LULA DA SILVA
"NO NACIMOS PARA SER POBRES"
"Cuando no tenía llaves de
la ciudad de Montevideo, esa ciudad ya estaba con sus puertas abiertas para
centenas de brasileños que en un momento histórico, que fue muy malo para
nuestro país desde el punto de vista de la democracia, encontraron aquí un
lugar para refugiarse, para repensar en sus vidas y cambiar ideas. Ahora, con
las llaves, me imagino que podremos mandar muchas más personas...
(Risas y aplausos)
Espero que no sea por problemas
políticos sino para convivir con este pueblo extraordinario de Uruguay, con
este pueblo extraordinario de Montevideo y siempre aprender un poco más.
Quería, mi querido intendente
Mariano Arana, hablar de mi alegría al recibir estas llaves junto al presidente
Kirchner, al presidente Mesa -y nuestro compañero Nicanor Duarte, de Paraguay,
que tuvo que irse-, en un momento en que tuvimos una extraordinaria reunión del
Mercosur en la capital del Mercosur que es Montevideo. Hicimos un acuerdo
histórico en la medida de que el Mercosur y la Comunidad Andina firmaron un
tratado que ciertamente cambiará mucho las relaciones que tuvimos hasta ahora.
Además, en el momento en que nosotros estamos en esta ciudad, (se reunieron)
decenas o centenas de compañeros dirigentes sindicales de todo el Mercosur. En
el momento en que nosotros estuvimos en esta ciudad, (se reunieron) decenas de
intendentes de las ciudades más importantes (de la región). También porque
tenemos parlamentarios de varios países que componen el Mercosur.
Por sí solo ya sería un momento
excepcional pero tenemos aquí algunas personalidades. Me gustaría que mi
querido alcalde Mariano Arana pudiera saber que aquí están el gobernador de
Santa Catarina, nuestro compañero Luiz Henrique (da Silveira), nuestro
compañero Zeca do PT, gobernador del estado de Mato Grosso do Sul, nuestro
compañero Antonio Palocci, ministro de Economía de Brasil... Después Kirchner
presenta a los ministros de Argentina que están con él...
(Risas)
No tengo el equilibrio emocional
del presidente Carlos Mesa, que consiguió dominar sus tres minutos de
improvisación. Si comienzo a improvisar y me voy envolviendo, me temo que el
día de hoy será muy largo.
Pero estoy feliz. Estoy feliz por
las llaves de la ciudad, estoy feliz por el cariño que he recibido de hombres y
mujeres uruguayos donde quiera que los haya encontrado, en Brasil, en
Argentina, en Perú o en cualquier lugar del mundo. Estoy feliz porque este
encuentro de hoy del Mercosur es para mi cabeza algo muy gratificante. Durante
mucho tiempo algunos dirigentes políticos de mi país y algunos de América
Latina decían que no podía ser electo presidente porque iba a acabar con el
Mercosur. Ya durante la campaña habíamos tomado el compromiso de que el
Mercosur sería la base de la construcción de nuestra política externa. Como
primera demostración de eso hice una visita a Argentina. Tuve el primer
contacto con el presidente Duhalde. Allí firmamos un pacto de que era preciso
trabajar y trabajar mucho para que pudiésemos reconstruir el Mercosur. El
Mercosur nunca había acabado. Nunca había fracasado. Lo que había fracasado era
la economía de Brasil, de Argentina y de los otros países.
Resolvimos reconstruir el
Mercosur, tomando conciencia, mi querido intendente, de que la reconstrucción
de un foro como el Mercosur precisa primero tener confiabilidad política de las
personas que participan de él. Era preciso que entre los dirigentes de nuestros
países no hubiera desconfianza, disputas menores y pensáramos siempre de forma
positiva en lo que podríamos ganar con esa integración.
En 11 meses me reuní con todos
los presidentes de los países de América del Sur. Con algunos, más de una vez.
En 11 meses tuvimos muchos contactos con Argentina, cuando no entre los
presidentes, se encontraron los ministros. Con Uruguay, lo mismo. No
conversamos apenas con aquel del que gustamos. Conversamos con los que ejercen
el papel de jefes de Estado. Cuando voy a un país no quiero saber si el
presidente es ideológicamente afín o no conmigo. Quiero saber si es el
presidente del país y tengo que tratarlo como jefe de Estado y hacer la
política que un jefe de Estado tiene que hacer con otro jefe de Estado.
Cuando me tenga que reunir con
aquellos que me gustan, no los visitaré como jefe de Estado y sí como compañero
de un partido político para poder...
(Aplausos)
Esa reunión de hoy fue el
coronamiento de una tarea que Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay nos
propusimos hacer. Nos propusimos trabajar, vencer las divergencias que pudieran
existir entre nosotros, las históricas y las contemporáneas. Y pienso que hoy
consolidamos el Mercosur y a partir de esa consolidación, sin que ningún país
pierda la posibilidad de hacer sus aportes bilaterales con otros países,
queremos hacer más. Queremos que el Mercosur no pierda de vista su relación con
su relación con la Unión Europea y los Estados Unidos que son nuestros mayores
socios comerciales. Pero nunca podemos perder de vista la importancia que tiene
China en su relación con el Mercosur y con América del Sur. No podemos perder
de vista lo que India puede representar en la relación con el Mercosur. No
podemos perder de vista lo que podemos ganar en una alianza entre Mercosur y
África; entre Mercosur y los países árabes; entre Mercosur y otros países
asiáticos.
Lo importante es que nos vamos a
esperar que alguien venga al Mercosur para saber lo que es. Vamos a viajar para
mostrar lo que somos, lo que tenemos y lo que queremos. Es por eso es que en el
último viaje tuve el placer de tener la compañía del compañero Duhalde, ex
presidente de Argentina, hoy presidente del Comité Parmanente del Mercosur.
Vamos a continuar haciendo eso porque creemos que no nacimos para ser pobres la
vida entera, no nacimos para ser países en desarrollo la vida entera pero
tampoco nacimos para estar de foro en foro, llorando el hecho de que la vaca
lechera no haya pasado por la puerta de nuestra casa.
Siempre digo que no es posible
hacer política y la buena política si quien la hace no tiene autoestima.
Primero tenemos que creer en lo que estamos haciendo. Segundo, tenemos que
hacer que las personas crean en que lo que estamos haciendo es importante para
ese momento histórico.
No puedo hablar por otro país
pero como tengo muchos amigos en Argentina, en Paraguay y algunos en Brasil,
incluso podría decir por mis compañeros de Bolivia... que creo en este
continente en pocos momentos de la historia el pueblo vivió con una autoestima
tan elevada como está ahora. En América de Sur en pocos meses pasó una cosa que
mucho cientista político con doctorado en la Sorbona o en otra cualquier no imaginaba
que pudiese pasar. Kirchner no estaba en los pronósticos de los que preveían el
resultado electoral. Lula, venido de donde vino y teniendo la formación que
tiene, no estaba predestinado a ser presidente de Brasil. Y Carlos Mesa era
vice. Nicanor ha roto con la cultura de los partidos tradicionales de Paraguay.
Con Chavez pasó lo mismo. Y hay más cosas para cambiar. Hay más cosas para
cambiar.
(Risas y aplausos)
Sobre nosotros pesa una
responsabilidad que puede no pesar en los hombros de un político tradicional.
Un político tradicional se aleja si no acertó, vuelve para su actividad o va a
hacer cualquier cosa no sé dónde. Pasó. Nosotros tenemos una responsabilidad
mucho mayor porque lo que está en juego no es nuestro mandato. Es nuestra
historia.
Cuando pasa eso, aumenta nuestra
responsabilidad. De vez en cuando tengo compañeros que quieren dar pasos más
rápidos, otros menos. Siempre digo lo siguiente. No podemos dar un paso muy
lento ni dar un paso muy grande porque hasta los grandes jugadores de fútbol
que entrenan todo el día, cuando se fuerzan de más, tienen lesiones y están
mucho tiempo sin jugar. En la política tenemos que dar los pasos medidos,
pensados, calculados, pensando estratégicamente lo que va a pasar en el mes
siguiente, en el año siguiente porque un error puede ser fatal para quien
quiere contribuir con el quiebre de la tradición oligárquica que durante tantos
y tantos años gobernó nuestro contiente.
Por eso estoy feliz. Creo que ya
hicimos mucho en estos pocos meses de Kirchner, en estos pocos días de Mesa. Ni
siquiera lo conocía. Cuando fui a Bolivia, a Santa Cruz de la Sierra a hacer
una reunión, pensé "tiene buena cara, creo que va ser un buen
presidente". Pienso que Bolivia estaba precisando de una persona
equilibrada, no populista, ni de aquellos que hablan cosas que ni ellos creen
pero hablan porque hablar es más fácil que hacer.
Como he perdido tres elecciones
en Brasil y sé lo duro que es perder, quiero que mi querido intendente sepa que
no tiraremos afuera esta oportunidad de hacer que el pueblo de mi país, y los
otros presidentes con los pueblos de sus países, recuperen no apenas la
autoestima, sino la dignidad de vivir bien en nuestros países. Con esta llave,
ciertamente, todo será más fácil".
No hay comentarios:
Publicar un comentario