HEINRICH HIMMLER
"Discurso de Posen"
Extracto
del discurso en el que se informa sobre el exterminio judío, 6.10.1943
"También
quiero mencionar un tema muy difícil, completamente en público. Se debe
discutir entre nosotros, y sin embargo, no vamos nunca a hablar de ello en
público. Del mismo modo que no lo hicimos, el 30 de junio para llevar
a cabo nuestro deber, como se ordenó, camaradas que habían desobedecido ordenes
tuvieron que ser ajusticiados en la pared. Eso fue, gracias a Dios, una
especie de tacto natural para nosotros, una conclusión inevitable, que nunca
hemos conversado sobre esto entre nosotros, nunca hablado de ello, todo el
mundo se estremeció, y todo el mundo tenia claro que la próxima vez, se debería
de hacer lo mismo de nuevo, si es comandado y necesario.
"Estoy
hablando acerca de la evacuación de judíos, de la extirpación del
pueblo judío, es una de esas cosas que dicen fácilmente: "El
pueblo judío será desarraigado/eliminado cada miembro te dirá
"esta perfectamente claro" es parte de nuestro programa (NSDAP),
estamos desarraigando a los judíos, extirparlos/expulsarlos es un asunto
muy pequeño, y entonces todos ellos vienen, todos los 80 millones
de alemanes, y cada uno tiene su judío decente. Ellos dicen:
"Todos los demás son unos canallas, pero aquí tenemos un judío de primera
clase"... ninguno de ellos lo ha visto o sufrido. La mayoría de vosotros
sabrá lo que es cuando 100 cuerpos yacen juntos, cuando son 500 o cuando son
1000. Y haber visto esto a través, y - con la excepción de las debilidades
humanas - y aun así haber permanecido decente, nos ha hecho fuertes y es una
pagina de gloria nunca mencionada y que nunca será mencionada. Porque todos
sabemos que difíciles podrán ser algunas cosas si en cada ciudad durante los
bombardeos seguimos teniendo judíos como saboteadores secretos,
agitadores e instigadores. Podríamos seguir estando en la misma situación que
en el 1916-17 cuando los judíos seguían residiendo en el cuerpo del
pueblo alemán.
"Hemos
tomado todas las riquezas que ellos poseen y yo mismo he dado ordenes estrictas
al Obergruppenfuhrer Pohl de enviar todas esas riquezas al Reich, al
estado. No hemos tomado nada de ellos para nosotros mismos, todos aquellos que
no cumplan esto serán juzgados en acordanza con la ley y he dado esta orden que
la di al principio: El que toque un solo marco será hombre
muerto/será condenado. Un numero de hombres de las SS han roto esta
orden, solo son unos pocos pero serán hombres muertos/condenados en poco tiempo
SIN MISERICORDIA ALGUNA! tenemos el derecho de la moral, tenemos el deber con
nuestra gente de hacerlo, de matar esta gente que quiere matarnos a nosotros!
pero no tenemos el derecho de enriquecernos con pieles, marcos, cigarrillos o
un reloj o con lo que sea, porque al final de esto, nosotros no queremos,
porque hemos eliminado la tentación, enfermar y morir por la misma tentación.
Nunca voy a ver (Consentir) que esto suceda, que ni incluso un poco de
putrefacción entre en contacto con nosotros (Corrupción), o eche raíces en
nosotros. Por el contrario, donde esto pueda intentar echar raíces, nosotros
quemaremos/purificaremos/eliminaremos esto juntos. Pero todos juntos podemos
decir: Hemos llevado a cabo la tarea más difícil por el amor de nuestro pueblo.
Y no hemos obtenido ningún defecto por esto, ni en nuestra alma, ni en nuestro
cuerpo.
[...]
Y decidí también en este punto que debía encontrar una solución final. Pues no
me pareció que se justificara exterminar - quiero decir matar u ordenar que
mataran - a los hombres; pero, ¿dejar a los niños que crezcan y se venguen
contra nuestros hijos y nuestros nietos?
Había
que adoptar la difícil decisión de conseguir que esa gente desapareciera de la
faz de la Tierra. Ya que para la organización que debía ejecutar la orden fue
la más difícil que jamás tuvimos [...] Creo que puedo afirmar que esta orden se
ejecutó sin dañar la mente o el espíritu de nuestros hombres y nuestros
líderes. El peligro era grave y siempre estaba presente, pues la diferencia
entre convertirse en seres crueles y sin corazón, y ya nunca respetar la vida
humana, o ablandarse y sucumbir a la debilidad y los colapsos nerviosos [...]
es la brecha que media entre Scilla y Caribdis, es abrumadoramente
estrecha."
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