendían que cualquiera combate podía ser el último para ellos. Perecían sin saber que lograrían la victoria, pero hicieron todo lo posible para acercarla.

Hoy inclinamos las cabezas ante la memoria de todos quienes no volvieron de esta guerra, ante la memoria de los hijos, hijas, padres, madres, abuelos y bisabuelos, esposos y esposas, hermanos, hermanas, amigos del frente, parientes. Recordamos a los veteranos que ya no están con nosotros. Guardamos un minuto de silencio…

Queridos amigos: la fiesta del 9 de mayo se celebra en todo nuestro enorme país, en cada familia. Ninguna de estas familias estuvo al margen de esta guerra, pero ante todo rendimos homenaje a los veteranos. Lo hacemos sin ocultar las lágrimas y sin escatimar en las palabras de respeto y agradecimiento. Sentimos nuestra fraternidad con todos quienes lucharon en esta guerra y les decimos que nunca sentirán vergüenza por nosotros: el soldado ruso, hoy como ayer, está listo para cualquier hazaña, para cualquier sacrificio en aras de su pueblo y de su país. Los combatientes, los oficiales, así, ahora están presentes en las escuadras en la Plaza Roja de Moscú. El país está orgulloso de ustedes. Siempre vamos a proteger a Rusia como lo hicieron ustedes, soldados de la victoria, a consolidar las tradiciones de patriotismo y de servicio a la Patria. Las lecciones de la guerra nos llaman a estar alerta y las fuerzas armadas de Rusia están listas a oponer resistencia a cualquier amenaza. Tenemos que consolidar nuestro potencial de defensa para luchar contra el extremismo, el neonazismo, pero para ello hay que consolidar a toda la comunidad internacional. Estamos abiertos para este tipo de colaboración. Rusia siempre está con las fuerzas de paz que eligen el camino de la mancomunidad, la fraternidad, que rechazan las guerras como algo ajeno a la naturaleza humana. A medida que se quedan en el pasado los acontecimientos de esta guerra, va creciendo nuestra responsabilidad ante las futuras generaciones. Tenemos que trasladarles un mundo estable, la memoria sobre las hazañas de la guerra, el espíritu y el sentido de esta gran victoria para que nuestros sucesores amen a su país al igual que nosotros y esta memoria permanezca en el futuro sobre el pueblo que defendió con honor su independencia y gloria. Gloria al pueblo vencedor. Los felicito por el Día de la Victoria. ¡Hurra!”



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