HARRY S. TRUMAN
“los regímenes totalitarios impuestos a pueblos libres, mediante agresión directa o indirecta, socavan los cimientos de la paz internacional y la seguridad de Estados Unidos”
Discurso
ante el Congreso de los EE. UU. donde se hace la primera exposición pública de
la "Doctrina Truman" 12 de Marzo de 1947
La
gravedad de la situación a la que el mundo debe hacer frente en la actualidad
requiere de mi aparición ante una sesión conjunta del Congreso. Se trata de un
asunto que concierne a la política exterior y a la seguridad nacional de este
país.
Estados
Unidos ha recibido un llamamiento urgente del gobierno griego solicitando ayuda
económica y financiera. Los informes corroboran la afirmación del gobierno
griego, según la cual esta ayuda es fundamental para que Grecia sobreviva como
nación libre.
Grecia
no es un país rico. La carencia de recursos naturales siempre ha obligado al
pueblo griego a trabajar duro para poder seguir adelante. Desde 1940, este país
trabajador y pacífico ha sufrido una invasión, cuatro años de una cruel
ocupación del enemigo y encarnizadas luchas internas.
Cuando
las fuerzas de liberación entraron en Grecia, se encontraron con que los
alemanes, que se batían en retirada, habían destruido prácticamente los
sistemas de comunicación. Más de mil pueblos habían sido arrasados por las
llamas. Ochenta y cinco por ciento de los niños padecía tuberculosis. El
ganado, las aves de corral y los animales de tiro casi habían desaparecido. La
inflación había acabado poco menos que con los ahorros de toda la población.
Como resultado de estas trágicas condiciones, una minoría militante fue capaz
de crear el caos político que no ha permitido la recuperación económica del
país. Hoy en día, Grecia carece de fondos para financiar la importación de los
bienes necesarios. Bajo estas circunstancias, el pueblo griego no puede avanzar
en la solución de sus problemas de reconstrucción. Grecia necesita ayuda
económica y financiera desesperadamente para poder seguir comprando comida,
ropa, combustible y semillas. Estos elementos resultan indispensables para la
subsistencia de su pueblo y tan sólo pueden obtenerlos del extranjero.
La
propia existencia del Estado griego se ve amenazada por las actividades
terroristas de varios miles de hombres armados liderados por comunistas, que
desafían la autoridad del gobierno en varias zonas, pero especialmente a lo
largo de la frontera norte del país.
Estados
Unidos debe proporcionar esta asistencia. No existe ningún otro país al que
pueda recurrir la Grecia democrática. Ninguna otra nación está dispuesta y es
capaz de proporcionar el apoyo que necesita el gobierno griego democrático.
El
gobierno británico, que ha asistido a Grecia en el pasado, no puede seguir
prestando ayuda económica o financiera tras el 31 de marzo.
El
gobierno de Grecia no es perfecto. Aun así, representa a 85% de los miembros
del Parlamento griego, que fueron elegidos en las elecciones celebradas el año
pasado.
Los
observadores internacionales, incluidos 692 estadounidenses, consideraron que
los comicios fueron una expresión justa de las opiniones del pueblo griego. El
gobierno griego se ha visto obligado a trabajar en un ambiente de caos y
extremismo. Es cierto que ha cometido errores, pero la concesión de esta ayuda
no significa que Estados Unidos apruebe todo lo que el gobierno griego ha hecho
o vaya a hacer. En el pasado hemos condenado, y seguimos condenando, las
medidas extremistas de la derecha o la izquierda. En el pasado hemos aconsejado
tolerancia, y la seguimos aconsejando ahora.
El
vecino de Grecia, Turquía, también merece nuestra atención. Sin lugar a dudas,
el futuro de Turquía como Estado independiente y económicamente sólido es tan
importante como el de Grecia para los pueblos pacíficos del mundo. La situación
en que se halla Turquía hoy en día es muy distinta de la de su vecino heleno,
ya que no ha padecido los desastres que asuelan al gobierno griego. Y, además,
durante la guerra, Estados Unidos y Gran Bretaña proporcionaron ayuda material
a Ankara. A pesar de todo, Turquía necesita ahora nuestro apoyo.
Soy
plenamente consciente de las consecuencias en caso de que decidiéramos brindar
ayuda a Grecia y Turquía. Uno de los principales objetivos de la política
exterior de Estados Unidos es la creación de las condiciones necesarias para
que nosotros y otras naciones podamos llevar un estilo de vida libre de toda
coacción, lo cual fue una de las cuestiones fundamentales en la guerra contra
Alemania y Japón, países que pretendían imponer su voluntad y su forma de vida
a otras naciones.
Para
asegurar el desarrollo pacífico de las naciones, Estados Unidos ha asumido un
papel destacado en la fundación de las Naciones Unidas, una organización que se
ha creado para garantizar independencia y una libertad duradera a todos sus
miembros. Sin embargo, no lograremos cumplir con nuestros objetivos a menos que
estemos dispuestos a ayudar a liberar a otros pueblos para que puedan mantener
sus instituciones libres y su integridad nacional ante los movimientos
agresivos de los regímenes totalitarios. Esto no es más que un reconocimiento
sincero de que los regímenes totalitarios impuestos a pueblos libres, mediante
agresión directa o indirecta, socavan los cimientos de la paz internacional y
la seguridad de Estados Unidos.
Recientemente, los ciudadanos de varios países han visto
cómo se les imponían regímenes totalitarios contra su voluntad. El gobierno de
Estados Unidos ha expresado protestas contra la coacción y la intimidación,
algo que viola el acuerdo de Yalta, a las que han sido sometidas las
poblaciones de Polonia, Rumania y Bulgaria. También debo manifestar que en
otros varios países han ocurrido hechos similares. En este momento de la
historia mundial, casi todas las naciones deben escoger entre estilos de vida
alternativos. Y muy a menudo esta elección no es libre.
Una
de estas formas de vida se basa en la voluntad de la mayoría, y se distingue
por sus instituciones libres, su gobierno representativo, la celebración de
elecciones libres, la existencia de garantías de libertad individual, la
libertad de expresión y religión y la ausencia de opresión política.
El
segundo estilo de vida se basa en la voluntad de una minoría impuesta por la
fuerza. Su poder reside en el terror y la opresión, en prensa y radios
controladas, en elecciones amañadas y en la supresión de las libertades
individuales.
Creo
que la política de Estados Unidos debe consistir en brindar ayuda a los pueblos
libres que se están resistiendo a ser subyugados por minorías armadas o por
presiones externas. Creo que debemos prestar auxilio a los pueblos libres para
que puedan elegir su propio destino. Creo que nuestra ayuda debe ser
básicamente econó-mica, lo cual es esencial para mantener la estabilidad
financiera y los procesos políticos.
El
mundo no es estático, y el statu quo no es sagrado. Pero no podemos permitir
que haya cambios en el statu quo que infrinjan la Carta de las Naciones Unidas
y que recurran a métodos como la coacción y subterfugios como la infiltración
política. Al ayudar a naciones libres e independientes a mantener su libertad,
Estados Unidos estará haciendo efectivos los principios de la Carta de las
Naciones Unidas.
En
caso de que no acudamos en ayuda de Grecia y Turquía, las consecuencias serán
de gran alcance tanto para Occidente como para Oriente. Debemos tomar medidas
inmediatas.
Por
lo tanto, pido al Congreso que me conceda autorización para prestar ayuda a
Grecia y Turquía por un valor de 400 millones de dólares para el período que
finaliza el 30 de junio de 1948. A la hora de solicitar estos fondos, he
estimado conveniente que se destine a Grecia la máxima cantidad posible de los
350 millones de dólares que recientemente pedí al Congreso que autorizara para
la prevención de la hambruna y el sufrimiento en países asolados por la guerra.
Vamos
a embarcarnos en una tarea muy seria.Y no lo recomendaría de no ser porque la
alternativa es mucho peor. Estados Unidos invirtió 341.000 millones de dólares
para ganar la Segunda Guerra Mundial. En este caso, se trata de invertir en la
paz y la libertad mundial.
Las
semillas de los regímenes totalitarios se nutren de la miseria y la necesidad.
Se extienden y crecen en la tierra malvada de la pobreza y la lucha. Alcanzan
su máximo crecimiento cuando las esperanzas de la gente para alcanzar una vida
mejor se desvanecen. Nosotros debemos mantener esa esperanza con vida. Los
pueblos libres del mundo vuelven la vista hacia nosotros en busca de apoyo para
poder mantener la libertad. Si nos mostramos débiles en nuestro liderazgo,
podríamos poner en peligro la paz del mundo y el bienestar de nuestra propia
nación.
HARRY
S. TRUMAN
La doctrina
Truman se enuncia en circunstancias del desarrollo de la crisis producida por
la Guerra Civil Griega, jaqueada por guerrillas comunistas, y facultaba a dar
apoyo a "personas libres que están resistiendo los intentos de dominio por
minorías armadas o por presiones exteriores. En otras palabras, fue enunciada
para dar soporte intervencionista a gobiernos frente al comunismo y fue la
piedra fundacional de la Guerra Fría y la carrera nuclear. Como anecdota se
cuenta que el senador republicano Arthur Vandenberg, partidario de aprobar la
ayuda, se dice que le habia aconsejado a Truman que para conseguir el apoyo del
Congreso debía "asustar "asustar de muerte al pueblo
norteamericano". Esto fue lo que finalmente este intentó hacer dibujando
en su discurso un mundo dividido en dos tipos de vida, una basada en la libertad
y otra en la tiranía. El Congreso finalmente aprobó una ayuda que se convirtió
en el primer acto de la política de "contención" norteamericana.
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