JUAN DOMINGO PERON
“El
Cooperativismo es un tipo de Organización popular que está en la médula del
Justicialismo”
PERÓN Y LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO
DISCURSO DEL GENERAL PERÓN EN LA CEREMONIA
DE CLAUSURA DEL PRIMER CONGRESO DE COOPERATIVAS DE TRABAJO, 1954
El General Perón expresó:
“Compañeros:
Yo quiero en primer término,
agradecer a los compañeros dirigentes que hayan tenido la amabilidad de
invitarme a la clausura de este Congreso, porque me dan la inmensa satisfacción
de poderles saludar personalmente.
No es un secreto ni es tampoco
una cuestión que no se sepa perfectamente bien, cómo el gobierno, a través de
su planificación y de su propia acción de todos los días, apoya e impulsa el
desarrollo del cooperativismo en nuestro país.
El cooperativismo organizado
tiene para nosotros y para nuestra doctrina un punto de partida básico.
Nosotros hemos traído un sentido distinto del que tenía nuestro país en el
desempeño de sus gobiernos para el desarrollo de su acción política, social y
económica. Hemos demostrado a través de obras y de hechos que no somos unos
cuantos políticos más que venimos a seguir usufructuando de una situación
política en nuestro beneficio o en el del sector que representamos. Nosotros
hemos querido dar a nuestra acción de gobierno la sensación real y efectiva de
que no nos interesan los círculos, los sectores o los partidos: nos
interesan la Nación Argentina y el pueblo argentino. Por esa razón es
que nos hemos preocupado de dar ya una orientación definida al pensamiento
básico de la Nación a través de una doctrina. Los políticos generalmente
no quieren crear doctrinas porque éstas son obligaciones que contraen y que los
atan definitivamente al cumplimiento de su deber, y ellos prefieren cualquier
cosa menos cumplir con su deber. Los políticos siempre decían cosas complicadas
para que nadie las entendiese demasiado bien y los obligara a cumplir lo
prometido, lo que no harían, por otra parte, aunque lo hubiesen prometido
realmente.
Nosotros hemos terminado con ese tipo de políticas
escurridizas y escabrosas, y hemos fijado bien claramente qué nos proponemos
realizar, cómo nos proponemos realizarlo y cómo lo vamos realizando a la luz de
esa doctrina que hemos lanzado como idea inicial de nuestras realizaciones. De
ahí que nos resulte fácil hablar frente a una agrupación de hombres de buena
voluntad que se organizan con una finalidad determinada cual es el
Cooperativismo, y podamos con toda llaneza y franqueza expresar nuestro punto
de vista como gobierno ante ellos. Nosotros como dije, servimos intereses del
pueblo argentino, y si un sector de ese pueblo en una actividad resuelve
reunirse para realizar por sí una acción social y una acción económica, está
dentro de nuestra doctrina, porque es la misma que propugnamos nosotros, ya que
no servimos a un sector político ni a un círculo político: servimos al pueblo
argentino del cual ese sector es una parte.
Distinto sería si nosotros, en vez de
servir al pueblo argentino, sirviéramos a los grandes consorcios capitalistas
que funcionan dentro del pueblo argentino. Esa ya es harina de otro costal. Si
sirviéramos sus intereses no tendríamos más remedio que estar en contra de los
intereses que ustedes defienden, porque casualmente ambos intereses están en
contraposición.
Por eso nosotros podemos hablar con
toda sinceridad y con toda lealtad, ya que no servimos los intereses de los
consorcios y, en consecuencia, no estamos, en esta ocasión, obligados a
defender sus intereses. Ahora, es indudable que frente a los grandes consorcios
capitalistas de LA PRODUCCION está apareciendo un competidor y no
tengo la menor duda que ellos lo van a combatir como tal, pero no es tarea del
gobierno el ayudar a ese tipo de combate contra la producción que hombres
laboriosos y de empresa quieren realizar en conjunto.
Cuando nosotros establecimos nuestra
doctrina a este respecto, hemos dicho que apoyaremos y que ayudaremos en toda
forma la acción cooperativa, tanto en lo que respecta a las cooperativas de
producción, que están en plena marcha y organización en todo el país, cuanto en
lo que se relaciona con las cooperativas de consumo, que también están en plena
ejecución en todo el país, como asimismo a las cooperativas de trabajo, que son
una forma que ustedes están encarando para realizarla.
LA PRODUCCION
Este tipo de cooperativa de trabajo es
una de las formas de cooperativas de producción. Por eso el gobierno no
solamente la ve con simpatía, sino que pondrá toda su influencia y toda su
ayuda para servirla de la mejor manera.
La cooperativa de trabajo, siendo una de las formas de la
cooperativa de producción, realiza una acción conveniente al país, situación
que surge de un rápido análisis. En primer lugar, nosotros decimos que en estos
momentos es necesario producir, producir y producir y asociándose ustedes para
producir, encuadran perfectamente dentro de la doctrina que el gobierno
propugna como un bien público. En segundo lugar, nosotros hemos sostenido,
cuando hablamos de la economía, que el justicialismo propugna la capitalización
del pueblo. Esto es rápida y simplemente explicable. Cuando nosotros llegamos
al gobierno nos encontramos con una organización de neto corte capitalista en
la economía argentina. ¿Y cuál es la organización económica de carácter
capitalista en el mundo? Una comunidad dentro de la cual se ha capitalizado un
cinco o diez por ciento, mientras un noventa o noventa y cinco por ciento está
descapitalizado. Es la descapitalización del pueblo y la capitalización de un
pequeño sector constituido por las grandes empresas de producción, de
industrialización y de comercialización, que son las tres actividades que hoy
capitalizan. En otras palabras, el noventa y cinco por ciento de la población
es tributario de esas empresas encargadas de la capitalización. El fenómeno lo
hemos visto nosotros. Cuando una empresa andaba medio mal, lo que se hacía era
rebajar los sueldos. Decían: hay crisis, hay que rebajar los sueldos; y
rebajaban los sueldos a todos para poder capitalizar a las empresas.
Nosotros recibimos ese estado de cosas. Podríamos haber
hecho un inventario y hubiera resultado simplemente una comunidad dentro de la
cual el noventa y cinco por ciento era pobre, y el cinco por ciento era rico,
inmensamente rico en sus sociedades y en las capitalizaciones de sus
empresas.
El Justicialismo está en contra de esa
concepción. Porque como ustedes pueden ver, en aquel sistema está toda la
economía de un pueblo al servicio de la capitalización de un cinco por ciento
de su población, en las empresas capitalizadas. Esas empresas capitalizadas son
las que producen los impuestos, porque al resto de la población ¿Que le va a
sacar?: impuestos. ¿Y de dónde? Estaban los impuestos a los réditos, a LA
PRODUCCION, a las rentas, a la exportación, y de allí salían los presupuestos
para los gobiernos capitalistas. Ese es el sistema que emplean en el mundo
entero. Al resto del pueblo le sacan algunas moneditas, de los cigarrillos,
etc., que es lo único que le pueden sacar.
Con eso, el sistema capitalista
estructuró sus posibilidades estatales y sus posibilidades nacionales en la
economía. Nosotros no estamos con eso; hemos recibido esas empresas
capitalizadas y no queremos descapitalizarlas. Ese sector del cinco por ciento,
que ya está bastante bien, lo vamos a dejar, no lo vamos a descapitalizar; pero
de ahora en adelante nos vamos a ocupar para que ese noventa y cinco por ciento
descapitalizado comience a capitalizarse paulatinamente.
LA CAPITALIZACION
Para capitalizarnos, debemos comenzar por saber qué
es la capitalización. La capitalización es el ahorro acumulado, en acción
económica. Todo lo que vamos juntando con el producto del trabajo, del negocio,
del esfuerzo, se va juntando y va formando una empresa de acción, empresa que
va aumentando en sus medios económicos, vale decir, se va capitalizando.
A este pueblo un tanto anémico
que nosotros recibimos – anémico económicamente, y algunas veces físicamente –,
le vamos a poner los medios para que pueda irse capitalizando paulatinamente.
Vale decir, vamos a permitirle, a través de una conveniente remuneración de su
esfuerzo, los medios económicos necesarios para que si él ahorra pueda ir
juntando también su capital, capital que se traduce en ahorro directamente; en
ahorro metálico o de dinero, en ahorro, diremos, de bienes del capital
–maquinarias, vehículos, etc.-, en bienes raíces – casas, etc. -. Y eso es
capitalización individual y voluntaria también. Esa es una clase de
capitalización.
La otra es la capitalización
obligatoria que nosotros hacemos a través de las cajas de previsión social,
donde mediante un aporte mensual, el hombre va también formando un gran fondo
que es el que le permite pensar que, cualquiera sean las circunstancias de su
vida futura, cuando llegue a cierta altura en la que ya no pueda trabajar, que
no pueda seguir afrontando los riesgos del trabajo, se pueda retirar a su casa,
y mediante ese ahorro de toda su vida, que ha sido obligatoriamente descontado
a través de los servicios de previsión social, pueda tener el sustento
necesario, pero es también una forma de capitalización del pueblo, porque toda
esa plata que se junta es del pueblo. Allí, en la Caja, no figura de quien
es. Es de todos, en la proporción en que ellos han aportado para ahorro. De
manera que si a estos sistemas se agrega ahora que los hombres de buena
voluntad que tienen sus ahorritos quieren ampliarlos para hacer sus propias
empresas y comenzar, también ellos, a producir, a través de una cooperativa de
trabajo, pero ¡bendito sea Dios, si eso está netamente dentro de la doctrina
peronista! Eso quiere decir que ustedes no esperen solamente a que nosotros,
Gobierno, a través de la previsión social y a través de medidas de distinto
orden, los vayamos capitalizando en bienes de capital o en bienes raíces o de
distinta naturaleza, sino que ustedes hacen como dicen los cristianos: que Dios
los va a ayudar, pero ustedes deben ayudar un poco a Dios.
No deseo abundar en fundamentos,
pero ustedes ven que este tipo de organizaciones populares están en la médula
misma de nuestro justicialismo. En otras palabras, el Gobierno no sólo tiene
que apoyarlos y ayudarlos, sino que tiene que agradecer, porque ustedes están
realizando, precisamente, lo que él defiende básicamente al establecer la
doctrina peronista: que nuestra función económica es capitalizar al pueblo. Así
vamos cumpliendo la base de nuestra doctrina, vale decir, que el capital esté
al servicio de la economía y está al servicio del bienestar social que es lo
que ustedes están realizando a través del Cooperativismo.
Además de eso, compañeros, cuando nosotros hemos
luchado contra el individualismo, no lo hemos hecho porque el individualismo
represente para nosotros una palabra poco simpática. Lo hemos hecho porque
sabemos que el individualismo es la base del sistema capitalista y que cuando queremos
destruir al sistema capitalista tenemos que empezar por destruir la causa, que
es el individualismo.
El sistema individualista
sostiene que la sociedad debe ofrecerle a él una comunidad libre para que él
haga lo que se le ocurra, a fin de encumbrarse y valorizar su actividad. Si eso
está contra la comunidad a él no le interesa. El ha erigido un altar al dios
que es él, se ha colocado él en ese altar, y a los demás que los parta un rayo.
Por esa razón vemos a lo largo del mundo entero, donde el sistema capitalista
ha entronizado al individualismo, que los países están sucumbiendo. Algunos
individuos han triunfado y están ricos en ese sistema pero el país se está
hundiendo. Y vamos a ver el final, cuando se hunde el país, si él va a quedar
flotando. Esa es la realidad. Yo he comparado esto muchas veces con un barco
que sale de un puerto y va a otro. Si en el viaje el barco se hunde, no creo
que por bien que viaje alguno de los pasajeros ese pasajero se vaya a salvar.
Seguramente se va a hundir con el barco. En la comunidad es exactamente lo
mismo. La comunidad es un barco en el cual vamos todos navegando. Dios nos
libre si el barco se hunde, porque si vamos en él no la vamos a sacar muy bien.
CONCEPTO JUSTICIALISTA
De manera que nosotros hemos fijado,
en el concepto justicialista de la Nación, que el principio indispensable
es que para realizar a cualquiera de sus componentes es necesariamente previo
realizar la propia comunidad.
Nosotros
no creemos que en una comunidad que sucumba, puedan algunos de sus componentes
salir airosos. Nosotros creemos que todos debemos luchar para que la comunidad
realice sus fines y dentro de esa comunidad, que se realiza a sí misma, podamos
realizarnos cada uno de nosotros. Esto es una cosa tan simple y tan natural que
nadie la puede discutir. Es imposible pensar que el egoísmo del hombre lo haya
llevado a la ceguera absoluta de luchar por hundir la comunidad en que él vive,
a fin de realizar sus fines de egoísmo y avaricia.
Por eso, fijada esta base, para
nosotros es simple y es fácil comprender por qué nosotros tenemos un profundo
sentido cooperativista. Por qué la cooperativa hace en la esfera de la acción
que le es propia lo que nosotros tratamos de hacer en toda la Nación.
Cuando una cantidad de personas se unen y fundan una cooperativa, luchan
todos para que triunfe esa pequeña entidad cooperativa, porque saben que
triunfando cada uno va también con una pequeña parte en los beneficios
económicos y de todo orden que la misma produce. La cooperativa es en pequeño
lo que el Estado Justicialista piensa y quiere hacer en conjunto. Por esa
razón, cuando algunos se preguntan por qué apoyamos el Cooperativismo, debemos
contestarles que el Cooperativismo es el reflejo del Justicialismo.
Por eso, recapitulando todo cuanto he dicho, ustedes
pueden estar absolutamente persuadidos de que no solamente los apoyaremos en
forma moral, como decían antes los políticos, sino materialmente, que es el
verdadero apoyo que se debe prestar.
Indudablemente, no es suficiente
con tener la buena intención para hacer las cosas, sino que es menester también
empeñarse para realizarlas bien. No es suficiente con tener el sentido
cooperativista, sino que es menester tener la capacidad para hacerlo triunfar,
y eso es una cosa más difícil. Una cosa es lo que uno siente y otra es lo que
uno es capaz de realizar. Muchos sienten cosas muy lindas, pero no son capaces
de realizarlas, y entonces es lo mismo que si no la sintieran. En este sentido,
nosotros venimos observando un amplio espíritu de capacitación, sin el cual no
pueden andar estas cosas. Las cooperativas, cualquiera sea el campo de su
acción, tiene una misma finalidad. Nosotros venimos observando la inquietud y
el gran interés que hay en hacerlas funcionar, pero es necesario no olvidar que
la base del éxito cooperativo es la organización, sin la cual el asunto no
puede andar bien.
El segundo aspecto es la
capacitación. No se trata sólo de reunir, dado que son organismos que después
se extienden mucho y se hacen muy grandes y para poderlos manejar bien resulta
una tarea un poco difícil; se extienden mucho en el espacio y en el tiempo y
uno organiza una cosa y marcha bien y tiene su capacidad hasta cierto punto,
pero más allá se le empiezan a complicar las cosas y comienza a tener trabajo.
Así se encuentra un día con una organización que creía que iba paulatinamente
bien, y luego se viene abajo. ¿Por qué? Porque no estaba bien montada. Yo he
visto muchos de esos casos, por eso me aventuro a aconsejarles.
CREAR ORGANIZACIONES
Es necesario reunir gran número
de hombres capacitados y después crear las organizaciones propias para
capacitar a los demás, todo cooperativista para que sea útil no solamente debe
poner plata sino que también debe poner su capacidad para defender esa plata.
Todas las capacidades son pocas dentro del sentido cooperativista. No es un
cooperativista el que pone la plata aunque sea mucha, si él no da un poco de su
saber y de su capacidad para hacer triunfar a la empresa. Así como entra un día
esa plata, puede salir en cinco minutos.
Estos aspectos de la organización
y de la capacitación en el cooperativismo son cuestiones fundamentales. Lo
demás todo tiene remedio. Una mala organización que se hace en el comienzo no
se vuelve a corregir bien durante toda su vida. Una falta de capacitación se
hace sentir al principio y se hará sentir también hasta el último día de la
existencia de esa cooperativa. Algunos dicen que las cooperativas han fracasado
porque el sistema capitalista reinante las aplastó en la acción de todos los
días. Eso es cierto, pero lo es solamente en parte, porque si estas
organizaciones hubieran tenido gente altamente capacitada y una buena
organización, hubieran destruido a los otros y no se hubieran dejado
destruir.
Con todo esto quiero decir que el trabajo y el triunfo de
ese trabajo cooperativista no solamente estriban en que realicemos la acción
cooperativista, como así tampoco en que todos los días nos ocupemos de los
negocios que están dentro de la organización cooperativista, sino que es
necesario también luchar. Esa es ya una cuestión más difícil. Actuar
cooperativísticamente no implica solamente la administración y la conducción de
una empresa cooperativa, sino que también significa hacerse ducho, actuar en la
lucha, porque no hay lugar a dudas que hoy mismo hay una lucha contra el
Cooperativismo, lucha sórdida, porque saben que el Gobierno lo apoya, y no lo
pelean de frente, sino de abajo.
De manera que con esto
completaríamos lo que en mi concepto, lo vengo observando desde hace mucho
tiempo, son las condiciones básicas que son necesarias asegurar en el orden de
la organización cooperativista.
Primero, una buena organización,
sin la cual no vamos a ninguna parte; segundo, un alto grado de capacitación,
especialmente en los hombres dirigentes, sin que los realizadores de una
cooperativa olviden que la capacitación de ellos es un gran factor de éxito, y
tercero, una capacitación de lucha y una disposición a luchar todos los días
para subsistir y para vencer en el campo gremial.
Estas tres condiciones
deben estar intrínsecamente afirmadas dentro de las cooperativas, sean estas de
primero, segundo o tercer grado. Todas las cooperativas, en sus distintos
estados de organización y de centralización, tienen que estar perfectamente
convencidas de que esas tres cuestiones hay que mantenerlas todos los días en
permanente acción, en decidida acción, y sobre todo, en eficiente acción.
VENTAJAS DE LAS COOPERATIVAS
No hay duda que las ventajas de
las cooperativas residen en tener también el apoyo del sistema. Antes, una
cooperativa en el sistema capitalista era una excrescencia fuera de los órganos
naturales del sistema; era una introducción extraña. Ahora, en nuestro sistema,
esto es natural; lo extraño es lo otro. Todo esto trae una ventaja natural.
Pero el ideal que nosotros sostenemos es que en nuestro país, el sentido y el
sentimiento de la organización de todas las actividades, en lo social o en lo
económico, vaya tendiendo cada día más a los organismos colegiados de acción
económica y social, porque solamente en la actuación común y de conjunto de
diversas organizaciones de este tipo, estriba precisamente la desaparición de
un individualismo que nosotros combatimos y combatiremos desde todos los
ángulos y en todos los momentos de nuestra acción gubernamental. Esto,
traducido al lenguaje práctico de todos los días, querría decir lo siguiente:
que nosotros, desde el gobierno estamos listos para dar preferencia a estos
tipos de organización en la acción efectiva de nuestra economía. En otros
términos, ustedes necesitarán maquinarias diversas, bienes de capital. Nosotros
daremos preferencia a las organizaciones cooperativas sobre todas las
demás.
Esto es una cosa que se explica
naturalmente por nuestro sistema y, mucho más, por la justicia que debe
presidir nuestras decisiones. Antes de favorecer al señor Juan Pérez, a su
señora y a sus hijos, prefiero favorecer, por una acción de gobierno, a cientos
de miles de Juan Pérez que están distribuidos en todo el país. Creo que esto es
bien justo y bien lógico, si se interpreta como nosotros interpretamos la
acción de gobierno. El pueblo nos ha puesto aquí no para favorecer a nuestros
amigos y allegados, sino a todos los amigos que son cada uno de los que
componen el pueblo argentino. Siempre digo a mis funcionarios que mi mejor
amigo es el pueblo argentino y que cuando con una medida de gobierno quiero
favorecer a un amigo, elijo siempre el mejor amigo, que es el pueblo.
Yo he querido hacer esta
disquisición de orden general, para que ustedes tengan la sensación real de
cómo nosotros, desde el gobierno, encuadramos la acción cooperativa que en todo
el territorio de la República radica en los diversos ministerios que
componen el Estado. Si se trata de cooperativas de producción, la tarea más
difícil que tienen es la de acopiar y negociar su producción, y en ese caso
nosotros nos ponemos en contacto directo por intermedio del ministerio de
Comercio Exterior, que es el encargado de la comercialización y el acopio de
los granos. Si se trata del transporte, tomamos contacto por intermedio del
ministerio de Transportes que es el encargado de transportar la mercadería
desde los lugares de producción hasta el puerto. De esa manera, todos los
organismos estatales toman contacto con las cooperativas para servirlas, que es
como nosotros entendemos la acción del gobierno. Toda la organización que paga
el pueblo debe servirlo.
CONTACTO DIRECTO
Pero, además, yo he querido mantener
siempre un contacto directo con las organizaciones de este carácter. Por eso,
desde el ministerio Técnico de la Presidencia de la República,
que es el organismo que dirige toda la organización nacional, tenemos contacto con
las cooperativas. Por eso yo le he pedido al señor ministro técnico que nos
hiciera hoy el regalo de su presencia en este acto, para que todos los
cooperativistas sepan que en la Casa de Gobierno, además de la acción
directa de los ministerios, tienen en cualquier momento el asesoramiento
orgánico de planificación y de racionalización que necesiten y el apoyo para
cualquier acción que emprendan, sea económica, social o política.
En otras
palabras, coincidiendo en forma absoluta con nuestra manera de sentir y de pensar,
como así también con nuestro modo de gobernar, nosotros estamos dispuestos a
prestar a la organización cooperativa la mayor de todas las cooperaciones, en
todos los momentos y en todas las circunstancias, porque entendemos que la
acción cooperativa puede solucionar el noventa por ciento de los problemas que
se presenten”.
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