sábado, 30 de mayo de 2015

RAFAEL CALDERA "Golpe de Estado contra Hugo Chávez , 4 Febrero 1992"

RAFAEL CALDERA 

"Golpe de Estado contra Hugo Chávez 

4 Febrero 1992"



Discurso pronunciado tras el golpe de estado de Hugo Chávez 


"Señor presidente del Congreso, Señor Vicepresidente, Presidente de la Cámara de Diputados Ciudadanos senadores Ciudadanos diputados:

He pedido la palabra, no con el objeto de referirme al Decreto de Suspensión de Garantías, aun cuando quiero hacer en torno a él tres breves consideraciones.

La primera, la de que el propio decreto revela la gravedad de la situación que estamos viviendo, y aun cuando encuentro un defecto de redacción porque los considerandos se refieren a hechos ocurridos y no a la situación actual y a los peligros que con la Suspensión de Garantías se tratan de enfrentar, se supone que es precisamente porque la situación del país es delicada; porque el sistema democrático, la normalidad y el orden público están corriendo peligro después de haber terminado el deplorable y doloroso incidente de la sublevación militar, es necesaria la medida tan extraordinaria de suspender a la población general el uso y ejercicio de las garantías constitucionales.


La segunda observación que quiero hacer, es la de que no estoy convencido de que el golpe felizmente frustrado hubiera tenido como propósito asesinar al presidente de la república. Yo creo que una afirmación de esa naturaleza no podría hacerse sino con plena prueba del propósito de los sublevados. Bien porque hayan confesado y exista una confesión concordante de algunos de los comprometidos o algunos de los actores del tremendo y condenable incidente, o bien porque exista otra especie de plenas pruebas que difícilmente creo se puedan haber acumulado ya en el sumario que supuestamente debe haberse abierto por la justicia militar. Afirmar que el propósito de la sublevación fue asesinar al presidente de la república es muy grave; por los demás, se me hace difícil entender que para realizar un asesinato, bien sea de un Jefe de Estado rodeado de todas las protecciones que su alta condición le da, haya necesidad de ocupar aeropuertos, de tomar bases militares, de sublevar divisiones; desde luego que hoy está demostrado que por más protección que tenga cualquier ciudadano, con el armamento existente en la actualidad y con los sistemas de comunicación, un asesinato es relativa y desgraciadamente fácil de cometer. El caso del Dictador Anastasio Somoza en el Paraguay, férreamente gobernado por el general Stroessner, con todas las protecciones que la condición de este depuesto gobernante suponía, indica que ninguna persona, por más protegida que esté, puede salvarse de un asesinato cuando se cuenta con los medios y con la decisión de perpetrarlo.


Por eso, pues, yo me siento obligado en conciencia a expresar mi duda acerca de esta afirmación, y considero grave que el Ejecutivo en su Decreto de Suspensión de Garantías y el Congreso en el Acuerdo aprobatorio, hayan hecho tal afirmación, que demás de ser conocida en el país está dispuesta a difundirse en todos los países del exterior.


La tercera observación respecto a la suspensión de garantías se refiere al deseo que quiero expresar, en nombre del país, de que esas facultades se ejerzan con ponderación, con gran sentido de responsabilidad. Admitimos que el gobierno necesita en momentos de dificultad, de poderes extraordinarios, que no pueden someterse a las restricciones y términos que la Constitución establece; pero sabemos también por experiencia secular en Venezuela que estas facultades pueden convertirse en fuentes de abusos, de excesos, de violaciones absolutamente injustificadas, no sólo en lo relativo a la garantía de seguridad personal, al derecho de ser detenido sin fórmula de juicio, a la allanamiento de los hogares, sino también a la muy delicada garantía de libertad de expresión del pensamiento, respecto a la cual abrigo la esperanza, y la quiero formular aquí y creo en eso representar el sentimiento público, de que se ejerza con toda la ponderación, con todo el sentido de respeto que una garantía tan fundamental tiene para el funcionamiento de la democracia.


Yo pedí la palabra para hablar hoy aquí antes de que se conociera el Decreto de la Suspensión de Garantías, cuando esta Sesión Extraordinaria se convocó para conocer los graves hechos ocurridos en el día de hoy en Venezuela, y realmente considero que esa gravedad nos obliga a todos, no sólo a una profunda reflexión sino a una inmediata y urgente rectificación.


Cuando aquí el país y fuera de él he sido muchas veces preguntado, como seguramente lo habrán sido los senadores y diputados aquí presentes, acerca de las causas de la estabilidad democrática en Venezuela, en momentos en que el sistema naufragaba en naciones de mejor tradición institucional que la nuestra, generalmente me referí a cuatro factores que para mí representaban una gran importancia.


Por una parte, a la inteligencia que existió en la dirigencia política de sepultar antagonismos y diferencias en aras al interés común de fortalecer el sistema democrático.


En segundo lugar, a la disposición lograda, a través de un proceso que no fue fácil, de las Fuerzas Armadas para incorporarse plenamente al sistema y para ejercer una función netamente profesional.


Tercero, a la apertura que el movimiento empresarial demostró, cuando se inauguró el sistema democrático, para el progreso social, comprensión que tuvo para el reconocimiento de los legítimos derechos de la clase trabajadora.


Pero, en último término, el factor más importante fue la decisión del pueblo venezolano de jugárselo todo por la defensa de la libertad, por el sostenimiento de un sistema de garantías de derechos humanos, el ejercicio de las libertades públicas que tanto costó lograr a través de nuestra accidentada historia política.


Debo decir con honda preocupación que la situación que vivimos hace más de treinta años no es la misma de hoy. Por una parte, la inteligencia de la dirigencia política ha olvidado en muchas ocasiones esa preocupación fundamental de servir antes que todo al fortalecimiento de las instituciones. Por otra parte, el empresariado no ha dado las mismas manifestaciones de amplitud, de apertura, que caracterizaron su conducta en los años formativos de la democracia venezolana. En tercer lugar, porque las Fuerzas Armadas, que han sido ejemplares en su conducta profesional en las garantías de la instituciones, están comenzando a dar muestras de que se deteriora en muchos de sus integrantes la convicción de que por encima de todo, tienen que mantener una posición no deliberante, una posición obediente a las instituciones y a las autoridades legítimamente elegidas. Y cuarto, y esto es lo que más me preocupa y me duele, que no encuentro en el sentimiento popular la misma reacción entusiasta, decidida y fervorosa por la defensa de la democracia que caracterizó la conducta del pueblo en todos los dolorosos incidentes que hubo que atravesar después del 23 de enero de 1958.


Debemos reconocerlo, nos duele profundamente pero es la verdad: no hemos sentido en la clase popular, en el conjunto de venezolanos no políticos y hasta en los militantes de partidos políticos ese fervor, esa reacción entusiasta, inmediata, decidida, abnegada, dispuesta a todo frente a la amenaza contra el orden constitucional. Y esto nos obliga a profundizar en la situación y en sus causas.


En estos momentos debemos darle una respuesta al pueblo y tengo la convicción de que no es la repetición de los mismos discursos que hace treinta años se pronunciaban cada vez que ocurría algún levantamiento y que vemos desfilar por las cámaras de la televisión, lo que responde a la inquietud, el sentimiento, a la preocupación popular. El país está esperando otro mensaje. Yo quisiera decirle a esta tribuna con toda responsabilidad al señor presidente de la república que de él principalmente, aunque de todos también, depende la responsabilidad de afrontar de inmediato las rectificaciones profundas que el país está reclamando. Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia, cuando no ha sido capaz de poner un coto definitivo al morbo terrible de la corrupción, que a los ojos de todo el mundo está consumiendo todos los días la institucionalidad. Esta situación no se puede ocultar. El golpe militar es censurable y condenable en toda forma, pero sería ingenuo pensar que se trata solamente de una aventura de unos cuantos ambiciosos que por su cuenta se lanzaron precipitadamente y sin darse cuenta de aquello en que se estaban metiendo. Hay un entorno, hay un mar de fondo, hay una situación grave en el país y si esa situación no se enfrenta, el destino nos reserva muchas y muy graves preocupaciones.


Por eso he pedido la palabra para ejercerla en este elevado recinto. Transmitirle desde aquí al señor presidente de la república y los dirigentes de la vida pública nacional, mi reclamo, mi petición, mi exigencia, mi ruego, en nombre del pueblo venezolano, de que se enfrente de inmediato el proceso de rectificaciones que todos los días se está reclamando y que está tomando carne todos los días en el corazón y en el sentimiento del pueblo.


Este es el motivo de la presente intervención y creo que era imposible que por un simple acuerdo de la Comisión de Mesa de que no se hablara para discutir el Decreto de Suspensión de Garantías, el Congreso se reuniera y le dijera al país que no ha hecho otra cosa sino darle paso al decreto: un Acuerdo que se votó creo que tres o cuatro veces, y que se indicó votado por unanimidad. Yo aclaro que yo no lo voté, no porque no estuviera de acuerdo en el fondo con que se suspendieran las garantías, sino por las reservas que expresé y, sobre todo, porque no considero justo el que se afirme de una manera tan absoluta, que el propósito de los culpables de la sublevación haya sido el asesinar al presidente de la república.


Por otra parte, quiero decir que esto que estamos enfrentando responde a una grave situación que está atravesando Venezuela. Yo quisiera que los señores jefes de Estado de los países ricos que llamaron al presidente Carlos Andrés Pérez para expresarle su solidaridad en defensa de la democracia entendieran que la democracia no puede existir si los pueblos no comen, si como lo dijo el Papa Juan Pablo H. «no se puede obligar apagar las deudas a costa del hambre de los pueblos». De que esos señores entiendan que estas democracias de América Latina están requiriendo una revisión de la conducta que tienen frente al peso de deuda externa, alocadamente contraída y en muchos casos no administrada propiamente, que nos está colocando en situaciones cuyo costo ha llegado a asustar a los propios dirigentes del Fondo Monetario Internacional y de los otros organismos financieros internacionales.


Yo quisiera, pues, desde aquí también, que pudiera llegar mi pedimento al presidente Bush, al presidente Mitterrand, al presidente Felipe González, a los jefes de los países del mundo desarrollado y ricos, para que se den cuenta de que lo que pasó en Venezuela puede pasar en cualquiera de nuestros países porque tiene un fondo grave, un ambiente sin el cual los peores aventureros no se atreverían ni siquiera a intentar la ruptura del orden constitucional.


Esa situación tenemos nosotros que plantearla con toda decisión. Cuando ocurrieron los hechos del 27 y 28 de febrero del año de 1989, desde esta tribuna yo observé que lo que iba a ocurrir podría ser muy grave. No pretendí hacer afirmaciones proféticas, pero estaba visto que las consecuencias de aquel paquete de medidas que produjo el primer estallido de aquellos terribles acontecimientos, no se iban a quedar allí, sino que iban a seguir horadando profundamente en la conciencia y en el porvenir de nuestro pueblo. Dije entonces en algún artículo que Venezuela era algo como la vitrina de exhibición de la democracia latinoamericana. Esa vitrina la rompieron en febrero de 1989 los habitantes de los cerros de Caracas que bajaron enardecidos. Ahora, la han roto la culata de los fusiles y los instrumentos de agresión que manejaron los militares sublevados. Esto es necesario que se diga, que se firme y que se haga un verdadero examen de conciencia. Estamos hablando mucho de reflexión, estamos haciendo muchos análisis, pero la verdad verdadera es que hemos progresado muy poco en enfrentar la situación y que no podemos nosotros afirmar en conciencia que la corrupción se ha detenido, sino que más bien íntimamente tenemos el sentir de que se está extendiendo progresivamente, que vemos con alarma que el costo de la vida se hace cada vez más difícil de satisfacer para grandes sectores de nuestra población, que los servicios públicos no funcionan y que se busca como una solución que muchos hemos señalado para criticarla, el de privatizarlos entregándolos sobre todo a manos extranjeras, porque nos consideramos incapaces de atenderlos. Que el orden público y la seguridad personal, a pesar de los esfuerzos que se anuncian, tampoco encuentran un remedio efectivo. Aquí, en este mismo recinto, se sientan honorables representantes del pueblo que han sido objeto no solamente de despojo, sino de vejámenes, por atracadores en sus propios hogares sin que se haya logrado la sanción de los atropellos de que han sido objeto.


Esto lo está viviendo el país. Y no es que yo diga que los militares se alzaron hoy o que intentaron la sublevación que ya felizmente ha sido aplastada (por lo menos en sus aspectos fundamentales) se hayan levando por eso, pero eso les ha servido de base, de motivo, de fundamento, o por lo menos de pretexto para realizar sus acciones.


Por eso termino mis palabras, rogándole al presidente de la república que enfrente de lleno, en verdad y decididamente esta situación que, como dije antes, sirve de motivo, o por lo menos de pretexto, para todos aquellos que quieran destrozar, romper, desarticular el sistema democrático constitucional del que nos sentimos ufanos.


Muchas gracias, ciudadanos senadores, ciudadanos diputados. (Aplausos prolongados)."

ANWAR EL SADAT "Una Paz permanente basada en la Justicia"

ANWAR EL SADAT  

"Una Paz permanente basada en la Justicia"



 Discurso pronunciado en el parlamento de Israel , 1977.


"En el nombre de Dios, señor presidente de la Knesset, señoras y señores, permítanme en primer lugar expresarle mi honda gratitud al presidente de la Knesset por haberme concedido esta oportunidad de dirigirme a ustedes. Me presento hoy ante ustedes con firme convicción para dar forma a una nueva vida y para instaurar la paz. Todos amamos esta tierra, la tierra de Dios, todos: musulmanes, cristianos y judíos. Todos veneramos a Dios.

No culpo a todos los que recibieron mi decisión cuando la anuncié al mundo entero ante la Asamblea del Pueblo egipcia, no los culpo por haberla recibido con sorpresa e incluso con asombro. A algunos los tomó totalmente desprevenidos. Otros la interpretaron incluso como una decisión política para camuflar mis intenciones de emprender una nueva guerra. 

No obstante tomé esta decisión tras una larga reflexión, consciente de que constituye un riesgo inmenso, pues Dios Todopoderoso ha hecho que mi destino sea el de asumir la responsabilidad de agotar todos y cada uno de los medios en el intento por salvar a mi pueblo árabe egipcio y a la nación panárabe de nuevas guerras de dolor y destrucción.

Tras larga reflexión, me convencí de que ese compromiso de responsabilidad ante Dios y ante el pueblo hace que sea labor mía llegar hasta los rincones más remotos del mundo, incluso a Jerusalén, para dirigirme a los miembros de la Knesset, ponerlos al corriente de todos los hechos que me ocupan y dejar después que decidan por ustedes mismos. He asumido la carga de los requisitos previos de la responsabilidad histórica y, en consecuencia, el 4 de febrero de 1971 declaré estar dispuesto a firmar un acuerdo de paz con Israel.

¿Cómo podemos conseguir una paz permanente basada en la justicia? Bien, me presento ante ustedes con una respuesta clara y franca a esta gran pregunta, para que el pueblo de Israel, así como el mundo entero, pueda oírla. Antes de proclamarla, deseo asegurarles que mi respuesta clara y sincera está asentada en una serie de hechos innegables:

El primer hecho es que nadie puede construir su felicidad a costa de la desgracia de otros.

El segundo hecho: jamás he hablado, ni hablaré jamás, con dos discursos. Jamás he adoptado, ni adoptaré jamás, dos políticas. Nunca trato con nadie más que con un solo discurso, con una sola política y un solo rostro.


El tercer hecho: la confrontación directa es el método más inmediato y con mayor probabilidad de éxito para alcanzar un objetivo claro.

El cuarto hecho: el llamamiento a una paz justa y permanente, basada en el respeto por las resoluciones de las Naciones Unidas, se ha convertido en un llamamiento universal.

El quinto hecho, y puede que éste sea el más claro y destacado, es que la nación árabe, en su voluntad por alcanzar la paz permanente basada en la justicia, no parte de una posición de debilidad. 

Al contrario, posee el poder y la estabilidad necesarios para un sincero deseo de paz.

En nombre de la honestidad debo comunicarles lo siguiente: en primer lugar, no he venido aquí para obtener un acuerdo por separado entre Egipto e Israel. 

Eso no forma parte de la política egipcia, este problema no es entre Egipto e Israel. En segundo lugar, no me presento ante ustedes en busca de una paz parcial, esto es, para poner fin al estado de belicosidad en esta etapa y postergar el problema completo para una etapa subsiguiente. Esta no es la solución radical que nos conduciría a una paz permanente. 

De igual modo, no me presento ante ustedes por un tercer acuerdo de retirada del Sinaí, ni del Golán, ni de Cisjordania. Me presento ante ustedes para que logremos construir una paz duradera basada en la justicia, para evitar el derramamiento de una sola gota más de sangre.
¿Qué significa la paz para Israel? Significa que Israel conviva con sus vecinos árabes de la región con seguridad y garantías. ¿Es eso lógico? Yo digo que sí.

Significa que Israel viva dentro de sus fronteras, seguro ante cualquier agresión. ¿Es eso lógico? Yo digo que sí. Significa que Israel obtenga todo tipo de garantías que le aseguren estos dos factores. 

A esta petición, yo digo sí. Más allá de esto, declaramos que aceptamos todas las garantías internacionales que ustedes conciban y acepten.

Existen factores que deberían arrostrarse con valentía y claridad. Israel ha ocupado y sigue ocupando por la fuerza territorios árabes. Insistimos en la completa retirada de estos territorios, incluido el Jerusalén árabe. He venido a Jerusalén, la ciudad de la paz, que siempre será prueba viviente de la coexistencia entre creyentes de las tres religiones. 

Es inadmisible que nadie pueda concebir la condición especial de la ciudad de Jerusalén en el marco de la anexión o del expansionismo. 

Debería ser una ciudad libre y abierta para todos los creyentes. Déjenme que les diga que no me presento ante ustedes para hacerles la petición de que sus tropas evacuen los territorios ocupados. 

La retirada completa de los territorios árabes ocupados después de 1967 es un hecho lógico e incontestable. Nadie debería suplicar por ello. 

Cualquier conversación acerca de la paz permanente basada en la justicia y de cualquier medida para asegurar nuestra coexistencia en paz y seguridad en esta parte del mundo acabará careciendo de sentido mientras ustedes sigan ocupando territorios árabes por la fuerza de las armas.

Así pues, no hay paz que pueda construirse sobre la ocupación de la tierra de otros, de lo contrario no sería una paz seria. No obstante, ésta es una conclusión obvia e irrebatible si las intenciones son sinceras y los intentos de establecer una paz justa y duradera para sus generaciones venideras y las nuestras son genuinos.

En cuanto a la causa palestina, nadie podría negar que es la clave de todo el problema. No hay nadie en el mundo capaz de aceptar hoy los eslóganes que se propagan aquí en Israel, que hacen caso omiso a la existencia del pueblo palestino y ponen incluso en duda su paradero. Puesto que hoy ya nadie niega la realidad del pueblo palestino ni sus derechos legítimos. 

Incluso Estados Unidos de América, su primer aliado, que está absolutamente comprometido con la salvaguarda de la seguridad y la existencia de Israel, y que ofreció y sigue ofreciendo a Israel todo el apoyo militar, material y moral. 

Digo que incluso Estados Unidos ha optado por enfrentarse a la realidad y admitir que el pueblo palestino tiene derechos legítimos, que el problema palestino es la causa y la esencia del conflicto y que, mientras continúe sin resolverse, el conflicto seguirá agravándose hasta alcanzar nuevas dimensiones. Pasar por alto o dejar de lado esta causa es un grave error de consecuencias impredecibles.

No me permitiré ahondar en acontecimientos pasados como la declaración Balfour, de hace 60 años. De sobra conocen ustedes este relevante texto. Puesto que han encontrado la justificación legal y moral de constituir un hogar nacional en una tierra que no les pertenecía, les corresponde mostrar comprensión ante la insistencia del pueblo de Palestina para que se proclame de nuevo un Estado en su territorio. 

Cuando algunos extremistas piden a los palestinos que abandonen su objetivo supremo, les están pidiendo, de hecho, que renuncien a su identidad y a toda esperanza de futuro. Aclamo las voces israelíes que pidieron el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a conseguir y salvaguardar la paz. Aquí les digo, señoras y señores, que de nada sirve negarse a reconocer al pueblo palestino y su derecho a constituir un Estado, así como su derecho al regreso. 

Deben afrontar esta realidad con valentía, como he hecho yo. La paz no puede durar si se continúan intentando imponer conceptos fantasiosos a los que el mundo ha dado la espalda. Concibamos juntos un acuerdo de paz basado en los siguientes puntos:

- El fin de la ocupación de los territorios árabes tomados en 1967.

- La obtención por parte del pueblo palestino de sus derechos fundamentales y su derecho a la autodeterminación, incluido el derecho a proclamar su Estado.

- El derecho de todos los Estados de la zona a vivir en paz dentro de sus fronteras, unas fronteras seguras, consolidadas y garantizadas mediante procedimientos que habrán de convenirse.

- El compromiso de todos los Estados de la zona a administrar las relaciones entre sí de acuerdo con los objetivos y los principios de la Carta de las Naciones Unidas. En especial los principios que se refieren a la no utilización de la fuerza y a la solución de diferencias por medios pacíficos.

- El fin del estado de guerra en la zona.

He decidido presentar ante ustedes, en su patria, las realidades, sin ningún plan y sin ningún capricho, sino para que juntos ganemos la batalla por la paz permanente basada en la justicia. No es sólo mi batalla. Tampoco es sólo la batalla de los dirigentes israelíes. 

Es la batalla de todos y cada uno de los ciudadanos de todos nuestros territorios, cuyo derecho es el de vivir en paz. Es el compromiso de conciencia y de responsabilidad que millones de personas albergan en sus corazones. He venido aquí a entregar un mensaje.

El mensaje ha sido entregado y que Dios sea mi testigo."
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viernes, 29 de mayo de 2015

SIMÓN BOLIVAR "GUERRA A MUERTE"

SIMÓN BOLIVAR 

"GUERRA A MUERTE"





Discurso pronunciado el 15 de Junio de 1813

Simón Bolívar, Brigadier de la Unión, General en Jefe del Ejército del Norte, Libertador de Venezuela.Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813:

A sus conciudadanos Venezolanos:

Un ejército de hermanos, enviado por el Soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaros, y ya lo tenéis en medio de vosotros, después de haber expulsado a los opresores de las Provincias de Mérida y Trujillo.

Nosotros somos enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos y establecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas están regidos nuevamente por sus antiguas constituciones y magistrados, gozando plenamente de su libertad e independencia; porque nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre que agobian todavía a algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes ni ejercer actos de dominio, a que el derecho de la guerra podría autorizarnos.

Tocados de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y en fin han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación. Así, pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignominia y mostrar a las naciones del universo que no se ofende impunemente a los hijos de América.

A pesar de nuestros justos resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se digna, aún, a abrirles por última vez una vía a la conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir entre nosotros pacíficamente, si detestando sus crímenes y convirtiéndose de buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del gobierno intruso de la España y al restablecimiento de la República de Venezuela.

Todo español que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa por los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo y castigado como traidor a la patria, y por consecuencia será irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están esforzando por sacudir el yugo de la tiranía. Se conservarán en sus empleos y destinos a los oficiales de guerra y magistrados civiles que proclamen el Gobierno de Venezuela y se unan a nosotros; en una palabra, los españoles que hagan señalados servicios al Estado serán reputados y tratados como americanos.

Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de la senda de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables y que sólo la ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente los autores de vuestros crímenes, han podido induciros a ellos. No temáis la espada que viene a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedades; el solo título de Americanos será vuestra garantía y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros, y no se emplearán jamás contra uno solo de vuestros hermanos.

Esta amnistía se extiende hasta los mismos traidores que más recientemente hayan cometido actos de felonía; y será tan religiosamente cumplida que ninguna razón, causa o pretexto será suficiente para obligarnos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sean los motivos que nos deis para excitar nuestra animadversión.

Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.


CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER "Conmemoración del 205° aniversario de la Revolución de Mayo"

CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER "Conmemoración del 205° aniversario de la Revolución de Mayo"



Palabras de la Presidencia de la Nación en la Conmemoración del 205° aniversario de la Revolución de Mayo:

Muy buenas tardes a todos y a todas.
¿Me escuchan bien? ¿Están seguros que me escuchan bien? Yo también los escucho siempre.
Hace exactamente doce años, un 25 de Mayo como hoy, en una hermosa mañana de sol, un hombre que había sido ungido como presidente de la Nación apenas con el 22 por ciento de los votos, pronunció un discurso ante la Asamblea Legislativa y el pueblo de la Nación, que algunos creyeron que era solo eso, un discurso -es más, desde alguna editorial se pronosticó, y fallaron como siempre, que ese gobierno iba a durar apenas un año-, fue un discurso fundacional.
Tal vez su concepto más recordado, su idea más difundida, haya sido cuando dijo que no pensaba dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada para gobernar el país.
Esa frase tal vez sea la más recordada, pero después vino otro concepto que también hoy, a doce años de aquel día, adquiere una dimensión simbólica sin precedentes. Enrollen las banderas por favor así todos pueden ver y los puedo ver a todos, por favor, es un rato chicos, enrollen las banderas, así nos miramos todos la cara. Tal vez una frase pasó un poco más desapercibida. Estaba relacionada con lo que había pasado y lo que él pensaba que tenía que ser su país. Él dijo que cambio era el nombre del futuro, pero dijo además que el cambio no era solamente un cambio económico, cultural o social.
También se pronunció sobre la dirigencia política de su país y dijo que desde ahora en más también iba a haber un cambio por la dirigencia, ya esa dirigencia política no iba a ser juzgada más por sus diagnósticos o por sus discursos. Veníamos de la experiencia dolorosa de discursos maravillosos y gobiernos desastrosos.
Dijo entonces que los dirigentes íbamos a ser juzgados por nuestras conductas, por nuestras acciones, por nuestra eficiencia pero, fundamentalmente, por los resultados de la política que aplicáramos en el país.
Y aquí estamos, a doce años de que ese hombre, con el 22 por ciento de los votos, les estaba contando y explicando a los argentinos cómo iba a hacer para legitimar esa acción de gobierno.
Cuando decía que no pensaba dejar las convicciones, algunos lo tacharon de setentista e ideologizado, los que son verdaderamente setentistas e ideologizados son los que quieren retornar a un pasado de los 90, a un pasado de los 70, a un pasado de represión, a un pasado de gobierno sin pueblo, esos son.
Y nosotros somos el gobierno de la transformación y el cambio. En estos doce años a él le tocó reconstruir y juntar los pedazos de país que nos habían dejado. Porque no se encontró con un país como me encontré yo en el 2007, él se encontró con pedazos esparcidos, se encontró con desesperanza en la sociedad, con escepticismo, con falta de autoestima y Dios sabe que a él lo que le sobraba era voluntad, coraje y decisión para levantar la autoestima de un pueblo que había sido humillado y pisoteado. Y lo hizo, dejando cachos de su vida en el camino también.
A él le tocó presidir en Mar del Plata la Cumbre de las Américas. Quisiera ver cuántos presidentes se plantan como se plantó él aquel 2005 en Mar del Plata para decir en nombre de su país y de la región sudamericana y latinoamericana que en la integración regional y no en la subordinación estaba el futuro.
Él, contra todos los pronósticos, también se plantó frente a un default que no había provocado ni declarado, pero se plantó diciendo que íbamos a pagar de acuerdo con nuestras posibilidades y encaró una negociación con firmeza, con la firmeza y la responsabilidad que deben tener los gobernantes cuando manejan el dinero y los recursos que no son de ellos sino que son del pueblo. Con esa firmeza y cuando arreciaban las críticas, de afuera y de adentro, porque parece mentira, pero también lo criticaron desde adentro por defender los intereses de los argentinos, se plantó y obtuvo la reestructuración de deuda soberana más importante en toda la historia del mundo.
Y hoy, luego de esa reestructuración y la que me tocó completar a mí en el 2010, el 93 por ciento prácticamente de nuestros acreedores están dentro de esa reestructuración. Quedaron aleteando afuera muchos buitres, más que muchos algunos pocos poderosos que manejan medios de comunicación, que manejan organizaciones no gubernamentales, de esas que proliferan por todos lados y que uno nunca sabe de dónde sacan los fondos aunque lo imagina y atacan al país. No solamente al país, decían que íbamos a arreglar porque tenían secretos que iban a revelar no sé dónde, el 1° o el 2 de enero, hasta algunos compañeros creían, “si tenemos que arreglar, arreglemos enseguida”, decían y de buena fe, porque pensaban que bueno, tanto bombardeo mediático llega un momento que te llena la cabeza así. No tengan miedo, pueden difamar a mi hija, pueden maltratar a mi hijo, pueden decir de mí cualquier cosa, pero quédense tranquilos que mientras sea Presidenta voy a seguir defendiendo los intereses del país y proponiendo pagarles a todos los acreedores pero en forma justa, equitativa e igualitaria. No tengo nada de qué avergonzarme, no tengo ninguna cuenta en el exterior que me puedan descubrir. Al contrario, les descubrieron a otros miles de cuentas y, sin embargo no salieron informes de investigación ni programas… ¿Vieron algún programa de investigación acerca de las cuentas, alguna investigación profunda? Al contrario, esta es la realidad.
Ese hombre que reestructuró la deuda, que le dijo no al ALCA, fue también el que comenzó en su primera gestión de gobierno, en su primer año, a contemplar a los olvidados, a los jubilados de la patria, que durante décadas habían sido dejados de lado, todavía no habían llegado las AFJP, todavía estábamos recogiendo los pedazos. Y lo primero que hizo fue en educación: a los dos días de asumir, se fue a la provincia de Entre Ríos que venía de tres meses de huelga docente. Comenzó a rescatar las más de diez monedas, papelitos que se repartían en las provincias; comenzó a convocar al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil que se ha reunido durante los doce años de gestión, a convocar a paritarias libres, como ha habido en doce años de gestión.
Espero que a partir del 10 de diciembre los mismos dirigentes sindicales pongan la misma fuerza y la misma enjundia para obtener todos los aumentos y todos los beneficios que los trabajadores argentinos han logrado en estos doce años.
Y quiero dirigirme en especial a ellos, a los trabajadores, ¿porque saben lo bueno que tienen? Un proyecto político, una forma de encarar el rol del Estado, que hemos podido demostrar que no era un veranito. Si ustedes recuerdan las crónicas periodísticas, siempre era un veranito todo, veranito de consumo, veranito de sueldos, veranito…bueno, señores, vamos por 12 veranos para la Argentina, así que por favor, queremos también el verano número 13.
Y les digo a los trabajadores, y lo digo aquí porque lo dije el otro día cuando me reuní con mis compañeros de la Confederación General del Trabajo, cuando junto con los empresarios vinieron acompañados por el ministro de Economía y el ministro de Trabajo para anunciarnos que numerosos e importantes gremios habían una vez más acordado paritarias libres, se los dije en el Salón Eva Perón: espero que sigan pidiendo y luchando como lo han hecho durante la gestión de Néstor y la mía, porque si no, si no lo hacen yo les voy a decir a los trabajadores que cambien de dirigentes para que sigan teniendo los mismos derechos, los mismos beneficios que hemos tenido en estos años.
Luego le tocó encarar el Plan de Infraestructura social y económica más importante de que se tenga memoria. Hoy por la mañana, tal vez como algo muy especial, como si fuera una casualidad, yo no creo en las casualidades y menos en política, creo en las señales, ustedes lo saben, la licitación pública número 1 que Néstor Kirchner firmó como presidente, fue la reconstrucción y la restauración de la basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de los argentinos.
Y hoy me tocó ir a verla, para los que no se acuerdan, para las fotos que no se publican en ningún diario ni se publicarán, esa basílica que jamás había sido restaurada desde su construcción, como un símbolo, como una metáfora de la Argentina que vivíamos, su cruz mayor, la cruz mayor de la basílica se había caído, se había desplomado en junio del año 2000 y había quedado clavada en la tierra. Tenemos las fotos, un fuerte símbolo de lo que era la Argentina y así la encontramos cuando llegamos en el 2003, la cruz clavada. Muchas otras cruces más encontramos y una por una la fuimos levantando colocando en su lugar.
Y cuando hoy estaba en la basílica de Luján totalmente restaurada a nuevo, como el mismo día que se inauguró como lo dijo monseñor Radrizzani, sentí que esto también es parte de la patria, ese plan de infraestructura.
No me voy a poner ahora a enumerar las miles de escuelas, las nuevas universidades, las construcciones para las viejas universidades, los laboratorios, los espacios para la ciencia, las viviendas sociales, los miles de kilómetros de rutas, el satélite que tenemos, argentinos, primer satélite, si hasta satélites hemos hecho, parece una canción de Fito Páez “Cuando los satélites no alcancen”, kilómetros de fibra óptica para conectar a los argentinos, computadoras.
Es que no se trata de irse o de quedarse, quiero que lo entiendan, este es un proyecto colectivo, no puede depender de una sola persona, depende de ustedes para que sea ejecutado, profundizado y llevado adelante.
Los derechos, la ampliación de derechos, luego cuando recuperamos de las AFJP la administración de los recursos de los trabajadores que nos permitieron generar programas, generar políticas públicas, políticas de Estado como la Asignación Universal por Hijo, como el Plan Progresar, como el Plan Procrear que hoy da cientos de miles de viviendas a familias que no eran sujeto de crédito pero tampoco eran sujeto de vivienda social.
Nuestros jubilados con dos aumentos por año aprobados por ley del Parlamento, luego de discutir la fórmula que había enviado el gobierno que se comprobó que era la mejor, porque mientras todo esto pasaba, mientras recuperábamos Aerolíneas Argentinas fundida, sin aviones, y hoy tenemos una Aerolínea modelo competitiva y mejor que muchas privadas, pese a quien le pese;
cuando recuperábamos YPF para todos los argentinos, hoy la empresa más importante de la República Argentina, y una de las 2.000 empresas más importantes del mundo, los argentinos hemos vuelto a conducir nuestra empresa de bandera, a explorar, a perforar, a producir más y a generar más trabajo. Y si de algo sé es de estas cosas porque soy patagónica, y fue tal vez nuestra región la más castigada cuando se desnacionalizó lo que nunca debió haberse desnacionalizado, la energía. Podría seguir enumerando.
Esta semana que pasó, esta Semana de Mayo que fue maravillosa, y argentinos tenemos que acostumbrarnos a celebrar todos los años la Semana de Mayo con orgullo, porque es la fecha de la patria; esta semana cuando comenzamos la conmemoración de la Semana de Mayo e inauguramos en la ex ESMA el Sitio de la Memoria, me vino a la mente y al corazón aquel 2004, 24 de marzo, cuando acompañados por una multitud y por las organizaciones de Derechos Humanos, que nunca cejaron en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, a ellos les debemos la memoria de los argentinos, a ellos y a ellas, Madres, Abuelas, familiares.
Y los derechos humanos, compatriotas, todos lo sabemos, no estaban en la agenda del 2003. No estaban en ninguna encuesta, no daban puntos, pero él se lanzó porque era necesario. Nosotros, y aquí quiero hablar de nuestro movimiento en especial, de nuestro movimiento político, teníamos una deuda, una deuda que al mismo tiempo era una paradoja, porque parecía que a nuestros dirigentes no les importaban los derechos humanos, y sin embargo las principales víctimas del terrorismo de Estado habían sido jóvenes que se identificaban con Perón y con Evita, había una contradicción insalvable que viene a nuestra historia y nuestra conducta. Y él, que también ese 25 de Mayo se reivindicaba como parte de esa generación diezmada, vino a saldar esa deuda, porque también debemos decirlo, cuando perdimos las elecciones en 1983, cuando la gente quería democracia y vida, no vio esa democracia y esa vida reflejada en las caras de nuestros dirigentes, debemos hacernos cargo.
Y nosotros vinimos a saldar esa deuda que también era una deuda de todos en la democracia y de todos los partidos políticos pero nosotros teníamos mayores responsabilidades. No quiero agregar más, porque voy a decir tal vez cosas que sean muy fuertes. Sí, lo voy a decir, porque si no voy a reventar y no pienso reventar. Teníamos que hacernos cargo nosotros, los peronistas, que muchas veces de un lado había una víctima y entre los victimarios había también algunos que se decían o que eran de nuestro movimiento. Tenemos que decirlo, a la gente no se le puede mentir, a la gente hay que plantársele al frente y reconocer, aunque haya sido otro, las cosas que nos pasaron. Por eso decía que era una paradoja.
Y el otro día, el martes, cuando por tercera vez recorría el interior del Sitio de la Memoria, ahora sí preparado para que sea un testimonio de la tragedia y del horror y para que nunca vuelva a ocurrir, me impresionó una frase en especial que se repetía en dos o tres lugares donde habían nacido bebés en cautiverio, no dónde está Juan Cabandié, por ahí debe estar. Decía cómo puede ser -era una piecita pequeña, había inclusive una abajo de una escalera, tal vez ustedes la hayan visto- que acá hayan nacido bebes. Y yo creo, y le sugiero al curador de ese Sitio de Memoria –tiene que estar sentado por allí- que al frente, al ingresar debería haber otra frase: cómo puede ser que la prensa y los medios de comunicación hayan ignorado lo que pasaba aquí y en otros centros clandestinos de detención a lo largo y a lo ancho del país. Esta es una pregunta que también debe estar en cada sitio de la memoria.
Creo sinceramente que hemos forjado una nueva identidad democrática, ya no se es democrático únicamente porque se esté de acuerdo con que haya elecciones libres y sin proscripciones y podamos votar cada dos años; ya no se es democrático únicamente porque pensamos que es bueno redistribuir el ingreso y que la gente tenga buen nivel y calidad de vida, los derechos humanos se han incorporado definitivamente a esta nueva identidad democrática de la que nadie puede renegar, forman parte de nuestra identidad constitutiva. Y cuando hablo de nuestra no hablo desde un espacio político, hablo desde mi condición de argentina, porque es patrimonio de la Nación y orgullo de la patria.
A veces me pasa también, muchas veces, porque es natural y es bueno que haya oposición en un país y que por ahí las críticas sean duras, sean fuertes, estoy acostumbrada porque siempre fue así, en mi provincia, siempre la política argentina fue una política fuerte, la oposición- oficialismo, peronismo-antiperonismo, siempre fue una cosa así, pero cuando veo algunas expresiones aisladas pero poderosas, yo antes pensaba: será por todos los derechos que han conquistado o vuelto a conquistar los trabajadores, será porque de repente ahora los de piel más oscura tienen los mismos derechos, será porque hay matrimonio igualitario. Porque cuando uno ve y siente algunas expresiones, yo estoy dura y curtida, pero cuando uno siente algunas expresiones o ve una cara..., no me refiero a la crítica de los opositores, está bien, la oposición debe criticar, debe proponer también, pero bueno, debe criticar, es su función y está bien que así sea, pero cuando escucho algunas expresiones, no de políticos opositores, debo reconocerlo, cuando por ahí veo alguna manifestación exacerbada por algún medio de comunicación y veo gente que dice cosas terribles, y después aparece que siempre están identificados con algún sector vinculado con violación a los derechos humanos, veo que está allí el tema, que eso es lo que tal vez nunca nos vayan a perdonar. ¿Y saben por qué? Porque alguien puede haber tenido políticas económicas equivocadas o entreguistas, si les parece mejor; alguien puede haber tenido un desastre económico y social, y bueno, no pudo, no supo, no quiso, lo obligaron, lo presionaron, le convino, siempre hay mil explicaciones, pero cómo explicar que justificaste la tortura, la desaparición, la apropiación de bebés, o que tiraran gente de los aviones al mar.
Eso no es, por favor, abrir ningún abismo ni ninguna grieta, no, por favor, los argentinos estamos reconciliados hace rato. Y si no miren lo que pasó ayer cuando las calles se llenaron de banderas saludando el paso del sable corvo del general San Martín, esa es la verdadera reconciliación del pueblo con el ejército sanmartiniano, porque eso es lo que quieren. Díganme argentinos, díganme compatriotas, a todos, a los 40 millones de argentinos, desde que tengan memoria, desde que volvió la democracia aquel glorioso 30 de octubre de 1983, si recuerdan alguna vez tanta gente en las calles vivando a los granaderos, si recuerdan tantos niños vestidos con uniforme de San Martín y llevando el sable de San Martín con orgullo, cuántas veces vieron ese fenómeno de recuperar la patria y los símbolos para el pueblo y enarbolarlos con orgullo.
Esta es la tarea de quienes gestionan el Estado, que nuestros chicos estén orgullosos de vestir el uniforme de San Martín y que además conozcan la historia. Porque miren todo lo que nos falta todavía por hacer. Hemos hecho más de 2.000 escuelas, hemos repartido 5 millones de computadoras, 80 ó 90 millones de libros, más de 2.000 bibliotecas populares; hemos creado 14 nuevas universidades, hemos duplicado o quintuplicado –no sé cuánto más- los sueldos de los investigadores y técnicos del CONICET, de las universidades, pero ayer, cuando difundíamos en las redes y difundía la Televisión Pública, mientras el sable corvo de San Martín recorría la ciudad para ir a su destino final, donde había querido que estuviera, en el Museo Histórico, ahí millones de argentinos recién se enteraron que el libertador de medio continente había legado su sable en cláusula de testamento al brigadier don Juan Manuel de Rosas, miren lo que nos falta argentinos todavía en materia de educación y cultura. ¿Y saben por qué? Porque la historiografía liberal, la que le contaban a los chicos en los colegios, decía que Rosas era un tirano, y si Rosas era un tirano entonces cómo un hombre como San Martín le iba a legar su sable. ¿Y saben por qué se lo legó? Porque nos defendió en la Vuelta de Obligado frente a la invasión extranjera, con valor y coraje que pocos hombres han tenido.
Por eso los argentinos tenemos la obligación de conocer la historia, y falta mucho en educación porque -alguna vez lo dije- es mala la subordinación política, es mala la subordinación económica, pero no hay nada más perjudicial, no hay nada más nefasto que la subordinación cultural, y lo que es peor, la desinformación educativa y cultural que no nos permite decidir y elegir cuáles son los caminos correctos.
Esta Semana de Mayo donde además anoche me dormí con el Himno Nacional Argentino cantado por esa magnífica artista Elena Roger en el nuevo Centro Cultural, que a algunos parece que les molesta que lleve el nombre del ex presidente, aprobado por el Parlamento Argentino. Y por qué no hacemos una cosa, si les molesta por qué no hacen uno mejor todavía, más grande y le ponen el nombre que quieran. ¿O acaso creen que me gustan algunos nombres de algunas calles, avenidas o plazas? Si es por andar cambiando y proponiendo nuevos nombres, vamos a proponerles nuevos nombres a todos, hacemos una encuesta con todos y todas. Por favor, la historia pero sin beneficio de inventario.
Y también cuando ingresé a ese Correo convertido hoy en el centro cultural más importante de Latinoamérica y el tercer centro cultural del mundo, sentí mucho orgullo como argentina, y la verdad, qué pequeñez fijarse en el nombre, lo importante es que millones de argentinos, todos los argentinos, van a poder acceder democráticamente, todos en forma igualitaria, a un centro de cultura para que la cultura no sea propiedad solamente de una elite, porque entonces no es cultura.
Y quiero decirles que estos logros, esta alegría no ha sido fácil, porque no la han hecho fácil. Pero yo no me quejo, ¿saben por qué no me quejo? Porque son las reglas del juego. Cuando venís a transformar el statu quo, cuando venís a cambiar la realidad en favor de las grandes mayorías, no esperes caricias ni aplausos, solamente palos, difamaciones, injurias, mentiras y calumnias. No importa, estamos preparados, nos hemos preparado, tenemos la obligación como dirigentes políticos democráticos, nacionales y populares, de saber que el camino de dirigir un pueblo a una vida mejor tiene sus costos personales. No importa, esta Argentina ya no tiene relaciones carnales con nadie, esta Argentina tiene relaciones serias y maduras con todos los países del mundo, esta Argentina…, les salió desafinado chicas me parece, pero están lindas igual, ustedes son lo mejor de todo, los jóvenes, los cientos de miles de jóvenes, los millones de jóvenes que se han incorporado a la actividad política con alegría, con amor, con felicidad.
Pero yo les decía, y les digo a todos los hombres y mujeres que tienen legítimas aspiraciones de conducir el país, sus provincias y municipios, que siempre piensen que va a ser difícil cuando intenten defender los intereses de las mayorías y que, inclusive, muchas veces sectores que han mejorado producto de esta transformación económica, no entienden que son, al mismo tiempo, producto de esta transformación, porque esto que vive la Argentina hoy no se pudo haber hecho en cuatro años; estos proyectos requieren tiempo y esto no es ambición de poder, al contrario. Quieren hacerle creer a la gente que es bueno que cada cuatro años cambie todo. ¿Saben por qué? Porque cuando cada cuatro años cambia todo es que todo sigue igual.
Por eso este proceso de transformación de doce años debe ser profundizado, debe continuar. Y no es continuidad o cambio, por Dios. Y los que quieren cambios que nos expliquen a todos los argentinos qué cambios quieren. Yo les pido a todos los hombres y mujeres de mi patria, a todos mis compatriotas, que cuidemos lo logrado, que nos ayuden a corregir los errores que sin lugar a dudas los hay, porque hemos trabajado mucho, porque nos hemos roto el lomo trabajando y hemos perdido cosas en el camino irrecuperables, pero quiero decirles que más allá de todas las cosas que hemos construido y que sería largo enumerar y que algunas, solamente algunas he dicho hoy, la más importante de todas es que hemos construido otra vez la Patria, argentinos. Tenemos Patria y estamos orgullosos de ella.
Y les pido que no tengan miedo, muchos me miran inquisidores a los ojos y me dicen: “¿qué va a pasar?” y yo les contesto: “va a pasar lo que ustedes quieran que pase”. Porque ustedes son los que están empoderados, ustedes son los titulares de los derechos, son los millones y millones de jubilados; son los millones y millones de trabajadores; son los millones de jóvenes que estudian en nuestras universidades y nuestras escuelas; son los miles de científicos en nuestros institutos, los que han vuelto y los que se quedaron; son las amas de casa; son los peones rurales; son también las mujeres trabajadoras de las casas de familia, que finalmente después de largas décadas tienen sus derechos consagrados; son ustedes los jóvenes; son también los millones de argentinos que han logrado un trabajo o los que teniéndolo han mejorado sustancialmente sus ingresos y han podido comprarse un auto, una casita o un terreno y están construyendo la familia. Ustedes son los verdaderos dueños de su destino y lo más importante que hemos hecho en estos doce años ha sido derrumbar uno por uno los mitos y las mentiras que les decían de que si los trabajadores ganaban bien no iba a haber inversiones o no iba a haber trabajo o la mentira que decía que no se podían hacer más universidades, o la mentira de que no se podía apartarse de lo que decía el Fondo Monetario Internacional. Miren lo que está pasando en Europa, miren lo que está pasando en el mundo.
Hoy estaba leyendo -un poquito para distenderme- los resultados de las elecciones en España, y leía que en las dos principales ciudades españolas, en Barcelona y en Madrid, habían ganado dos mujeres. En Barcelona una activista social y en Madrid está a punto de ganar parece ser una ex jueza de 71 años. Sí, en España parece que se jubilan un poquito antes que aquí en la Argentina. Una ex jueza de 71 años, que miren ustedes qué impresionante, tenía una tienda que se dedicaba a hacer ropa infantil, por parte de presas que salían de la cárcel para luego conseguir ser incluidas. Hay un mundo nuevo, argentinos, hay actores nuevos, hay realidades diferentes, que no nos vuelvan a poner anteojeras como al caballo y nos hagan tirar del carro porque no, no tiramos de ningún carro, nos queremos subir al carro para conducirlo nosotros, los argentinos.
Ese es el empoderamiento de este pueblo: el haber derribado los mitos de que no se podía hacer nada porque cuando se llegaba al gobierno se debía hacer lo contrario de lo que se había dicho en la campaña. Por eso nadie podrá mentirles, nadie podrá engañarlos y eso es lo más importante que se le puede dejar a un pueblo y también a un hijo o a una hija, a un nieto o a una nieta, lo más importante que se le puede dejar es la verdad, la memoria, la dignidad; lo más importante que se le puede dejar a un pueblo es que ese pueblo finalmente, como ha sucedido en estos años, pueda saber cuáles son sus derechos, defender sus derechos, reclamarlos. Ya no es necesario emplear formas que tal vez en algún momento vivimos, allá por el 2001, en forma terrible, al contrario, ahora cuando alguien hace una movilización para protestar contra el gobierno, la policía tiene orden de cuidarlos y nadie lleva un arma de fuego, porque no queremos que nadie quede sin el derecho de la protesta, que nadie quede sin el derecho de la movilización, que nadie quede sin el derecho de decir lo que piensa. Esta nueva Argentina la hemos construido entre todos.
Y también les digo que estemos atentos porque han pasado cosas, me acuerdo cuando recién salí de mi operación y ¿dónde está “Coqui” ? Ahí está, ¡bien por el Chaco! Me acuerdo que – como lo dije el otro día, en El Chaco – allí vino el que era gobernador, vino también Axel a ayudarme en el Ministerio de Economía, y yo me acuerdo de aquel diciembre terrible, fue en este mismo escenario donde bailé, había habido saqueos, había habido policías que encadenadamente provincia por provincia se iban sublevando mágicamente. Algún día, cuando se desclasifique algún archivo, sabremos qué pasó, pero estemos atentos todos de lo que pasa porque tal vez – ojalá Dios no lo quiera, Dios no lo permita – intenten hacer cosas para enojar a la gente, para que la gente se asuste, para que se enojen con alguien o contra alguien.
En estos días vimos algún episodio de sospechosa e inusitada violencia y yo les pido a todos, por favor, no nos dejemos llevar por eso y le pido fundamentalmente también a quienes tienen la responsabilidad de comunicar: por favor, no exacerben los ánimos y el enfrentamiento entre argentinos. Necesitamos escucharnos y fundamentalmente los argentinos necesitan escuchar a los hombres y mujeres que van a conducirlos a partir del 10 de diciembre. No hagan tanto ruido ni tanto lío para que ellos puedan decidir libremente el rumbo que tomará la patria, que no tengo ninguna duda seguirá siendo el rumbo del cambio y la transformación que hemos venido realizando en estos 12 años de gobierno.
¿Y saben por qué tengo esa certeza? Porque nadie vota para atrás, porque la gente vota para adelante, para futuro, para mejora.
Y ahora que escucho que todos están de acuerdo con todos, ahora que escucho que, de repente, la Asignación Universal por Hijo está muy bien, que no van a privatizar Aerolíneas, que tampoco van a privatizar YPF. Por favor, que busquen algún registro, hace dos años decían otras cosas y además, compatriotas, cada vez que votamos una de esas leyes en el Congreso lo hicimos en absoluta soledad. También debemos recordarlo, porque las cosas no se hicieron por arte de magia, se hicieron democráticamente.
Y ojalá también podamos, finalmente, poder aplicar esa Ley de Medios Audiovisuales que fuera apoyada – debo reconocerlo – no solamente por nuestro movimiento político, sino también por amplias mayorías.
Por eso quiero decirles que tengo mucha fe en Dios, tengo mucha fe en el pueblo y quiero agradecerles, finalmente quiero eso: darles las gracias a todos y cada uno de los argentinos, a todos y a cada uno de ellos, a los que me quieren como ustedes y que me votaron, también a los otros que no tienen por qué quererme, no es obligación querer a nadie, ni tampoco mucho menos votarlo, quiero darle las gracias a los 40 millones de argentinos porque yo sé que aún en el fondo, en un pedacito saben que las cosas que hicimos, que las decisiones políticas que tomamos eran las más importantes, sí, eran importantes para todos porque a todos, con una mano en el corazón, argentinos, piensen cómo estaban en mayo del año 2003, a todos se los pido a todos, con una mano en el corazón: piensen cómo estaban en el 2003. Olvídense, yo sé que soy por ahí medio antipaticona, y digo cosas que por ahí no les gustan y alguno puede decir: “mira que soberbia y qué poco humilde”. Sí, por ahí son defectos que tengo, pero con una mano en el corazón, le pido a todos los argentinos que se pongan una mano en el corazón y piensen: ¿están un poco mejor que en el 2003 o están peor que en el 2003? Y esto va para todos: trabajadores, empresarios, comerciantes, estudiantes, investigadores, intelectuales, artistas.
Nuestros artistas, que no están acompañándonos por un centro cultural, porque también hemos dado derechos, hemos reconocido el derecho de los actores, de los directores de cine, hemos ampliado derechos y garantías a todos los sectores. Por eso también les pido a los hombres y mujeres que conforman nuestro espacio político, que den lo mejor de sí para que estos 40 millones de argentinos podamos seguir creciendo y viendo en paz, con nuestras diferencias, con nuestra diversidad, con nuestra pluralidad, pero en paz para poder caminar, no como sucede en otras regiones del mundo.
Hoy por la mañana escuchaba a los representantes de las distintas iglesias reconocer y valorar que tu país, la Argentina, nuestro país, la Argentina, es una nación donde no hay diferencias de credos ni de religiones ni de razas, en la que todos nos sentimos hermanos, más allá de las diferencias. Ese es el mejor patrimonio que debemos conservar y defender. Por eso este 25 de Mayo no lo vivas con tristeza ni nostalgia, vívanlo con alegría porque van a venir muchos 25 de Mayo más en que el que el pueblo se volcará a la Plaza, en el que el pueblo estará feliz y en el que todos podremos, más allá de las diferencias, reconocer que por sobre todas las cosas somos, argentinos, el mejor legado que le podemos dar a nuestros hijos: el orgullo de país, el orgullo de tener Patria.
Yo quiero agradecerles todos estos años que han sido por momentos los más felices y tal vez en algún momento el más triste e imposible de remontar. Pero Dios siempre manda consuelo, Dios siempre se acuerda, partió el compañero, pero llegaron los nietos y aquí estamos parados, firmes como siempre enarbolando la bandera argentina con la escarapela en el pecho, y lo que es más importante en el corazón, de donde nunca me la saco, cuando tomo las decisiones que tomo.
Gracias a todos, muchas gracias a todos los argentinos y a todas las argentinas por esta maravillosa Plaza, por este maravilloso 25 de Mayo. Los quiero y los abrazo con todo mi corazón. Muchas gracias.

¡Viva la Patria, argentinos! ¡Viva la Patria!

jueves, 28 de mayo de 2015

Ricardo Balbín "Despidiendo los restos de Perón"

Discurso de Ricardo Balbín 

Despidiendo los restos de Perón 

en el Congreso Nacional


Llego a este importante y trascendente lugar, trayendo la palabra de la Unión Cívica Radical y la representación de los partidos políticos que, en estos tiempos, conjugaron un importante esfuerzo al servicio de la unidad nacional: el esfuerzo de recuperar las instituciones argentinas y que, en estos últimos días, definieron con fuerza y con vigor su decisión de mantener el sistema institucional de los argentinos. En nombre de todo ello, vengo a despedir los restos del señor Presidente de la República de los argentinos, que también con su presencia puso el sello a esta ambición nacional del encuentro definitivo, en una conciencia nueva, que nos pusiera a todos en la tarea desinteresada de servir la causa común de los argentinos.
No sería leal, si no dijera también que vengo en nombre de mis viejas luchas; que por haber sido claras, sinceras y evidentes, permitieron en estos últimos tiempos la comprensión final, y por haber sido leal en la causa de la vieja lucha, fui recibido con confianza en la escena oficial que presidía el Presidente muerto.
Ahí nace una relación nueva, inesperada, pero para mí fundamental, porque fue posible ahí comprender, él su lucha, nosotros nuestra lucha ya través del tiempo y las distancias andadas, conjugar los verbos comunes de la comprensión de los argentinos.
Pero guarde yo, en lo íntimo de mi ser, un secreto que tengo la obligación de exhibirlo frente al muerto. Ese diálogo amable que me honró, me permitió saber que él sabía que venía a morir a la Argentina, y antes de hacerlo me dijo: 'Quiero dejar por sobre todo el pasado, este nuevo símbolo integral de decir definitivamente, para los tiempos que vienen, que quedaron atrás las divergencias para comprender el mensaje nuevo de la paz de los argentinos, del encuentro en las realizaciones, de la convivencia en la discrepancia útil, pero todos enarbolando con fuerza y con vigor el sentido profundo de una Argentina postergada.'
Por sobre los matices distintos de las comprensiones, tenemos todos hoy aquí en este recinto que tiene el acento profundo de los grandes compromisos, que decirle al país que sufre, al pueblo que ha llenado las calles de esta ciudad sin distinción de banderías, cada uno saludando al muerto de acuerdo a sus íntimas convicciones -los que lo siguieron, con dolor; los que lo habían combatido, con compresión -, que todos hemos recogido su último mensaje: 'He venido a morir en la Argentina, pero a dejar para los tiempos el signo de paz entre los argentinos".
Frente a los grandes muertos. ...frente a los grandes muertos tenemos que olvidar todo lo que fue el error, todo cuanto en otras épocas pudo ponernos en las divergencias; pero cuando están los argentinos frente a un muerto ilustre, tiene que estar alejada la hipocresía y la especulación para decir en profundidad lo que sentimos y lo que tenemos. Los grandes muertos dejan siempre el mensaje .
Sabrán disculparme que recuerde, en esta instancia de la historia de los argentinos, que precisamente en estos días de julio, hace cuarenta y un años el país enterraba a otro gran presidente: el doctor Hipólito Yrigoyen.

Lo acompañó su pueblo con fuerza y con vigor, pero las importantes divergencias de entonces. colocaron al país en largas y tremendas discrepancias, y como un símbolo de la historia. como un ejemplo de los tiempos, como una lección para el futuro, a los cuarenta y un años, el país entierra a otro gran presidente. Pero la Fuerza de la República, la comprensión del país, pone una escena distinta, todos sumados acompañándolo y todos sumados en el esfuerzo común de salvar para todos los tiempos la paz de los argentinos.
Este viejo adversario despide a un amigo. Y ahora, frente a los compromisos que tienen que contraerse para el futuro, porque quería el futuro, porque vino a morir para el futuro, yo le digo Señora Presidente de la República: los partidos políticos argentinos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto, para servir a la permanencia de las instituciones argentinas, que usted simboliza en esta hora.

Dr. Ricardo Balbín

EVITA PERÓN “Peronismo es la fe popular hecha partido en torno a una causa de esperanza”

EVITA PERÓN “Peronismo es la fe popular hecha partido en torno a una causa de esperanza”



Discurso del 17 de octubre de 1949  



Mis queridos descamisados de ayer y de hoy, mañana y de siempre:

A todos ustedes, que comprendieron en la hora decisiva que peligraba el destino de la Patria y jugaron su vida para que triunfara la justicia, a ustedes, que rescataron al coronel Perón de las garras del odio y con amor encendieron el impulso y alientan todavía su fuerza aglutinante que transformó la Patria con asombro del mundo.
Es el amor de ustedes el que floreció en el rescate hace cuatro años Hace cuatro años desde este mismo balcón, bajo este mismo pedazo de cielo y frente a esta misma multitud del pueblo, se consagró un hombre, nuestro querido Coronel Perón. Hoy, y por siempre sea, vuelve a vivirse la jornada gloríosa, que queda incorporada a la historia de la Patria como clásica definición de la argentinidad. Hace cuatro años esta histórica plaza se reencontraba en sus ansias de justicia, en sus anhelos de bienestar, en su firme determinación de libertad. Hace cuatro años, mis queridos descamisados, se reencarnaba el grito del Cabildo, con sostén de pueblo, al amparo de una voluntad también firme, que es la voluntad de nuestro pueblo argentino. Desde estos mismos balcones, el líder asomaba como un sol, rescatado por el pueblo y para el pueblo, sin más armas que sus queridos descamisados de la Patria, retemplados en el trabajo.
Este es el origen puro de nuestro Líder. Es necesario decirlo y destacarlo. No salió de las combinaciones de un comité político. No es el producto del reparto de las prebendas. No supo, no sabe, ni sabrá nunca de la conquista de las voluntades, sino por los caminos limpios de la justicia. Esa es la raíz de la razón de ser del 17 de Octubre. Esa -es su partida de nacimiento.
Nació en los surcos, en las fábricas y en los talleres. Surge de lo más noble de la actividad nacional.
Fue concebido por los trabajadores en el trabajo y su desarrollo contempla sus aspiraciones también en el trabajo. El 17 de octubre, mis queridos descamisados, es una aspiración, es un canto hecho ya realidad.
Estamos en una obra que nada ni nadie podrá detener. Ya he tenido oportunidad de decir, identificada con el líder, que el peronismo no se aprende ni se proclama. se comprende y se siente. Por eso es convicción y es fe. Por eso, también, no importan los rezagados del despertar nacional. yo no deseo, no quiero para el peronismo, a los ciudadanos sin mística revolucionaria. Que no se incorporen, que queden rezagados, si no están convencidos. El que ingrese, que vuelque su cabeza y su corazón sin retaceos, para afrontar nuestras luchas, que siempre habrán de terminar en un glorioso 17 de Octubre. Pero en nuestro movimiento no tiene cabida el interés y el cálculo. Marchamos con la conciencia hecha justicia que reclama la humanidad de nuestros días.
Peronismo es la fe popular hecha partido en torno a una causa de esperanza que faltaba en la Patria.
Hace poco tiempo, para definir mi condición de peronista, expresé: "Luchamos por la Independencia y la soberanía de la Patria, por la dignidad de nuestros hijos y de nuestros padres, por el honor de una bandera, por la felicidad de un pueblo encamecido y sacrificado en aras de una avaricia y un egoísmo que no nos han traído sino dolores y luchas estériles y destructivas".
Si el pueblo fuera feliz y la Patria grande, ser peronista sería un derecho. En nuestros días, ser peronista es un deber. Por eso soy peronista.
Soy peronista por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo, vivificado y actuante otra vez por el renacimiento de sus valores espirituales y la capacidad realizadora de su Jefe, el General Perón.
Esta es la definición de un peronismo auténtico, que tiene su raíz en la mística revolucionaria.
Esta es la definición del peronismo del 17 de Octubre de 1945, sin otro interés, sin otro cálculo, sin otra proyección que el bienestar de la Patria, traducido en el bienestar de los trabajadores en sus múltiples actividades.
Yo invito al pueblo a meditar sobre el significado, sobre la honda proyección del 17 de Octubre. Es la única, la auténtica, la definitiva revolución popular que se opera en nuestro pueblo. Una revolución histórica se justifica cuando sus causas sociales, políticas y economicas las determinan.
Y ahí está la justificación de la revolución histórica del 17 de Octubre. Fue determinada por causas sociales, Políticas y económicas. En lo social, el abandono total de -la justicia, con el enquistamiento de los privilegios y la explotación del trabajador. En lo político, con la sistematización del fraude en favor de los partidos que se turnaban en el Gobierno o se lo quitaban mutuamente según el menor o mavor apoyo de los intereses en jue go y en lo económico, el entreguismo y la venta del país, surgidos de sus reyertas.
contra ello, y para destruir ese estado de cosas, el pueblo rescató a su Líder y lo ubicó . en este balcón el 17 de octubre de 1945.
Cumplo una. obra eminente peronista, que se inspira en la doctrina del General Perón y tiene como fundamento y base lo,s principios sociales que arranca del 17 de octubre. Toda mi acción está dirigida a los trabajadores de la Patria y a interpretar el pensamiento y el sentimiento del General Perón, con quien trato de colaborar en su incansable labor . en favor del pueblo que él tanto ama. No creo que mis actividades para mitigar el dolor de los necesitados puedan constituir un mérito. Por el contrario, 10 interpreto como un deber de quien puede hacerlo ...
Quiero ahora destacar la enorme satisfacción que me produce auscultar esta perfecta unidad entre el pueblo y el General Perón. Hecho nuevo que también tiene .su origen en el 17 de octubre. Movidos, dinamizados por idénticós anhelos y las mismas aspiraciones, el pueblo y su Líder forman hoy una unidad indestructible, que consolidan y ensanchan el camino del movimiento peronista.
De nada valdrá, entonces, el mezquino retaceo de los rezagados y los resentidos. Felizmente para nosotros, en nuestra historia los luchadores siempre `han sido los más, y los rezagados los menos. El pueblo, en todas sus etapas, marchó a la cabeza de las minorías acomodaticias ... y alcanzó sus objetivos comunes siempre que encontró un conductor -capaz de señalarle los caminos y de unificar sus energías populares, evitando su dispersión. Y abandonó a los costados del sendero, como se abandona a lo inútil, a los cobardes incapaces de colaborar en la grandeza de la Patria. Sólo así fue posible nuestra Independencia, uniendo la consecuencia y la combatividad de los sectores más populares de la población a los anhelos y a la conciencia de los hombres de Mayo. Sólo así fue posible la epopeya de la guerra por la liberación de medio continente, cuando los gauchos, los descamisados, siguiendo la alta inspiración sanmartiniana llevaron la bandera de la libertad y autodeterminación a las playas del Pacífico. Y sólo así fue posible nuestra segunda y definitiva liberación, cuando los trabajadores argentinos, unidos en un solo bloque alrededor del Coronel Perón, proclamaron, en un día como hoy y en este histórico lugar, que sus viejos enemigos, la oligarquía y el ,imperialismo, ya no tenían nada que hacer en esta nueva Argentina, otra vez en marcha porque ha
bia encontrado su conductor.
..Ya saben los descamisados que la bandera peronista no será jamás arriada. Los cientos de miles de corazones que hoy palpitan en esta plaza histórica, constituyen el símbolo de la lealtad. Por eso, con ese nombre, se ha denominado el 17 de Octubre "Día de la Lealtad% porque encarna la lealtad de un pueblo para con su Líder, día de la lealtad entre her-. manos de una misma causa que marchan- seguros de su fuerza y de su destino ...
El 17 de Octubre, compañeros, ya está definitivamente incorpo a la historia de la Patria ... por voluntad soberana de su pueblo ... Se cierra y comienza una nueva etapa de la vida argentina que transforma fundamentalmente su fisonomía social, política y económica.
Por eso, el Líder de los argentinos, nuestro glorioso General Perón, puede hoy afirmar, con razón y orgullo, al mundo entero, desde el Preámbulo de la Nueva Constitución Argentina, que formamos "una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana".
Por eso todo el pueblo está de pie ... observa, vigila y hace de la lealtad su culto, su ley y su bandera., Lealtad que hace temblar la plaza histórica en la noche del rescate; lealtad que se hará justicia con su propia mano el día de la traición; lealtad que sólo pueden sentir los que quieren a la Patria y no se venden al oro extranjero; lealtad de dos amigos que juntos forjaron el destino de la Patria y el fervor del pueblo que los sigue; lealtad de todo un pueblo que siente que en su alma no cabe la traición, y cuando la sospecha pasa como una sombra hay un solo grito:
"¡La vida por Perón!"
      

miércoles, 27 de mayo de 2015

NESTOR KIRCHNER "Construir alternativas"

NESTOR KIRCHNER 

"Construir alternativas"



DISCURSO DEL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER EN EL MERCOSUR

"Señores presidentes del Brasil, amigo Lula, y de Bolivia, amigo Carlos Mesa, señor intendente de esta querida ciudad de Montevideo, señores representantes de las distintas ciudades representadas aquí, amigos y amigas:
Es un verdadero honor para mí poder compartir con todos ustedes el día de hoy, aquí, en la ciudad de Montevideo, en la sede de la Intendencia Municipal, este acto y este intercambio de ideas y pensamientos que tenemos en estas horas. Realmente también es muy importante lo realizado hoy por el Mercosur. Pero todos sabemos que en esta región del mundo y todos sabemos que muchos de nosotros, como dirigencia, durante mucho tiempo estuvimos atrapados por el doble discurso, estuvimos atrapados por la hipocresía y muchas veces hicimos discursos de banderas que después claudicamos.
La realidad de nuestras regiones y las cosas que nos han pasado, la exclusión, la pobreza, la concentración económica, la falta de equidad, la injusticia, la impunidad y la corrupción que ha habido no es fruto de la casualidad. Fue fruto de sistemas que fueron direccionados, fue fruto de dictaduras militares y fue fruto de políticas que nacieron de los centros naturales de poder que irradian hacia nuestra región, pero también, mis queridos amigos, con la mano en el corazón, porque es fundamental que tengamos una profunda capacidad de autocrítica para poder construir el puente de plata que nos permita construir las sociedades que nosotros pensamos, también nosotros bajamos los brazos y nos resignamos y muchas veces permitimos que nuestros territorios prácticamente fueran arrasadas por estas políticas de la injusticia, la exclusión, la impunidad y la incomprensión. Por eso, creo que nada mejor que desde aquí, desde Montevideo, desde aquí, desde lo que significa la reunión del Mercosur y lo que significa el encontrarnos numerosísimas ciudades, volver a unir todos nuestros esfuerzos, todos nuestros pensamientos para construir las alternativas que nuestra región está necesitando.
No nos podemos enamorar más de los números, tenemos que recordar lo que nos pasó en los últimos treinta años permanentemente. Tenemos que ver lo que fue la década del 90, tenemos que entender que en la década del 90 también se hablaba del crecimiento económico y de la posibilidad del derrame voluntario del vaso que iba a irradiar justicia y equidad sobre nuestra sociedad, y todos sabemos cómo quedaron nuestras naciones, cómo quedaron nuestros países, cómo quedaron nuestros hermanos.
Por eso, señor intendente, si usted me permite, yo quiero desde aquí, desde Montevideo, convocar a todos los pueblos de América, más allá del Mercosur, abrir las fronteras del Mercosur, integrar a los países de América del Sur, integrarnos y tener un profundo diálogo con México, construir un pensamiento interbloque regional muy fuerte para hablar con la Comunidad Económica Europea, hablar también con la potencia prácticamente unipolar que existe hoy en el mundo desde una posición de dignidad, desde una posición de real posicionamiento para la defensa de nuestros intereses, para que desde allí podamos construir el mundo que muchos americanos y latinoamericanos pensamos, soñamos. Muchos dejaron sus vidas por las ideas que nosotros queremos promulgar y llevar adelante en el día, en todos estos tiempos y en estas horas que nos tocan vivir.
Por eso, espero que podamos construir desde el Mercosur, querido presidente Lula, querido presidente Mesa y queridos amigos, un marco de integración que tenga su columna vertebral en el fortalecimiento de los derechos humanos, en el fortalecimiento de la justicia, en el fortalecimiento de la verdad, en el fin de la impunidad, en el principio de la justicia, en la consolidación de la equidad, en la lucha contra exclusión y que Dios no nos vea nunca más bajar los brazos y las ideas ante los poderosos, que podamos ayudar a construir en cada país de nuestra región un esquema donde la síntesis y la verdad relativa de cada uno de nosotros nos permita construir esas naciones que hemos soñado, que soñamos y que muchos han soñado. Por eso, señor intendente, en esta llave me llevo el concepto de Patria grande, de justicia, de equidad, de lucha por los derechos humanos y el fin de la exclusión social para una Latinoamérica y una América para todos los americanos y latinoamericanos.