jueves, 27 de octubre de 2016

SIMÓN BOLÍVAR “Estoy resuelto a arrostrarlo todo, porque la anarquía no reemplace a la libertad y la rebeldía a la constitución”

SIMÓN BOLÍVAR “Estoy resuelto a arrostrarlo todo, porque la anarquía no reemplace a la libertad y la rebeldía a la constitución”


SIMÓN BOLÍVAR

A los colombianos, 1827-06-19

Colombianos: 

VUESTROS ENEMIGOS amenazan la destrucción de Colombia. 
Mi deber es salvarla. Catorce años ha que estoy a vuestra cabeza, 
por la voluntad casi unánime del pueblo. En todos los períodos de 
gloria y prosperidad para la república, he renunciado el mando supremo 
con la más pura sinceridad: nada he deseado tanto como 
desprenderme de la fuerza pública, instrumento de la tiranía que 
aborrezco más que a la misma ignominia. Pero ¿deberé yo abandonaros 
en la hora del peligro? ¿Será esta la conducta de un soldado y 
de un ciudadano? ¡No, colombianos! Estoy resuelto a arrostrarlo 
todo, porque la anarquía no reemplace a la libertad y la rebeldía a la 
constitución. Como ciudadano, Libertador y Presidente; mi deber 
me impone la gloriosa necesidad de sacrificarme por vosotros. 
Marcho, pues, hasta los confines meridionales de la república, a 
exponer mi vida y mi gloria por libraros de los pérfidos, que después 
de haber hollado sus deberes más sagrados, han enarbolado el 
estandarte de la traición para invadir los departamentos más leales 
y más dignos de nuestra protección. 

Colombianos: la voluntad nacional está oprimida por los nuevos 
pretorianos, que se han encargado de dictar la ley al soberano 
que debieran obedecer. Ellos se han arrogado el derecho sagrado de 
la nación; ellos han violado todos los principios, en fin, las tropas 
que fueron colombianas, auxiliares al Perú, han vuelto a su patria a 
establecer un Gobierno nuevo y extraño, sobre los despojos de la 
república que ultrajan con mayor baldón que nuestros opresores. 

Colombianos: yo apelo a vuestra gloria y a vuestro patriotismo: 
reuníos en torno del pabellón nacional, que ha marchado en 
triunfo desde las bocas del Orinoco hasta las cimas del Potosí; queredlo, 
y la nación salvará su libertad, y pondrá en plena independencia 
su voluntad para decidir sobre sus destinos. 

La Gran Convención es el grito de Colombia, es su más urgente 
necesidad. El Congreso la convocará sin duda, y en sus manos depondré 
el bastón y la espada que la república me ha dado; ya como 
Presidente constitucional, ya como autoridad suprema extraordinaria 
que el pueblo me ha constituido. Yo no burlaré las esperanzas 
de la patria. Libertad, gloria y leyes, habéis obtenido contra nuestros 
antiguos enemigos: libertad, gloria y leyes conservaremos a 
despecho de la monstruosa anarquía. 


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