LÁZARO CÁRDENAS
“La esencia de las
reformas orgánicas proclamadas ha sido, de una parte la plena realización de la
personalidad humana y de otra, la transformación definitiva de las estructuras
individualistas, basadas en la lasciva repartición de los bienes, en la
esclavitud de las clases proletarias y en la desigualdad de oportunidades para
los ciudadanos”
DISCURSO ANTE EL CONGRESO DE MEXICO, EN LA APERTURA
DE LAS SESIONES ORDINARIAS 1 de Septiembre de 1940
Honorable Congreso de la Unión:
Vengo ante la representación de la Soberanía Nacional para
rendir el informe correspondiente al sexto y último año del actual período
constitucional.
Por intensa que haya sido la labor desarrollada hacia la solución de los
problemas fundamentales del país, sólo he cumplido la misión relativa que a los
investidos con la más alta representación de la República les marca la
Constitución Federal y me creo autorizado a declarar que en el
cumplimiento de mi deber de gobernante hice todo lo que humanamente me fue
posible en beneficio de la Nación.
Al servicio de este anhelo el Gobierno no se ha considerado con derecho a imponer direcciones de su personal arbitrio; antes por el contrario, se ha vinculado voluntariamente, por convicción y por lealtad, al principio creador de la Revolución Mexicana, como obra nacional auténtica; y sobrevenida cada ocasión de traducir en formas concretas este imperativo, no ha seguido otra norma que la misma Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo poder constituyente dejó marcados los objetivos y los métodos que integran el único modo de gobernar lícitamente a nuestro país.
Al servicio de este anhelo el Gobierno no se ha considerado con derecho a imponer direcciones de su personal arbitrio; antes por el contrario, se ha vinculado voluntariamente, por convicción y por lealtad, al principio creador de la Revolución Mexicana, como obra nacional auténtica; y sobrevenida cada ocasión de traducir en formas concretas este imperativo, no ha seguido otra norma que la misma Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo poder constituyente dejó marcados los objetivos y los métodos que integran el único modo de gobernar lícitamente a nuestro país.
Para garantizar las aspiraciones triunfantes del pueblo mexicano, de
mejoramiento económico, de libertad espiritual y de independencia política, se
expidieron las reformas fundamentales cristalizadas en la Constitución de
1917, de cuyos mandatos se derivan las nuevas responsabilidades del Estado en
la dirección del país.
La reforma educacional, inspirada en el pensamiento de forjar una
coherente y elevada conciencia colectiva, el deber de las autoridades de vigilar
el ejercicio de la propiedad privada conforme al interés general y su cuidado
por la conservación, fomento y distribución de la riqueza pública, la
intervención eficaz para evitar las concentraciones económicas o especulaciones
perjudiciales a la sociedad, la vigorización de nuestro sistema democrático por
el sufragio directo y el reconocimiento de la autonomía municipal como base de
división territorial y de su organización política y administrativa, la
adopción definitiva del principio de no reelección para las autoridades
municipales, estatales y federales, la amplitud de las garantías individuales y
el respeto efectivo de la libre expresión del pensamiento, la obligación de
intervenir en las relaciones de trabajo, la autoridad del poder público ante
los antiguos fueros y privilegios de que disfrutaban las agrupaciones
confesionales, la supremacía inviolable de la Constitución como suprema
ley de la República, son otras tantas directivas políticas que se impone
al Gobierno Constitucional:
Al subordinar el Ejecutivo su gestión pública a estos mandatos de ley y
hacer que la Nación se desenvuelva dentro del orden y con el debido
acatamiento a las autoridades legítimas, ha tenido sin duda que afectar
intereses, prerrogativas y privilegios que se habían conservado intangibles.
Pero el Gobierno ha podido dominar toda resistencia apoyándose en la
fuerza moral de las Instituciones, a las que deben adhesión y respeto los
ciudadanos y extranjeros que aspiren a actuar dentro de normas superiores de
convivencia legal y fuera de los regímenes arbitrarios y dictatoriales que son
método de privación de las más elementales garantías humanas y de los más
elevados derechos de los pueblos.
La esencia de las reformas orgánicas proclamadas a través de nuestra
historia, según las exigencias de la época, ha sido, de una parte la plena
realización de la personalidad humana y de otra, la transformación definitiva
de las estructuras individualistas, basadas en la lasciva repartición de los
bienes, en la esclavitud de las clases proletarias y en la desigualdad de
oportunidades para los ciudadanos.
En el presente informe he considerado conveniente incluir, además de la
labor del primero de septiembre de 1939 a la fecha, lo realizado
durante el período de gobierno que me ha tocado el honor de presidir.
Pero sólo se recogen en él los datos generales que sirven a caracterizar
nuestra gestión, dejando los detalles relativos a las memorias que cada
dependencia federal ha rendido y que también se entregan, como anexos, al
conocimiento de Vuestra Soberanía.
Un índice de la labor legislativa durante el período de la
Administración actual se inserta en este informe, mediante relación de las
leyes, decretos e iniciativas de mayor importancia.
1935
·
Ley de Amparo.
·
Ley de Indulto.
·
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
·
Ley de Crédito Agrícola.
·
Ley Orgánica de los Tribunales de Justicia del Fuero Común del Distrito
y Territorios Federales.
·
Ley Orgánica del Ministerio Público del Fuero Común del Distrito y
Territorios Federales.
·
Código de Procedimientos Civiles y Penales.
·
Ley Orgánica de los artículos 102, 103 y 104 Constitucionales.
·
Ley Orgánica de la fracción I del artículo 27 constitucional.
·
Reformas a los artículos 43 y 45 constitucionales, creando nuevamente el
Territorio de Quintana Roo.
·
Reformas a la Ley Monetaria de 25 de julio de 1931, por la que
se retiraron de la circulación todas las monedas de plata con liga de 07.20 y
se autorizó la expedición de billetes de banco.
·
Creación de los centros de maquinaria agrícola para alquilarla a
ejidatarios y campesinos.
·
Creación del Consejo Nacional de Educación Superior y de la
Investigación Científica.
·
Ley de Nacionalización de Bienes.
·
Reglamento de la Ley de Nacionalización de Bienes.
1936
·
Ley de Expropiación.
·
Ley de Jubilación para los Funcionarios y Empleados del Poder
Legislativo.
·
Reformas al artículo 78 de la Ley Federal del Trabajo. (Pago
obligatorio del salario correspondiente al séptimo día).
·
Reformas al artículo 80 de la Ley Federal del Trabajo.
·
Ley General de Población.
·
Ley de Justicia Fiscal.
·
Decreto relativo al Empréstito de $ 5.500,000.00 de Dólares para obras
de irrigación.
·
Decreto relativo al Empréstito de $ 50.000,000.00 para la construcción
de vías férreas.
1937
·
Acuerdo expropiando los Ferrocarriles Nacionales de México. (junio 24).
·
Reformas al artículo 104 constitucional.
·
Decreto cambiando el nombre a la Secretaría de Guerra y Marina
por el de
·
Secretaría de la Defensa Nacional. (Comenzó esta designación
con fecha 1o. de noviembre).
·
Reformas al Código Penal, por lo que se refiere a delitos contra la
salud.
·
Nueva Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común del Distrito y
Territorios Federales.
·
Ley Orgánica de la Contaduría Mayor de Hacienda.
·
Reformas al artículo 49 constitucional suspendiendo al Ejecutivo las
facultades extraordinarias en todos los ramos.
·
Ley sobre Energía Eléctrica.
·
Ley de Amnistía.
·
Reformas al artículo 4o. de la Ley Forestal.
·
Reformas a la Ley del Impuesto sobre Explotación Forestal.
·
Empréstito de $ 15.000,000.00 para Bonos de Caminos de los E. U. M.
(1937) y ampliación del citado empréstito por seis millones más.
·
Reformas al Reglamento de Higiene Industrial.
·
Ley de Inamovilidad del profesorado de Escuelas Secundarias.
·
Reformas al Código Civil, por lo que se refiere al reconocimiento de
hijos naturales.
·
Derogación del artículo 69 de la Ley Forestal de 5 de abril de
1926.
·
Reformas al artículo 34 constitucional otorgando voto a la mujer.
(Este proyecto presentado por el Ejecutivo a la consideración del H.
Congreso de la Unión, hasta la fecha no ha sido aprobado).
1938
·
Acuerdo expropiando las Compañías Petroleras. (Marzo 18).
·
Creación de la Administración Nacional Obrera de los
Ferrocarriles.
·
Creación de las instituciones públicas Petróleos Mexicanos y
Distribuidora de Petróleos Mexicanos.
·
Empréstito denominado Cooperación Nacional.
·
Reformas a la Ley del impuesto sobre la Renta.
·
Ley del Impuesto sobre Tabacos Labrados.
·
Expedición de Bonos de la Tesorería del Departamento del
Distrito Federal.
·
Empréstito de veinte millones de pesos para Bonos de Caminos de los
Estados Unidos Mexicanos. (1938).
·
Reformas a la Ley General del Timbre.
·
Reformas y adiciones a la Ley General de Instituciones de
Seguros.
·
Reformas a la Ley del Impuesto de Minería.
·
Ley del Impuesto al Algodón.
·
Reformas a la Ley del Impuesto sobre producción de Petróleo
·
Ley del Impuesto sobre Azúcar.
·
Campaña contra el paludismo, declarándola de utilidad pública.
·
Establecimiento del organismo público denominado Regulador del Mercado
de las Subsistencias.
·
Ley del Impuesto sobre Alcoholes, Aguardientes y Mieles
Incristalizables.
·
Ley del Impuesto sobre Aguas Gaseosas y Minerales.
·
Reformas a la Ley del Impuesto sobre Producción e Introducción
de la Energía Eléctrica.
·
Reformas a la Tarifa de Derechos de Importación y Exportación.
·
Ley del Impuesto sobre Explotación Forestal.
·
Ley sobre el Servicio Público de Aguas Potables para el Distrito
Federal.
·
Ley sobre Industria Eléctrica.
·
Reformas a la fracción VII del artículo 27 constitucional. (Conflictos
de límites de terrenos comunales).
·
Ley de Pensiones por Méritos Civiles o Heroicos.
·
Reformas al Código Penal, suprimiendo la pena de relegación.
·
Ley que establece el régimen de la Pesca Comercial y Deportiva
en aguas territoriales mexicanas.
·
Ley de Indulto a los reos de los fueros militar y federal y a los del
fuero común del Distrito y Territorios Federales.
·
Reformas a la ley del Impuesto sobre Aguamiel y productos de su
Fermentación.
·
Franquicia fiscal a las cooperativas (exención de impuestos).
·
Reformas al Código Sanitario Federal.
·
Ley sobre Patrimonio de la Comisión de Fomento Minero.
·
Código Fiscal de la Federación.
·
Ley Federal de Estadística.
·
Creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
·
Ley del Impuesto sobre la Sal.
·
Ley creando un impuesto adicional sobre azúcar.
·
Ley del Impuesto sobre Consumo de Energía Eléctrica.
·
Reformas a la Ley Orgánica del Banco de México.
·
Reformas a la Ley Monetaria de los E. U. M.
·
Acuerdo Internacional celebrado por el Ejecutivo con el Gobierno de los
E. U. A. sobre reclamaciones de ciudadanos norteamericanos por afectación de
tierras.
·
Ley de la Industria Eléctrica.
·
Estatuto Jurídico de los Empleados al Servicio de los Poderes de la
Unión. (El proyecto de esta Ley fue enviado al H. Congreso de la
Unión en 1937, habiendo entrado en vigor el 5 de diciembre de 1938).
1939
·
Ampliación de la zona libre de Baja California y creación de la zona
libre en el Estado de Sonora.
·
Reglamentación de los pagos por las expropiaciones de algunos bienes de la
Comarca Lagunera.
·
Facultades al Ejecutivo para amortizar diversos valores de la Deuda
Pública, que se encuentran en guarda en la Tesorería de la
Federación.
·
Facultades al Ejecutivo para crear los Puertos Libres de Salina Cruz,
Matías Romero, Puerto México y Topolobampo.
·
Reformas a la Tarifa del Impuesto General de Importación y
Exportación.
·
Creación de la Condecoración del Mérito Revolucionario.
·
Reformas y Adiciones a la Ley Aduanal.
·
Creación de la Orden Mexicana Maestro Altamirano y
condecoración del mismo nombre.
·
Estatuto Legal de las Islas Marías.
·
Reformas y Adiciones a la Ley de Nacionalidad y
Naturalización.
·
Modificaciones a la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército
y Armada Nacionales.
·
Autorización al Ejecutivo para emitir bonos por la cantidad de seis millones
de pesos para la ejecución de obras públicas en el Distrito Federal.
·
Ley creando un fondo nacional de garantía para valores mobiliarios.
·
Creación del Impuesto de la Renta sobre el Superprovecho.
·
Empréstito de Bonos de Caminos de los E. U. M. (1940) por treinta
millones de pesos.
·
Ley de Retiros y Pensiones del Ejército y Armada Nacionales.
·
Reformas a la Ley del Impuesto sobre Consumo de Gasolina.
·
Franquicias Fiscales para Industrias nuevas en el país.
·
Militarización de la Policía Federal de Caminos.
·
Reformas y Adiciones al artículo 73 constitucional (Federalización de la
Asistencia Pública.)
·
Creación del Patrimonio del Veterano de la Revolución.
·
Varias reformas y adiciones al Estatuto Jurídico.
·
Reformas a los artículos 74 y 85 de la Ley Orgánica de los
artículos 103 y 107 constitucionales (Ley de Amparo).
·
Reformas y adiciones al artículo 1915 del Código Civil del Distrito y
Territorios Federales.
·
Reformas al artículo 224 de la Ley Orgánica de los Tribunales
del Fuero Común en el Distrito y Territorios Federales.
1940
·
Con fecha 19 de febrero del presente año se publicó la Ley de
Vías Generales de Comunicación, enviada al H. Congreso de la Unión en
el año de 1937.
·
Ley de Responsabilidad de Funcionarios y Empleados de la
Federación. Esta Ley se publicó con fecha 21 de febrero del año en curso,
la que fue enviada al H. Congreso de la Unión en el año de 1938.
·
Ley Reglamentaria del artículo 3o. constitucional. Su publicación se
hizo con fecha 3 de febrero del año en curso, proyecto que fue enviado al H.
Congreso de la Unión en 1939.
·
Iniciativas y Leyes enviadas al H. Congreso de la Unión, durante el
período extraordinario de sesiones que se inauguró el 25 de julio del presente
año, a iniciativa del C. Presidente de la República y previa convocatoria
expedida por la H. Comisión Permanente.
·
Ley del Servicio Militar.
·
Creación del Consejo Supremo de la Defensa Nacional.
·
Ley General de Instituciones de Fianzas.
·
Reformas al artículo 419 de la Ley Aduanal.
·
Ampliación del empréstito de los Bonos de Caminos de los E. U. M.
(1940).
·
Reformas al artículo 73, fracción X de la Constitución General de la
República (Federalización del Impuesto de Tabacos Labrados).
·
Reformas a la Ley del Impuesto sobre Tabacos Labrados.
·
Derogación de los decretos que crearon la Distribuidora de
Petróleos Mexicanos y la Administración General del Petróleo
Nacional, creando únicamente la Institución Petróleos Mexicanos.
·
Ratificación del Convenio celebrado por el Ejecutivo Federal con la
Consolidated Oil Corp., propietaria dela Sinclair Pierce Oil Co., S.
A., de la Mexican Sinclair Pet. Corp. y de la Cía. Terminal de
Lobos, S. A.
·
Ley de Caza de los E. U. M.
·
Nuevo Código Agrario.
·
Ley de Sanidad Fitopecuaria de los E. U. M.
·
Ley del Impuesto sobre Herencias y Legados para el Distrito y
Territorios Federales.
·
Convención para el establecimiento de un Banco Interamericano.
·
Reformas al artículo 8o. de la Ley de Ingresos del Territorio
Norte de la Baja California.
·
Ratificación de las erogaciones e inversiones efectuadas por el
Ejecutivo hasta la fecha, con fondos del Impuesto Adicional sobre el Azúcar.
·
Autorización al Ejecutivo para enajenar los terrenos ganados al mar en
Veracruz, Ver.
·
Reformas a la Ley del Banco de México.
·
Proyecto de Ley de Seguros Sociales.
Preocupación primordial del Gobierno ha sido velar por el mantenimiento
de una situación monetaria saludable y adecuada a las necesidades generales de
la producción económica.
El stock total circulante (billetes, moneda acuñada y depósitos
bancarios) que en enero de 1935 ascendía a 538 millones de pesos, se elevó
progresivamente durante el actual período hasta alcanzar la cifra de 930
millones en el mes de agosto del presente año.
La producción industrial del país, cuyo índice general ascendió, de 100
en 1935, a 120 para el segundo semestre de 1940, y el índice general
de los precios, que fue de 94.5 en 1935 y ascendió a 130 en el primer semestre
de 1940, indican que si bien ha habido un aumento de circulación en relación
con las cifras correspondientes al año de 1935, este aumento no ha influido
totalmente sobre los precios, sino que en parte fue absorbido por un aumento en
la producción industrial.
Los índices de precios durante los años de 1938 a 1940,
indican que el aumento de éstos se había detenido, puesto que para 1938 fue de
126.3, para 1939 de 127 y solamente durante los primeros meses de 1940 había
subido a 130.
La misma atención que mereció el mantenimiento de una circulación
adecuada, se concedió a la conservación de la Reserva Metálica del
Banco de México para el sostenimiento de nuestra moneda.
Ya en 1935 se sentían en la Reserva los efectos benéficos de
la fijación del tipo de cambio en la cifra de 3.60 y para enero de ese año la
Reserva valía 27.3 millones de dólares, cifra que continuó aumentando
constantemente hasta alcanzar un máximo de 51.2 millones de dólares en
septiembre de 1936, en que comenzó a declinar por circunstancias de carácter
exterior y debidas principalmente al abatimiento general de los precios en el
mercado mundial.
Este descenso se agravó debido a causas artificiales e intencionadas,
cuando se inició la resistencia de las compañías petroleras a la política
obrera del Gobierno Federal, y nuestra Reserva continuó perdiendo valor a
partir del mes de septiembre de 1937, hasta llegar a un mínimo de 21.4 millones
de dólares en septiembre de 1938.
Para esta fecha fue necesario abandonar el tipo de cambio de 3.60
dejando que nuestro peso tomase su nivel natural y manteniendo al Banco de
México alejado del mercado, como precaución para conservar el encaje metálico.
Los efectos de dicha política no dejaron de manifestarse en sentido
favorable para los intereses del país, puesto quela Reserva principió a
recuperarse cuando se tuvo un establecimiento del tipo de cambio alrededor de
cinco por uno con respecto al dólar, que ha resultado ser, no obstante algunas
oscilaciones no duraderas, el más apropiado dentro de las circunstancias
especiales que se crearon para nuestro país.
La Reserva monetaria volvió a subir y está representada actualmente
por una inversión de oro y divisas importando 31 millones de dólares.
El sistema bancario ha seguido robusteciéndose con la creación de nuevas
instituciones de crédito y auxiliares, habiéndose otorgado concesiones para el
establecimiento de bancos, sociedades financieras, uniones de crédito y otras
instituciones, representando aquél un capital exhibido a mediados de este año
de $ 248.454,000.00.
Las reclamaciones presentadas por propietarios y adquisición de otros
bienes, han sido pagadas en efectivo y en pagarés la suma de $ 20.337,930.24,
habiéndose cumplido puntualmente con los vencimientos respectivos.
Por reclamaciones de extranjeros por daños causados por la
Revolución, de acuerdo con los convenios relativos, se liquidó la anualidad de
1940 correspondiente a los Gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e
Italia, cuyo importe, sumado a los pagos hechos por este concepto durante los
cinco años anteriores, hace un total de $ 14.460,416.83, habiéndose entregado,
además, la suma de 15 millones de pesos al Grupo Sinclair, como indemnización
por los bienes petroleros que le fueron expropiados.
Se hacen esfuerzos, además, para dejar planteadas las bases de arreglos
definitivos, a fin de rehabilitar totalmente el crédito exterior, facilitando
así la estrecha colaboración interamericana de créditos y movimiento de
capitales, presentada en La Habana y que seguimos con interés
especial.
Se ha procurado favorecer la importación de materias primas para las
industrias productoras de artículos que en gran cantidad se consumen en el
país, así como también la fabricación de productos industriales que aprovechan
a la agricultura.
En cambio, se establecieron altas cuotas de exportación que permitieron
organizar la venta exterior de ciertos productos, seleccionando su calidad y
otorgando a su producción un subsidio cuando se estimó conveniente.
En octubre de 1939 se promulgó una ley suprimiendo el impuesto de
exportación de capitales, medida que ha determinado junto con otras causas, una
interesante inmigración de capitales extranjeros.
En diciembre de 1939 se publicó la Ley del Impuesto de la
Renta sobre el superprovecho, estableciendo un nuevo gravamen para los
contribuyentes con ingresos que excedan de $ 100,000.00 y utilidad superior al
15% sobre el capital contable, cuya recaudación en los primeros seis meses de
este año excede a $ 12.000,000.00.
El Presupuesto de Egresos estimado del presente año es de $
577.014,651.33, siendo el del sexenio de $ 2,742.645.870.70.
·
Poder Legislativo $ 44.766,461.01
·
Presidencia de la República $ 9.232,170.47
·
Poder Judicial $ 25.671,152.46
·
Gobernación $ 30.287,310.19
·
Relaciones Exteriores $ 27.875,318.81
·
Hacienda y Crédito Público $ 256.728,475.80
·
Defensa Nacional $ 507.745,274.67
·
Agricultura y Fomento $ 213.027,524.50
·
Comunicaciones y Obras Públicas $ 432.229,899.38
·
Economía Nacional $ 57.898,326.59
·
Educación Pública $ 363.272,406.87
·
Asistencia Pública $ 57.048,332.95
·
Salubridad Pública $ 84.316,993.05
·
Trabajo $ 11.515,173.90
·
Agrario $ 52.976,587.65
·
Forestal $ 13.980,166.87
·
Asuntos Indígenas $ 8.849,334.48
·
Educación Física $ 3.947,115.88
·
Prensa y Publicidad $ 9.666,378.41
·
Marina $ 18.521,126.37
·
Procuraduría General de la República $ 7.656,739.46
·
Inversiones $ 152.068,598.89
·
Deuda Pública $ 353.365,002.04
El importe de estos presupuestos se ha destinado a las obras y servicios
que en seguida se detallan, así como a cubrir todos los gastos de
administración.
Caminos: $ 219.741,107.25, que corresponden 72 al Presupuesto y 146
a Bonos, de los cuales hay redimidos 66
(Concepto) / Bonos / Presupuesto
México-Guadalajara $ 55.431,820.11 $ 7.348,695.60
México-Acapulco $ 13.401,868.07 $ 1.267,802.82
México-Laredo $ 26.055,516.91 $ 964,850.00
Diversos $ 25.426,062.54 $ 2.902,720.80
En cooperación con los Estados $ 21.999,921.07 $ 36.113,763.22
Conservación $ 4.576,321.37 $ 24.251,764.74
(Subtotal) $ 146.891,510.07 $ 72.849,597.18
Irrigación: $ 160.319,281.25.
El Palmito, Dgo. $ 21.812,756.31
Río San Juan, Presa El Azúcar, Tamps. $ 19.412,442.26
Río Yaqui y Presa "La Angostura", Son. $ 14.408,206.53
Obras del Valle de México $ 5.356,304.66
Don Martín, N. L. $ 4.150,186.40
Morelia y Queréndaro, Mich. $ 4.128,380.66
Delicias, Chih. $ 4.088,191.82
Tehuantepee, Nejapa y Las Pilas, Oax. $ 3.892,229.50
Presa Rodríguez, B. C. $ 3.443,503.60
A. Obregón, S.L. P. $ 3.136,094.80
Río San Juan, Gro. $ 2.819,792.51
Chapala, Jal. y Michoacán $ 2.772,966.62
Ciudad Juárez, Chih. $ 2.717,883.20
Muichapan, Presa Madero, Hgo. $ 2.647,416.62
Tarécuato, Mich. $ 2.366,309.06
Culiacán, Sin. $ 1.385,613.83
El Rodeo; Mor. $ 1.245,501.36
La Antigua, Ver. $ 1.170,414.38
Diversas obras de irrigación $ 36.683,311.13
Maquinarias para diversos sistemas de riego $ 22.681,776.00
(Subtotal) $ 160.319,281.25
Ferrocarriles: $ 91.174,256.98.
Ferrocarril del Sureste $ 52.045,692.84
Caltzontzin-Apatzingán $ 22.120,457.80
Fuentes Brotantes-Punta Peñasco $ 9.147,750 .51
Ixcaquixtla-Chacahua $ 7.710,355.83
Kansas City-México y Oriente $ 150,000.00
(Subtotal) $ 91.174,256.98
Abastecimiento de aguas potables a diversos poblados de la
República: $ 6.611,139.98.
Saneamiento de varios puertos del Pacífico: $ 977,161.00.
Plantas eléctricas: $ 20.325,654.10
Con fondos del Presupuesto $ 11.105,654.10
Con fondos del 10 % del Impuesto sobre Consumo de Energía $
9.220,000.00
Construcciones militares $ 9.726,735.86
Hospital General Militar y campos militares $ 9.726,735.86
Hospitales civiles, centros médicos y otras construcciones de Asistencia
Pública: $ 6.289,352.92.
Construcción de escuelas: $ 16.677.439.54.
Obras marítimas: $ 28.366,441.87
Muelle de Progreso $ 5.643,650.81
Escolleras de Tampico $ 3.921,677.69
Muelle de Mazatlán $ 2.423,545.79
Muelle de Acapulco $ 1.383,856.81
Servicio de dragado $ 8.995,805.36
Diversas obras en muelles, malecones, etc. $ 5.997,905.41
Suprema Corte de Justicia $ 4.270,048.44
Construcción de edificios públicos distintos a escuelas. $ 10.605,665.36
(Subtotal) $ 14.875,713.80
Obras hidráulicas $ 33.048,105.44
Valle de México $ 20.819,461.27
Rectificación y defensa del Río Bravo $ 10.436,012.17
Río Suchiate $ 1.000,000.00
Diversas obras $ 792,632.00
Educación: $ 343.786,955.14.
Enseñanza primaria en el Distrito Federal $ 77.361,465.78
Enseñanza primaria, rural foránea y Artículo 123. $ 143.4.14,548.74
Enseñanza agrícola y normal rural $ 19.585,249.17
Enseñanza secundaria y obrera $ 21.190,361.60
Enseñanza técnica superior $ 40.009,339.16
Educación artística $ 8.109,982.35
Educación militar $ 15.946,273.73
Subsidio a la Universidad Nacional y otros establecimientos de
cultura superior $ 18.139,734.61
Campos experimentales, postas zootécnicas, campabas contra plagas,
atenciones de coloulzación y demás servicios de organización, control y fomento
de la producción agrícola y ganadera: $ 18.698,160.84.
Inversiones: $ 236.672,951.60.
Banco Nacional de Crédito Ejidal, S. A $ 149.582,332.32
Banco Nacional de Crédito Agrícola $ 40.628,667.82
Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas $
11.253,118.95
Banco Nacional Obrero y de Fomento Industrial. $ 7.113,251.50
Banco Nacional de Comercio Exterior $ 1.651,843.45
Crédito Popular $ 1.000,000.00
Seguros de México, S. A. $ 600,000.00
Almacenes Generales de Depósito $ 561,000.00
Ingenio de Zacatepec $ 15.656,011.80
Diversos fideicomisos $ 6.626,725.76
Henequeneros de Yucatán $ 2.000,000.00
Previsión Social $ 57.405,760.04.
Auxilios a repatriados, campesinos e indigentes $ 4.463,085.70
Indemnizaciones por accidentes en el trabajo $ 314,418.36
Sostenimiento de establecimientos penales a cargo de la Federación $
2.549,845.74
Diversos servicios a cargo de Salubridad y de Asistencia Pública $
50.078,410.24
Subsidios a los Territorios Federales $ 8.659,958.36
Censos $ 6.052,227.60
Adquisiciones $ 162.183,711.10
Mobiliario $ 11.099,020.78
Instrumentos, aparatos y maquinaria para oficinas, construcciones, etc.
$ 38.684,213.69
Vestuario y equipo militar $ 33.873,264.59
Material y equipo ferroviario $ 1.339,614.26
Armamento $ 39.188,594.54
Embarcaciones militares $ 28.057,225.60
Embarcaciones, aeronaves, camiones, etc., para servicios civiles $
6.723,339.11
Cables submarinos $ 1.347,516.66
Predios rústicos y urbanos $ 1.870,921.87
Deuda Pública: $ 353.365,002.04.
Los gastos que presentan las inversiones detalladas en el presente
Informe, así como los egresos ordinarios del Presupuesto, se cubrieron con los
ingresos normales del Erario y los deficientes ocurridos en los diferentes
ejercicios anuales, se liquidaron usando del crédito del Gobierno Federal con
el Banco de México.
El Gobierno ha llegado a usar de este crédito hasta la suma de $
169.794,442.07, por lo cual quedan cubiertos principalmente los deficientes de
presupuestos ordinarios de la Hacienda Pública, las inversiones
extraordinarias que el Gobierno Federal hubo de hacer en obras públicas y los
débitos de la Administración Nacional del Petróleo al Estado.
El adeudo total con el Banco de México está representado por el
sobregiro de $ 118.179,926.01 que el H. Congreso autorizó al Gobierno Federal
al aprobar las reformas a la Ley Orgánica de dicha Institución, de
fecha 29 de diciembre de 1938, más el saldo de $ 51.614,516.06 más intereses,
que de acuerdo con las previsiones de las mismas reformas ha quedado
debidamente documentado en Certificados de Tesorería.
La cantidad arriba anotada representa un exceso de las posibilidades
normales de la Hacienda Pública, pero si se compara su monto con el total
de los ingresos manejados durante los seis años de la Administración, y se
considera el incremento que ha resultado para el patrimonio nacional, como
producto de las inversiones realizadas en materia de obras públicas y otros
ramos, se apreciará como justificado el uso del crédito extraordinario del
Gobierno Federal con el Banco de México.
En todo caso el crecimiento del gasto público y la consiguiente
apelación al empréstito se justifica por la necesidad de acometer la ingente
tarea constructiva de la Revolución en un país de gran riqueza
potencial, pero que sólo puede ser hecha efectiva a costa de inversiones, obras
y servicios de ejecución muy costosa.
El Gobierno ha desarrollado una política de revalorización de los
productos del campo, ha corregido también en lo posible el castigo que a sus
precios hacían los intermediarios, y sobre todo ha tratado de establecer un
cierto orden racional de la producción que, limitando el exceso existente en
algunas ramas, evitara el caso de explotaciones no costeables.
En cuanto a la industria de petróleo, la producción ha sufrido los
efectos de la falta de algunos mercados que tuvo antes de la guerra y cierto
desajuste de organización, corregido éste y adquiridos nuevos mercados que el
Gobierno procura, es seguro que el coeficiente de producción podrá ser elevado
en proporciones de importante volumen.
Por efecto de no haber cumplido los interesados las leyes que rigen en
materia de concesiones petroleras, se han cancelado 218 títulos que amparaban
una superficie de 4.209.205.9722 hectáreas habiéndose incorporado a las
Reservas Petroleras Nacionales 3.797,418.0081 hectáreas.
Para el fomento de la industria minera la Administración actual
simplificó los trámites de las concesiones, especialmente para gambusinos y
pequeños mineros, proporcionó auxilios a éstos, estimuló los trabajos de
explotación, conservó dentro de las reservas mineras nacionales, conforme a una
prudente política, todos aquellos yacimientos que sean necesarios para asegurar
la subsistencia y progreso de esta importante rama de nuestra producción, sin
perjuicio de poner a disposición de la iniciativa privada las zonas mineras que
sean susceptibles de exploraciones, haciendo así posible el descubrimiento de
nuevas minas y la inmediata explotación de fundos.
En relación con este programa se creó la Comisión de Fomento
Minero que con amplias facultades técnicas y financieras ha realizado
importantes trabajos, dando preferencia al establecimiento de plantas de
beneficio en distintas partes del país.
En la producción mineral se ha registrado aumento apreciable en el oro,
disminución en la plata (ha consecuencia de la cambiante política de compras
del Gobierno Americano, pero cuyos efectos perjudiciales sobre la industria de
su extracción fueron compensados en lo posible mediante las oportunas medidas)
variaciones constantes en el cobre, mejora en el plomo, importancia inusitada
en el hierro y también en otros metales (molibdeno, tungsteno, bismuto,
vanadio) antes no explotados y que desde 1934, comenzaron a serlo
comercialmente con excelente signo por su aplicación a las industrias pesadas
modernas.
La carencia de energía eléctrica en relación a la demanda creciente del
consumo, especialmente con vista a la electrificación de diversas industrias,
ha estimulado al Gobierno para seguir una política encaminada al aumento
considerable de aquella producción a fin de suministrar la energía eléctrica a
precios reducidos y ramificar su abastecimiento en todo el país.
Para lograr este último resultado ha sido reorganizada la Comisión
Federal de Electricidad a la que además de las cantidades asignadas a los
presupuestos se le ha destinado íntegramente para obras de electrificación el
10% sobre el consumo de energía.
Dicha Comisión ha realizado diversas obras y proyectos para la
instalación de plantas de diversos lugares del país, entre ellas una importante
en Ixtapantongo para la electrificación del Distrito Federal, cuyos trabajos
están muy avanzados.
El Gobierno Federal, a través de la Nacional Financiera, S. A. y de
la referida Comisión, ha adquirido diversas plantas eléctricas que vienen
mejorando y ampliando el servicio a numerosos pueblos que carecían de
corriente.
Por lo que toca a las industrias de transformación, el índice general de
los seis años anteriores acusa una constante mejoría, pues de una cifra de
106.18 en 1934 se eleva a 144.61 en 1939.
Las obras emprendidas por el Gobierno Federal, que han demandado
artículos de construcción y la ocupación de gran número de personas, han
contribuido indirectamente a la industrialización del país, poniéndose en
circulación valores económicos de indiscutible importancia.
Dentro de la política de industrialización, se han dictado disposiciones
arancelarias cuyo propósito fundamental ha sido acelerar la creación o la
ampliación de actividades manufactureras.
Cabe por último, hacer notar la buena acogida que se ha dado al decreto
sobre exención de impuestos para estímulo de nuevas industrias, lo que
significa confianza en el destino de las instituciones de México.
El Ejecutivo ha venido observando atentamente los fenómenos de
producción, distribución y consumo de las subsistencias con el propósito de
regular dichas actividades en forma que se facilite el abastecimiento de la
población, teniéndose en cuenta de manera muy especial, la necesidad de
estimular a los productores con precios remunerativos.
Que a su vez no agraven al consumo excesivamente.
La declaración de guerra en Europa a principios de septiembre de 1939 se
interpretó desde luego como una causa que podría venir a agravar la situación
general de precios altos que se había manifestado en el curso del año, y fue
necesario tomar las medidas indispensables para detener esos efectos
prohibiendo la exportación de los artículos fundamentales para la alimentación;
así se previno que fueran a faltar en un momento dado y al mismo tiempo se
independizaron los precios interiores de los que pudieran alcanzar en los
mercados internacionales fuertemente influenciados por la demanda
extraordinaria de los tiempos de guerra; y, también, se adoptaron otras medidas
circunstanciales con propósito de corregir cierto aumento momentáneo en los
precios de aquellos artículos.
En el año precedente, se han construido por la Federación, en carreteras, 171
kilómetros de terracerías, 299 kilómetros de revestimientos y 515
kilómetros de petrolización, además de grandes puentes y otras obras de
arte de indiscutible importancia.
En cooperación con los Estados se han construido 505 kilómetros de
terracería, 243 kilómetros de revestimiento y225 kilómetros de
petrolización.
También en el orden de las comunicaciones ferroviarias, la actual
Administración ha llevado a cabo un serio esfuerzo, emprendiendo la
construcción de las líneas férreas de Ixcaquixtla a Petlalcingo, Pue., con 74
kilómetros, ya en explotación: de Caltzontzin a Apatzingán, con una extensión
de 127 kilómetros, y que quedará concluida antes de finalizar el presente
año; el Ferrocarril del Sureste, que en este mismo año, habrá terminado de
tender vía de Campeche a Boca del Cerro, Tabasco, con una extensión de 342
kilómetros, y 60 kilómetros, a partir de Puerto México, teniendo
concluidos además, 100 kilómetros de terracerías, de la propia línea
al Sureste, y el Ferrocarril de Fuentes Brotantes- Punta Peñasco, con una
extensión de 172 kilómetros, inaugurado el 5 de Mayo del corriente año.
Además, se adquirió en condiciones muy favorables, el Ferrocarril de Kansas
City, México y Oriente, con una extensión de 510 kilómetros, con el
propósito de terminar el tramo intermedio faltante, a fin de tener acceso al
Puerto de Topolobampo.
En el sexenio de 1934 a 1940, se han hecho localizaciones de
caminos en 1,564 kilómetros; terracerías en 959 kilómetros;
revestimientos en 1,546 y petrolización en 2,008 kilómetros en la red
nacional, y en cooperación con los Estados, se ejecutaron 7,044 kilómetros de
localización; 4,595 de terracerías; 4,927 de revestimientos y 1,436
kilómetros de petrolización.
En cuanto a las vías marítimas, se ha hecho con regularidad del tráfico
con el extranjero, exceptuando a Europa a causa de la situación de guerra.
Es de notar que el material flotante ha tenido un aumento considerable.
Y el Departamento de la Marina Nacional que de conformidad con
las razones expuestas en mi Informe del pasado año fue creado, comenzó a
funcionar el primero de mayo último y aparte de la atención que presta a sus
diversos servicios, se ocupa de mejorar las condiciones de la marina en
general.
Por su parte las comunicaciones aéreas han venido registrando un aumento
considerable.
Razones evidentes que miran al progreso de nuestro país en todos los
órdenes, aconsejaron a la actual Administración una intensa política que,
dentro de las obligadas limitaciones de la situación financiera, vaya
encaminado a abrir coordinadamente el mayor número posible de vías de
comunicación y a cuidar los servicios de los distintos medios de transporte.
Grande es la carga que ello representa para el Erario Público.
Pero mucho mayor ha de ser el beneficio que se obtenga en el país, no
sólo en el aspecto económico consiguiente al acercamiento entre los sitios de
producción y los mercados de consumo, sino también en el orden de la cultura al
cancelar el aislamiento de algunas comarcas de nuestro gran territorio que han
padecido muy gravemente su incomunicación con los centros nacionales de
actividad superior.
Las comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas, especialmente
las radiofónicas han mejorado mucho, pero también han hecho más apremiante la
aspiración de lograr una red completa de comunicaciones directas.
Al iniciarse el presente período constitucional de 1934 a 1940,
estaba vigente el Código Agrario expedido en marzo de 1934.
La experiencia recogida en los años del actual Gobierno y las
observaciones hechas al aplicar la Ley Agraria en la Comarca
Lagunera, en las Penínsulas de Yucatán y la Baja California, El Yaqui, Los
Mochis, El Soconusco, Lombardía y Nueva Italia, aconsejaron dictar al
Ejecutivo, en uso de las facultades extraordinarias otorgadas por el H.
Congreso de la Unión, las reformas de agosto de 1937.
Permitían éstas, en las resoluciones por conjuntos, ampliar los radios
de afectación e incluir a los núcleos que no hubieren solicitado ejidos; dotar
a los peones acasillados que carecían de ese derecho hasta entonces; precisar
qué fraccionamientos deben considerarse como simulados; ampliar ejidos sin más
restricciones que el respeto a la pequeña propiedad y fijar normas generales
para la organización ejidal.
En marzo del mismo año se adicionó, además, el Código Agrario
permitiéndose el otorgamiento de inafectabilidades ganaderas por veinticinco
años en zonas en las que no existan problemas de dotaciones ejidales.
Y una necesidad de buen método legislativo, decidió al Ejecutivo a
iniciar la expedición de un nuevo Código Agrario que diera sistema a los
preceptos subsistentes del anterior y todas las reformas y acuerdos
posteriores.
Las reformas fundamentales que el proyecto de nuevo Código incluye, van
encaminadas a facilitar la distribución de la tierra y la mejor organización
del ejido; aclarar los preceptos que organizan la propiedad inafectable, sin
disminuir el límite fijado para ello, pues si bien las leyes anteriores
señalaban una propiedad inafectable de 150 hectáreas de riego o sus
equivalentes, también establecieron que ese límite podría reducirse hasta 100
cuando hubiera necesidades por satisfacer, lo que, durante el actual período
constitucional produjo, por el ritmo de las afectaciones de tierras, que
quedaran reducidas a esas 100 hectáreas de riego todas las
propiedades inafectables; ratificar los derechos de los trabajadores
asalariados del campo; permitir que el Gobierno pueda disponer de los
excedentes de los volúmenes de aguas restituidos que no utilicen los núcleos
beneficiados; fijar las condiciones de acuerdo con las cuales se respetarán los
fraccionamientos de fincas afectables; autorizar el establecimiento de ejidos
ganaderos y forestales; substituir, en la terminología legal, la palabra
parcela por unidad normal de dotación, en virtud de que no se llega a la
primera sino mediante el fraccionamiento del ejido, el cual, no debe efectuarse
en algunos casos, por las condiciones peculiares de la tierra o por no ser
conveniente para alcanzar un mejor nivel económico; reglamentar el
funcionamiento de la parcela escolar; incluir en las dotaciones las superficies
para fundos legales y los caseríos ocupados por los campesinos beneficiados;
aumentar las unidades de dotación a las tribus indígenas y para nuevos centros
de población; acomodar excedentes no dotados en las tierras vacantes de los
ejidos antes de proceder a formar nuevos centros de población; conferir la
organización ejidal a la Secretaría de Agricultura y Fomento, la que
puede delegarla en organismos descentralizados de Estado, semejantes al Banco
Nacional de Crédito Ejidal; capacitar a las Asambleas Generales de Ejidatarios
para el manejo de los fondos de la comunidad, mediante depósito en el Banco
Ejidal; y, por último, organizar correctamente la titulación y la resolución de
los conflictos de los bienes comunales, que se encuentran en manos de indígenas
y que no habían sido reglamentados hasta ahora, pudiendo optar por el régimen
ejidal para recibir los beneficios del crédito de Estado.
Los anteriores conceptos fueron analizados en la exposición de motivos
que el Ejecutivo Federal envió al H. Congreso de la Unión con el
proyecto de ley recientemente aprobado.
De la autenticidad de este sistema de preceptos es testimonio eficiente
la política ejidal concretamente realizada por el Gobierno.
Ejidos definitivos otorgados del 1o. de septiembre de 1939 al último de
agosto de 1940: 1,799 posesiones, beneficiándose a 101,359 campesinos con 1.964,770
hectáreas.
Ejidos otorgados del 1 de diciembre de 1934 al 31 de agosto de 1940:
10,651 posesiones, beneficiándose a 1.020,594 campesinos con 18.352,275
hectáreas.
El número de ejidos existentes a la fecha es de 15,000, con 25.324,568
hectáreas que benefician a 1.442,893 campesinos.
En la actualidad se encuentran pendientes de resolución 9,868
solicitudes de primera dotación y 5,133 solicitudes de ampliación.
La Reforma Agraria en México no es, en resumen, sino uno de los necesarios
aspectos de la integración nacional; obedece a la inaplazable exigencia de dar
una base de sustentación económica casi a las tres cuartas partes de la
población activa, siguiendo el ritmo evolutivo que debe llevarnos a transformar
la agricultura extensiva, rudimentaria, de tracción animal y de resultados
aleatorios, en agricultura intensiva y técnica, con mayor vinculación a la vida
económica general y en contacto estrecho con los centros de consumo del país y
del extranjero.
En servicio de esta idea la Secretaría del Ramo además de los
elementos técnicos e implementos modernos que está empleando para impulsar la
agricultura, ha venido creando escuelas vocacionales en diferentes partes del
país, que deberán aumentarse para preparar debidamente a la juventud campesina
a fin de mejorar los cultivos de la tierra.
La Comisión Nacional respectiva, ha atendido con especial interés,
los problemas relativos a la irrigación, ya que es de sobre sabido que nuestra
economía agrícola, jamás podrá cimentarse mientras carezcan de sistemas de
riego que contrarresten lo aleatorio de las precipitaciones pluviales.
Durante el actual período presidencial se realizaron trabajos en 57
obras de irrigación de grande, mediana y pequeña importancia, cuya descripción
detallada y características fundamentales constan en la memoria respectiva de la
Secretaría de Agricultura y Fomento.
De las tres grandes obras, la Cortina de la Presa de La
Angostura quedará terminada dentro del actual período de Gobierno; la de
El Palmito quedará avanzada hasta un 57% y la de El Azúcar hasta un 65%.
Entre las de mediana importancia quedaron terminadas las Presas de
Cointzio, Madero, Obregón, La Antigua, Las Pilas, Santa Rosa, Tarecuato y
El Rodeo, así como la Presa Rodríguez de la Baja California, iniciada
por administraciones anteriores.
El resto de las obras de mediana importancia quedó avanzado hasta un 35%
aproximadamente en su conjunto.
De las obras de Pequeña Irrigación, se terminaron 17 y el resto quedó
avanzado en un 58%.
Se hicieron 72 estudios para presas de almacenamiento y derivación,
canales, plantas hidroeléctricas y otros aprovechamientos de los recursos
hidráulicos del país.
Complemento de este programa ha sido la protección a los bosques y la
forestación que se ha venido realizando en diferentes partes de la
República.
Se han venido haciendo efectivos los preceptos del decreto de 2 de
agosto de 1923, y así, durante el sexenio de la actual administración se
colonizaron en pequeña propiedad 1.712,793 hectáreas de terrenos
nacionales.
Por reconocimiento de derechos de propiedad, durante el mismo sexenio se
han expedido títulos que amparan705,349 hectáreas.
Los terrenos deslindados que han vuelto al dominio de la Nación por
haber sido declaradas legalmente nulas onerosas concesiones, asciende a 4.522,832
hectáreas, de las cuales 907,658 fueron reivindicadas el año último, estando
localizadas en los Estados de Campeche, Veracruz, Oaxaca, Quintana Roo y Baja
California.
En el mismo período se hizo el estudio de 18 concesiones que amparan una
superficie de 3.360,068 hectáreas por si fuera procedente declarar su
nulidad.
En la memoria anexa figura detalladamente la importante e intensa labor
desarrollada por esta Secretaría.
El crecimiento acelerado de la ciudad de México que en los últimos
veinte años ha doblado población, de 767,519 habitantes a 1.451,616, ha traído
consigo problemas que el Departamento del Distrito ha venido atendiendo,
trazando planes unos ya terminados y otros en parte iniciados cuya ejecución
significa una importante mejora.
La política de esta Dependencia, es lograr el saneamiento de toda la
ciudad y de sus delegaciones para asegurar así la vida y progreso de su
población.
La apertura de nuevas avenidas, pavimentación de calzadas, carreteras a
las delegaciones, obras de forestación, dotación de agua potable, escuelas y
servicios médicos, han sido parte del amplio programa que dicha dependencia ha
venido ejecutando y que aparece con todo detalle en las memorias respectivas.
El presupuesto del presente año del propio Departamento, ascendió a $
63.603,396.48 con un total en el sexenio de $ 327.468,463.41.
De esta cantidad se destinó a construcciones y obras de saneamiento la
suma de $ 74.271,885.43.
Cumpliendo preceptos de la Constitución el Gobierno ha
procedido a la reforma educativa. Se ha procurado guardar el respeto al fuero
de la conciencia individual.
Las nuevas normas buscan que la educación se oriente en el sentido de
estudiar los problemas que afectan a la comunidad, forma hábitos de trabajo y
cooperación, crear el concepto de responsabilidad y disciplina sociales y
plasmar en los educandos una actitud solidaria con todos los componentes de la
sociedad mexicana, entre ellos, las masas productoras.
El analfabetismo, que es uno de los males mayores que han impedido el
desarrollo orgánico de la sociedad mexicana y que deber ser esencialmente
combatido hasta extirparlo, ha venido reduciéndose gradualmente en relación a
los esfuerzos realizados por las administraciones revolucionarias.
Así, en 1910, la proporción de analfabetos en la República era
de 70%, en tanto que en 1934 fue el 50%.
En 1940 se ha reducido al 45%.
El número de alumnos inscritos en las escuelas primarias ha aumentado de
1.419,000 en el año de 1934 a 1.800,000 en 1939.
La demanda de escuelas rurales ante el vigoroso despertar de la
conciencia campesina, consecuencia de la política agraria, está muy lejos aún
de quedar satisfecha con el funcionamiento actual de 16,545 planteles
educativos, de los cuales 13,020 sostiene la Federación, 2,406 los
Gobiernos de los Estados y 1,189 las empresas particulares, en cumplimiento de
los artículos 3o. y 123 constitucionales.
La educación secundaria queda mejor definida como un servicio en favor
de los adolescentes, tanto para explorar la vocación como para ampliar en
general su cultura.
No sólo se ensancha la acción del ramo en ese sentido, sino que se acentúa
la tendencia pre-vocacional, creando al efecto los medios de realización
favorables, así como destinando nuevas escuelas secundarias al servicio
exclusivo de los hijos de los obreros.
De esta manera los alumnos obteniendo la preparación técnica que los
capacita para la transformación y utilización de los recursos naturales,
incorporándolos así en el progreso económico industrial del país.
Para cumplir con una de las tareas imperativas de la Revolución,
fue creado en 1937, el Instituto Politécnico Nacional, donde el alumnado,
además de aprender artes y oficios, estudia carreras profesionales y
subprofesionales, se capacitan técnica y biológicamente para intervenir en el
proceso de producción y se forman especialistas en distintas ramas de
investigación científica y técnica llamados a impulsar la economía del país
mediante una explotación metódica de nuestra riqueza potencial.
No obstante que como consecuencia de la Ley de octubre de
1933, la Universidad Nacional de México cesó de funcionar como
organismo oficial encargado de impartir la cultura superior, convirtiéndose en
institución autónoma, el Gobierno Federal ha cooperado a su sostenimiento
mediante subvenciones periódicas que es de suponer seguirán aumentando
anualmente.
También han recibido subvenciones anuales de Universidad Obrera de
México y otros institutos de educación en distintos Estados de la
República.
El conocimiento directo de las duras condiciones de vida de nuestra
población indígena alejada de los beneficios de la civilización, sumidos en la
más absoluta pobreza y formando, en muchos casos, grupos impenetrables en
completo apartamiento del progreso del país; y la consideración de que habían
venido siendo bien escasos los resultados de la acción del Gobierno respecto al
mejoramiento de dicha población, decidieron la creación del Departamento de
Asuntos Indígenas como órgano específico que examine sus problemas y busque la
manera más adecuada para solucionarlos, especialmente los que se derivan de su
situación de miseria y de aislamiento.
Acentuada contra la raza indígena la opresión política y mantenida en un
plano de depresión económica, sus individuos hubieron de refugiarse en el
aislamiento que les permitían las condiciones geográficas y en el silencio a
que los condenaba su situación de incomprendidos.
No ha sido, pues, por incapacidad orgánica ni por ineludible fatalismo
por lo que muchos núcleos indígenas se conservaron substraídos en sus montañas
y en las regiones costeras insalubres.
Fue el régimen de opresión y el desconocimiento de los valores humanos.
La Colonia encubrió la crueldad efectiva de la servidumbre con la
fórmula protectora de las encomiendas; la Repúblicacreyó asegurar la
redención del indígena otorgándole nominales derechos y fórmulas de libertad;
pero nada se hizo por la liberación económica y educativa y así continuó siendo
carne de explotación.
La Revolución ha proclamado como procedente la incorporación de la
cultura universal al indígena; esto es, el desarrollo pleno de todas las
potencias y facultades naturales de la raza, el mejoramiento y facultades
naturales de la raza, el mejoramiento de sus condiciones de vida, agregando a
sus recursos de subsistencia y de trabajo, todos los implementos de la técnica,
de la ciencia y del arte, pero siempre sobre la base de la personalidad racial
y el respeto de su conciencia y de su entidad.
El programa de emancipación del indígena es, en esencia, el de la
emancipación del proletariado de cualquier país, pero sin olvidar las
condiciones especiales de su clima, de sus antecedentes y de sus necesidades,
que le dan una peculiar fisonomía.
Como expresé en reciente ocasión, Nuestro problema indígena no está en
conservar indio al indio, ni en indigenizar a México, sino en mexicanizar al
indio.
Respetando su sangre, captando su emoción, su cariño a la tierra y su
inquebrantable tenacidad, se habrá enraizado más el sentimiento nacional y
enriquecido con virtudes morales que fortalecerán el espíritu patrio, afirmando
la personalidad de México.
No es exacto que el indígena sea refractario a su mejoramiento, ni
indiferente al progreso.
Si frecuentemente no exterioriza su alegría ni su pena, ocultando como
una esfinge el secreto de sus emociones, es que está acostumbrado al olvido en
que se le ha tenido; cultiva campos que no compensan su esfuerzo; mueve telares
que no lo visten; construye obras que no mejoran sus condiciones de vida;
derroca dictaduras para que sus nuevos explotadores se sucedan y como para él
sólo es realidad la miseria y la opresión, asume una actitud de aparente
indiferencia y de justificada desconfianza.
Pero, cuando una política perseverante ha logrado borrar el abismo de
incomprensiones y ha podido inspirarles confianza, y cuando llegan a tener la
convicción de que las autoridades ejercen el poder como medio para su
liberación, entonces corresponden con entusiasmo, con tenacidad y lealtad
inquebrantables.
México cuenta entre sus más preciadas conquistas, la muy valiosa de
haber logrado despertar en la población indígena un verdadero sentido de
superación, y puede señalarse como el mejor indicio de su intensa voluntad de
progreso, el extraordinario empeño que se manifiesta en cada pueblo por
instruirse, edificar sus propias escuelas y atender a los maestros como amigos,
compañeros de trabajo y conductores espirituales, y su participación en la
apertura de comunicaciones y demás servicios que ayuden a su mejoramiento.
Y esta inquietud fecunda debe ser comprendida en todas partes.
Porque de lograrse implantar una política benéfica para todas las clases
indígenas se llegará por este camino a fortalecer a una gran mayoría
convirtiéndola en ciudadanos útiles, al mismo tiempo que se podrán abolir las
diferencias de castas de clases; se desarrollarán con más eficacia las energías
productivas; se acabarán los rezagos del feudalismo que han subsistido a pesar
de las luchas emancipadoras, y se alcanzará en definitiva la unidad política y
social que constituye la base de una organización verdaderamente nacional que
haga posible una efectiva solidaridad interamericana.
El Departamento de Asuntos Indígenas está llevando a cabo un amplio
programa educativo y de organización que de seguirse atendiendo, pronto se
harán sentir los beneficios en el seno de las comunidades indígenas del país.
No desmerece el esfuerzo hecho por la actual Administración en el empeño
de proteger la salud de sus habitantes, colaborando en la elevación del tipo de
vida en la higiene de las habitaciones, en la pureza de los comestibles, en la
limpieza de los rastros, en la provisión de aguas potables, en los sistemas de
saneamiento, en los pavimentos, en la desecación de charcas y pantanos, en la
multiplicación de jardines, en la persecución del alcoholismo, etc., etc., se
ha realizado una amplia y profunda labor sanitaria que se traducirá en
mejoramiento de la raza y conservación de nuestros valores humanos.
Dentro de una amplia concepción del problema, el Gobierno Federal ha
contribuido por sus diversas dependencias tanto cuanto le han permitido sus
recursos, y concretamente a través del Departamento de Salubridad, durante el
sexenio destinó más de ochenta millones, al sostenimiento de servicios
sanitarios y médico-sociales.
Los servicios de Medicina Social e Higiene Rural, iniciados en 1936, son
erogados por el Gobierno Federal y por los campesinos, quienes reciben atención
médica preventiva y curativa.
Durante los seis años, se ha dotado de agua potable a 337 pueblos.
En el mismo período esta Administración ha ejecutado como obras
sanitarias, hospitales, centros de higiene, estaciones de cuarentena y otras de
importancia.
Además de las Oficinas Técnicas Generales y de las Centrales de
Aplicación, el número de instituciones que desarrollan actividades sanitarias y
médico-sociales en el territorio nacional, que en 1934 fue de 182, llega a 698
en 1940, de las que 108 son destinadas a servicios de medicina social e higiene
rural.
Los progresos realizados en el campo de la salubridad y de la medicina
preventiva se expresan en las siguientes cifras que dan una idea parcial de la
obra realizada; mientras que en el primer decenio del siglo la mortalidad
general llegó hasta 40 por millar de habitantes, en 1939 bajó a 21.9.
El coeficiente de mortalidad por enfermedades infecciosas y parasitarias
que en 1934 era de 650 por cien mil habitantes, en 1939 descendió a 500.
En el sexenio que ahora termina sufrió una transformación completa el
concepto, la finalidad y los métodos de la asistencia social, y la cantidad de
los servicios relativos tuvo importantes aumentos.
Anteriormente no se consideraba la asistencia como parte importante de
la acción federal, sino que estaba atendida por los Gobiernos Locales y por las
Beneficencias Públicas y Privadas.
La Beneficencia Pública del Distrito Federal en 1934 atendía a los
desvalidos para satisfacerlos en sus necesidades más imperiosas y estrictamente
vitales considerando que todo lo que a ello excediera, significaba un lujo.
Los motivos y los fines de la Beneficencia eran la solidaridad
y la defensa pública contra la miseria, carga económica para la sociedad y
peligro de desintegración social.
A principios de 1937 se consideró que la Beneficencia debía
evitar las causas de debilidad social que presentan algunos individuos,
pugnando por reincorporarlos a la producción, creándose para tal fin un
organismo de Terapia Social.
En 1938 se creó la Secretaría de la Asistencia Pública considerando la
Asistencia como una obligación del Estado, que comprende no sólo la
satisfacción de las necesidades primordiales de los individuos socialmente
débiles, sino también el esfuerzo por hacer de ellos factores útiles a la
colectividad en bien de los intereses generales del país.
También se consideró como parte de la Asistencia Pública la
atención integral a las madres y a los niños menores de seis años aunque no
fueran menesterosos.
Se extendieron las labores a toda la República directamente o
por intermedio de las coordinaciones con los Estados.
Y se estableció la vigilancia, con la mira de orientarlas debidamente y
además ajustar las beneficencias privadas a la voluntad de los fundadores.
Una vez establecida la Secretaría por la reunión de la
Beneficencia Pública y Privada del Distrito Federal con el Departamento
Autónomo de Asistencia Infantil, creado en 1937, se trabajó en determinar, de
acuerdo con la realidad mexicana el concepto, fin y medios que debería adoptar
aquélla en su función específica dentro de la acción general.
Se consideró que la asistencia social, bien sea de carácter médico,
higiénico, educativo o de cualquiera otra naturaleza tiene por objeto hacer que
los niños se desarrollen con el mayor vigor que sea posible, a fin de prevenir
en ellos la aparición de debilidad social o económica, en los casos donde se ha
prestado esta debilidad, tratar de corregirla, procurando revalorizar al
adolescente, al adulto y aún al anciano, para que lleguen a ser en lo posible
elementos activos de la producción y obtengan con qué satisfacer sus
necesidades.
En esta forma contribuye la Asistencia Pública a ampliar las
bases económicas y sociales que necesita la Revolución para realizar
plenamente su finalidad humanista de mejorar y ennoblecer la vida de su
población.
De acuerdo con estas orientaciones se formó en 1939 un Programa General
de labores, cuyas realizaciones concretas figuran en la memoria respectiva.
La uniformidad administrativa en la interpretación de la legislación de
trabajo a cargo de la Oficina Jurídica, la Oficinade Inspección por
medio de sus funciones ya adscritos a las diferentes zonas de la República en
las que intervienen no sólo como órganos de fiscalización sino también como
elementos conciliadores, la Oficina de Asociaciones procurando
transformar los sindicatos de empresas en sindicatos de industria, la
unificación de las fórmulas contractuales en cada una de las ramas
industriales, eficazmente trabajada por la Oficina de Convenciones,
el celo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, que tendrá
al corriente el despacho de sus asuntos al terminar el período de
administración actual y los laudos arbitrales pronunciados por el Jefe del
Departamento y por el Jefe de Procuradores del Trabajo, han dado al conjunto
orgánico de este servicio efectos muy provechosos no solamente en la solución
de los conflictos planteados, sino también, lo que es acaso más importante, en
la evitación de numerosas diferencias abocadas a estallar.
Y es en relación a este último particular que me satisface decir a la
Representación Nacional que se han obtenido los más plausibles resultados
en numerosas ocasiones, acudiendo a vías persuasivas y conciliatorias; por lo
que es de justicia que el Ejecutivo de mi cargo reconozca, como lo hace, la
encomiable voluntad manifestada en tales casos por las partes en pugna para
solucionar sus dificultades, sin aparatosa propaganda de sus respectivos puntos
de vista.
Y es tanto más importante insistir sobre este aspecto de la
Administración, por el ambiente callado en que se consuma y en virtud de lo que
pasa inadvertido para el país.
No es que deje de haber conflictos; los hay, como en todas partes, por
obra de naturales choques de intereses; pero en primer lugar, tienden a
reducirse aquellos, y, en segundo -lo que es más reconfortante para el
pensamiento revolucionario-, su solución exenta de violencias denota que ha ido
penetrando, en quienes se resistían a admitirlo, el hondo sentido humano de
nuestra legislación del Trabajo.
El país fue testigo de cómo el Ejecutivo Federal encaminó a los
trabajadores hacia la obtención efectiva de cuanto la Ley les otorga;
así como del apoyo a las demandas legítimas de aquéllos hasta hacer el respeto
a la misma situación orgánica, y por eso ahora, también, testifica la nación
los propósitos y los actos del Gobierno para que ese logro de derechos
corresponda una fecunda comprensión y realización de deberes, como medio
estabilizador no sólo de los intereses económicos, que redundan en prosperidad
material, sino también de los altos intereses del espíritu humano, que
significan entendimiento, cooperación y justicia para tranquilidad y grandeza
de la Patria.
Es así como en los casos concretos de los trabajadores del Petróleo y de
las Líneas Nacionales, el Ejecutivo les ha hecho ver las responsabilidades que
tienen contraídas con la Nación, a la vez que ha tomado los dispositivos
necesarios para poder hacerlas efectivas, previniendo que la lenidad, el
disimulo y hasta la franca esquivez a obligaciones indeclinables perjudiquen a
toda una colectividad, que siempre tendrá derecho a que sus intereses legítimos
prevalezcan sobre los intereses de grupo.
En ningún caso el Gobierno ha intervenido en la organización sindical
para influir en la designación de sus gestores y representativos, sino que por
el contrario ha respetado enteramente la libre esfera de la competencia interna
que la ley garantiza a las sociedades obreras, sin duda por entender
justificadamente que el Estado debe abstenerse de toda intromisión en la vida
orgánica de las mismas.
El Gobierno manifiesta, además, que no hubiera querido dejar pasar la
etapa de su administración sin haber promovido la iniciativa de la Ley sobre
Seguro Social cuya presencia en nuestro sistema de instituciones se hace
inaplazable.
Al efecto, fue sometido a la consideración de las Cámaras Legisladoras
el proyecto correspondiente.
De este modo, la Administración a mi cargo considera completar
su obra en el aspecto del trabajo, vigilado con igual solicitud el ejercicio
del derecho y el cumplimiento del deber.
No quiere el Gobierno dejar sin la debida mención el hecho de que
durante la etapa de su mando ha procurado desarraigar de la vida social formas
peligrosas de esparcimiento. Así ha mantenido con toda firmeza la prohibición
del juego.
Y ha buscado también por medios directos e indirectos evitar la
degeneración cierta que el alcoholismo provoca en la salud física y moral.
Las especiales condiciones que han prevalecido en el mundo durante los
seis años de Gobierno, han dado ocasión a que se precise y concrete el criterio
de México en materia internacional.
Aun cuando nuestro país forma parte de la comunidad organizada de las
naciones y mantiene con ellas, en general, las relaciones más estrechas sin que
desde el punto de vista legal se establezca diferencias, es lo cierto que la
proximidad geográfica, la solidaridad económica y la similitud de
instituciones, determinan para México una línea de conducta de mayor
acercamiento con los países del Continente Americano.
No quiere decir esto que el Gobierno haya permanecido indiferente ante
los dramáticos problemas que han venido sacudiendo al Viejo Mundo; y así, en
todo caso de agresión o violencia internacional ha proclamado las tesis de
absoluto respeto a la soberanía de los Estados, de la colaboración
internacional y de la estricta neutralidad, afirmando siempre los ideales de
paz y justicia como norma del intercambio entre los pueblos, y en consecuencia,
el propósito de no reconocer conquistas armadas ni gobiernos emanados de la
violencia.
Como prenda de la sinceridad con que México profesa estas convicciones,
cabe ofrecer la actitud firme y leal que se ha observado dentro de la
Sociedad de las Naciones, en cuyo colapso ninguna responsabilidad, ni aún
la del silencio, incumbe a nuestro país.
Y si a la hora actual podríamos considerarnos desligados, jurídica y
moralmente, de los compromisos contraídos en defensa de la seguridad colectiva,
ello se debería tan sólo a la fuerza de los hechos de descomposición
internacional que la Asamblea de Ginebra no ha podido contener.
A pesar de esta realidad innegable, el Gobierno se mantiene dentro de la
organización ginebrina más que por la realidad que significa, por el ideal
noble que aspiró a representar.
Fiel a los propósitos que ha mantenido el Gobierno de Contribuir
lealmente a la obra de solidaridad interamericana, aceptó la invitación
recibida para concurrir en la ciudad de La Habana a la Reunión de
Secretarios de Relaciones o de sus representantes.
El objeto fundamental de la reunión consistió en considerar y aprobar
las medidas de emergencia que para la defensa continental demanda el estado de
guerra existente en Europa.
Con excepción del asunto de las colonias que ha sido materia de Tratado,
todos los demás acuerdos de la Conferencia tuvieron el carácter de
resoluciones y recomendaciones, orientadas a las siguientes finalidades:
·
Evitar las actividades de extranjeros o dirigidas por países
extranjeros, encaminadas a subvertir las instituciones democráticas que
constituyen la forma de Gobierno escogida por las Repúblicas Americanas;
·
Fijar bases generales para una estrecha cooperación económica
continental con el objeto de reducir o eliminar los daños que de momento
origina la supresión de importantes mercados para los artículos que produce
nuestro Continente y procurar para el futuro una organización sobre normas
duraderas para un intercambio comercial y de cooperación financiera, en
beneficio de todos los países americanos, bien entendido que las
recomendaciones aprobadas a este respecto no excluyen, y México hizo especial
hincapié en ello, el intercambio comercial de los países americanos con otros
extraños al Continente.
·
Formalizar el principio de que los territorios comprendidos dentro del
radio de defensa del Continente, que se hallan actualmente bajo la jurisdicción
de países no americanos, no pueden ser transferido a otro país no americano,
considerando que es de interés común para nuestras repúblicas establecer un
sistema que garantice la participación de todas en el arreglo de esta cuestión.
Me es grato manifestar que nuestra representación no suscribió
compromiso alguno que no figure en el acta final publicada, habiéndose mantenido
incólumes los principios definitivamente conquistados de no intervención y
mutuo respeto a la integridad de nuestras propias soberanías.
Es cierto que el desarrollo económico de las repúblicas americanas podrá
ser acelerado mediante una amplia y liberal política de inversiones
prudentemente realizadas.
Pero el Gobierno considera de su deber estricto, como ya lo hizo
presente en la conferencia de la Habana, afirmar una vez más, con
reiteración que justifica la onerosa historia de las reclamaciones internacionales
sufridas por nuestro país, que el extranjero inversionista o establecido aquí,
ha de quedar lealmente sometido a las leyes nacionales y a las autoridades del
Gobierno.
El recurso constante a la protección diplomática del Estado de su
pabellón oculta las más de las veces un sentido imperialista de los Estados
fuertes contra la debilidad relativa de los Estados menos poderosos.
Y es así, como bajo el manto respetable de una demanda de justicia
internacional se encubre frecuentemente en el fondo, un agravio a la
independencia y a la soberanía del Estado contra quien se dirige la
reclamación.
Es del conocimiento público que la Suprema Corte de Justicia
en sentencia de 2 de diciembre de 1939, denegó en todo lo esencial el amparo
solicitado por las compañías petroleras expropiadas.
De esa importante pieza jurídica que según el criterio del gobierno
acredita el espíritu de justicia y la competencia de nuestro más Alto Tribunal,
sale, plena la demostración de la legalidad del decreto expropiatorio y la
falta de fundamento de que adolecen las tesis de su impugnación.
Alguna empresa de las expropiadas, a raíz de pronunciado el fallo,
utilizó la buena disposición del Gobierno para entrar con él en negociaciones
extrajudiciales al solo efecto de arreglar de común acuerdo la cuantía y pago
de la indemnización debida con motivo de la expropiación, cuya legitimidad,
quedaba por este mismo reconocida.
Otras compañías expropiadas, lejos de utilizar esta vía de arreglo han
querido acentuar todavía su actitud de protesta oponiendo las dificultades de
procedimiento que tuvieron a su alcance para impedir o retardar la tramitación
del juicio de avaluó previsto en la ley, en cuyo procedimiento por cierto,
aquellas no quisieron tener ninguna otra intervención.
El Gobierno, sin embargo, actuando por medio de su legal representante
ha promovido las diligencias judiciales necesarias para resolver, previos los
informes periciales, sobre el avaluó de los bienes cuyo valor, no estando
fijado en las oficinas rentísticas, ha sido estimado por el juez en $
178.040,149.77.
La Administración por su parte ha totalizado el valor fiscal de los
bienes expropiados que figuran en las oficinas catastrales, representando la
cantidad de $ 22.516,182.89.
Resulta por tanto que el precio de la indemnización debida a causa de la
expropiación es $ 200.556,332.66
Esta cifra define la responsabilidad contraída por el Estado Mexicano a
cuenta de la expropiación.
El pago se ordenará dentro de los plazos autorizados por la ley.
Y si las compañías afectadas se abstuvieran indebidamente de percibir
las anualidades que vayan venciendo, el Gobierno seguirá depositando su importe
en el Banco de México.
Con este acto puede reputarse concluido el largo proceso expropiatorio
que empezó a raíz del decreto de 18 de marzo de 1938 y que fue dictado a
méritos de evidentes causas de utilidad pública, taxativamente previstas por la
ley, que hicieron necesaria en lo absoluto la expropiación de las empresas
afectadas, así como la ocupación urgente de los bienes necesarios para la
continuidad de las operaciones de la industria petrolera.
Procediendo de otro modo, el Gobierno habría abandonado al interés
público, gravemente comprometido cuando las compañías, negándose a cumplir el
laudo que les señaló nuevas condiciones en los contratos de trabajo, dieron
lugar a que, en cumplimiento de la ley, la autoridad tuviera que declarar la
ruptura de aquéllos.
Así era provocada, por acto imputable a las empresas, la inminente
paralización de una gran parte de la industria petrolera, y con ello, un grave
trastorno interior que impediría la satisfacción de las necesidades colectivas
de ciudades y centros de población, así como el abastecimiento de artículos de
necesario consumo.
Para proveer a éste y aquélla, así como para la defensa, conservación,
desarrollo y aprovechamiento de elementos naturales susceptibles de explotación
y evitar tanto la destrucción de dichos elementos naturales como, los daños que
la propiedad pudiera sufrir en perjuicio de la colectividad, el Gobierno debió
adoptar la medida expropiatoria que decretó.
A su debido tiempo se hizo del dominio público, la propuesta del
Gobierno de los Estados Unidos de América al Gobierno de los Estados Unidos
Mexicanos en el sentido de que el asunto de la expropiación petrolera fuera
sometido a un arbitraje internacional.
Esta proposición no debía ser aceptada por México y no lo fue.
No era procedente, a juicio del Gobierno, comprometer actos de soberanía
y con mayor motivo si el compromiso se había de estipular con la inusitada
amplitud que se propuso.
Bastó al Gobierno considerar el supremo interés nacional de la
reivindicación de la riqueza petrolera para negarse a toda sugestión que
pudiera conducir las cosas a nada que fuera parecido a la antigua situación,
esto es, la principal riqueza del país en poder efectivo de la gestión
extranjera aunque se cubriera bajo la estructura de compañías nacionales.
Con el mismo estímulo el Gobierno ha debido rechazar en anteriores
negociaciones con las empresas afectadas por la expropiación, algunas
proposiciones que se le hicieron y que acaso sean renovadas en lo porvenir en
el sentido de la formación de una gran empresa concesionaria de los bienes
expropiados.
El Gobierno que presido, sin ánimo de trazar normas de futuro, se
permite, sin embargo, consignar que es un afán patriótico de todo el país el
que la riqueza rescatada legalmente en condiciones de dificultad política que
no es necesario de nuevo comentar, sea una conquista definitiva para la
Nación.
Y espera que el pueblo mexicano, cuya capacidad de sacrificio y
resistencia acaso sea puesta a prueba en nuevas ocasiones por la tenacidad
agresiva de los intereses en lucha, sabrá sostenerse en su firme voluntad de
defender, bajo la dirección de su Gobierno, el valor más importante del
patrimonio nacional.
El Gobierno rechaza por su concepto democrático el empleo de toda
violencia política, que incesantemente ha tratado de desterrar en la vida
pública de su país.
Por ello condena rotundamente todo proceder contrario, cualquiera que
sea la tendencia o significación de la víctima y del agresor.
Y todavía lo considera más vituperable cuando tal sistema se presenta
como aportación extranjera que exenta de todo sentimiento de respeto al Estado
que le dispensó acogida, penetra en territorio de su jurisdicción para ejecutar
un crimen tan abominable como el que acaba de conmover a la opinión pública.
De la severidad de la República contra extravíos tales es
necesario dejar constancia categórica para propios y extraños.
El Gobierno ha hecho culto civil del respeto a la vida de sus
ciudadanos.
Exige por tanto, a todos los que se encuentran bajo su autoridad que
acaten plenamente este principio de consideración humana, con apercibimiento de
las más graves sanciones de la ley.
Y en igual condición han de ser defendidos todos aquéllos que en
territorio mexicano buscaron asilo político, al amparo del respeto que el
Gobierno guarda al refugiado y en razón también a la disposición favorable que
mantiene hacia sanas corrientes de inmigración.
Cuenta entre éstas la de los refugiados españoles para quienes México ha
abierto las puertas de su hospitalidad, procurando establecerlos en su mayor
parte como colonos en diversas regiones del territorio nacional, mientras otros
se han dispersado por varias ciudades buscando acomodo según sus condiciones
personales.
Y es de justicia observar que dichos refugiados han fundado y sostenido
algunas industrias de importancia y proyectan el establecimiento de otras
nuevas empresas, sin que el Gobierno haya intervenido en su financiación, ni en
el manejo de los fondos administrados por sus asociaciones respectivas.
Un nuevo contingente de españoles refugiados en Francia, está pendiente
de venir a México.
Nuestro Gobierno, por gestiones de su Legación, logró de las autoridades
francesas que estos refugiados, que se sentían amenazados de ser devueltos a
España, quedaran en territorio francés amparados por la bandera de México
entretanto disponen de barcos para salir de aquel país.
Su sostenimiento en Francia, su traslado y su instalación, lo harán los
propios españoles.
Cree el Gobierno que una inmigración de esta naturaleza es conveniente a
nuestro país.
La escasa población de éste, que tan próximo se encuentra a otros países
exuberantes, obliga a reforzarla atrayendo a la vida nacional para internarse
en ella precisamente a los elementos hispánicos que mezclados en otro tiempo
con los naturales del país, constituyeron la base de nuestra nacionalidad.
El Ejército Nacional ha cumplido fielmente con su deber interpretando su
misión como Instituto Armado al servicio dela República, sin desentenderse de
los problemas que lo vinculan con las necesidades del pueblo y de las
tendencias sociales que lo llevaron a la lucha.
Por ello, el Ejecutivo Federal autorizó que los elementos militares
pudieran tener un sector representativo en los partidos políticos, ya que se
considera para el bien del país que tan necesario es el desempeño de las
obligaciones del soldado como el cumplimiento de los deberes del ciudadano.
Aislando al ciudadano militar de todo ejercicio político se daría lugar
a que sólo altos jefes del Ejército tuvieran participación en las decisiones de
la vida pública.
En ocasiones, la antigua prohibición impuesta a los componentes del
Instituto Armado para opinar en materia política, fue un resorte de falsa
disciplina para que algún alto jefe impusiera a su tropa la obligación de tomar
las armas contra el Poder Público no obstante que éste se las diera para la
defensa de las Instituciones.
Dentro de esa tendencia de tener al Ejército en contacto permanente con
la vida social y política de la nación de acercar los grupos organizados y
todos los ciudadanos del país a nuestro Instituto Armado motivó la iniciativa
presentada por el Ejecutivo y aprobada por el Congreso de la Unión para
el establecimiento del servicio militar obligatorio.
Cualesquiera que pudiera ser los inconvenientes teóricos de la adopción
de este sistema, prevalece sobre ellos, para anularlos, el elevado propósito de
contribuir también por este medio a la integración de nuestra nacionalidad.
El derecho, el deber y el honor de defender a la patria debe recaer por
igual en todos los nacionales; y la conciencia de pertenecer a la misma patria
sólo se consolida cuando sin diferencias de nacimiento, ni distingos de
posición, ni condiciones de cultura, ni matices políticos, se comparten por
igual los peligros y las glorias.
La convivencia bajo una misma bandera y un mismo ideal, de los
representativos de los distintos medios sociales, remitirá a éstos una mejor
compresión de sus problemas y una mayor compenetración que haga factible borrar
las distancias que hoy separan a las clases de nuestra colectividad.
Para concluir en esta parte del Informe relativo a los aspectos más
relevantes de la política del Gobierno en materia militar, afirmo la convicción
de que el Ejército Nacional ha cumplido con su deber en pasado y lo cumplirá
igualmente en el presente y en el porvenir.
La contienda electoral para la renovación de los Poderes Federales,
fuera de pocos y lamentables incidentes, explicables por el desbordamiento de
la pasión política, se desarrolló dentro de la normalidad legal.
Con la debida oportunidad dictó el Ejecutivo las medidas conducentes a
garantizar con la mayor eficacia la libertad de propaganda y el respeto al
ejercicio de los derechos políticos.
Los candidatos pudieron efectuar jiras con absoluta libertad y de
especial manera jamás se impuso la menor cortapisa a la prensa para hacer la
campaña política de los distintos candidatos y dar las informaciones de los
bandos contendientes.
Diversos elementos arrogándose funciones de las autoridades municipales,
de las Legislaturas de los Estados y dela Comisión Instaladora, intentaron
atribuirse por sí y ante sí el triunfo en los comicios, olvidando que la
soberanía popular se ejerce mediante los procedimientos que las normas
constitucionales señalan.
Y, más aún, quisieron hacer del Ejecutivo Federal el intérprete único y
calificador absoluto del resultado de las elecciones, todo ello sin pensar en
que era ilegal no sólo la invitación al ejercicio de una competencia no
atribuida porla Ley Fundamental al Presidente de la República, sino
también el propósito de desconocer las que la ley señala exclusivamente a los
cuerpos legislativos, debidamente instalados, que son quienes tienen facultad
para decidir sobre la legitimidad de sus componentes y de calificar las
elecciones del Jefe del Poder Ejecutivo.
Considero conveniente reiterar que el Gobierno ha respetado
escrupulosamente la vida de los ciudadanos sin establecer diferencias; ha
extremado el respeto personal a los opositores de su programa porque en las
altas esferas del Poder se advierte luego que una actitud de mínimo arbitrio
tomada desde arriba está llamada a degenerar perniciosamente en las últimas
competencias de las autoridades, sobre todo en aquellos lugares apartados por
su incomunicación a los que difícilmente puede llegar con oportunidad el
auxilio para proteger al ciudadano en peligro.
El Gobierno cumpliendo con su deber ha dejado a sus contradictores el
ejercicio pleno de una libertad de opinión que si en ocasiones los excesos
cometidos al expresarla hubieran justificado sanción, prefirió, sin embargo,
tolerarlos en la certeza que desde ningún extremismo político se logrará
quebrantar en el pueblo la fe que guarda por sus instituciones revolucionarias.
Y precisamente de esta libertad y tolerancia que ha sido benéfica para
el país, nace mi convicción de que no existiendo postulados nuevos en la última
contienda electoral que hayan ganado la voluntad popular hoy celosa de sus
conquistas sociales, no puede hacer brotes de violencia subversiva que pongan
en peligro la paz de la nación.
Debemos esperar que todos los ciudadanos, sin excepción, sientan el
imperativo patriótico de su deber para mantenerse en la más absoluta disciplina
cívica.
Tal es, en líneas generales, la labor ejecutada por el Gobierno a mi
cargo.
Para realizarla ha tenido la eficaz colaboración de los demás poderes
constitucionales, y cada uno dentro de su competencia que el Gobierno respetó
siempre en su integridad.
Por esto mismo declaro en este acto solemne mi reconocimiento hacia el
Poder Legislativo por su intensa acción legislativa en afianzamiento de
nuestras conquistas sociales; al mérito, competencia y honestidad desplegadas
por el Poder Judicial y a la gestión constructiva y progresista de los
Gobernadores de los Estados de la Federación, quienes colaboraron con toda
lealtad para mantener en el país la unidad revolucionaria.
Gral. LAZARO CARDENAS DEL RIO
― Contestación del Dip. Manuel Martínez
Sicilia, Presidente del Congreso.
Ciudadano
Presidente de la República:
El
Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, que tengo el honor de presidir en
este instante, se ha enterado con respeto y emocionada admiración, del Informe
que en cumplimiento de los mandatos constitucionales, acaba usted de rendir
ante la Representación Nacional, relativo a las labores realizadas por el
Régimen que usted preside, durante el último año de su importante período de
Gobierno.
El
hecho mismo de ser el que acabamos de escuchar, el último Informe que rinde
usted ante la Representación del pueblo, hace por sí solo resaltar el
acontecimiento hasta darle perfiles únicos en nuestro decurso institucional;
pero si a esta circunstancia se suma la de que el Documento de que se trata, es
la síntesis de la obra realizada en uno de los períodos más fecundos de nuestra
historia, indudablemente tendremos que reconocer que asistimos a un suceso de
profunda significación para nuestra Patria.
Contestar
este Informe, en las circunstancias expuestas, reviste una singular
trascendencia; porque es nuestro deber de representantes populares
responsables, dar a este Mensaje Presidencial el significado incalculable, de
toda última lección: balance de valores, reflexión profunda de experiencias,
asimilación, en suma, de las enseñanzas de política administrativa con que se
cierra el ciclo de seis años, durante los cuales recibimos de usted ejemplos y
orientaciones normativas de nuestra conducta para el presente y para el
porvenir.
Un
ciudadano de modesta esfera en la jerarquía militar, un fervoroso convencido de
que el porvenir de México se halla asegurado en su trayectoria, hacia la cima
del ideal revolucionario, pese a los que sueñan aún con el triunfo de las
plutocracias, es el que se honra aludiendo a los conceptos de inestimable
valor, hace pocos minutos expuestos por usted.
En
realidad, si no fuera porque soy consciente de la alta función que se me
encomienda, no me sentiría acreedor de tal honor; pero también, debo decirlo,
es un orgullo para mi generación y para nuestro Instituto armado, haberse hecho
merecedores de esta representación, precisamente bajo el Régimen más
revolucionario y más patriótico que haya tenido México en estos últimos
estadios de su historia, el régimen, próximo a terminar, del Presidente Lázaro
Cárdenas.
Cumplo,
pues, el encargo de la Nación, representada en el Congreso que presido,
pero antes de referirme concretamente a todos y cada uno de los puntos que
contiene el Documento Presidencial, creo que es un deber impostergable hacer
una referencia general sobre la importantísima obra desarrollada por el
Gobierno de la Revolución, en este período institucional.
No
sería un error considerar que la jornada que estamos culminando puede ser
parangonada con las más altas epopeyas de nuestra historia, y colocada,
válidamente, por su transcendencia e importancia profundas, en el mismo plano
en que se encuentran las jornadas libertarias de la Independencia, en las
cuales el esfuerzo patriótico de los insurgentes, de Hidalgo, de Morelos, de
Guerrero y otros más, forjó una patria nueva y políticamente libre; en
equivalencia con aquellas tareas gloriosas de la Historia, la obra de
Cárdenas se traduce en la formación de una nacionalidad económicamente
independizada del imperialismo, al recuperar riquezas propias que manos
extrañas detentaron durante muchos años; la obra legislativa realizada por el
Régimen de Cárdenas, es también comparable con los acontecimientos
constitucionalistas en los cuales Zarco y Gómez Farías, entre otros,
estructuraron nuestra nacionalidad sobre valiosísimos cimientos legales, pues
también la obra del actual Gobierno ha fortalecido el régimen de derecho que
impera en la República y ha dado a éste orientaciones de tal manera
claras, precisas y certeras para la consolidación del presente y la conquista
del porvenir, que es justo afirmar que la organización del pueblo, dentro de la
ley y dentro de la Revolución, es recia e indestructible.
Las
Leyes de Reforma marcaron para nuestra Patria, una reivindicación valiosa, pues
la arrancaron de una Edad Media feudal y colonial, para encauzarla por los
derroteros de la democracia; igual importancia tiene, sin duda, la obra del
Presidente Cárdenas, por cuanto que ella dio a las reformas organizativas de
nuestra vida política, en nuevo sentido y finalidades claramente identificadas
con la prosperidad, el bienestar y la tranquilidad del pueblo.
El
esfuerzo realizado por los gestores de nuestra Revolución en la segunda década
de este siglo: Madero, Zapata, Carranza y tantos otros varones ilustres que
rompieron con sacrificio generoso el pasado obscurantista de la Dictadura,
que posibilitaron con su acción revolucionaria y con un sentido patriótico la
formación de una vida nueva para el pueblo mexicano, no es, a pesar de todo, un
esfuerzo superior al realizado por Cárdenas durante su período de gobierno; en
efecto, el Plan de San Luis, el Plan de Ayala, la Ley de 6 de enero, la
Constitución del 17 y otros documentos, en los cuales el ansia libertaria
y el afán reivindicativo de la Revolución fue plasmada, encontraron
en estos últimos seis años una plena realización y una superación magnífica, en
cuanto que adquirieron un sentido profundo y un claro significado, que los
transforman en punto de partida para esa marcha victoriosa que de modo
irrefrenable el pueblo de México tiene emprendida bajo la orientación directriz
de Cárdenas, hacia la verdadera y auténtica democracia, hacia la completa y
absoluta justicia social, hacia la recuperación de la dignidad del hombre y de
la libertad del pueblo.
Organizado
el pensamiento de la Revolución, en la cual tiene su origen indiscutible,
encauzando la acción de las masas populares, a las cuales se pertenece por
entero, sin desviaciones ni demagogias, la obra del Régimen cardenista, ha
sacudido profundamente la entraña misma de nuestra nacionalidad, y ha provocado
la administración y el respeto de los regímenes democráticos y revolucionarios.
En
el aspecto espiritual, la jornada cardenista ha tenido esta imponderable
validez: forjó en los hombres y en el pueblo un alto sentido de responsabilidad
individual y colectiva; precisó, cuál es la función que cada uno tiene que
desempeñar para la construcción de una patria fuerte y libre; dio sentido de
dignidad humana a las gentes, al reconocer y garantizar no sólo el respeto a la
vida, sino el respeto indeclinable al pensamiento de los hombres; entregó
clarificado a las masas, el verdadero concepto y la transcendencia real de la
lucha social, y al determinar las finalidades de ésta, señaló también la
libertad y el engrandecimiento patrio como objetivos superiores.
En
el aspecto material, el Régimen de Cárdenas ha dejado obras tangibles, cuyos
beneficios se proyectarán hacia el futuro, en garantía de un bienestar efectivo
y cierto para las generaciones presentes y para las venideras; en este orden,
precisa subrayar el imponderable ejemplo de una conducta de constante
asistencia personal, a cada uno de los puntos de la República, en donde la
mano fuerte del Jefe de la Nación era necesaria, para elevar el nivel
de vida de las clases tradicionalmente oprimidas, pugnando siempre por su
completa redención; pero no solamente en los lugares en donde alguna
circunstancia ameritaba su presencia, ella se tuvo pronta y eficaz, sino que
sin ser llamado, concurrió él, y el Jefe de la Nación a buscar los
problemas que pudieron asistir, para resolverlos con atingencia, generosidad y
levantado espíritu de justicia.
La
niñez fue considerada como lo que realmente significa, el germen de la futura
ciudadanía de la Patria, la levadura de nuestro próximo porvenir, y así,
fue atendida sin escatimar esfuerzos ni voluntad.
Los
derechos civiles de la mujer, fueron respetados y celosamente protegidos; se
impulsó la formación y el crecimiento de sus organizaciones; se atendieron con
eficacia sus derechos, como asalariados; sus reivindicaciones específicas,
tanto las establecidas por la Ley del Trabajo y por otros estatutos,
como aquéllas a las cuales tienen un derecho natural indiscutible, fueron
propiciadas y tenazmente defendidas.
Las
clases indígenas de México, cuya condición social y humana, sólo se explica a
través de largos siglos de explotación, fueron objeto de la preocupación
constante del Gobierno, que al construir los cimientos de la recuperación del
indio, reconoció expresamente la enorme deuda que la Nación tiene con
esos núcleos raciales, que no obstante constituir el nervio vital de la
nacionalidad, estuvieron siempre al margen de nuestra cultura, de nuestra
civilización y de los beneficios que los movimientos revolucionarios han
significado para el pueblo; al abordar esta tarea, se estimó certeramente que
la organización racional de la economía, peculiar de los conglomerados
indígenas, desarrollada y evolucionada, es premisa fundamental de su próxima y
definitiva liberación; y esta obra valiosísima, fue proyectada hacia los
amplios horizontes de toda la América, mediante la organización del
Congreso Americano Indigenista, en donde expusiera usted; conceptos
inapreciables para este problema, cuya resolución definitiva preocupa de manera
esencial a todo el Continente.
La
clase media, que a través de nuestra vida pública, ha aportado siempre un
contingente, individual y colectivo, de alto valor social y humano; que por
medio de representativos auténticos ha tomado en ocasiones la dirección de
nuestras gestas institucionales, depurando el sentido de nuestras luchas y
prestando para la edificación de la patria, estimables aportaciones de orden
técnico; la clase media, que una vez colocada en el lugar que históricamente le
corresponde, esto es, al lado de la causa de los trabajadores, que es la propia
causa de ella, por determinación de su clasificación económica, tuvo también en
este lapso de nuestra vida política, beneficios entre los cuales puede
señalarse el indiscutible, que significa un puesto, determinado y claro, dentro
de la lucha social.
El
Ejército, esta ciudadanía armada a la que con orgullo pertenezco, este sector
de nuestra nacionalidad cuyo origen emerge del corazón mismo de las masas
campesinas y obreras, guardián de nuestra soberanía, vigilante atento de la
integridad de nuestras instituciones, de la tranquilidad y de la paz sociales,
recibió justicia del régimen del Presidente Cárdenas, recuperando la dignidad
que corresponde a su elevada función y reconociéndosele reivindicaciones específicas,
que contribuyen eficazmente a su estabilidad, y a la satisfacción de sus
necesidades.
En
orden a la política exterior, el hecho que de modo principal debe ser
subrayado, es el de haber conquistado para México, el respeto de todas las
naciones y la solidaridad y el cariño de los pueblos demócratas; la condenación
de la violencia y de la fuerza como medios de resolver conflictos entre
nacionales, el respecto a la soberanía de los pueblos libres y el principio de
autodeterminación de las naciones, fueron juntamente con la levantada
afirmación de nuestra categoría de país autónomo, los postulados centrales de
una actitud que es internacionalmente aplaudida.
Y,
volviendo hacia los trascendentales problemas de nuestra nacionalidad, procede
hacer referencia al hecho de que en la organización de las fuerzas populares,
con tendencia a coordinar la acción política de las masas para la conservación
y la defensa de las conquistas revolucionarias, y para propiciar el
desenvolvimiento de esas mismas conquistas, hasta lograr en definitiva el
imperio de la libertad y de la justicia, el esfuerzo de Cárdenas se tradujo en
la transformación profunda y esencial, del órgano político del pueblo, para dar
lugar a la organización del Partido de la Revolución Mexicana, que integrado
por los cuatro sectores fundamentales de la población del país, desde su propia
base organizativa, contiene el germen de una verdadera democracia funcional y
proporcional, cuyos frutos se perciben ya, con satisfacción positiva, no sólo
para los sectores sociales que integran nuestro Instituto Político, sino para
toda la Nación que encontrará, en estas nuevas formas de la
democracia, el más eficaz medio de su desarrollo y de su progreso.
La
campaña política que está resuelta en forma de triunfo indiscutible para
nuestro Partido y para el candidato de la Revolución, General de División
Manuel Ávila Camacho, -próximo Presidente de la República por mandato
de la voluntad soberana del pueblo- es ya un ejemplo vivificante y alentador de
la conciencia revolucionaria de nuestras masas ciudadanas; y es justo reconocer
ahora que el Régimen actual supo conservar en todo momento, la serenidad ante
la diatriba y el ataque de la reacción, la imparcialidad que en esta lucha fue
su norma indeclinable, y la postura de dignidad que corresponde a un Régimen en
el que el derecho y la ley son normas inquebrantables.
Esta
actitud del Jefe de la Nación, cuidadosamente mantenida, culminó en la
conducta legalista adoptada, al dejar a los únicos órganos que la
Constitución capacita para ello, la fundación de juzgar y calificar las
elecciones federales, y sobre los resultados de éstas, tanto por lo que se
refiere al Poder Legislativo como al Ejecutivo, no obstante las maniobras
reprobables del Partido en derrota, que, carente del imperio que otorga la
voluntad del pueblo, pretendió atribuirse por sí y ante sí, el triunfo en los
comicios, y sustituir en sus funciones a los órganos legislativos y a las demás
autoridades que de acuerdo con la ley, tienen jurisdicción en el proceso
eleccionario.
Es
un deber de justicia reconocer que en la magnífica obra de usted, señor
Presidente, contó siempre con el patriótico apoyo del Congreso de la Unión que
nos precedió.
Ambas
Cámaras legislativas, atendieron eficazmente a la formulación y expedición de
leyes, que las necesidades del país demandaban, y combatieron valerosamente a
la reacción, siempre que ésta pretendió amedrentarlas con miras al
resurgimiento de autocracias desaparecidas. Su labor fue meritoria y valiente.
Ella
traza un camino de honor para los sucesores de tan dignos representantes del
pueblo, que merecen el cariño y el respeto de sus electores.
Los
integrantes de la presente Legislatura, sabrán inspirar su acción en la de
ellos, y declaran que, también como ellos, están dispuestos a atender, sin
ambiciones ni egoísmos personales, el interés de la patria, obrando en un plano
de altura que los dignifique y enaltezca.
Es
también un deber de justicia reconocer que los Gobiernos locales, dieron a los
Poderes Federales, y especialmente al Ejecutivo, una firme solidaridad en el
desarrollo de toda su labor; y que la cordialidad de las relaciones entre la
Federación y los Estados, tiene su más firme basamento en el respeto sin
taxativas, que siempre se guardó a la libertad y soberanía del régimen interior
de las Entidades, que constituyen la Unión.
Las
referencias que hemos hecho a las características generales que dan fisonomía y
personalidad inconfundibles al régimen que usted preside, constituyen trazos
incompletos y someros del panorama político creado por usted, y dentro del cual
se han realizado actos de gobierno de la más grande importancia nacional.
Después
de ellas, es nuestro deber hacer mención de las tareas concretas desarrolladas,
bajo la vigilancia y dirección de usted, en los diversos aspectos de la
política de su Gobierno.
Política económica.
La
Representación Nacional considera que es pertinente, tomar en cuenta una
visión de conjunto del desarrollo económico del país desde sus orígenes; las
peculiaridades de la producción agrícola de la Colonia, y su carácter
esencialmente proteccionista de los productos de la metrópoli; la explotación
inmoderada de nuestras minas sin beneficio para la economía interior; el
nacimiento de México como país independiente, dentro de una economía mundial en
pleno ritmo de desarrollo, y la persistencia de los mismos sistemas económicos
coloniales, que propiciaron la invasión económica de los países mejor
organizados; la realidad de la economía desorientada y depauperizada de México,
como herencia del coloniaje, y la presencia actuante del capitalismo internacional
para controlar las fuentes de producción, de materias primas y las industrias
transformativas, y la imposibilidad de nuestra patria para construir una vida
económica independiente, sin destruir toda forma de economía feudal; igualmente
es importante el hecho de señalar el carácter teórico de los postulados
políticos de libertad e igualdad, frente a una realidad económica contraria;
todo ello para encontrar justificación histórica a la reivindicación de las
riquezas nacionales y a la tarea de encauzar el esfuerzo colectivo, hacia los
intereses de la Nación.
El
país tiene en consideración, las dificultades de orden histórico, que ha sido
preciso abordar para transformar la economía desde los sistemas empleados en
épocas anteriores al movimiento revolucionario; y siente la necesidad de
recuperar las riquezas naturales entregadas sin razón al capitalismo
extranjero, así como la urgencia de defender como patrimonio para el futuro,
esas mismas riquezas.
Igualmente
percibe la exigencia de un racional control de la producción, para hacer ésta
costeable y socialmente más útil, y aprecia los defectos del sistema liberal e
individualista de la economía, confirmando la necesidad de sustituir la
agricultura empírica, rudimentaria, extensiva y aleatoria, por la agricultura
intensiva, tecnificada, distribuida y controlada.
De
una gran importancia para la justificación de nuestra revolución social, en un
análisis sobre el desarrollo de la industria desde su fase de artesanado, hasta
la presencia de la gran industria financiera e internacional, con el
consiguiente apoderamiento de los mercados a base de bajos precios, bajos
salarios y agotamiento de materias primas.
Con
estas consideraciones previas, que desarrolladas sirven para comprender mejor
la obra de la Revolución en materia económica, y para percibir más
claramente la trascendencia de las labores del Régimen que usted preside, el
Congreso toma conocimiento de que el crédito oficial atiende el sostenimiento
de la agricultura, las industrias, los transportes, el petróleo y aquellas
ramas de la producción protegida por el sistema de aforos; y estima que es
motivo de aplausos, el hecho de que no obstante la crisis presentada por la
reorganización de la economía hacia formas sociales, no se hubiese llegado a
producir abatimiento en la economía general y sí, se obtuviesen beneficios
colectivos, a pesar de los trastornos que como cierre de mercados y suspensión
de transacciones, se presentan como consecuencia del estado de guerra que
conmueve al mundo.
La
Representación Nacional se solidariza ampliamente y sin reservas, con la
política de mejor distribución de la tierra y más racional organización del
Ejido; con la creación del Consejo Nacional de Agricultura y de los Consejos
Locales de Fomento Agrícola Ganadero; con la prudente conducta seguida en
relación a los terrenos nacionales; con la política de colonización y con las
acertadas medidas tomadas para intensificar el desarrollo de nuestra economía
agrícola, entre las cuales sobresalen la creación del Instituto Técnico Agrícola
Henequenero y, las importantes obras de irrigación emprendidas sobre la
realidad orohidrográfica del país y las necesidades de las diferentes regiones
beneficiadas.
Mención
especial merecen las tareas de profunda trascendencia consumadas por el Gobierno
que usted preside, en La Laguna, El Yaqui, El Mante, Yucatán, Soconusco,
Lombardía y Nueva Italia, así como el hecho importantísimo de las inversiones
en materia agraria, anoten un considerable renglón.
Y
en esta materia es pertinente apuntar la significación del Nuevo Código
Agrario, recientemente aprobado por el Congreso a iniciativa presidencial, y
que contiene bases organizativas de la economía ejidal, de la pequeña propiedad
agraria, etc., y sistematiza en un ordenamiento coherente, tanto las experiencias
obtenidas durante todo el proceso de aplicación de la Reforma, como las
dispersas disposiciones que la reglamentaban; una medida de gran valor por su
significado social y por su importancia técnica en nuestra economía agraria,
que contiene el referido Código, es la sustitución del antiguo concepto de
parcela, que implicaba la división del Ejido, en muchos casos inconvenientes,
por el concepto de unidad normal de dotación.
El
XXXVIII Congreso de la Unión, ratifica la seguridad del pueblo, de que
todas estas medidas incrementan el progresivo desarrollo de nuestra economía
agrícola.
El
Congreso coincide con usted, en la consideración de que el petróleo,
recientemente recuperado por motivos bien conocidos, es la base de nuestro
desarrollo industrial, y aplaude tanto el hecho de la reorganización de esta
industria, como la circunstancia de que vayan siendo sorteadas,
satisfactoriamente, las condiciones adversas que la guerra impone al desarrollo
de tan importante factor de nuestra vida económica, no obstante lo cual, se
intensifican la exploración y la perforación, se incrementa la capacidad
productiva, disminuyendo los costos, aumentando el consumo interior y
ampliándose prudentemente las reservas petroleras.
La
Nación se entera, satisfecha, de que el proceso expropiatorio de la
industria petrolera ha alcanzado, a través de todos los trámites legales, su
fase última al terminarse el avalúo de los bienes de las empresas afectadas,
cuyo importe, en caso de no ser recibido por ellas, se depositará en el Banco de
México, a disposición de las mismas y en consignación de pago, como lo
establecen nuestras leyes.
Y
es oportuno confirmar el amplio apoyo, solidaridad y respaldo que el pueblo de
México prestó y otorga a la patriótica medida tomada, al expropiar la industria
petrolera como consecuencia de la rebeldía de las compañías a acatar los fallos
legítimos de nuestros Tribunales y a la airosa levantada actitud del Gobierno,
al rechazar la proposición de someter a arbitraje internacional una cuestión,
que como la planteada con motivo de la expropiación, corresponde resolver de
modo exclusivo a nuestro sistema jurídico interior, pues ese medio, el del
arbitraje internacional, resultaba altamente lascivo de nuestra soberanía y de
nuestra calidad de pueblo libre.
La
Nación Mexicana acoge la recomendación que usted formula, en el sentido de
que no se acepte en ningún caso, futuras proposiciones que, como la formulada a
su Administración para formar una nueva Empresa concesionaria, para explotar el
petróleo, encubriera en el fondo una positiva devolución, esto es, una
abdicación de la costosa conquista.
Las
reservas de energía y de patriotismo de nuestro pueblo, son inagotables, y
puede usted estar seguro, señor Presidente, que ningún sacrificio necesario
para la conservación de la independencia económica de México, será escatimado,
pues esa independencia, como ya lo hemos asentado en esta histórica ocasión, es
la mejor herencia que podemos entregar a las generaciones del porvenir.
De
positivo beneficio para la economía nacional son las facilidades establecidas
para las pequeñas explotaciones mineras, la ampliación de la exploración y la
política que impide el acaparamiento de los centros productores, pues ello,
como el Informe lo confirma, se traduce en aumento del volumen y del precio de
la producción del oro, del hierro y de otros minerales.
La
política adoptada en relación al problema de la plata, que tanta importancia
internacional tiene en estos instantes, merece la aprobación que el Congreso le
otorga sin reservas. Igual sanción amerita la política seguida con respecto a
la industria eléctrica, que tiende a resolver el problema de la carencia de
energía, procurando su abaratamiento y su abastecimiento más amplio.
En
idénticas circunstancias se encuentra la actitud del Gobierno, por lo que se
refiere a las industrias de transformación, a las cuales se protege con
disposiciones arancelarias, y exención de impuestos a las de nueva creación, a
efecto de substituir en lo posible a la importación.
Es
de singular trascendencia la conducta adoptada referente al comercio exterior e
interior, que procurando salvar las dificultades provocadas por la guerra,
prohíbe la exportación de los artículos fundamentales de la alimentación del
pueblo, independizando los precios interiores de los que pudieran alcanzar en
los mercados internacionales; y por lo que toca al comercio interior, es
plausible la creación del Comité Regulador de subsistencias y la eficaz
intervención del Estado en la fase distributiva de la economía, defendiendo el
precio rural como complemento de la Reforma Agraria, pues así, como el
Informe lo dice, se eleva el poder adquisitivo de las masas campesinas.
De
gran valor estadístico para el mejor conocimiento de nuestra realidad, es el
resultado de los censos realizados durante este período de Gobierno, y es
oportuno señalar que esos resultados hablan con elocuencia de nuestro
desarrollo agrícola, industrial y comercial.
Por
lo que se refiere a la política hacendaria que detalla el Documento
Presidencial, es procedente reconocer que el aumento del stock monetario, del
capital financiero representado en los distintos Bancos e Instituciones de
Crédito existentes, la ampliación del sistema crediticio, etc., evidencian el
progreso de la Nación y de nuestras finanzas con los consiguientes
beneficios sociales que ello significa, y entre los cuales debe señalarse la
estabilización del tipo de cambio con la divisa dólar, y la seguridad que con
esto adquieren nuestras transacciones internacionales.
Se
entera la Representación popular de que el sistema de impuestos, con
la reorganización de las leyes respectivas, la abolición del señalado para la
exportación de capitales extranjeros, y el establecimiento del impuesto sobre
superprovecho, entre otras medidas igualmente importantes, se traduce en reales
beneficios para nuestra economía al propiciar inversiones y limitar
injustificables enriquecimientos; igualmente se entera la Nación de
que el Sistema de Impuestos, sin agobiar en lo más mínimo a los contribuyentes,
es eficaz para atender las necesidades económicas del Estado.
Es
motivo de satisfacción reconocer que no obstante el volumen de las obras
realizadas por el Régimen en todos los órdenes, los Presupuestos del Estado se
atienden con los ingresos normales; y si en efecto existe con el Banco de
México un sobregiro considerable, el Congreso se solidariza con usted en la
consideración de que las inversiones que tal crédito significa, son
indispensables para la mejor promoción y desarrollo de nuestras riquezas
potenciales; y estima que la prosperidad y riqueza del país, no puede
expresarse en la mayor cantidad de fondos acumulados, sino en la mayor cantidad
de capital invertido en obras de positivo beneficio colectivo.
Las
orientaciones directrices de la política económica del Régimen, se inspiran en
la noble aspiración de integrar una nacionalidad económicamente libre y fuerte,
pues sólo de este modo se podrá lograr, como consecuencia inexcusable, nuestro
engrandecimiento cultural y político y el perfeccionamiento de todas las
estructuras superiores de nuestra vida institucional.
El
Congreso de la Unión lo reconoce así ampliamente, y suscribe con el
Ejecutivo todas las tesis que sobren esta importante materia animan su
patriótica política.
Asistencia Pública y Política Sanitaria.
El
principio general sostenido por el Informe del señor Presidente en materia de
Asistencia Pública, que establece que tal actividad constituye un deber
ineludible de los Estados modernos como consecuencia de la responsabilidad de
atender y cuidar a los productos ineptos de la sociedad, ha servido de
fundamento para transformar el antiguo concepto de beneficencia, dándole un
contenido de obligación social; esto ha determinado la creación, por el Régimen
de Cárdenas, de la Secretaría de Asistencia Pública que, integrada
por las antiguas instituciones que desempeñaban una función similar, ha
desarrollado una labor que la Representación Nacional reconoce como
meritoria y digna de la aprobación del pueblo.
La
obra que en materia de política sanitaria, a través del Departamento de Estado
respectivo, se ha desarrollado durante este sexenio, y que detalla el Informe,
reviste una positiva importancia.
En
efecto, un pueblo sano es la base fundamental de una patria grande, y en la
construcción de ese cimiento, la cooperación de todos los sectores del pueblo
debe ser aportada sin reticencias ni condiciones; la limpieza de las ciudades,
la higiene de las habitaciones, la pureza de los alimentos, la potabilización
de las aguas, la ampliación de los sistemas de saneamiento, la lucha contra el
paludismo, el alcoholismo, la onchocercosis, etc., son condiciones
indispensables del mejoramiento de la raza.
Las
tareas emprendidas y realizadas por el Gobierno en esta materia, utilizando
principalmente el convencimiento y la educación, han dado como resultado, que
el Documento Presidencial señale, un notable descenso de la mortalidad y un
visible aumento de la población.
Aun
cuando hay mucho por hacer todavía en este renglón de la actividad oficial, la
Nación se encuentra satisfecha de la obra realizada en el sexenio.
Asuntos Indígenas.
Fue
indudablemente un acierto para abordar mejor el problema de nuestros núcleos
aborígenes, la creación del Departamento de Asuntos Indígenas, que fue
determinada por el conocimiento de las duras condiciones de vida de los indios,
alejados de los beneficios de la civilización, sumidos en la miseria y en el
olvido, y por la observación de la escasez de resultados eficaces en la tarea
del mejoramiento de la población indígena.
Positivamente
trascendentales son las consideraciones que el Informe hace sobre la condición
social de los aborígenes y de los mestizos pobres, que participando
intensamente en la tarea colectiva de la producción y siendo factores
determinantes en la lucha por la libertad, no se les habían reconocido derechos
como hombres, como ciudadanos y como trabajadores.
El
Congreso comparte el pensamiento del Ejecutivo, sobre la circunstancia de que
la opresión política y la depresión económica de los indígenas, en la
consecuencia de regímenes fincados sobre el desconocimiento de los valores
humanos.
Y
al solidarizarse con la generosa, patriótica y humanista política del Gobierno,
seguida en este importantísimo aspecto de nuestra realidad nacional, y al
aplaudir las eficaces medidas tomadas para resolverlo, reconoce también que la
emancipación del indio es, en substancia, parte del programa de la emancipación
del proletariado, esto es, que el llamado problema de los núcleos raciales
aborígenes, es un problema esencialmente económico, que debe ser resuelto sin
olvido de las condiciones específicas y de la peculiar fisonomía espiritual que
les son propias.
Trabajo.
Una
de las características principales de la actual Administración, ha sido la
tendencia indeclinable de acatar estrictamente todas las disposiciones
constitucionales que en materia de trabajo protegen a los asalariados,
fortalecen las organizaciones obreras, defienden las conquistas logradas por
éstas, fomentan la contratación colectiva y transforman la legislación obrera
en materia de derecho público, sin que esta política de protección a sindicatos
y organismos proletarios, implique, por otra parte de éstos, la abdicación de
su más absoluta autonomía.
En
efecto, esta política del Régimen ha sido llevada de tal manera, que las
conquistas proletarias constituyen para la Nación mexicana, un estado
orgánico. Como en ninguna otra época de la Historia, los derechos de las
clases productoras fueron objeto de tan tenaz defensa y de tan constante
protección.
La
obra del Régimen actual, que en el correspondiente capítulo del Informe se
detalla, constituye por su volumen y por su trascendencia, uno de los progresos
más importantes de la historia del movimiento obrero de México, que entre los
múltiples beneficios que ha recibido, puede contar el de la clara orientación
revolucionaria, y el sentido verdadero que a sus luchas ha marcado el
Presidente Cárdenas.
La
participación que en la administración del petróleo se ha concedido a los
obreros de esta industria, y la entrega de la administración de los
ferrocarriles a sus propios trabajadores, constituyen reivindicaciones
revolucionarias que el proletariado se había planteado tan sólo de una manera
teórica.
Es
plausible también que de modo sistemático, se propicie el establecimiento de
los Seguros Sociales, incluso con la expedición de la ley respectiva, pues ello
se traducirá en una más efectiva protección a los trabajadores contra todos los
riesgos de la producción y de sus crisis.
No
podemos terminar los comentarios a esta parte del Informe, sin hacer una
manifestación expresa de solidaridad con los conceptos que contiene, y de los
cuales se desprende que así como la prohibición de toda lucha de clases es
absurda, contraria a la realidad y provocadora de miseria e injusticia, un
estado de permanente y sistemática agitación, revela carencia de sentido de responsabilidad,
y determina la adopción de medidas enérgicas, para la conservación de la
tranquilidad, de la estabilidad del Régimen y de la normalidad social; pues es
indiscutible que, como lo asienta el señor Presidente, por encima de los
intereses de los grupos económicamente diferenciales, se encuentran los más
altos intereses de la colectividad y de la Patria.
Política Militar
La
transformación de la antigua Secretaría de Guerra, en Secretaría de la
Defensa Nacional, da un nuevo sentido a nuestra Institución armada, y le señala
finalidades con el espíritu profundamente pacifista, del Gobierno de la
Revolución.
En
efecto, el glorioso Ejército de la República, tiene como razón de ser la
defensa de nuestra nacionalidad y la estabilidad de nuestras instituciones, la
garantía de la tranquilidad social y del orden legal; México no ha sido ni será
jamás un país agresor, porque es respetuoso de la soberanía y de la
independencia de todos los pueblos; por ello, no es la guerra por sí misma una
finalidad de nuestro organismo armado, y sí en cambio, lo es la constante y
atenta vigilancia del desarrollo normal de nuestra nacionalidad.
Esta
elevada función en la que todo el pueblo de México está interesado, reclama,
como lo dice el Informe del señor Presidente, la tecnificación de nuestro
Ejército, el mejoramiento de su equipo, la ampliación de las reservas armadas,
y la participación activa, de todos los individuos físicamente capacitados para
la tarea de la defensa de la soberanía, y de la independencia del país.
Esta
reflexión ha determinado el establecimiento del Servicio Militar Obligatorio,
que está llamado a rendir incalculables beneficios sociales a la patria, pues
además de que por este medio se realiza un deber inexcusable de todos los
mexicanos, podrá obtenerse en el futuro, no solamente una mayor capacitación
militar de la población, sino también un espíritu de disciplina y un sentido de
colectividad, en la obra de estructuración de la patria.
La
importancia de esta trascendental medida, surge con relevantes perfiles, si se
tiene en cuenta que, con el cuadro glorioso que es nuestro Instituto armado,
vendrán a tomar lugar las huestes ciudadanas, las juventudes plenas de
patriotismo y ávidas de honor; y dentro de él, integrarán una recia y valiosa
personalidad, pues el Ejército actual ha sabido concebir profundamente los
sentimientos de patriotismo, de deber, de orden y de revolucionarismo que le
caracterizan, dentro de una comprensión también sin límites, de lo que
significan la disciplina y la moral cívica.
Una
reivindicación importantísima en nuestra historia, es el hecho de que, en
función de la compatibilidad de las obligaciones militares con los deberes
ciudadanos, se haya posibilitado la participación de los soldados en nuestras
actividades políticas; esta conquista se encuentra plenamente justificada, por
la indestructible vinculación del Instituto armado, con las necesidades
populares y con el pensamiento revolucionario.
El
Informe Presidencial relata algunos aspectos, de la importante función social
llevada a cabo por el Ejército, al cooperar en la construcción de carreteras,
escuelas y obras de irrigación; y la Representación Nacional cumple
con su deber, al rendir a nuestros soldados un homenaje de profundo
reconocimiento, tanto por esta obra como por la actitud de lealtad inflexible a
las instituciones de la Revolución, demostrada de modo irrefutable en el
caso de la tentativa reaccionaria cedillista, fallida gracias al alto sentido
de responsabilidad y de cumplimiento del deber del Ejército, a la atingencia
del señor Presidente y a la fortaleza de nuestro Régimen revolucionario.
La
Representación del pueblo consuma un acto de justicia, al hacerse
solidaria de la afirmación del Ejecutivo, que asegura que así como el Ejército
ha cumplido con su deber en el pasado, lo cumplirá sin defecto en el futuro,
impidiendo de este modo toda posibilidad de alteración de la paz.
Marina Nacional.
Las
condiciones geográficas del país, requieren la existencia de una marina
mercante y de guerra capaces de cubrir las necesidades nacionales.
La
creación del Departamento Autónomo de Marina Nacional, realizada por el
Gobierno, constituye, a juicio del Congreso, el primer paso en firme hacia la
obtención de la importante finalidad señalada.
El
funcionamiento del nuevo órgano del Estado, justifica tal creación y las
fundadas esperanzas de que ello contribuya, de manera eficaz, al
desenvolvimiento económico de México.
Política de Comunicaciones.
Es
justificada la preocupación del Gobierno del Presidente Cárdenas, para aumentar
y mejorar los medios de comunicación, pues ellos constituyen importante factor
del desarrollo económico del país.
El
Congreso encuentra un motivo de satisfacción en la obra realizada a este
respecto, entre la cual resaltan la terminación del tramo que corresponde a
México de la Carretera Panamericana, la carretera México-Guadalajara y la
construcción de líneas férreas en el Noroeste y Sureste de la República,
el ensanche de las comunicaciones aéreas y la ampliación de los servicios de
correos y telégrafos y de las comunicaciones por radio.
Consecuente
con su política de consolidación de nuestra independencia económica, el Régimen
de la Revolución, realizó la nacionalización de los ferrocarriles,
recuperando así para el país uno de los medios más eficaces para su
engrandecimiento; y congruente con sus definidas convicciones obreristas,
entregó la administración de las líneas a los trabajadores, a quienes, no
obstante los desajustes y trastornos provocados, por el radical cambio de
organización de la industria del transporte ferrocarrilero, se consideran
capaces de cumplir la responsabilidad, que junto con tan importante
reivindicación proletaria, les ha entregado la Revolución.
A
este propósito, es debido hacer hincapié en que se confía en la existencia de
un gran sentido de responsabilidad en los trabajadores ferrocarrileros, y que
por ello, se espera fundadamente que no omitirán esfuerzo ni sacrificio, para
evitar el fracaso de la administración que se les entregó, pues esto
significaría, a más del desprestigio de la clase obrera, que así demostraría su
incapacidad para dirigir industrias, un serio quebranto en nuestra economía
nacional.
Distrito y Territorios Federales.
La
Representación Nacional toma nota, complacida, de que el Departamento del
Distrito Federal ha cumplido eficientemente, las funciones administrativas que
le están encomendadas, y realizado obras materiales de verdadera importancia y
utilidad sociales; que ha incrementado el volumen de su economía y que su
eficaz funcionamiento contribuye a la ampliación de la ciudad y al aumento de
la población.
Por
lo que se refiere a la obra realizada en los Territorios de Baja California y
Quintana Roo, es motivo de satisfacción constatar, que en aquellas distantes
regiones del país, la acción benéfica del Gobierno se hace sentir, con
resultados palpables, que evidencian la constante preocupación del Régimen de
Cárdenas, para llevar a todas partes del país, los beneficios del progreso de la
Revolución.
Suprema Corte y Procuradurías de Justicia de la
Nación y del Distrito.
El
Congreso de la Unión se ha enterado, satisfecho, de que ambas
Procuradurías de Justicia han cumplido sus funciones, con estricto apego a las
disposiciones legales que rigen su actuación, en la esfera de sus respectivas
jurisdicciones.
Un
renglón de suma importancia en la vida del país, es la correcta administración
de justicia, cuya vigilancia está encargada a las Procuradurías, tanto en
materia penal como civil y de derecho público; una demostración de que esta
obligación ha sido atendida eficientemente, lo es el hecho de la disminución de
la criminalidad que el Informe señala, y la realidad del estado de derecho que
es visible, y que garantiza el normal desarrollo de la Nación, por
derroteros de estricta legalidad.
Aun
cuando no es materia del Informe, la actividad del Poder Judicial, porque de
acuerdo con nuestro sistema constitucional, la independencia y soberanía de los
Poderes es absoluta, el Congreso aprovecha esta ocasión para subscribir las
apreciaciones del Ejecutivo, sobre la patriótica e intachable actitud de la
Suprema Corte de Justicia, normada de modo inflexible por la ley y el
derecho, y puesta de manifiesto en el caso de la expropiación del petróleo.
Extranjeros e Inmigración.
La
firmeza con que México ha sostenido la tesis, moral y de derecho de que los
intereses de la colectividad prevalecen sobre los aislados de los individuos
nacionales o extranjeros, y el principio de que la ley que beneficia a las
colectividades, no puede subordinarse, en su aplicación, a reclamaciones de
extranjeros que carecen de título legal, para exigir mejor tratamiento que los
nacionales, ha provocado la más amplia solidaridad del pueblo para el actual
Gobierno; en realidad, es inadmisible que el extranjero residente en el país,
acepte las ventajas que obtiene con su inversión y se ponga al margen de los
riesgos a que pudiera estar expuesto; aceptar que el capital nacional o
extranjero, sólo persigue utilidades sin correr la suerte del país en su
desenvolvimiento de emancipación, equivale a supeditar el desarrollo de la
Nación, al interés de unos cuantos, que en esta forma se convierten en
obstáculos para ese desarrollo y en elementos de penetración disolvente que
provocarían grave malestar interior, por su desprecio a la ley y al sentido
evolutivo del pueblo, planteando pugnas diplomáticas y agresiones del
imperialismo.
Es
también inobjetable el principio sostenido por el Régimen, que establece que a
medida que son mayores los beneficios que en los países de inversión obtiene el
capital, es mayor su responsabilidad y su obligación, sin que sea válido que
aspire a un tratamiento privilegiado, en perjuicio de los nacionales.
La
actitud adoptada en cuanto se refiere a la inmigración de elementos españoles,
entre otros exiliados políticos, es una ratificación de la política humanista,
y una confirmación de las convicciones democráticas del Régimen; en efecto,
razones de similitud de pensamiento y de solidaridad humana, abrieron las
puertas de nuestro país, país de libertad, a los contingentes desplazados por
la agresión fascista que destruyó, transitoriamente, la República
Española.
Además
de los indiscutibles méritos que en orden a las circunstancias anteriores, esta
actitud tiene, ella significa una gran conveniencia social y económica para
México, pues los republicanos españoles recientemente radicados en nuestro
territorio, son una inyección de vitalidad nueva a nuestra raza y una
aportación valiosa, por la preparación técnica y la buena voluntad de estos
elementos, con los cuales el pueblo de México se siente identificado también
por razones étnicas.
Las
labores desarrolladas por los refugiados españoles, sin que ellas hubiesen
significado ninguna distracción económica del Gobierno, son estimadas como de
alta utilidad social.
Las
consideraciones expuestas, bastan para justificar el hecho, de que México
hubiese tomado bajo su protección a los republicanos españoles, residentes en
Francia; ello habla de la alteza de principios humanitarios del Gobierno de la
Revolución, que en cuanto a los asilados residentes en el territorio, se
traduce en leal respeto a su vida y a su pensamiento, al extremo de haber
levantado enérgica protesta contra el reciente atentado consumado en contra de
uno de ellos.
El
Congreso Federal se solidariza con esa protesta, por cuanto que el atentado de
referencia, es un acto que lesiona los sentimientos humanitarios que determinan
la concesión del asilo y frustra la protección otorgada al refugiado político
de que se trate; y más reprobables aún son tales actos, si en ellos intervienen
manos extrañas, que sin consideración alguna faltan al respeto que nuestra
Nación merece.
Y
al mismo tiempo que proclama la necesidad, de que una sanción enérgica vindique
en lo posible el acto cometido, declara que es indispensable que los asilados
en nuestro territorio y bajo nuestra bandera, actúen en consonancia con la
noble conducta de nuestra patria, que les abrió sus puertas.
Política Exterior.
El
panorama mundial, en medio del cual México ha desarrollado su anterior sexenio
administrativo, no puede ser de mayor significación para la humanidad.
La
crisis del régimen económico capitalista que en algunos países ha originado,
para salvarse, los regímenes fascistas y totalitarios, se expresa también en
forma de disputa violenta interimperialista para la conquista de los mercados y
de las fuentes de producción de materias primas.
Tal
disputa alcanza, a la fecha, las proporciones de una tragedia como jamás había
vivido el mundo; en ella, la libertad de los hombres ha sido brutalmente
violada, la soberanía de los pueblos destruida sin miramientos, y una guerra en
la que todo principio de humanidad, toda ley, todo derecho, sucumben ante la
realidad de la fuerza, que se presenta y esgrime como argumento supremo.
Ante
esta situación, nuestro joven continente ejemplifica con su laboriosidad, con
su dedicación al trabajo, con su definida adhesión a los principios de libertad
y democracia; y México resalta, por una actitud invariablemente observada de
reprobación de los atentados internacionales, cometidos en Abisinia, España,
Finlandia, Francia, Holanda, Bélgica, etc., por su afirmación de respeto a la
soberanía de los pueblos; por el desconocimiento sistemático de las conquistas
armadas y de los regímenes emanados de la violencia; por el sostenimiento
vigoroso de sus ideales de paz y de justicia; por su afán de estrechar las
relaciones internacionales, reconociendo las realidades de proximidad
geográfica, solidaridad económica y similitud de instituciones que lo ligan con
los demás pueblos del Continente.
Esta
conducta de la Nación Mexicana, que se traduce también en el auxilio a los
refugiados políticos, víctimas del expansionismo imperialista, en el respeto a
las instituciones legítimas de otros países y en la vigorosa defensa de nuestra
soberanía, acreditó a México una alta respetabilidad internacional y ameritó
para el Gobierno un amplio respaldo popular.
Debe
ser mencionada la actitud de nuestro país en la Sociedad de las
Naciones, porque ella es valioso ejemplo de honestidad y lealtad a los
principios que crearon la Sociedad Ginebrina, principios a los cuales
México sigue fiel, no obstante que causas extrañas a nuestra voluntad, hayan
ocasionado el fracaso, aunque sea temporal, de aquella Asamblea.
La
Representación Nacional ratifica la política exterior del Gobierno y
suscribe los valiosos principios que la inspiran, entre los cuales surgen con
vigorosos perfiles, los que establecen que la victoria no concede derechos, ni
es lícito reconocer la adquisición de territorios por medio de la fuerza.
Uno
de los aspectos esenciales de esta política, sobre todo por lo que al interés
de América se refiere, es el de la imposibilidad de permitir que otros Estados
se apoderen de las colonias, que por razones de orden histórico, pero no moral,
aún subsisten en el Continente.
Y
la importancia de esta posición se acrecienta frente al peligro cada vez más
cierto, de que la tragedia de Europa se aproxime a nuestras tierras.
Ante
esta posibilidad, como lo asienta el informe del señor Presidente, precisa
coordinar la acción de los países americanos, incluso en los renglones de
carácter económico, pues esta coordinación, en la que toda posibilidad de
absorción imperialista debe ser eliminada, resulta indispensable para la mejor
defensa del Nuevo Mundo.
Estas
tareas han sido abordadas con éxito y con beneplácito del país, en la reciente
Conferencia Panamericana de La Habana, a la que México concurrió prestando
una colaboración que se reconoce como valiosa y eficaz.
Política Educativa.
Un
interés vital, esencial para la Nación, radica en la política seguida por
el Gobierno en materia educativa, pues es evidente la enorme trascendencia que
para la mejor integración de la nacionalidad tiene esta materia.
El
Documento Presidencial expone, con elocuencia y elevado espíritu patriótico,
los principios fundamentales que animan su gestión a este respecto; la
exposición sobre los propósitos que inspiran las reformas del Artículo Tercero
Constitucional, y la relación de las medidas encaminadas a la aplicación de la
reforma, partiendo de la base de la trascendencia de los sistemas educativos en
nuestra vida económica, política y social, entrañan una plena justificación de
la conducta del Régimen a este particular; precisándose la circunstancia de que
la reforma educacional, profundamente constructiva, se cimienta sobre el
carácter eminentemente social de la ciencia, como producto colectivo y de la
injusticia que por lo tanto, significa el disfrute de los beneficios de la
cultura por una sola clase social; el estudio de las dificultades que implica
el choque de la Reforma con las tradiciones y los perjuicios: la
determinación del valor de la escuela como factor de unificación y creadora de
una conciencia colectiva; la necesidad de una escuela de capacitación, para el
mejor servicio de la sociedad, y la obligación historia de que la Reforma no
se quede en simple tarea legislativa, sino que se realice en beneficio de la
colectividad.
La
Representación del pueblo toma nota de las importantes erogaciones hechas
en el ramo de Educación Pública, principalmente en escuelas rurales, educación
primaria urbana, prevocacional y vocacional, educación profesional de los
maestros, escuelas centrales agrícolas, escuelas regionales campesinas,
educación primaria para hijos de campesinos, subsidios a la Universidad
NacionalAutónoma, Universidad Obrera y otros institutos de cultura superior,
etc., y hace resaltar la importancia de la lucha contra el analfabetismo, de la
campaña pro educación popular, de la federalización de la enseñanza mediante
convenios con algunos Estados de la Unión, de la labor de acción social y
cultural de la secretaría del Ramo y del establecimiento de institutos
especializados, para el mejor desarrollo de la inmensa tarea educativa de la
Revolución, entre los cuales sobresale por su importancia el Instituto
Politécnico.
Las
generaciones del presente y las del porvenir recogerán sin duda muy pronto, el
fruto de este esfuerzo que se realiza en México, como un capítulo trascendente
de nuestra lucha libertaria y de nuestro afán de integrar una nacionalidad
inconmovible.
Señor
Presidente:
El
pueblo de México se ha enterado, por nuestro conducto, del Informe de Gobierno
que ha rendido usted a la Representación Nacional y que nos hemos
permitido glosar someramente.
El
pueblo siente en su propio mejoramiento económico y moral, cuál es la
patriótica y efectiva labor que usted ha desarrollado.
Cumple
a nosotros, como genuinos representantes de este pueblo, que clamorosamente le
respalda, otorgar la sanción constitucional a los actos del Gobierno que usted
ha realizado.
El
sentido de nuestra respuesta, es un sentido de resumen y síntesis de los
juicios políticos, de las enseñanzas y experiencias que engendraron los actos
de su Gobierno, durante un período de seis años que culmina en esta solemne
ceremonia.
La
Representación Nacional pasa revista a toda su labor gubernativa, a todos
los Informes que usted ha rendido al congreso de la Unión, los reúne como
un todo coherente, les otorga su más franca aprobación y hace votos porque el
pensamiento político que usted ha establecido y su saber y su experiencia,
continúen con nosotros para el más firme y mejor desenvolvimiento de la
Revolución.
No
son precisamente los hechos de mayor trascendencia nacional, los que dibujan
con los más nítidos perfiles la transformación política que usted a operado
para México, sino esa constante y perpetua voluntad de actuar, reflejada
incluso en los detalles nimios y pequeños, y la probidad y firmeza de carácter
con que usted ha sabido gobernar, durante estos seis años, al pueblo mexicano.
En
el desplazamiento progresivo que los pueblos siguen a través de su trayectoria
histórica, se registra en esta época una decadencia de los valores de la
cultura política en todo el mundo.
En
orden a las ideas sociales, viven los hombres actualmente dentro de un abismo
de confusiones.
El
proletariado de todo el mundo se encuentra en un estado tal de desconcierto,
frente a la insolencia agresiva de las fuerzas de regresión representadas por
el fascismo, que no se sabe cuánto tiempo tardará en reorganizarse para
alcanzar la más auténtica democracia al servicio de los intereses populares.
Mientras
tanto, la burguesía asustadiza de todos los países, incluso la de México, sin
más doctrina que la que le ofrece su imaginación, y sin más táctica que la del
alarmismo, intenta hacer más confuso el caos,
Sin
embargo, en el más importante y fecundo ciclo histórico de México, durante el
cual se arremolinaron en el mundo las pasiones y los intereses económicos,
haciendo llegar hasta nuestro país oleadas de mezquindad y de odio, usted,
señor Presidente, con una inquebrantable fe en los destinos de la patria, y con
la firmeza que proporciona el conocimiento racional de las rutas a seguir, ha
conducido a la Nación entera, hacia metas de mejoramiento real y no
ficticio y a etapas de superación política con el más puro sentido
revolucionario.
Usted
ha destruido la desmedida ambición de poderío de quienes se sintieron
eternamente indispensables, y ha desvanecido o reducido a sus normales
proporciones, los impulsos mesiánicos, de quienes han pretendido presentarse
ante el pueblo como salvadores de una situación cuyas contradicciones tienen su
raíz en el pasado; porque con perversidad y mala fe, confundieron los efectos
con las causas, los síntomas con la enfermedad, y para decirlo de manera
inequívoca y directa, porque confundieron el bienestar personal y el provecho
propio con la felicidad del pueblo.
En
México, la conciencia política se encontraba adormecida.
El
movimiento popular que se inició en 1910 y que se prolongó hasta 1917, agitó
las conciencias con vivos ademanes de protesta, fue un agitado despertar de
rebeldía.
El
pueblo se lanzó a los campos y a la lucha en busca de sí mismo. Reorganizada la
Nación, sobre bases constitucionales justas, justas porque fueron engendradas
por el propio pueblo, México inicia el desenvolvimiento de sus instituciones,
hasta el momento en que usted llega al Poder, para realizar la institución por
excelencia: la democracia del verdadero pueblo, la del pueblo que sufre y que
trabaja.
Y
si el hombre es esencialmente un ser político; a partir del instante en que se
vacía al Partido de la Revolución de su contenido puramente
burocrático, para reconocerle su más valioso contenido de obreros, campesinos y
soldados, se hace más humano al hombre, se le sitúa en el puesto social que le
corresponde y se le hace despertar a la conciencia política que se le había
negado.
A
los políticos de profesión, parásitos de la buena fe del pueblo, les repugna
este hecho, porque les resta posibilidades de éxito.
Más
ambiciosos, más hábiles o mejor informados, ya que no más cultos, saben que el
obrero, el soldado, el campesino, individualmente considerados, son moléculas
aisladas que nada pueden ni nada significan en los movimientos políticos de la
Nación; pero los políticos voraces saben que, unido el proletariado por sus
comunes intereses y por sus comunes anhelos y esperanzas, en sindicatos, organizaciones
y comisariados, constituyen la fuerza incontrastable que acabará con la estafa
moral de las falsas representaciones populares, subvencionadas por las empresas
capitalistas.
Y
de la política humanista, que ha tratado de hacer más hombre al hombre, y que
ha hecho de la tolerancia y de la generosidad una virtud que honra y enaltece a
usted, como mandatario culto y probo, no sólo han usado ampliamente los
enemigos de los intereses históricos del campesino y del obrero, sino que han
abusado hasta extremos positivamente reprobables, desvirtuando así el sentido
exacto de una conducta magnánima que emergió de la clara conciencia de la
responsabilidad que la Nación ha puesto en manos de usted.
Vibra
y se agita una voluntad perversa en nuestra patria, antítesis regresiva de
nuestro devenir histórico, morbo que amenaza con la destrucción y el odio, y
que aconseja sin embozo ser cautos como palomas y astutos como serpientes para
asaltar el Poder en el momento más propicio, y sacia sus resentimientos y
venganzas conforme a sus premeditadas listas negras; porque, torpes
manoseadores de los fundamentos de la Revolución y de las
reivindicaciones proletarias, que no entendieron ni sintieron, atribuyen a los
llamados líderes, lo que no es sino la expresión de las angustias colectivas,
lo que no es, sino la expresión de las contradicciones económicas de la
sociedad actual, lo que no es, sino la expresión de un momento de la
Historia.
No
fue Hidalgo la traducción de un deseo personal de rebeldía, sino la resultante
de una época de angustia colectiva.
No
fue Morelos el exponente de una ambición personal de poderío, sino el
desinteresado continuador de una lucha, que el pueblo reclamaba, y el iniciador
de un sistema de instituciones que hacían falta ala Nación.
Ni
Juárez fue el realizador de la Reforma por un puro alarde
intelectual, sino el reparador de una injusticia intrínseca a su tiempo.
Tampoco
Madero derrocó a la Dictadura, por un mero capricho personal, sino porque
así lo reclamaban treinta años de opresión, que el pueblo había sufrido.
Así,
no podrá nunca declararse válidamente, con la sensatez que los juicios
políticos requieren, que Cárdenas ha dado a la Revolución el sentido
económico de que carecía, por un simple y vano alarde, sino porque el pueblo
todo de México, al respaldarlo en su gestión gubernativa, consciente de su
posición en la historia, así se lo exigió.
Únicamente
aquéllos que confunden la realidad actual de México con los trastornos de sus
negocios personales, ignorando la situación económica del mundo, podrán volver
la espalda a la verdad y condenar al Gobierno que más impulso ha dado al
progreso de la Nación, y más tenazmente ha defendido la libertad del
hombre.
Sólo
aquéllos que se rehúsen a tomar sobre sus hombros la tarea de colaborar a el
engrandecimiento de la patria, o los negociantes de la política, encontrarán
más jugoso y conveniente socavar las bases de la sociedad que los sustenta, que
cumplir con sus deberes en los puestos que la vida y la Revolución les
deparó.
En
estos momentos, en que casi todos los pueblos de la Europa continental,
han regresado a las tinieblas de la Edad Media, haciendo gemir al
pensamiento bajo la opresión y la dictadura, nosotros declaramos con orgullo, a
todo el mundo, que en la República Mexicana, el Presidente Cárdenas, ha
sabido conservar la más absoluta libertad de prensa y la más ilimitada
expresión del pensamiento, no solamente en los libros y en las cátedras, sino
incluso en toda clase de reuniones y manifestaciones públicas.
Y
si no existieran en todo su período gubernativo, actos de mayor envergadura y
trascendencia -que existen, como para llenar varios lustros de la
Historia-, bastaría con este inteligente y ejemplar respeto que usted ha
sabido sostener en pro del pensamiento impreso, para que la Historia le
reservara un sitio preeminente, no obstante que los reaccionarios de hoy,
prevaricadores de la Revolución de ayer, usaron y abusaron del noble
vínculo del periodismo, para demostrar y escarnecer al Régimen actual,
torciendo el sentido de la realidad y tratando de inducir a error y a
desconfianza.
Una
resaltada característica de su Gobierno, que quedará como norma del futuro,
sobre la cual considero pertinente insistir, ha sido el cotidiano y persistente
impulso humanista, del gobernante hombre, por acercarse al hombre gobernado.
La
auscultación directa de los problemas en su propia realidad viviente, el
estudio y el reconocimiento experimental de las necesidades del pueblo, en todo
el país, como preocupación constante de su actividad creadora, se elevarán de
hoy en adelante a la categoría de sistema de gobierno, en este nuestro México,
cuya composición sociológica en el presente estadio de su evolución histórica,
requiere y exige que se deseche definitivamente el aislamiento de los
gobernantes, y se establezca la fecunda comunión del gobernante con el pueblo.
No
obstante la limpieza y la altura del Régimen instituido por usted, los
representantes de las fuerzas regresivas del interior y del exterior, olvidando
las experiencias trágicas que acumula nuestra época, continúan, obcecados por
innobles y desmedidas ambiciones, calumniando a su Gobierno, al que atribuyen
signos de extremismo, incapaces de comprender que los criterios políticos y las
formas y sistemas de gobierno, obedecen a directrices impuestas por la historia
y por el desarrollo de la economía.
Y
nuestro desenvolvimiento histórico y el desenvolvimiento de nuestras formas de
producción, no alcanzan el grado de descomposición que pudiera hacernos
inexorable la disyuntiva del comunismo o el fascismo; porque, para que lo
primero sucediera, necesitaría el proletariado cargarse de miseria física; para
que sucediera lo segundo, necesitaría el pueblo cargarse de miseria moral.
No
existe, pues, peligro alguno de fascismo o comunismo que amenace la austera
democracia que vive nuestra Pátria.
Es
la ignorancia y la ambición la que hace agitarse con criminales alarmismos a
las clases reaccionarias del país.
La
línea política que usted, señor Presidente, trazó para la Nación con
la firme orientación de su Gobierno, ha sido una línea de justicia y equidad
para todas las clases sociales de México, protegiendo con el imperio de la ley
las nobles aspiraciones del proletariado, y preservando y fomentando todo
capital que estimule y fortalezca al pueblo.
Así,
el Gobierno de usted, ciudadano Presidente Cárdenas, ha sido una de las más
fecundas resultantes de la historia económica y política de México, y una de
las más brillantes jornadas de nuestro decurso institucional.
Y
al reconocerlo así expresamente, la Representación Nacional que en
este instante presido, rinde a usted, en nombre de la Nación mexicana,
un cálido homenaje de admiración, de gratitud y de respeto.
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