MAHMOUD ABBAS
“La OLP y el pueblo
palestino adhieren a la renuncia a la violencia y el rechazo y la condena del
terrorismo en todas sus formas, sobre todo el terrorismo de Estado”
DISCURSO SOBRE LA
CUESTION PALESTINA, ANTE LA 66° SESIÓN DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES
UNIDAS, 23 de Septiembre de 2011
Sr. Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sr.
Secretario General de las Naciones Unidas.
Excelencias. Señoras y señores.
En principio, extiendo mis felicitaciones a S.E. Sr. Nassir Abdulaziz
Al-Nasser por su asunción de la Presidencia de la Asamblea en esta sesión y le
deseo todo el éxito.
Extiendo hoy mis sinceras felicitaciones, en nombre de la OLP y el
pueblo palestino al gobierno y el pueblo de Sudán del Sur por su merecida
admisión como miembro pleno de las Naciones Unidas, deseándoles progreso y
prosperidad.
También felicito al secretario general, S.E. Sr.
Ban Ki-moon, por su elección para un nuevo mandato al frente de las Naciones
Unidas. Esta renovación de confianza refleja el reconocimiento del mundo por
sus esfuerzos, que han fortalecido el papel de las Naciones Unidas.
…
La Cuestión Palestina está estrechamente vinculada con las Naciones
Unidas a través de las resoluciones adoptadas por sus diversos órganos y
agencias, y a través del esencial y elogiado papel de la Agencia de las
Naciones Unidas para el Socorro y las Obras Públicas para los Refugiados de
Palestina en el Cercano Oriente -UNRWA (su sigla en inglés)-, que encarna la
responsabilidad internacional respecto del problema de los refugiados
palestinos, que son las víctimas de la Al-Nakba (Catástrofe) que ocurrió en
1948. Aspiramos y buscamos un rol mayor y más eficaz para las Naciones Unidas
en su trabajo para lograr una paz justa y global en nuestra región, que
garantice los inalienables y legítimos derechos nacionales del pueblo
palestino, como lo definieron las resoluciones de legitimidad internacional de
las Naciones Unidas.
…
Hace un año, en este mismo momento, distinguidos líderes se refirieron
en esta sala a los estancados esfuerzos de paz en nuestra región. Todo el mundo
tenía grandes esperanzas en una nueva ronda de negociaciones sobre el estatus
final, que habían comenzado a principios de septiembre en Washington, bajo los
auspicios directos del presidente Barack Obama y con la participación del
Cuarteto, Egipto y Jordania, para llegar a un acuerdo de paz en un año.
Entramos en esas negociaciones con corazones abiertos, oídos atentos y sinceras
intenciones y estábamos listos, con nuestros documentos, textos y propuestas.
Pero las negociaciones fracasaron unas semanas después de su lanzamiento.
Después de esto no nos dimos por vencidos y no cesaron nuestros esfuerzos de iniciativas
y contactos. Durante el año pasado no dejamos puerta sin golpear, canal sin
probar, camino sin seguir, ni omitimos dirigirnos a alguna sector con
influencia y prestigio, formal o informal. Consideramos positivamente las
diversas ideas, propuestas e iniciativas presentadas por muchos países y
sectores. Pero todos estos sinceros esfuerzos e intentos realizados por
sectores internacionales fueron reiteradamente destruidos por las posiciones
del gobierno israelí, que rápidamente destrozó las esperanzas suscitadas por el
lanzamiento de las negociaciones en septiembre pasado.
El tema central aquí es que el gobierno israelí se niega a comprometerse
a términos de referencia para las negociaciones que se basan en el derecho
internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas, y que sigue
intensificando frenéticamente la construcción de asentamientos en el territorio
del Estado de Palestina.
Las actividades en los asentamientos encarnan el núcleo de la política
de ocupación militar y colonial de la tierra del pueblo palestino y toda la
brutalidad de la agresión y la discriminación racial contra nuestro pueblo que
esta política conlleva. Esta política, que constituye una violación del derecho
internacional humanitario y las resoluciones de las Naciones Unidas, es la
causa principal del fracaso del proceso de paz, del colapso de decenas de
oportunidades y del entierro de las grandes esperanzas que surgieron de la
firma de la Declaración de Principios en 1993 entre la OLP e Israel para lograr
una paz justa que iniciaría una nueva era en nuestra región.
Los informes de las misiones de las Naciones Unidas, así como los de
diversas instituciones y sociedades civiles israelíes, transmiten una imagen
horrible acerca del tamaño de la campaña de asentamientos, de la cual el
gobierno israelí no duda en presumir y que continúa ejecutando a través de la
confiscación sistemática de las tierras palestinas y la construcción de miles
de nuevas unidades de asentamiento en diversas áreas de la Margen Occidental,
en particular en Jerusalén Oriental, y la acelerada construcción del Muro de
anexión que se está comiendo grandes extensiones de nuestra tierra,
dividiéndolo en islas y cantones separados y aislados, destruyendo vida
familiar y comunidades y los medios de subsistencia de decenas de miles de
familias. La Potencia ocupante también sigue negándose a permitirle a nuestro
pueblo construir en la Ocupada Jerusalén Oriental, al tiempo que intensifica su
campaña de demolición y confiscación de viviendas que lleva décadas, desplazando
a los propietarios y residentes palestinos en una política múltiple de limpieza
étnica dirigida a empujarlos fuera de su patria ancestral. Además, se han
emitido órdenes de deportar a representantes electos de la ciudad de Jerusalén.
La Potencia ocupante también sigue realizando excavaciones que amenazan
nuestros lugares santos, sus puestos de control militares impiden que nuestros
ciudadanos tengan acceso a sus mezquitas e iglesias, y continúa sitiando la
Ciudad Santa con un anillo de asentamientos impuestos para separar la Ciudad
Santa del resto de las ciudades palestinas.
La ocupación es una carrera contra el tiempo para volver a trazar las
fronteras de nuestra tierra de acuerdo a lo que desean y para imponer un hecho
consumado sobre el terreno que cambia la realidad y está minando el potencial
real de la existencia del Estado de Palestina.
Al mismo tiempo, la Potencia ocupante sigue imponiendo su bloqueo a la
Franja de Gaza y atacando a civiles palestinos con asesinatos, ataques aéreos y
fuego de artillería, insistiendo con su guerra de agresión de hace tres años en
Gaza, que resultó en una masiva destrucción de hogares, escuelas, hospitales y
mezquitas, y miles de mártires y heridos.
La Potencia ocupante también continúa sus incursiones en áreas de la Autoridad
Nacional Palestina, a través de redadas, arrestos y asesinatos en los puestos
de control. En los últimos años se han intensificado las acciones criminales de
milicias de colonos armados, que gozan de la protección especial del ejército
de ocupación, con la perpetración de frecuentes ataques contra nuestra gente,
dirigidos contra sus hogares, escuelas, universidades, mezquitas, campos,
cultivos y árboles. A pesar de nuestras reiteradas advertencias, la Potencia
ocupante no ha actuado para frenar estos ataques y la hacemos totalmente
responsable de los crímenes de los colonos.
Éstos son sólo algunos ejemplos de la colonial política israelí de
ocupación con asentamientos, y esta política es responsable del continuo
fracaso de los sucesivos intentos internacionales de salvar el proceso de paz.
Esta política destruirá las posibilidades de lograr una solución de dos
Estados, que tiene consenso internacional, y aquí advierto en voz alta: esta
política de asentamientos amenaza con socavar también la estructura de la
Autoridad Nacional Palestina, e incluso poner fin a su existencia. Además,
ahora nos enfrentamos a la imposición de nuevas condiciones, no planteadas
anteriormente; condiciones que transformarán el violento conflicto en nuestra
inflamada región en un conflicto religioso y una amenaza para el futuro de un
millón y medio de palestinos cristianos y musulmanes, ciudadanos de Israel, una
cuestión que rechazamos, y es imposible que aceptemos ser arrastrados a ella.
Todas estas medidas adoptadas por Israel en nuestro país son acciones
unilaterales y no se basan en cualquier acuerdo previo. De hecho, lo que
presenciamos es una aplicación selectiva de los acuerdos destinada a perpetuar
la ocupación. Israel volvió a ocupar las ciudades de la Margen Occidental en
una acción unilateral, restableció la ocupación civil y militar en una acción
unilateral y es el que determina si un ciudadano palestino tiene derecho a
residir en cualquier parte del Territorio Palestino. Y está confiscando nuestra
tierra y nuestra agua y obstruyendo nuestros movimientos, así como el
movimiento de mercancías. Y es el que obstruye todo nuestro destino. Todo esto
es unilateral.
…
En 1974, nuestro fallecido líder Yasser Arafat vino a esta sala y les
aseguró a los Miembros de la Asamblea General nuestra afirmativa búsqueda de
paz, instando a las Naciones Unidas a concretar los inalienables derechos
nacionales del pueblo palestino, al decir: “No dejen que la rama de olivo caiga
de mi mano”.
En 1988, el presidente Arafat se dirigió nuevamente a la Asamblea
General, que se reunió en Ginebra para escucharlo, y le presentó el programa
palestino de paz aprobado por el Consejo Nacional de Palestina en su sesión
celebrada ese año en Argelia.
Cuando adoptamos este programa estábamos dando un paso doloroso y muy
difícil para todos nosotros, especialmente para aquellos -yo incluido- que se
vieron obligados a dejar sus hogares y sus ciudades y pueblos, llevándonos sólo
algunas de nuestras pertenencias, nuestro dolor, nuestros recuerdos y las
llaves de nuestras casas a los campos del exilio y la diáspora en la Al-Nakba
de 1948, una de las peores operaciones de desarraigo, destrucción y eliminación
de una sociedad vibrante y unida, que había estado contribuyendo de una manera
pionera y líder al renacimiento cultural, educativo y económico del Medio
Oriente árabe.
Sin embargo, porque creemos en la paz, por nuestra convicción en la
legitimidad internacional, porque tuvimos el coraje de tomar decisiones
difíciles para nuestro pueblo y en ausencia de la justicia absoluta decidimos
adoptar el camino de la justicia relativa, una justicia posible y que podía
corregir parte de la grave injusticia histórica cometida contra nuestro pueblo.
Por lo tanto, aceptamos establecer el Estado de Palestina sólo en el 22% del territorio
de la Palestina histórico: todo el Territorio Palestino ocupado por Israel en
1967.
Al dar este paso histórico, que fue bien recibido por los Estados del
mundo, hicimos una gran concesión a fin de lograr un compromiso histórico que
permitiera que se logra la paz en la tierra de la paz. En los años siguientes,
desde la Conferencia de Madrid y las negociaciones de Washington que llevaron
al acuerdo de Oslo, que fue firmado hace 18 años en el jardín de la Casa Blanca
y estaba relacionado con las cartas de reconocimiento mutuo entre la OLP e
Israel, perseveramos y lidiamos de manera positiva y responsable con todos los
esfuerzos dirigidos al logro de un acuerdo de paz duradero. Sin embargo, como
dijimos antes, cada iniciativa, conferencia, nueva ronda de negociaciones y
movimiento fue destrozado sobre la roca del proyecto israelí de expansión de
asentamientos.
…
Confirmo, en nombre de la OLP, el único y legítimo representante del
pueblo palestino, que seguirá siéndolo hasta el final del conflicto en todos
sus aspectos y hasta la resolución de todos los asuntos del estatus final, lo
siguiente:
·
1. La meta del pueblo palestino es la concreción de sus inalienables
derechos nacionales en su Estado de Palestina independiente, con Jerusalén
Oriental como su capital, en toda la tierra de la Margen Occidental, incluida Jerusalén
Oriental, y la Franja de Gaza, que Israel ocupó en la guerra de junio de 1967,
de conformidad con las resoluciones de legitimidad internacional y con el logro
de una solución justa y acordada del tema de los refugiados palestinos, de
acuerdo con la resolución 194, como quedó estipulado en la Iniciativa Árabe de
Paz, que presentó la visión árabe de consenso para resolver el núcleo del
conflicto árabe-israelí, y para lograr una paz justa y global. A ello adherimos
y en esto estamos trabajando para lograrlo. Alcanzar esta deseada paz también
requiere la liberación sin demora de prisioneros políticos y detenidos en
cárceles israelíes.
·
2. La OLP y el pueblo palestino adhieren a la renuncia a la violencia y
el rechazo y la condena del terrorismo en todas sus formas, sobre todo el
terrorismo de Estado, y adhieren a todos los acuerdos firmados entre la
Organización de Liberación de Palestina e Israel.
·
3. Adherimos a la opción de negociar una solución duradera al conflicto,
de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional. Aquí declaro que
la OLP está dispuesta a regresar de inmediato a la mesa de negociaciones sobre
la base de los términos de referencia adoptados en base a la legitimidad
internacional y un cese completo de las actividades de asentamiento.
·
4. Nuestro pueblo continuará su resistencia popular y pacífica a la
ocupación israelí, sus políticas de asentamiento y apartheid y la construcción
del racista Muro de anexión, y recibe apoyo a su resistencia, que es
consistente con el derecho internacional humanitario y las convenciones
internacionales y cuenta con el respaldo de activistas pacifistas de Israel y
de todo el mundo, reflejando un ejemplo impresionante, inspirador y valiente de
la fuerza de este pueblo indefenso, armado sólo con sus sueños, coraje,
esperanza y consignas frente a balas, tanques, gas lacrimógeno y excavadoras.
·
5. El traer nuestra difícil situación y nuestro caso a esta tribuna
internacional es una confirmación de nuestra confianza en la opción política y
diplomática y una confirmación de que no tomamos medidas unilaterales. Nuestros
esfuerzos no están dirigidos a aislar a Israel o a deslegitimarlo, sino que
queremos ganar legitimidad para la causa del pueblo de Palestina. Sólo
pretendemos deslegitimar las actividades de asentamiento, la ocupación, el
apartheid y la lógica de la fuerza bruta, y creemos que todos los países del
mundo están con nosotros en este sentido.
Estoy aquí para decir, en nombre del pueblo palestino y de la OLP:
extendemos nuestras manos al gobierno israelí y al pueblo israelí para hacer la
paz. Les digo: construyamos juntos y urgentemente un futuro para nuestros
hijos, en el cual puedan gozar de libertad, seguridad y prosperidad.
Construyamos puentes de diálogo en lugar de puestos de control y muros de
separación, y construyamos relaciones de cooperación basadas en la paridad y la
equidad entre dos Estados vecinos -Palestina e Israel- en lugar de políticas de
ocupación, asentamientos, guerra y eliminación del otro.
…
A pesar del incuestionable derecho de nuestro pueblo a la
autodeterminación y a la independencia de nuestro Estado conforme a lo
estipulado en las resoluciones internacionales, en los últimos años hemos
aceptado participar de lo que parecía ser una prueba de nuestra dignidad,
derecho y elegibilidad. Durante los dos últimos años, nuestra autoridad
nacional ha implementado un programa de construcción de nuestras instituciones
estatales. A pesar de la situación extraordinaria y de los obstáculos israelíes
impuestos, se puso en marcha un proyecto serio y amplio que ha incluido la
implementación de planes para realzar y mejorar la judicatura y el aparato para
el mantenimiento del orden y la seguridad, desarrollar los sistemas
administrativos, financieros y de supervisión, optimizar el desempeño de las
instituciones y fortalecer la autosuficiencia para reducir la necesidad de
ayuda externa. Con el agradecido apoyo de países árabes y donantes de países
amigos, varios grandes proyectos de infraestructura han sido implementados,
centrados en diversos aspectos de servicio, con especial atención en las zonas
rurales y marginales.
En medio de este masivo proyecto nacional, hemos estado fortaleciendo
las que pretendemos que sean las características de nuestro Estado: desde la
preservación de la seguridad del ciudadano y el orden público hasta la
promoción de la autoridad judicial y el imperio de la ley, el fortalecimiento
del papel de la mujer a través de la legislación, las leyes y la participación,
el asegurar la protección de las libertades públicas y el fortalecimiento del
papel de las instituciones de la sociedad civil, la institucionalización de
normas y regulaciones para garantizar responsabilidad y transparencia en el
trabajo de nuestros ministerios y departamentos, y el afianzamiento de los
pilares de la democracia como la base para la vida política palestina.
Cuando la división golpeó la unidad de nuestra patria, pueblo e
instituciones, nos decidimos a adoptar un diálogo para su restauración. Meses
atrás conseguimos lograr la reconciliación nacional y esperamos que su
implementación se acelere en el las próximas semanas. El pilar central de esta
reconciliación fue recurrir a la gente a través de elecciones legislativas y
presidenciales dentro de un año porque el Estado que deseamos se caracterizará
por el imperio de la ley, el ejercicio democrático, la protección de las
libertades y la igualdad de todos los ciudadanos sin discriminación alguna y la
transferencia del poder a través de las urnas.
Los informes recientemente publicados por las Naciones Unidas, el Banco
Mundial, el Comité Especial de Enlace (AHLC es su sigla en inglés) y el Fondo
Monetario Internacional confirman y elogian lo que se ha logrado,
considerándolo un destacable modelo sin precedentes. La conclusión consensuada
por el AHLC hace unos días aquí describió lo alcanzado como una “destacable
historia de éxito internacional” y confirmó la preparación del pueblo palestino
y sus instituciones para la inmediata independencia del Estado de Palestina.
…
Ya no es posible reparar el tema de la obstrucción del horizonte de las
conversaciones de paz con los mismos medios y métodos que se han sido
reiteradamente intentados y han demostrado ser infructuosos en los últimos
años. La crisis es demasiado profunda como para ser abandonada, y lo que es más
peligroso son los intentos de simplemente eludirla o posponer su explosión. No
es ni posible, ni práctico, ni aceptable volver a hacer las cosas como se
acostumbraba, como si todo estuviese bien. Es inútil entrar en negociaciones
sin parámetros claros y con la falta de credibilidad y un calendario
específico. Las negociaciones no tendrán sentido en la medida que el ejército
de ocupación siga afianzando su ocupación en el terreno, en lugar de
replegarse, y continúe cambiando la demografía de nuestro país con el fin de
crear una nueva base sobre la cual alterar las fronteras.
…
Es un momento de verdad y mi pueblo está esperando escuchar la respuesta
del mundo. ¿Le permitirá a Israel continuar su ocupación, la única ocupación
del mundo? ¿Le permitirá a Israel seguir siendo un Estado que está por encima
de la ley y la responsabilidad? ¿Le permitirá a Israel continuar rechazando las
resoluciones del Consejo de Seguridad, la Asamblea General de las Naciones
Unidas y la Corte Internacional de Justicia y las posiciones de la inmensa
mayoría de los países del mundo?
…
Vengo hoy ante ustedes desde Tierra Santa, la tierra de Palestina, la
tierra de los mensajes divinos, la ascensión del Profeta Muhammad (la paz sea
con él) y el lugar de nacimiento de Jesucristo (la paz sea con él), para hablar
en nombre del pueblo palestino en la patria y la Diáspora y decir, después de
63 años de sufrimiento de una Nakba vigente: basta, basta, basta. Es hora de
que el pueblo palestino obtenga su libertad e independencia.
Ha llegado el momento de terminar con el sufrimiento y la difícil
situación de millones de refugiados palestinos en la patria y la Diáspora,
poner fin a su desplazamiento y concretar sus derechos; algunos de ellos fueron
obligados a refugiarse más de una vez en diferentes lugares del mundo. En un
momento en que los pueblos árabes afirman su búsqueda de democracia -la
Primavera Árabe-, es ahora el momento de la Primavera Palestina, el momento de
la independencia. Ha llegado el momento de que nuestros hombres, mujeres y niños
tengan vidas normales, de que puedan dormir sin esperar lo peor para el día
siguiente, de que las madres estén seguras de que sus hijos regresarán a casa
sin temor de ser asesinados, arrestados o humillados, de que los estudiantes
puedan ir a sus escuelas y universidades sin puntos de control que los
obstruyan. Ha llegado el momento de que las personas enfermas puedan llegar
normalmente a los hospitales y de que nuestros agricultores puedan cuidar de su
buena tierra sin temor a que la ocupación se apodere de la tierra y su agua,
sin el muro impidiéndoles el acceso ni miedo de los colonos, cuyos
asentamientos están siendo construidos en nuestra tierra y que están arrancando
y quemando olivos que han existido durante cientos de años. Ha llegado el
momento de que los miles de prisioneros sean liberados de la las cárceles para
volver con sus familias y sus hijos para ser parte de la construcción de su
patria, por cuya libertad se han sacrificado. Mi pueblo desea ejercer su
derecho a disfrutar de una vida normal como el resto de la humanidad. Cree en
lo que dijo el gran poeta Mahmud Darwish: “Pararse aquí, quedarse aquí, un aquí
permanente, un aquí eterno, y tenemos una meta, una, una: estar”
…
Apreciamos y valoramos profundamente las posiciones de todos los Estados
que han apoyado nuestra lucha y nuestros derechos y reconocido al Estado de
Palestina después de la Declaración de la Independencia en 1988, así como a los
países que recientemente han reconocido al Estado de Palestina y a los que han
elevado el nivel de la representación de Palestina en sus capitales. También
saludamos al secretario general, quien dijo hace unos días que el Estado
palestino debería haber sido establecido hace años.
Estén seguros de que este apoyo a nuestro pueblo es más valioso de lo que
pueden imaginar porque le hace sentir que alguien está escuchando su narrativa
y su tragedia y que los horrores de Al-Nakba y la ocupación, por los cuales ha
sufrido tanto, no está siendo ignorados. Y refuerza su esperanza, que proviene
de la creencia de que la justicia es posible en este mundo. La pérdida de
esperanza es el enemigo más feroz de la paz y la desesperación es el más fuerte
aliado del extremismo. Digo: Después de décadas de desplazamiento, ocupación
colonial y sufrimiento incesante ha llegado el momento de que mi valiente y
orgulloso pueblo viva como los demás pueblos de la tierra, libre en una patria
soberana e independiente.
…
Me gustaría informarles que antes de dar este discurso, en mi calidad de
presidente del Estado de Palestina y titular del Comité Ejecutivo de la OLP le
presenté a S.E. Sr. Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, una
solicitud de admisión de Palestina, sobre la base de las fronteras del 4 de
junio de 1967, con Al-Quds Al-Sharif como su capital, como miembro pleno de las
Naciones Unidas.
Le pido al Sr. secretario general que acelere la transmisión de nuestra
petición al Consejo de Seguridad y les pido a los distinguidos miembros del
Consejo de Seguridad que voten a favor de nuestra membresía plena. También
apelo a los Estados que aún no han reconocido al Estado de Palestina a hacerlo.
…
El respaldo de los países del mundo a nuestro intento es una victoria de
la verdad, la libertad, la justicia, el derecho y la legitimidad internacional,
proporciona un gran apoyo a la opción de la paz y realza las posibilidades de
éxito de las negociaciones.
Excelencias.
Señoras y señores.
Vuestro apoyo al establecimiento del Estado de Palestina y a su admisión
en las Naciones Unidas como miembro pleno es la mayor contribución a lograr la
paz en Tierra Santa.
Les agradezco.”
Nueva York, 23 de septiembre de 2011.
MAHMOUD ABBAS
Presidente del Estado de Palestina
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