HAILE SELASSIE I, Emperador de Etiopia “la obligación que descansa sobre los poderes pequeños es aceptar el enlace de esclavitud”
DISCURSO EN LA LIGA DE LAS NACIONES, Junio de 1936
Yo, Haile Selassie I, Emperador de Etiopia, estoy aquí hoy para reclamar
la justicia que se le debe a mi gente, y la asistencia prometida ocho meses
atrás, cuando cincuenta naciones afirmaron la agresión cometida en violación de
tratados internacionales.
No hay precedentes para una cabeza de estado en persona hablando a esta
asamblea. Pero tampoco hay precedentes para gente el ser víctimas de tal
injusticia y ante la presente amenaza de ser abandonados a su agresor.
También, nunca ha habido anteriormente un ejemplo de un procedimiento
gubernamental para la sistemática exterminación de una nación por medios
bárbaros, en violación a las más solemnes promesas hechas por las naciones de
la tierra de que no será usada contra inocentes seres humanos el terrible veneno
de gases dañinos. Es para defender a gente que lucha por su ancestral
independencia por lo que la cabeza del Imperio Etíope ha venido a Génova para
cumplir este supremo deber, después de haber peleado el mismo a la cabeza de
sus ejércitos.
Yo le ruego al Todopoderoso Dios que Él le evite a
las naciones el terrible sufrimiento que recientemente ha sido infligido sobre
mi gente, y del cual los jefes que me acompañan aquí han sido horrorizados
testigos. Es mi deber informar a los gobiernos ensamblados en Génova,
responsables como lo son por la vida de millones de hombres, mujeres y chicos,
del mortal peligro que los amenaza, por describir el destino que ha sido
sufrido por Etiopia. No es solo contra guerreros que el gobierno italiano ha
hecho guerra. Fue sobre todo atacada la población distante de las hostilidades,
en orden de aterrorizarla y exterminarla.
En el comienzo, sobre el final de 1935, la aviación italiana lanzó sobre
mis ejércitos bombas de gas lacrimógeno. Su efecto era pequeño. Los soldados
aprendieron a dispersarse, esperando hasta que el viento haya dispersado
rápidamente el venenoso gas. La aviación italiana recurrió entonces al gas
mostaza. Barriles de líquido eran arrojados sobre grupos armados. Pero este
medio tampoco fue efectivo, el líquido afectaba solo unos pocos soldados, y los
barriles sobre la tierra eran de por si un aviso a las tropas y a la población
del peligro.
Fue en ese tiempo, cuando las operaciones para rodear Makalle estaban
tomando lugar, que la Comandancia Italiana, temiendo una masacre, siguió el
procedimiento que es ahora mi deber denunciar al mundo. Rociadores especiales
fueron instalados abordo de los aviones para que puedan vaporizar, sobre vastas
áreas de territorio, una fina, mortal lluvia. Grupos de nueve, quince, dieciocho
aviones siguiendo uno a otro para que la niebla expedida por ellos forme una
continua capa. Fue así que, desde el fin de Enero, 1936, soldados, mujeres,
chicos, ganado, ríos, lagos y pasturas eran empapados continuamente con la
lluvia mortal. En orden de matar sistemáticamente toda criatura viviente, en
orden de asegurarse el envenenamiento de aguas y pasturas, la Comandancia
Italiana hacia pasar estos aviones una y otra vez. Este fue el método principal
de guerra.
Destrucción y terror
El verdadero refinamiento del barbarismo consistía en llevar desolación
y terror dentro de la más densamente poblada parte del territorio, a los puntos
más alejados de la escena de hostilidades. El objetivo era dispersar miedo y
muerte sobre una gran parte del territorio Etíope. Esta temerosa táctica fue
exitosa. Hombres y animales sucumbieron. La mortal lluvia que caía de los
aviones hacia que todos los que eran tocados caigan chillando de dolor. Todos
los que bebieron el agua envenenada o comieron la comida infestada también
sucumbieron en gran sufrimiento. En decenas de miles, las victimas del gas
mostaza italiano caían. Esto es en orden para denunciar al mundo civilizado las
torturas infringidas sobre la gente de Etiopia que Yo resolví venir a Génova.
Ningún otro como Yo mismo y mis bravos compañeros en armas pueden brindar a la
Liga de Naciones la indelegable prueba. Las apelaciones de mis delegados
dirigieron a la Liga de Naciones han quedado sin ninguna respuesta, mis
delegados no han sido testigos. Ese es por qué Yo decidí venir para testificar
contra los crímenes perpetuados contra mi gente y dar a Europa una advertencia
de la condena que les espera si no cede antes de que esta realidad se plasme.
¿Es necesario recordar a la asamblea los distintos escenarios del drama Etíope?
Desde los pasados veinte años, como Heredero, Regente del Imperio, o como
Emperador, nunca deje de usar todos mis esfuerzos para traer a mi país los
beneficios de la civilización, y en particular de establecer relaciones de
buenos vecinos con los poderes adyacentes. En particular fui exitoso en
concluir con Italia el Tratado de Amistad de 1928, que prohíbe absolutamente el
recurso, bajo ningún pretexto que sea, de usar armas, sustituyendo la presión y
la fuerza por la conciliación y arbitrio en lo que las naciones civilizadas
basan el orden internacional."
País más unido
En su reporte del 5 de octubre de 1935, el Comité de los Trece reconoció
mi esfuerzo y los resultados que he alcanzado. Los gobiernos por los que
Etiopia entro en la Liga, dándole al país una nueva garantía del mantenimiento
de su independencia e integridad territorial, que la ayudaría a alcanzar un
nivel más elevado de civilización. No parece ser que en Etiopia haya más
desorden e inseguridad que en 1923. Por el contrario, el país es más unido y el
poder central es más obedecido.
Hubiese procurado aún más grandes resultados para mi gente si obstáculos
de todo clase no hubiesen sido puestos en el camino por el Gobierno Italiano,
gobierno que despertó revueltas y armó a los rebeldes. De hecho el Gobierno de
Roma, como hoy abiertamente se proclama, nunca ha dejado de prepararse para la
conquista de Etiopia. Los tratados de amistad que firmó conmigo no eran
sinceros, su único objeto era el de esconder las reales intenciones de mi. El
Gobierno Italiano afirma que por catorce años ha estado preparándose para su
presente conquista. Esto también muestra que cuando sostuvo la admisión de
Etiopia a la Liga de Naciones en 1923, cuando concluyó el Tratado de Amistad en
1928, cuando firmo el Pacto de Paris proscribiendo la guerra, estaba engañando
al mundo entero. Al Gobierno Etíope, en estos solemnes tratados, se le dio
garantías adicionales de seguridad que le permitiera progresar junto al camino
específico de reformas en el cual se había asentado, para el cual entregaba
todas sus fuerzas y todo su corazón."
El pretexto de Wal-Wal
El incidente de Wal-Wal, en diciembre, 1934, vino como un rayo hacia mí.
La provocación italiana fue obvia y Yo no vacilé a apelar a la Liga de
Naciones. Yo invoqué las previsiones del tratado de 1928, los principios de la
Convención, impulsé los procedimientos de conciliación y arbitrio. Infelizmente
para Etiopia era el tiempo cuando determinados Gobiernos consideraron que la
situación europea hacia imperativo a todo costo obtener la amistad de Italia.
El precio pagado era el abandono de la independencia de Etiopia a la codicia
del Gobierno Italiano. Este acuerdo secreto, contrario a las obligaciones de la
Convención, ha ejercido una gran influencia en el curso de los acontecimientos.
Etiopia y el mundo entero han sufrido y todavía sufren hoy estas desastrosas
consecuencias.
Esta primer violación de la Convención fue seguida por muchas otras.
Sintiéndose animados en su política contra Etiopía, el Gobierno de Roma
fervorosamente hizo preparativos de guerra, pensando que las concertadas
presiones que estaban empezando a ejercer sobre el Gobierno Etíope, a lo mejor
no conlleven la resistencia de mi gente a la dominación italiana. El tiempo
llegó, así todo tipo de dificultades fueron puestas en el camino en vista de
romper con el procedimiento de conciliación y arbitrio. Todo tipo de obstáculos
fueron puestos en el camino de este procedimiento. Gobiernos trataron de
prevenir al Gobierno de Etiopia de encontrar árbitros entre sus naciones: y una
vez que el tribunal arbitral fue armado la presión fue ejercida para que un
otorgamiento favorable para Italia fuera dado. Todo esto era en vano: los
árbitros, dos de ellos eran oficiales italianos, fueron forzados a reconocer
unánimemente que en el incidente de Wal-Wal, como en los siguientes incidentes,
ninguna responsabilidad internacional se le atribuía a Etiopia.
Esfuerzos de paz
Siguiendo esta determinación, el Gobierno de Etiopia sinceramente pensó
que una era de relaciones amistosas se había abierto con Italia. Yo en
realmente ofrecí mi mano al Gobierno Romano. La Asamblea fue reportada por el
Comité de los Trece, con fecha de Octubre 5, 1935, de los detalles de los
eventos ocurridos después del mes de Diciembre, 1934, hasta Octubre 3, 1935. Es
suficiente con que Yo cite un poco del reporte No. 24, 25 y 26: "El memorando
italiano (conteniendo las quejas hechas por Italia) fue dejado sobre la mesa
del Consejo en Septiembre 4, 1935, cuando la primera apelación de Etiopía al
Consejo había sido hecha en Diciembre, 1934. En el intervalo entre estos dos
días el Gobierno Italiano se opuso a lo cuestionado por el Consejo en un
terreno en donde el único procedimiento adecuado era el previsto por el Tratado
Italo-Etíope de 1928. A lo largo de todo este periodo, además, el despacho de
tropas al Este de África estaba ocurriendo. Este transporte de tropas era
presentado al Consejo por el Gobierno Italiano como necesario para la defensa
de sus colonias amenazadas por las preparaciones de Etiopia. Etiopia, por el
contrario, prestó atención al pronunciamiento oficial hecho en Italia el cual,
en su opinión, no dejaba dudas de las hostiles intenciones del Gobierno
Italiano.
Desde el comienzo de la disputa, el Gobierno Etíope ha buscado un
arreglo por medios pacíficos. Ha apelado a los procedimientos de la Convención.
El Gobierno Italiano deseando mantener estrictamente los procedimientos del
Tratado Italo-Etíope de 1928, el Gobierno Etíope consintió. Invariablemente
indico que fielmente acataría la fallo arbitral, inclusive si la decisión fuese
en su contra. Se acordó que la cuestión de posesión de Wal-Wal no se trate con
árbitros, porque el Gobierno Italiano no estaría de acuerdo con esto. Se le
pidió al Consejo que despache observadores neutrales y se ofreció a sí mismo a
prestar cualquier solicitud que el Consejo tenga.
Una vez que la disputa por Wal-Wal fue asentada por arbitraje, así todo,
el gobierno italiano presento su memorando en detalle al Consejo para apoyar su
demanda de libertad de acción. Este afirma que un caso como el de Etiopia no
puede ser resuelto por los medios propuestos por la Convención. Establece que,
"desde que esta cuestión afecta vitales interese y es de primer
importancia para la seguridad Italiana y la civilización" esto
"faltaría a su más elemental deber, el no dejar de una y para siempre de
confiar en Etiopia, reservando libertad absoluta para adoptar cualquier medio
que sea necesario para asegurar la seguridad de sus colonias y para
salvaguardar sus intereses."
Violación de la Convención
Estos fueron los términos del reporte del Comité de los Trece, el Consejo
y la Asamblea, unánimemente adoptaron la conclusión de que el Gobierno Italiano
había violado la Convención y estaba en un estado de agresión. Yo no vacile en
declarar que no deseaba guerra, que era impuesta sobre mí, y que pelearía por
la independencia e integridad de mi gente, y que en esa pelea Yo era el
defensor de la causa de todos los pequeños estados expuestos a la codicia de un
vecino poderoso.
En Octubre, 1935, las cincuenta y dos naciones que hoy me están
escuchando me aseguraron que el agresor no triunfaría, que los recursos de la
Convención serían empleados para asegurar el reinado del derecho y el fracaso
de la violencia.
Yo le pido a las cincuenta y dos naciones que no se olviden de la
política en la que se embarcaron ocho meses atrás , confiando en esto Yo dirigí
la resistencia de mi gente contra el agresor que ellos han denunciado al mundo.
A pesar de la inferioridad de mis armas, la completa falta de aviones,
artillería, municiones, servicios hospitalarios, mi confianza en la Liga fue
absoluta. Pensé que era imposible para cincuenta y dos naciones, incluyendo la más
poderosa del mundo, tendría éxito al oponerse a un solo agresor. Contando con
la confianza en los tratados, no hice preparativos para la guerra, y este es el
caso con ciertos pequeños países en Europa.
Cuando el peligro se hizo más urgente, me di cuenta de la
responsabilidad para con mi gente, durante los primeros seis meses de 1935
traté de adquirir armamentos. Muchos gobiernos proclamaron un embargo para
prevenir este hecho, sin embargo el Gobierno Italiano, a través del Canal de
Suez, estaba teniendo todas las facilidades para transportar constantemente y
sin protestas, tropas, armas y municiones."
Forzado a movilizarme
En Octubre 3 de 1935, las tropas italianas invadieron mi territorio.
Solo unas horas después decreté movilización general. En mi deseo de mantener
la paz que tenía, siguiendo un ejemplo de un gran país de Europa en la víspera
de la Gran Guerra, encause mis tropas para retirarlas treinta kilómetros para
remover cualquier pretexto de provocación.
La guerra entonces tuvo lugar en las atroces condiciones que he
mencionado anteriormente a la Asamblea. En esta desigual lucha entre un
gobierno comandando más de cuarenta y dos millones de habitantes, teniendo a su
disposición financiera, industrial y medios técnicos que lo habilitan para
crear una ilimitada cantidad de las más mortales armas, y, por el otro lado,
una pequeña gente de veinte millones de habitantes, sin armas, sin recursos,
teniendo solo de su lado la justicia de su propia causa y la promesa de la Liga
de Naciones. ¿Qué asistencia real fue dada a Etiopia por las cincuenta y dos
naciones que habían declarado al Gobierno de Roma culpable de una violación de
la Convención y se ha responsabilizado por prevenir el triunfo del agresor? ¿Ha,
cada uno de los estados miembros, como es su deber hacer en virtud de sus
firmas, atendido al artículo 15 de la Convención, considerando al agresor que
ha cometido un acto de guerra directa y personalmente contra esta? He puesto
todas mis esperanzas en la ejecución de esta empresa. Mi confianza ha sido
confirmada por las repetidas declaraciones hechas en el Concejo en efecto de
que la agresión no prosperará, y la fuerza finalizará siendo completamente
desplazada ante el derecho.
En Diciembre de 1935, el Consejo dejo bien claro que sus sentimientos
eran en armonía con aquellos miles de millones de personas que, en todas partes
del mundos, han protestado contra la propuesta de desmembrar Etiopia. Era
constantemente repetido de que no había simplemente un conflicto entre el
Gobierno Italiano y la Liga de Naciones, y por ello es que Yo personalmente
rechacé todas las propuestas a mi ventaja personal hechas a mí por el Gobierno
Italiano, si solo estaría traicionando a mi gente y la Convención de la Liga de
Naciones; Estaba defendiendo la causa de todas las pequeñas personas que son
tratadas con opresión."
¿Qué de las promesas?
¿Qué ha pasado con las promesas que me fueron hechas hasta Octubre de
1935? Noto con pena, pero sin sorpresa, que tres Potencias consideraron su
parte bajo la Convención absolutamente sin ningún valor. Sus conexiones con
Italia les impedía tomar alguna acción de cualquier orden para parar la
agresión italiana. Por el contrario, fue una profunda decepción para mí el
aprender la actitud de ciertos gobiernos que, mientras siempre protestaban con
escrupuloso apego a la Convención, incansablemente usaban todos sus esfuerzos
para impedir su observancia. Tan pronto como cualquier acción que era probable
implementar rápidamente era pospuesta, varios pretextos eran concebidos en
orden de posponer las acciones a consideración. ¿El acuerdo secreto de Enero de
1935 proporciona esta incansable obstrucción?
El Gobierno Etíope nunca esperó de otro gobierno para derramar la sangre
de sus soldados para defender la Convención cuando sus propios inmediatos
personales intereses no estaban en juego. Los guerreaos Etíopes pedían solo por
medios para defenderse ellos mismos. En muchas ocasiones he pedido por
asistencia financiera para el aprovisionamiento de armas. Esta ayuda me fue
constantemente negada. ¿Cuál, entonces, en práctica, es el significado del artículo
16 de la Convención y de seguridad colectiva?
El uso del Gobierno Etíope de las vías férreas desde Djibouti a Addis
Ababa fue en práctica considerado un arriesgado intento de transporte de armas
por las fuerzas Etíopes. Al presente momento esto es lo principal, si no el
único medio de suministro de las Fuerzas de Ocupación Italiana, pero no hay
siquiera neutralidad desde que el articulo 16 pesa sobre todo estado miembro de
la Liga, el deber no de permanecer neutral y no ayudar al agresor sino a la víctima
del agresor. ¿Ha sido la Convención respetada?
Finalmente una declaración acaba de ser hecha en sus Parlamentos por los
Gobiernos de ciertos Poderes, entre ellos los miembros más influyentes de la
Liga de Naciones, que desde que el agresor ha tenido éxito en ocupar una gran
parte del territorio de Etiopia ellos proponen no continuar con la aplicación
de ninguna medida económica y financiera que haya sido decidida en contra del
Gobierno Italiano. Estas son las circunstancias en que a petición del Gobierno
Argentino, la Asamblea de la Liga de Naciones se reúne a considerar la
situación creada por la agresión Italiana. Yo afirmo que el problema presentado
en la Asamblea hoy es de mayor envergadura. Esta no es una mera cuestión de
acuerdo a la agresión Italiana."
La amenaza de la Liga
Es para la seguridad colectiva: esta es la verdadera existencia de la
Liga de las Naciones. Esta es la confianza que cada estado debe poner en los
tratados internacionales. Este es el valor de las promesas hechas a estados
pequeños que su integridad y su independencia deben ser respetada y asegurada.
Este es el principio de igualdad de los estados por un lado, o de otra manera
la obligación que descansa sobre los poderes pequeños de aceptar el enlace de
esclavitud. En una palabra, es la moralidad internacional la que está en
riesgo. ¿Las firmas que van con los tratados valen sólo si los poderes
signatarios tienen intereses personales directos e inmediatos comprometidos?
No sutilmente puede cambiar el problema o evadir las bases de la
discusión. Es con toda sinceridad que presento estas consideraciones a la
Asamblea. En el momento que mi pueblo está amenazado con la extinción, cuando
el apoyo de la Liga puede proteger el golpe final, ¿Se me permitirá hablar con
completa franqueza, sin ninguna reticencia, y con toda la derechura que se
demanda por el gobierno de la igualdad como es con los miembros de estados de
la Liga?
Aparte del reino del Señor no hay en la tierra ninguna nación que es
superior a otra. Y si ocurre que un gobierno fuerte encuentra que puede
destruir con impunidad a pueblos débiles, entonces la hora ha llegado para que
los pueblos débiles recurran a la Liga de las Naciones para dar su juicio con
toda la libertad. Dios y la Historia recordarán su juicio.
La asistencia negada
He oído con seguridad que las sanciones inadecuadas que ya se han
aplicado no han alcanzado su objetivo. En ningún momento, y bajo no
circunstancias ninguna sanción que haya sido intencionalmente inadecuada,
intencionalmente mal aplicada, puede parar el agresor. Cuando Etiopía pidió y
pidió que se le debía dar asistencia financiera, ¿No fue una medida imposible
de aplicar, pues la asistencia financiera que recibe la Liga de las Naciones
incluso en el tiempo de paz, ha venido de dos países que exactamente han
renunciado aplicar las sanciones en contra del agresor?
Afrontados por numerosas violaciones por el gobierno italiano de todos
los tratados internacionales que prohíbe el uso de las armas, y el uso de
métodos barbáricos de guerra, es mi deber doloroso de anotar que la iniciativa
se ha tomado hoy con la visión de levantar las sanciones. ¿Esta iniciativa no
indica en práctica el abandonamiento de Etiopía a su agresor? En la misma
víspera del día que Yo estaba atentando el esfuerzo supremo en defensa de mi
pueblo ante de esta Asamblea, ¿esta iniciativa no priva a Etiopía de una de las
últimas posibilidades de triunfar en la obtención del apoyo y la garantía de
los miembros de estados? ¿Es esta la guía que la Liga de las Naciones y cada
uno de los miembros de estados tienen derecho a esperar de los grandes poderes
cuando ellos aseguran su derecho y su deber de guiar la acción de la Liga?
Puestos frente a frente con la realidad consumada, ¿los estados van a
principiar el precedente de inclinarse ante la fuerza?
Vuestra Asamblea sin ninguna duda presentaría delante de esta,
proposiciones para la reformar el Pacto y para ejecutar con más garantías la
seguridad colectiva. ¿Es el Pacto lo que necesita reforma? ¿Qué empresas pueden
tener valor si la voluntad de mantenerlas escasea? Es la moralidad
internacional la que está expuesta y no los Artículos del Pacto. De parte del
pueblo Etíope, miembro de la Liga de las Naciones, Yo le hago la petición a la
Asamblea de que tome todas las medidas apropiadas para asegurar el respeto al
Pacto. Yo renuevo mi protesta en contra de las violaciones de los tratados en
lo cual el pueblo Etíope ha sido víctima. Yo declaro cara a cara al mundo
entero de que el Emperador, el Gobierno y el pueblo de Etiopía no hará
reverencias ante la fuerza; y que ellos mantienen su reclamo de que ellos
usarán todos los medios en su poder para asegurar el triunfo de la justicia y
el respeto al Pacto.
Yo le pregunto a las 52 naciones, quienes le han dado al pueblo Etíope
la promesa de ayudarlos en su resistencia al agresor, que desean ellos hacer
por Etiopía? Y aquellos grandes Poderes quienes han prometido la garantía de la
seguridad colectiva a los pequeños Estados sobre los cuales pesa la amenaza de
que ellos un día puedan sufrir el destino de Etiopía, Yo pregunto qué medidas
ustedes intentan tomar?
Representantes del Mundo Yo he venido a Génova a descargar en vuestro
ceno el deber más doloroso como Jefe de Estado. ¿Qué respuesta debo llevarle de
regreso a mi pueblo?.
Génova, Suiza, Junio 1936
Su Majestad Imperial Emperador Haile Selassie I
En 1935 los ejércitos italianos de Mussolini invadieron Etiopía. En
junio de este mismo año el Emperador dio este famoso discurso ante la Liga de
Naciones haciendo un llamado a la moralidad internacional y los principios de
la seguridad colectiva. Pretendió que la Liga de las Naciones aprobara un
embargo de armas contra Italia, pero fue inútil porque la prensa europea había
vendido su figura como la de un sangriento jefe tribal africano
Haile Selassie I (nacido Tafari Makonnen, 23 de julio de 1892 – 27 de
agosto de 1975) fue el último emperador de Etiopía (de iure: 1931-1974; de
facto: 1916-1936 y 1941-1975) En 1931 asume al trono el emperador Haile
Selassie, estableciendo un régimen absolutista, que se postergaría con la
invasión Italiana en 1936, para volver a tomar el poder en 1952 y finalizar en
1974 con la revolución interna.
El incidente de Wal Wal: Wal Wal es un pueblo de Etiopía cercano a lo
que fue en aquel tiempo la Somalia Italiana por un lado y por el otro la
Somalia Británica. Italia nunca cesó de mirar con celos cualquier acto de
civilización que ocurriese en Etiopía. Veinte días anteriores a la visita del
heredero del trono de Suecia en aquellos tiempos, Gustaf Adolph, que iba a
responder la visita amistosa que Su Majestad había hecho el año anterior a
Suecia, el 26 Hedar de 1927 (5 de diciembre de 1934) Italia entró a Wal Wal y
sorprendió con un ataque y mató a muchos de los hombres. Este incidente fue el
comienzo de la crisis Ítalo-Etíope. Etiopía trataba de arreglar este problema
de maneras pacíficas pero Italia venía con el hambre de guerra.
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