Hipólito Yrigoyen
Discurso de asunción a la presidencia de la Nación el 12 de octubre de
1916
Ante
la evidencia de estas horas supremas y decisivas, el pensamiento se repliega a
contemplar el apostolado que laboró tramo a tramo, la consagración plena de la
obra reparadora. En la fe y en la virtud de su vasta irradiación se cruzaron
muchas angustias; pasaron años de absorbentes fatigas y de inevitables
incertidumbres, escrutando y afrontando lo que había de rebelde o de
inmodelable a la eficacia de sus justas finalidades.
Así
estuvo como el alucinado misterioso que los refractarios motejaron de una
devoción incomprendida, ostentándose siempre sin mirar hacia atrás, soportando
impertérrito las acritudes del destino, irreductiblemente identificado con la
Patria misma, serena auscultadora de sus anhelos e intérprete fiel de sus
imperiosas reivindicaciones.
Y
hoy estamos ante la efectividad gloriosa de tan enorme jornada y el encanto
soñador se transformó en la realidad que nos hace sentir la magnífica verdad de
la Patria, dejando por fin de mirarnos peregrinos en su propio seno.
[…]
Justo es, entonces, que esta resurrección que pareciera imposible, llene de
intenso regocijo el espíritu nacional que asumiera todas las contingencias de
tan cruenta jornada, como si un dictado superior hubiera dispuesto que se
fundiese en la más indestructible solidaridad.
Asumir
la contienda reparadora, desde el llano a la cumbre renunciando a todas las
posiciones y resguardos del medio ambiente, para remontar la abrupta montaña a
pura orientación de pensamiento, a puro vigor de virtudes y a pura entereza de
carácter, y llegar a la cima pasando por sobre las murallas de todos los
poderes oficiales y las conjuraciones conniventes, es empresa que no conciben
los mediocres ni alcanzan los pigmeos y que ni siquiera comprendieron los
grandes ni afrontaron los poderosos.
Tan
magnas concepciones fueron idealizadas por el genio de la Revolución, sentidas
por el alma nacional y cumplidas con admirable excelsitud en una trayectoria de
sucesos y de acontecimientos en que culminaron todas las glorias de la Patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario