martes, 23 de junio de 2015

CACIQUE GUAICAIPURO CUAUHTÉMOC “El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento”

CACIQUE GUAICAIPURO CUAUHTÉMOC 
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento”




ALEGATO ANTE LA REUNIÓN DE JEFES DE ESTADO DE LA COMUNIDAD EUROPEA [1]
8 de marzo del 2002


- Aquí pues yo, Gualcaipuro Cuahtemoc, a venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
- Aquí pues, yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo 500 años.
- Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos y es bastante.
- Nunca tendremos otra cosa.
- El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas a quien nunca autoricé a venderme.
- El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
- Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
- ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque seria pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
- ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzia de figurarme que los europeos, como Cain, matan y niegan la sangre de su hermano!
- ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los, calumniadores, como Bartolomé de Las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a Arturo Uslar Petri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos.
- ¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario seria presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
- Yo, Gualcaipuro Cuauhtemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.
- La fabulosa expoliación de capitales no fueron más que el inicio de un plan «Marshall lesuma», para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
- Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del empréstito, podremos preguntarnos.
- ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable, o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano lnternacional?
- Deploramos decir que no.
- En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
- En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
- Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más un módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 de gracia.
- Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto informamos a los descubridores, que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.
- Es decir, un numero para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.
- Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían calculadas en sangre?
- Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
- Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
- Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconvención de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica...»

A 504 AÑOS - Es muy probable que muchos hayan leído o escuchado esta exposición atribuida al Cacique Gualcaipuro Cuauhtemoc -que algunos dicen fundadamente que nunca existió- pero que con esa salvedad es bueno recordarla desde la ficción, aún ahora, a propósito de cada nuevo aniversario del "descubrimiento" de América. Cuando el Cacique Cuauhtemoc supuestamente habría dado esta conferencia, ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, obviamente no sabría que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar la verdadera deuda externa; ahora sólo restaría que algún gobierno latinoamericano tome la tesis para intentar un reclamo sobre su base ante los Tribunales Internacionales, con el mismo lenguaje simple.

[1] Dicen algunos que esta historia del cacique es una ficción de Hugo Chavez quien la toma de una nota de Luis Britto García: Periodista de opinión e investigador en Ciencias Sociales, nacido en Caracas en 1940; quien el 18 de octubre de 1990, publica en el diario "El Nacional" de Caracas, Venezuela, la conocida carta "Guaicaipuro Cuauhtémoc cobra la deuda a Europa", que algunas personas y medios desinformados la toman como propia de un cacique.


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