GORBACHOV "LA PERESTROIKA"
Discurso
de Gorbachov explicando la Perestroika (1988):
He
escrito este libro con el deseo de dirigirme a los pueblos; a los de la URSS,
de Estados Unidos y, de cualquier país (…)
He
escrito este libro con la fe en el sentido común de dichos
ciudadanos. Estoyseguro de que ellos, al igual que nosotros y esto es lo
principal, están preocupados por el destino de nuestro planeta. (...)
Perestroika
no es un tratado científico ni un panfleto propagandístico, aunque las
opiniones, conclusiones y enfoques analíticos que el lector hallará en el libro
se basan, desde luego, en premisas teóricas y valores bien definidos. Más
bien consiste en una colección de pensamientos y
reflexiones acerca de la perestroika, de los problemas que tenemos
planteados, de la envergadura de los cambios necesarios y de la complejidad,
responsabilidad y singularidad de nuestra época (...) Gran parte de él se
ocupa del nuevo pensamiento político y de la filosofía de nuestra política
exterior. (...)
Actualmente,
la perestroika se halla en el foco de la vida intelectual de nuestra sociedad,
lo cual es lógico porque influye en el futuro de este país (...) También los de
más países socialistas demuestran un natural y pronunciado interés en la
reestructuración soviética. También ellos están atravesando un difícil
pero sumamente importante período de búsqueda en su evolución, ideando
yexperimentando nuevas formas de acelerar el desarrollo económico y
social. El éxito de estos intentos dependen en gran medida de nuestra
interacción, de nuestras preocupaciones y empresas conjuntas (...)
No
cabe duda de que la Unión Soviética está viviendo unperíodo crucial. El
Partido Comunista realizó un análisis crítico de la situación a la que se había
llegado a mediados de los años ochenta y formuló la política de la perestroika
o reestructuración, una política tendente a acelerar el desarrollo económico y
social del país y a re novar todas las esferas de la vida. El pueblo soviético
comprende y acepta esta política: la perestroika ha vivificado el conjunto de
la sociedad (...).
En
Estados Unidos, como en todo Occidente, existen diferentes interpretaciones de
la perestroika. Por ejemplo, se ha dicho que es una medida impuesta por la
desastrosa situación de la economía soviética y que implica un desencanto del
socialismo y una crisis de sus ideales y últimos objetivos. Nada más lejos
de la verdad que este tipo de interpretaciones, sean cuales fueran los motivos
de quienes las mantienen.
Desde
luego, la perestroika se ha visto considerablemente estimulada por nuestra
insatisfacción con el modo en que han ido las cosas en nuestro país en épocas
recientes. Pero el más importante de los elementos que la han inspirado ha sido
la comprensión de que no se estaba utilizando plenamente todo el potencial del
socialismo. Ahora, en el septuagésimo aniversario de la nuestra Revolución, nos
damos cuenta de ello con especial claridad (...)
Quiero
advertir desde el primer momento que la perestroika ha resultado más difícil de
lo que imaginábamos en un principio. Hemos tenido que modificar muchas de
nuestras evaluaciones. Aun así, con cada paso adelante nos sentimos más
convencidos de que estamos en el buen camino y hacemos las cosas correctamente.
Hay
quien afirma que han sido los ambiciosos objetivos fijados por la perestroika
en nuestro país los que han motivado las propuestas de paz que hemos presentado
recientemente en los foros internacionales. Tal interpretación es
demasiado simple. Es un hecho bien sabido que la Unión Soviética trabaja desde
hace mucho tiempo por la paz y la cooperación, y ha presentado muchas
propuestas que, de haber sido aceptadas, habrían normalizado la situación
internacional (...)
Nuestra
nueva forma de pensar, sin embargo, va aún más lejos. El mundo está viviendo
una atmósfera no sólo de peligro nuclear, sino también de grandes problemas
sociales sin resolver, de nuevas tensiones provocados por la revolución
científico-tecnológica y la agudización de los problemas globales.
(...). La acumulación de armamentos, particularmente los nucleares, hacen
cada vez más probable que estalle una guerra mundial por accidente,
casualmente, ya sea por un fallo técnico o por causa psíquica. En tal caso
serían víctimas todos los seres vivos de la Tierra (...)
En
una palabra, nosotros, en la dirección soviética, hemos llegado a la conclusión
y no nos cansaremos de repetirla, de quees indispensable un nuevo pensamiento
político. (...)
¿Cuál
es el alcance del nuevo pensamiento político? En realidad, este abarca toda la
problemática principal de nuestra época (...)
La
política tiene que basarse en realidades. Y la verdad más impresionante
del mundo de hoy consiste en la concentración de un colosal arsenal militar,
incluido el nuclear, en manos de Estados Unido y de la Unión Soviética. Esto
impone a nuestros países una especial responsabilidad ante todo el mundo.
Impulsados por esta conciencia, nos esforzamos sinceramente, por sanear las
relaciones soviético-norteamericanas, y deseamos alcanzar aunque sea el mínimo
de comprensión mutua indispensable para resolver los asuntos de los cuales
dependen los destinos del mundo.
Decimos
sinceramente que son inaceptables las aspiraciones hegemonistas y las
pretensiones globalistas (...)
No
tenemos ninguna mala intención hacia el pueblo norteamericano. Queremos y
estamos dispuestos a colaborar en todos los ámbitos. Pero la colaboración debe
basarse en la igualdad, la compresión y en el avance mutuos.
En
ocasiones no sólo nos defrauda, sino que también nos lleva a serias
meditaciones el que nuestro país sea percibido en Estados Unidos como un
agresor, como «el imperio del mal» (...).
El
tiempo corre y podemos perderlo. Hay que actuar. La situación no permite
esperar el momento ideal: el diálogo amplio y constructivo es necesario hoy
(...).
Estamos
lejos de pensar que sólo nuestro enfoque es el veraz. No tenemos recetas
universales, pero estamos dispuestos a buscar, franca y honestamente, junto con
Estados Unidos y los demás países, las respuestas a todas las interrogantes,
aún las más difíciles.
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