HAROLD MACMILLAN
“Vientos de cambio soplan en este continente”
DISCURSO PRONUNCIADO ANTE EL PARLAMENTO DE SUDÁFRICA 3 de Febrero 1960
Es un privilegio especial, como he dicho, estar aquí en 1960, cuando
ustedes están celebrando lo que podríamos llamar las bodas de oro de la Unión.
En este momento es natural y correcto que deban hacer una pausa para examinar
su posición, mirando hacia atrás en lo que han logrado, y mirar hacia lo que
está por delante. En los cincuenta años de su nación el pueblo de Sudáfrica ha
construido una economía fuerte, fundada en una agricultura saludable e
industrias prósperas y resistentes.
Nadie podría dejar de sentirse impresionado con el progreso material
inmenso que se ha logrado. Todo esto se ha logrado en tan poco tiempo, que es
un testimonio impresionante de la habilidad, la energía y la iniciativa de su
pueblo. Nosotros en Gran Bretaña nos sentimos orgullosos de la contribución que
hemos han hecho a este notable logro. Gran parte de ello ha sido financiado por
el capital británico…
Como he viajado por toda la Unión he encontrado en todas partes, como
esperaba, una profunda preocupación con lo que está sucediendo en el resto del
continente africano. Entiendo y simpatizo con su participación en estos sucesos
y su ansiedad acerca de ellos.
Desde la ruptura de la Imperio Romano uno los hechos constantes de la
vida política en Europa ha sido el surgimiento de naciones independientes. Han
venido a la existencia durante siglos en formas diferentes, con distintas
clases de gobierno, pero todas inspiradas por un sentimiento profundo,
entusiasta de nacionalismo, que ha crecido como las naciones han crecido.
En el siglo XX, y sobre todo desde el final de la
guerra, los procesos que dieron origen a los Estados nacionales de Europa se
han repetido en todo el mundo. Hemos visto el despertar de la conciencia
nacional en los pueblos que han vivido durante siglos en la dependencia de otro
poder. Hace quince años atrás, este movimiento se extendió por Asia. Muchos
países allí, de diferentes razas y civilizaciones, presionaron reclamando una
vida nacional independiente.
Hoy está sucediendo lo mismo en África, y lo más llamativo de todas las
impresiones que he formado desde que salí de Londres hace un mes, es la fuerza
de esta conciencia nacional africana. En lugares diferentes toma formas
diferentes, pero está sucediendo en todas partes.
Vientos de cambio soplan en este continente, y tanto si nos gusta como
si no, el crecimiento de la conciencia nacional es un hecho. Debemos aceptarlo,
y nuestras políticas nacionales deben tenerlo en cuenta.
Bueno ustedes entienden esto mejor que nadie, que provienen de Europa,
la casa del nacionalismo, y aquí en África han creado una nación libre. Una
nueva nación. De hecho, en la historia de nuestros tiempos los suyos serán
registrados como el primero de los nacionalistas africanos. Esta marea de
conciencia nacional, que está aumentando en África, es un hecho, del cual tanto
ustedes como nosotros, y las otras naciones del mundo occidental somos en
última instancia los responsables.
Pero sus causas se encuentran en:
los logros de la civilización occidental,
el empuje hacia delante de las fronteras del conocimiento,
la aplicación de la ciencia al servicio de las necesidades humanas,
la ampliación de la producción de alimentos, en la aceleración y
multiplicación de los medios de comunicación,
y quizás por encima de todo y más que cualquier otra cosa en la difusión
de la educación.
Como ya he dicho, el crecimiento de la conciencia nacional en África es
un hecho político, y debemos aceptarlo como tal. Esto quiere decir, que yo
juzgaría, que tenemos que llegar a un acuerdo con ello. Sinceramente creo que
si no podemos hacer lo que, podemos poner en peligro el precario equilibrio
entre el Este y el Oeste en el que la paz del mundo depende.
El mundo actual está dividido en tres grupos principales. En primer
lugar están lo que llamamos las potencias occidentales. Ustedes en Sudáfrica y
nosotros en Gran Bretaña pertenecemos a este grupo, junto con nuestros amigos y
aliados en otras partes del Commonwealth. En los Estados Unidos de América y en
Europa lo llamamos el Mundo Libre.
En segundo lugar están los comunistas - Rusia y sus satélites en Europa
y China, cuya población se elevará hacia el final de los próximos diez años al
total asombroso de 800 millones.
En tercer lugar, están otras partes del mundo cuyo pueblo no esta la
actualidad comprometido al comunismo o a nuestras ideas occidentales. En este
contexto, pensamos primero en Asia y luego en África.
A mi modo de ver el gran tema de esta segunda mitad del siglo XX es si
los pueblos no comprometidos de Asia y África se volverán hacia el Este o al
Oeste. ¿Serán cooptados en el campo comunista? ¿O los grandes experimentos en
el autonomía que se están realizando en Asia y África, especialmente en la
Commonwealth, demuestran tanto éxito, y por su ejemplo tan convincente,
mantendrán el equilibrio en favor de la libertad, el orden y la justicia? La
lucha une, y esta es una lucha por las mentes de los hombres. Lo que ahora está
en juicio es mucho más que nuestra fuerza militar o de nuestra habilidad
diplomática y administrativa. Es nuestra forma de vida. Las naciones no
comprometidas querrán ver antes de escoger.
(MAURICE) HAROLD MACMILLAN
Los procesos de independencia de África alcanzan un impulso notable a
partir de dos acontecimientos: El primero es el presente discurso del Primer
Ministro británico (Conservador) pronunciado en Ciudad del Cabo, donde señaló
que su país no se opondría a procesos semejantes que estaban creciendo en la
mayoría de países africanos; de allí su trascendencia histórica y la causa del
porque lo publicamos. El otro es el discurso de Patrice Lumumba –ya publicado-
donde rechazando la apología del colonialismo y la defensa del Rey Leopoldo II
que hiciera Balduino, denuncia las humillaciones y sufrimientos inflingidos al
pueblo congoleño durante el colonialismo.
Traducción libre: © www.constitucionweb.com
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