HUEY P. LONG The Kingfish “Cada hombre un rey.”
Que todos los hombres puedan comer cuando haya algo para comer; que todos puedan usar algo cuando haya algo que usar”
DISCURSO POR RADIO TRASMITIDO A TODA LA NACION, 23 de Febrero de 1934
¿Es esto un derecho de vida, cuando los niños pequeños de este país
están siendo criados en un ámbito que es más propiedad de 12 hombres que de 120
millones de personas?
Damas y caballeros, cuento con únicamente 30 minutos para hablarles esta
noche, y yo, por lo tanto, no seré capaz de discutir en detalle tanto como
puedo al escribir cuando tengo todo el tiempo y el espacio que me está
permitido para desarrollar los temas, pero me comprometo a esbozarlos
brevemente sin texto o preparación, de tal manera que puedan entenderlos tan
bien como pueda exponerlos a ustedes esta noche.
Yo sostengo, mis amigos, que no tenemos ningún problema de difícil
solución en América, y este es el punto de vista de casi todos con quienes he
discutido el tema aquí en Washington y en otras partes de los Estados Unidos --
que no tenemos problemas realmente difíciles de resolver.
No es la dificultad del problema lo que tenemos; es el hecho de que la
gente rica de este país – y por gente rica quiero decir los súper ricos -- no
nos dejan resolver los problemas, o más bien el pequeño problema que está
afligiendo este país, porque con el fin de curar todos nuestros males es
necesario reducir las grandes fortunas, de tal forma que podamos dispersar la
riqueza para que sea compartida por todas las personas. Tenemos un amor
maravilloso para este nuestro gobierno; de hecho, es casi una religión, y es
bueno que así sea, porque tenemos una esplendida forma de gobierno y tenemos un
esplendido conjunto de leyes. Tenemos aquí todo lo que necesitamos, excepto que
hemos descuidado los fundamentos sobre los cuales el gobierno Americano se
basaba principalmente.
¿Se acuerdan ustedes de la primera cosa que la
Declaración de Independencia afirma? Dice, “Sostenemos que estas verdades son
evidentes por sí mismas, que existen ciertos derechos inalienables de las
personas, y entre estos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la
felicidad”; y dice además, “Sostenemos la opinión de que todos los hombres son
iguales.” ¿Ahora, que quisieron decir con esto? ¿Quisieron dar a entender, mis
amigos, que todos los hombres fueron creados iguales y que esto significa que
un hombre nació para heredar 10.000.000.000 de dólares y que otro niño iba a
nacer para heredar nada?
¿Quisieron dar a entender, mis amigos, que alguien viniera a este mundo
sin haber tenido una oportunidad, por supuesto, de haber probado una pizca de
trabajo, y debería nacer con más que los demás y todos sus hijos y los hijos de
sus hijos siempre podrían disponer de algo, mientras que otro tendría que nacer
en una vida de hambre?
Ese no fue el significado de la Declaración de Independencia cuando
afirmó que todos los hombres son creados iguales en la siguiente frase:
“Sostenemos que todos los hombres son creados iguales.” Ahora, era el
significado de la Declaración de Independencia cuando dijo que sostenía que
había ciertos derechos que eran inalienables -- el derecho a la vida, la
libertad, y la búsqueda de la felicidad. ¿Es esto un derecho de vida, cuando
los niños pequeños de este país están siendo criados en un ámbito que es más
propiedad de 12 hombres que de 120 millones de personas?
¿Es esto, mis amigos, darles un trato justo como se merecen o algo así
como el derecho inalienable a la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad, o algo que se relacione con el hecho de que todas las personas son
creadas iguales; cuando tenemos hoy en día en América miles y cientos de miles
y millones de niños al borde de la inanición en una tierra donde hay mucho para
comer y mucho para vestirse? No creo que ustedes sostengan esto, y no creo ni
por un momento que ellos lo sostengan.
Ahora vamos a ver si no podemos regresar este gobierno a la Declaración
de Independencia y comprobar si vamos a hacer algo al respecto. ¿Por qué
deberíamos dudar o porque deberíamos objetar o porque deberíamos reñir uno con
otro para encontrar cual es la dificultad, cuando sabemos que el Señor nos dijo
cual es esa dificultad, y Moisés la escribió de tal manera que aún un hombre
ciego podría verla, también Jesús nos dijo todo acerca de ella, y
posteriormente fue escrita en el libro de Santiago, donde todo el mundo podría
leerla?
Me refiero a las Escrituras, ahora, mis amigos, y les digo lo que dicen,
no con el propósito de convencerlos de mi propia sabiduría, no con el propósito
damas y caballeros de convencerlos del hecho de que al estar citando las
Escritura, esto significa que se me debe creer más que a cualquier otro; sin
embargo les cito la Escritura, más que referirlos a la Escritura, porque
cualquier cosa que vean ahí pueden confiar en que nunca será desvirtuada
durante todo el tiempo que ustedes o sus hijos o cualquier persona pueda vivir;
y además pueden depender del hecho de que ningún histórico que la Biblia
contiene ha sido jamás refutado por ningún descubrimiento científico o por
alguna razón de todo lo que le ha sido revelado al hombre a través de su propia
mente o a través la sabiduría del Señor, el cual el mismo Señor le ha permitido
tener.
Pero las escrituras dicen, damas y caballeros, que ningún país puede
sobrevivir, o para que un país pueda sobrevivir es necesario que tengamos la
riqueza distribuida entre el pueblo, que nada debería ser conservado
permanentemente por una sola persona, y que 50 años parece ser el año del
jubileo en el cual toda propiedad sería repartida y retornada a las fuentes de
las cuales vino originalmente, y cada sétimo año las deudas deberías ser
remitidas.
Estas dos cosas el Todopoderoso afirmó que son necesarias -- Debo decir
que El sabia que eran necesarias, o de lo contrario El no habría prescrito que
la propiedad debía ser mantenida para el uso general de la gente de tal manera
que todo el mundo pudiese compartirla; así, ningún hombre podría acumular la
mitad de ella y dejársela a su hijo, el cual tomaría la mitad de lo que hubiera
quedado, y ese hijo a su vez se lo dejaría a su propio hijo, el cual también
tomaría la mitad de lo que hubiera quedado, hasta que, al igual que una bola de
nieve cayendo cuesta abajo, toda la tierra estuviera sin nieve con excepción de
la que tuviera la bola de nieve.
Creo que este fue el juicio y el punto de vista y la ley del Señor, que
deberíamos distribuir la riqueza de vez en cuando, con el fin de que no
hubieran personas muriendo de hambre en una tierra de abundancia, como ocurre
en América hoy en día. Tenemos en la actualidad en América más riqueza, más
bienes, mas comida, más vestido y mas casas de las que hemos tenido nunca.
Nosotros aquí tenemos de todo en abundancia. Tenemos el problema agrícola, mis
amigos, debido a que tenemos demasiado algodón, también tenemos demasiado
trigo, demasiado maíz y demasiadas papas. Tenemos un problema con los préstamos
para casas, debido a que tenemos demasiadas casas, y sin embargo nadie puede
comprarlas y vivir en ellas.
Tenemos problemas, mis amigos, en este país, debido a que tenemos
demasiado dinero debido, el mayor endeudamiento que alguna vez ha habido en la
civilización, en donde se ha demostrado que somos incapaces de distribuir las
cosas que tenemos actualmente, lo cual se debe a que las personas no tienen el
dinero suficiente para abastecerse con ellas, y porque la codicia de unos
cuantos hombres es tal, que piensan que es necesario que lo posean todo, y su
placer consiste en el hambre de las masas, y en la posesión de cosas que no
pueden utilizar, y que sus hijos tampoco pueden usar, hombres que disfrutan en
el esplendor de la luz del sol y la riqueza, dejando la oscuridad y la
desesperación impresa, en todos los demás.
“Así que, por lo tanto,” dijo el Señor, en efecto, “si ves estas cosas
que ahora se han producido y existen en este y otros países, debe haber una
distribución constante de la riqueza en cualquier país, si este país va a
sobrevivir.”
“Entonces,” dijo el Señor, en efecto, “cada sétimo año habrá una
remisión de deudas; no habrán más deudas después de 7 años.” Tal era la ley.
Ahora, tomemos la América de hoy. Tenemos en América hoy en día, damas y
caballeros, $272.000.000.000 de deuda. Doscientos setenta y dos mil millones de
dólares de deuda son debidos por las diversas personas de este país hoy en día.
Porque, mis amigos, esto no puede ser pagado. No es posible que este tipo de
deuda sea pagada. El total de dinero de los Estados Unidos es de solamente
$6.000.000.000. Ese es todo el dinero que tenemos hoy en día en América. Todo
el dinero que ustedes tienen actualmente en los bancos, todo el dinero que
tienen en el Tesoro del Gobierno, representa un total de $6.000.000.000; y si
ustedes tomaran todo ese dinero y lo usaran para pagar la deuda hoy mismo, aún
así quedarían debiendo $260.000.000.000; y si ustedes tomara ese dinero, mis
amigos, y lo multiplicaran por 20 y lo usaran para pagar la deuda, aún estarían
debiendo $150.000.000.000.
Ustedes tendrían que tener 45 veces la oferta monetaria de los Estados
Unidos hoy en día para pagar las deudas de las personas de América, y entonces
estas tendrían que comenzar desde cero, sin un centavo para poder continuar.
Por lo tanto, mis amigos, es imposible pagar todas estas deudas, y ustedes
también podrían descubrir que esto no se puede hacer. La Corte Suprema de
Estados Unidos definitivamente ha encontrado que esto no podría ser hecho,
porque, en un caso de Minnesota, sostuvo que cuando un Estado ha pospuesto el
día fatídico en que se cobra una deuda, se trata de un ejercicio válido y
constitucional del poder legislativo.
Ahora, damas y caballeros, si se me permite proceder a decirles algunas
otras palabras que pienso ustedes pueden entender – No voy a extenderme citando
esta noche -- les voy a decir lo que los hombres sabios de todas las eras y
todos los tiempos, desde la antigüedad hasta los tiempos actuales, han dicho:
Deben mantener la riqueza del país distribuida, y deben limitar la cantidad que
cada hombre debe poseer. No se puede permitir que ningún hombre posea
$300.000.000.000 o $400.000.000.000. Si esto se permite, un solo hombre puede
llegar a poseer toda la riqueza que los Estados Unidos tiene en ella.
Ahora, mis amigos, si ustedes estuvieran en una isla donde hubiera 100
almuerzos, ustedes no podrían permitir que un solo hombre se comiera los 100
almuerzos, o tomara los almuerzos y no permitiera que nadie más comiera de
ellos. Si ustedes permitieran esto, no habría nada mas para el resto de las
personas para que pudieran consumir.
Por lo tanto, tenemos en América hoy en día, mis amigos, una condición
por la cual alrededor de 10 hombres dominan los medios de actividad en al menos
85% de las actividades que ustedes poseen. Ellos también poseen directamente
todo o tienen algún tipo de hipoteca sobre el mismo, con un porcentaje muy
reducido para ser exceptuado. Ellos poseen los bancos, poseen las fábricas de
acero, poseen los ferrocarriles, poseen los bonos, poseen las hipotecas, poseen
las tiendas y han encadenado al país de un extremo a otro, de tal manera que no
hay ningún tipo de negocio que un hombre normal e independiente pueda emprender
y vivir de él, y no existe ningún tipo de negocio que un hombre independiente
pueda iniciar y hacer dinero con el de tal forma que pueda ganar dinero para
comprarse un automóvil con el; estos hombres han eliminado finalmente,
gradualmente y constantemente a todos de los campos en los cuales hay una vida
para ser hecha, y aun así tienen el poco sentido de pensar que deben ser
capaces de efectuar más negocios de cualquier manera.
Si ustedes reducen al hombre al punto en donde se está muriendo de hambre
y sangrando y falleciendo, ¿Cómo esperan que ese hombre consiga acumular dinero
para gastar con ustedes? No es posible. Entonces, damas y caballeros, ¿Cómo
esperan ustedes que viva la gente, cuando esta no tiene con que hacerlo?
Al inicio cité las Escrituras. Espero que entiendan que no estoy citando
la Palabra para convencerlos de mi bondad personal, ya que este es un asunto
entre mi persona y el Creador, eso es algo en cuanto a cómo estoy con mi
Creador de la misma forma en cuanto a como están ustedes con su Creador. Esto
no se relaciona con este tema, excepto y al menos que estén aquellos de ustedes
que sean tan buenos como para rezar por las almas de algunos de nosotros. Pero
el Señor nos dio su ley, y en el Libro de Santiago se afirma esto, que los ricos
deberían llorar y gritar por las miserias que han caído sobre ellos; y por lo
tanto estaba escrito que cuando los ricos conservan bienes que no pueden usar y
no pueden consumir, les será infligido castigo, y nada más que días de
aflicción habrá delante de ellos.
Luego hemos oído hablar del gran filósofo griego, Sócrates, y el más
grande filosofo griego, Platón, y hemos leído el dialogo entre Platón y
Sócrates, en el cual uno de ellos dice que grandes riquezas han traído gran
pobreza, por lo cual serían destructivas para un país. Lean lo que ellos
dijeron. Lean lo que Platón dijo; que no debemos dejar que ningún hombre sea
demasiado pobre, y no debemos dejar que ningún hombre sea demasiado rico; que
el mismo molino que muele y produce al extra rico, es el molino que muele y
produce al extra pobre, porque, a fin de que los extra ricos lleguen a ser tan
opulentos, deben tomar más de lo que normalmente le pertenece al hombre
promedio. Es un proceso muy simple de matemáticas que ustedes no tienen que
estudiar, y que nadie va a discutir con ustedes.
Así que ese fue el punto de vista de Sócrates y Platón. Esa fue la
opinión de los estadistas ingleses. Esa fue la opinión de los estadistas
Americanos. Ese fue el punto de vista de hombres de estado Americano como Daniel
Webster, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, William Jennings Bryan y Theodore
Roosevelt, e incluso posteriormente de Herbert Hoover y Franklin D. Roosevelt.
Ambos hombres, el Señor Hoover y el Señor Roosevelt, salieron y
afirmaron que debía haber una descentralización de la riqueza, pero ninguno de
los dos hizo nada al respecto. Aún así, sin embargo, ellos reconocieron el
principio. El hecho de que ninguno de los dos nunca hizo nada al respecto es su
propio problema que no me voy a dar a la tarea de criticar; pero si hubiera el
Señor Hoover llevado a cabo lo que dijo que debía hacerse, se estaría retirando
de su cargo de la oficina del Presente, muy probablemente, 3 años a partir de
ahora, en lugar de hace 1 año; y si hubiese procedido el Señor Roosevelt con
las líneas que él declaró eran necesarias para la descentralización de la
riqueza, el habría avanzado, mis amigos, un largo camino ya, y en unos cuantos
meses el probablemente ya habría alcanzado una solución para todos los
problemas que afligen a este país.
Pero deseo advertirles ahora que nada de lo que ha sido hecho hasta la
fecha les ha quitado un centavo a los poseedores de estas grandes fortunas;
ellos poseen tanto como tenían antes y probablemente un poco más; ellos poseen
muchas de las deudas de la gente común tal como siempre las han tenido y
probablemente un poco más; y a menos que nosotros, mis amigos, le vayamos a dar
a las personas de este país un trato justo como se merecen, por el cual todos
ellos puedan obtener algo de los fondos de esta tierra, no existe una
oportunidad en las más altas esferas de esta tierra eterna de Dios por medio de
la cual podamos rescatar a este país y rescatar a las personas de este país.
Es necesario salvar el Gobierno de este país, pero es mucho más
necesario salvar al pueblo de América. Nosotros amamos este país. Amamos este
Gobierno. Es una religión, digo yo. Es un tipo de religión de la cual las
personas han leído, de cuando las mujeres, en el nombre de la religión, tomaban
a sus infantes bebes y los arrojaban a las llamas, donde eran devorados por el
fuego que todo lo consume, en días ya pasados; y existen probablemente algunas
personas en este mundo hoy en día, quienes, en el nombre de la religión,
arrojan sus ojos llorosos en los tristes rostros de sus padres y madres,
quienes no pueden darles la comida y vestido que tanto necesitan, y que son
necesarios para sostenerlos, y esto ocurre día tras día y noche tras noche,
cuando el día cae en la oscuridad y la negrura, sabiendo estos niños que deben
levantarse en las mañanas sin ser alimentados y probablemente yéndose a la cama
en las noches sin haber comido.
Aun así, en el nombre de nuestro Gobierno, y solo por eso, estas
personas se comprometen y se esfuerzan tan duro como pueden para mantener un
buen gobierno vivo, cuánto tiempo ellos podrán soportar esto, nadie lo sabe en
realidad. Si estuviera en su lugar esta noche, el lugar donde millones están,
espero que pudiera tener lo que pudiera decir – No puedo darles la palabra para
expresar el tipo de fortaleza que tienen, que es la palabra – Espero que pueda
tener la fortaleza para alabar y honrar a mi Gobierno que me ha permitido aquí,
en esta tierra, donde hay mucho para comer y mucho para usar, el tener hambre
con el fin de que un grupo de hombres puedan tener mucho más de lo que puedan
comer y mucho más de lo que pueden usar.
Ahora, hemos organizado una sociedad, y la llamamos “Sociedad para
Compartir Nuestra Riqueza,” una sociedad con el lema “cada hombre un rey.”
Cada hombre un rey, de tal forma que no existiera tal cosa como un
hombre o una mujer que sufrieran las necesidades de la vida, quienes no serían
dependientes de los caprichos, ideas repentinas y ocurrencias sin fundamento
que los mártires financieros hacen para vivir. ¿Qué proponemos nosotros para esta
sociedad? Proponemos limitar la riqueza de los grandes hombres de este país.
Existe un promedio de $15.000 en riqueza para cada familia en América. Riqueza
que está aquí hoy en día. No proponemos dividir esa riqueza en partes iguales.
No proponemos una división de la riqueza, sino que proponemos limitar la
pobreza que permitiremos sea infligida a la familia de cualquier hombre.
No vamos a decir que vamos a tratar de garantizar algún tipo de
igualdad, o $15.000 para cada familia. No; pero sí decimos que un tercio de la
media es lo suficientemente bajo y suficiente como para sostener una familia,
que debe existir una garantía de una riqueza familiar de alrededor de $5.000;
suficiente para una casa, un automóvil, una radio y las conveniencias
ordinarias, junto con la oportunidad de educar a sus hijos; una repartición
justa del ingreso de esta tierra a cada familia, de tal modo no habrá tal cosa
como que simplemente los selectos lleguen a tener estas cosas y no vuelva a
haber una cosa tal como una familia viviendo en la pobreza y la angustia.
Tenemos que limitar las fortunas. Nuestro plan presente es que no se
permita que ningún hombre llegue a poseer más de $50.000.000. Creemos que con
tal límite seremos capaces de llevar a cabo el balance del programa. Podría ser
necesario que lo limitemos a menos de $50.000.000. Puede ser necesario, en la
realización de nuestros planes, que la fortuna de nadie sea mayor de
$10.000.000 o $15.000.000. Pero sea como fuere, todavía seria más de lo que
cualquier hombre y sus hijos y los hijos de estos serían capaces de gastar
durante sus vidas; y no es necesario o razonable tener riqueza acumulada mas
allá de ese punto en el que no se puede prevenir la pobreza entre las masas.
Otra cosa que proponemos es una pensión de vejez de $30 al mes para
cualquiera que tenga más de 60 años de edad. Ahora, no le daríamos esta pensión
a un hombre que gane $1000 al año, y tampoco le se la daríamos a este si
tuviera $10.000 en propiedades, pero fuera de esto lo haríamos. Vamos a limitar
las horas de trabajo. No existe ninguna necesidad de tener sobre producción.
Creo que todo lo que tienen que hacer, damas y caballeros, es solo limitar las
horas de trabajo al punto de que las personas van a trabajar solo el tiempo que
sea necesario para producir suficiente para que todas las personas tengan lo
necesario. Porque, damas y caballeros, digamos que todas estas medidas de
disminución de la jornada laboral reducen las horas hasta un punto donde no
tienen que trabajar más de 4 horas al día; esto es suficiente para estas
personas, y alabado sea el nombre del señor si se consigue tal bien. Dejemos
que esto sea algo bueno y no una maldición, y luego vamos a tener 5 horas al
día y 5 días a la semana o incluso menos que eso, y podríamos darle a un hombre
un mes libre durante el año, o podríamos darle 2 meses; y podríamos hacer lo
que otros países han tenido a bien hacer y que hice en Louisiana, es decir
abrir escuelas por medio de las cuales los adultos pueden estudiar y aprender
las cosas las cosas que han sido descubiertas desde que fueron a la escuela
cuando eran niños.
No tendremos ningún problema con el cuidado de la situación agrícola.
Todo lo que tienen que hacer es balancear su producción con su consumo. Ustedes
simplemente tienen que abandonar un tipo particular de cultivo del que tengan
demasiado y almacenar los excedentes para el próximo año, y el gobierno por su
parte se hará cargo. Cuando ustedes tengan buenas cosechas en el área en la
cual los cultivos que han sido plantados sean suficientes para otro año,
inviértanlas en obras públicas en el año particular en el cual no necesiten
plantar más, y de este modo tendrán a todos con empleo.
Cuando el Gobierno tenga suficiente de cualquier cosecha en particular
para cuidar de todas las personas, esto será todo lo que se necesite; y con el
fin de hacer todo esto, nuestros impuestos van a tomar las fortunas de billones
de dólares y las van a reducir a un tamaño razonable que no exceda los
$50.000.000, y si es necesario llegar a los $10.000.000, llegaremos a los $10.000.000.
Hemos trabajado en la propuesta para garantizar un límite sobre la pobreza
(ningún hombre tendrá menos de un tercio del promedio), y garantizar una
reducción de las fortunas y una reducción de las horas para repartir la riqueza
a través del país. Queremos cuidar a los ancianos mayores de 60 y llevarlos
lejos de esta prospera industria, dándoles un chance de cubrir sus necesidades
y vivir sin problemas, y por lo tanto dejando fuera del mercado la mano de obra
que podría crear un excedente de productos básicos.
Esas son las cosas que nos proponemos hacer. “Cada hombre un rey.” Que
todos los hombres puedan comer cuando haya algo para comer; que todos puedan
usar algo cuando haya algo que usar.
Esto nos hace a todos soberanos.
Ustedes no pueden resolver estas cosas a través de estos códigos
alfabéticos varios y diversos. Ustedes pueden tener el N.R.A, el P.W.A, el
C.W.A, el U.U.G, el G,I,N y cualquier otro tipo de “maldito” código de letras.
Pueden esperar hasta el fin del mundo y ver 25 alfabetos más, pero esto no va a
resolver esta proposición. ¿Por qué esconderse? ¿Por qué utilizar subterfugios?
Ustedes saben cuál es el problema. El hombre que afirma que no sabe cuál es el
problema está solo ocultando su rostro para no ver la luz del sol.
Dios les dijo cual era el problema. Los filósofos les dijeron cual era
el problema; y cuando tienen un país en donde un hombre posee más de 100.000
personas, o un millón de personas, y cuando tienen un país donde hay cuatro
hombres, como en America, que han obtenido mayor control sobre cosas que todas
las 120.000.000 de personas juntas, ustedes saben cuál es el problema.
Hemos tenido estos grandes ingresos en este país; pero el granjero, que
aró la tierra desde la salida a la caída del sol, que trabajó aquí desde el
amanecer hasta la puesta del sol durante 6 días a la semana, quedó acabado al
final con prácticamente nada.
Y debemos cuidar de los veteranos de las guerras en este programa. Esto
es un asunto menor. Supongamos que el costo es de un billón de dólares al año –
esto significa que el dinero será repartido a través del país. Tenemos que
pagarles un bono. Podemos hacerlo. Debemos cuidar de todos y cada uno de los
veteranos enfermos y discapacitados. No me importa si un hombre se enfermó en
el campo de batalla o no; todo hombre que vistió el uniforme de este país tiene
el derecho a ser cuidado, y se cuenta con el dinero suficiente para hacerlo;
tenemos que repartir la riqueza del país, lo cual no se hizo en lo que ustedes
conocen como el N.R.A.
Si el N.R.A ha hecho algún bien, puedo ponerlo todo en mi ojo sin el
peligro de dañarlo. Todo lo que puedo ver que ha hecho el N.R.A es poner al
hombre común fuera de los negocios – el pequeño comerciante en su tienda, el
pequeño Dago [2] que maneja un
puesto de frutas, o el griego que cuenta con un puesto de lustrabotas, que
tiene que conseguir un código de 275 páginas y estudiar con un nivel de aire,
una brújula y un espejo; el tiene que contratar un abogado de Filadelfia para
que le diga que dice en el código; y para el momento que aprenda que dice este
código, estará en la cárcel o fuera del negocio; ellos tienen un sistema de
código tipo cadena que ya lo ha puesto fuera del negocio. El N.R.A no vale
nada, y eso lo dije cuando ellos sacaron el tema.
Ahora, mis amigos, tenemos que cortar la raíz con el hacha. El poder
centralizado en las manos de unos cuantos, con crédito centralizado en las
manos de unos cuantos, ese es el problema.
Reúnanse en sus comunidades esta noche o mañana, y organicen una de nuestras
sociedades ¨Compartir Nuestra Riqueza¨. Si ustedes no lo han entendido,
escríbanme y déjenme enviarles la plataforma; déjenme darles la prueba de ello.
Este es Huey P. Long hablando, Senador de los Estados Unidos, Washington
D.C. Escríbanme y déjenme enviarles la información sobre esta propuesta. Únanse
a nosotros. Déjennos dar a conocer a la gente lo que vamos a hacer. Les enviaré
un botón, si me quedan suficientes de ellos. Tenemos un pequeño botón que
algunos de mis amigos diseñaron, con nuestro mensaje alrededor del borde del
botón, y en el centro el lema “Cada hombre un rey.” Muchos miles de ellos se
reúnen a través de los Estados Unidos y cada día estamos recibiendo cientos y
cientos de cartas. Sociedades “Compartir Nuestra Riqueza” están siendo
organizadas, y las personas tienen el poder de liberarse así mismas de esta
terrible situación.
Miren lo que los hermanos Mayo anunciaron esta semana, estos los más
grandes científicos de todo el mundo hoy en día, que tienen derecho a tener más
dinero que todos los Morgan y los Rockefeller o cualquier otro, y aún así los
Mayo renunciaron a sus grandes fortunas para que sean usadas en el tratamiento
de los enfermos, además dijeron que no desean acumular fortunas en esta tierra,
sino mas bien desean que estas sean empleadas en donde puedan hacer algún bien;
pero los otros grandes capitalistas no están dispuestos a hacer esto, no están
dispuestos a hacer lo que estos hombres, 10 veces mas ricos, han hecho ya, por
lo cual se requerirá una ley que les obligue a hacerlo.
Organicen su sociedad “Compartir Nuestra Riqueza”, hagan que su gente se
reúna con ustedes y den a conocer sus deseos a sus Senadores y Representantes
en el Congreso. Ahora, mis amigos, voy a parar de hablar. Les agradezco por
esta oportunidad de hablar con ustedes. Les estuve hablando bajo los auspicios,
la gracia y el permiso de la National Broadcasting System esta noche, la cual
me está dejando hablar gratis. Si tuviera el dinero, y me gustaría tener ese
dinero, me gustaría hablarles mas a menudo en esta línea, pero no lo tengo y no
puedo esperar que estas personas me permitan hablar gratis excepto en algún
caso raro. Sin embargo, mis amigos, espero tener la oportunidad de hablar con
ustedes, y les escribiré, y esperaré que ustedes se levanten y me ayuden en
esta labor, porque la resolución y proyectos de ley se presentan ante el
Congreso, y esperamos contar con su ayuda reuniéndose y organizando su sociedad
“Compartir Nuestra Riqueza.”
Ahora, que solo me queda un minuto, quiero decir que supongo que mi
familia me está escuchando en la radio en Nueva Orleans, y voy a decir a mi
esposa y a mis tres hijos que estoy del todo bien y espero estar en casa antes
de que transcurran muchos días más, además espero que hayan escuchado mi
discurso esta noche, y les deseo a ellos y a todos los vecinos y amigos todo el
bien que puedan tener.
Les agradezco, mis amigos, por su amable atención, y espero que se unan
a nosotros, cuiden de su propio trabajo en la labor de este Gobierno, y
compartan o contribuyan con nuestra sociedad “Compartir Nuestra Riqueza.”
Les doy las gracias.
HUEY P. LONG
Huey Pierce Long, Jr. (30 de agosto de
1893 - 10 de septiembre de 1935), apodado El Pez Rey, fue un político
norteamericano del estado de Luisiana. Fue miembro del partido demócrata y es
conocido por su políticas populistas y radicales. Sirvió como gobernador de
Luisiana desde 1928 a 1932 y como senador de este mismo estado de 1932 a 1935.
Aunque apoyó a Franklin D. Roosevelt en la elección presidencial de 1932, Long
rompió con Roosevelt en junio de 1933 y supuestamente comenzó a planear su
propia candidatura a la presidencia.
Long creó el programa Share Our
Wealth (Compartamos nuestra riqueza) en 1934, que, con el eslogan Cada hombre
es un rey, proponía medidas socialistas de redistribución de la riqueza
mediante impuestos a corporaciones e individuos con el propósito de combatir la
pobreza y el crimen resultado de la Gran Depresión. Para estimular la economía,
Long defendía el gasto federal en obras públicas, educación pública, pensiones
de jubilación y otros programas sociales. Fue un airado crítico de las
políticas de la Reserva Federal para reducir los préstamos.
Carismático e inmensamente popular
con sus programas de reforma social y su disposición a tomar medidas enérgicas,
sus oponentes le acusaron de tendencias dictatoriales por su casi total control
del gobierno del estado. En el punto álgido de su popularidad, Long fue
tiroteado el 8 de septiembre de 1935, en el capitolio de Luisiana en Baton
Rouge; murió dos días más tarde a la edad de 42 años. Sus últimas palabras
fueron presuntamente "Dios, no me dejes morir. Tengo tanto todavía que
hacer".
Long publicó su autobiografía, Cada
hombre es un rey, en 1933 a un precio que estuviera al alcance de cualquier
americano. En ella, Long presentaba su plan de redistribuir toda la riqueza del
país. Su segundo libro, Mis primeros días en la Casa Blanca fue publicado
póstumamente. En él reflejaba sus ambiciones de presentarse a la presidencia en
1936.
Long inspiró a Robert Penn Warren a
escribir la novela ganadora del Premio Pulitzer Todos los hombres del rey En
este novela, describía la corrupción del político idealista Willie Talos.
Warren, sin embargo, no hizo demasiado énfasis en la relación entre Talos y
Long. La novela ha sido la base de dos películas de cine, la ganadora del Oscar
El político de 1949 y otra más reciente, "Todos los hombres del Rey",
en 2006, y de la opera Willie Stark del compositor norteamericano Carlisle
Floyd.