LUIS GUILLERMO SOLÍS “Diversidad en la reflexión, unidad en
la acción. Esta ha de ser, amigas y amigos, nuestra mayor fortaleza y la
consigna que oriente a nuestra Comunidad”
DISCURSO EN OCASIÓN
DE LA SESIÓN INAUGURAL DE LA TERCERA CUMBRE DE LA COMUNIDAD DE ESTADOS
LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS (CELAC) EL PEDREGAL, BELÉN, COSTA RICA 28 DE
ENERO, 2015
Señoras
y señores Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe;
Señoras
y señores Ministros de Relaciones Exteriores;
Señora
Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de
Seguridad Señor
Secretario
General de la Organización de los Estados Americanos;
Señor
Director General de la FAO;
Señora
Secretaria General Iberoamericana;
Señora
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL);
Señoras
y señores jefas y jefes de Delegaciones invitadas;
Señoras
y señores miembros de los Supremos Poderes de la República;
Señoras
y señores delegadas y delegados;
Señoras
y señores invitadas e invitados especiales,
Amigas
y amigos,
Es
para el cantón de Belén, el pueblo y el gobierno de Costa Rica un verdadero
honor recibirles en el marco de la Tercera Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, CELAC.
¡Bienvenidas,
bienvenidos a nuestro país!
[MALEKU]
Capi capi mi tonh marame unhuti toy na puc.
[BRIBRI]
Bua a de wepa ena alakolpa sa ka Costa Rics aa.
Les
acogemos con los brazos abiertos. Les reciben y saludan un ejército de niñas y
niños sonrientes, que desde ya se forjan en las aulas de escuelas y colegios
conscientes del protagonismo que les cabe como ciudadanas y ciudadanos no de un
país, sino de una región unida más allá de las fronteras nacionales. Una región
unida por aspiraciones de paz, bienestar, hermandad y progreso para el mayor
número.
En
este país en la estrecha cintura de nuestro continente, en esta tierra acunada
por dos mares, se encuentran convocadas y convocados las y los máximos
dirigentes de nuestra región. Al recorrer con la mirada este auditorio, doy
cuenta que ninguna ni ninguno de nosotros cambiaría por nada la inmensa
responsabilidad y supremo honor de liderar los destinos de nuestros pueblos;
pueblos que no sólo exigen un buen gobierno (eficaz, transparente, preocupado
por la preservación del ambiente y obligatoriamente, comprometido con la
defensa y promoción de los Derechos Humanos), sino también afirmarse con una
voz propia y potente, en el concierto de las naciones.
Esa
aspiración legítima de todas las Américas fue procurada con la espada o con la
pluma, con el fusil o desde la cátedra -entre muchos otros- por Bello, Freire,
Martí, Rodó, Bolívar, Morazán, Sarmiento, Desalines, Darío, Masferrer, Artigas,
Sandino, Haya de la Torre, Icaza, Vasconcelos, Hostos, Asturias, y en Costa
Rica por el maestro Joaquín García Monge quien expresó este sentir cuando dijo:
“la libertad hay que conquistarla y reconquistarla continuamente, pues sólo se
pierden los pueblos que se cansan de ser libres”. Este es, amigas y amigos, el
sustento inspirador de nuestra Comunidad.
[PORTUGUES]
Somos representantes de uma região complexa que requer uma visão poliédrica.
Nas terras que nos viram nascer convivem a modernidade e o passado , a costa e
a serra, a selva e a cidade, as populações jovens e aquelas que já não são
tanto e têm, crescentemente, necessidades especiais. Também convivem nelas o
café e o mate, o bosque chuvoso e o deserto, os povos originários
afrodescendentes e os mestiços, a desigualdade , a pobreza e também a
opulência. Semelhante diversidade nos desafia , mas também nos potencia, nos convoca
à ação. Sim, como disse Gabriela Mistral ” (…) somos vasos sedentos “, também é
que somos ” raça cósmica” tanto como ” mulheres e homens de milho ” senão é
outro, não pode ser outro, que a redenção – em igualdade e dignidade – de todos
os povos e nações que conformam esse universo multicolor.
Desde
nuestra propia genesis republicana, la región se ha caracterizado por esa
búsqueda utópica y constante de la unidad frente a nuestra propia incapacidad
de concretarla, no sólo como un proyecto histórico sino también como un
proyecto político. Y si bien han existido fuerzas exógenas que han contribuido
decisivamente a ese fracaso, también lo es que tales fuerzas nunca fueron
mayores que la falta de voluntad de nuestras élites para superarlas. Esa ha
sido una de las mayores contradicciones que debemos superar.
Sin
embargo, sólo el tiempo nos ha permitido comprender que es en el respeto a
nuestra propia diversidad y pluralidad; que es precisamente en la profusión de
experiencias nacionales y regionales, donde encontramos finalmente la unidad
que tanto añorábamos. Diversidad en la reflexión, unidad en la acción. Esta ha
de ser, amigas y amigos, nuestra mayor fortaleza y la consigna que oriente a
nuestra Comunidad.
[INGLES] As repository of the
legacy of the Rio Group, Contadora Group, the spirit of the Esquipulas peace
agreement, and what the Nobel Laureate, Derek Walcott, used to call the “epic
memory” of the Caribbean, CELAC is the main vehicle in our quest towards our
own international opportunity, an opportunity that will allow us to bring
forward more initiatives than proclamations; to not only create alliances, but
also to build bridges; to seek consensus and implement them; to convince and
prevail; to have our own voice and use our hands to weave development, making
the benefits of economic well-being, social justice, and democracy available
for everyone- “like the air”-as our poet Jorge Debravo once stated in a
metaphor!
Cuando
Costa Rica asumió la Presidencia Pro Témpore de la CELAC en la Cumbre de La
Habana, prometimos trabajar con transparencia, apertura, reglas claras, respeto
por el consenso y el liderazgo creativo. Prometimos generar cooperación,
entendimiento, visión y confianza. Prometimos también contribuir en la
proyección de nuestra Comunidad promoviendo espacios de diálogo constructivo
con países y regiones de todo el mundo. Así lo hemos hecho. Costa Rica ha
cumplido.
Durante
la gestión de esta Presidencia Pro Témpore nuestra Comunidad avanzó en su
consolidación orgánica, en su afinamiento conceptual y decantación
metodológica. Hemos fortalecido también la dimensión multilateral de la CELAC
al procurar la puesta en ejecución de modalidades de coordinación con las
instituciones regionales y subregionales, así como con países e instancias
extra regionales. Tal es evidenciado por el lanzamiento del foro con la
República Popular de China y lo hará próximamente el que se establecerá con la
Unión Europea y otros actores globales. Ello ha acontecido porque creemos en
esos procesos y esperamos que continúen fortaleciéndose y profundizándose cada
año. Hemos sido proactivos y seguimos comprometidos con la llamada
“interdependencia positiva” la cual fomentamos y favorecemos como una de las
principales tendencias de las relaciones internacionales contemporáneas.
Por
esa razón, además de los pronunciamientos que se han realizado sobre multitud
de temas atinentes a situaciones nacionales e internacionales, hemos apoyado y
debemos seguir apoyando de forma decidida el proceso preparatorio de la Tercera
Conferencia sobre Financiamiento para el Desarrollo de las Naciones Unidas. Es
fundamental que nuestra región haga aportaciones de naturaleza colectiva en el
establecimiento de una estrategia que le permita incidir de forma sustantiva en
el documento final de la Conferencia.
Igualmente,
resulta necesario que la región promueva una agenda que reconozca las
necesidades específicas de desarrollo de los llamados “países de renta media”.
Nuestros esfuerzos no serán exitosos si la comunidad internacional no comprende
y no se solidariza con el mayor grupo de países en vías de desarrollo, cuyas
realidades de asimetría, pobreza, exclusión y débil o insuficiente desarrollo
científico y tecnológico resultan frecuentemente disimuladas por esa
denominación tan ambigua y que solo atiende a los aspectos macroeconómicos.
Es
trascendental, que trabajemos en conjunto en la elaboración de un Plan de
Acción de las Naciones Unidas que coordine los esfuerzos de cooperación con los
países que han sido incluidos en esa “categoría”. Muy especialmente con los más
vulnerables, como lo son, por ejemplo, los países centroamericanos y caribeños
cuyas demandas sociales deben ser medidas no solo a partir de sus Productos
Internos Brutos sino de indicadores más orientados a la identificación de
necesidades insatisfechas y sectores desatendidos.
[FRANCES]
On reconnaît l’importance que la lutte contre la faim et la pauvreté a dans
notre ordre du jour. Peu de violations de la dignité humaine sont aussi grandes
que celle qui s’exprime dans l’incapacité de nourrir une personne en quantité
suffisante pour leur survie. Cette réalité, qui affecte beaucoup de millions de
nos sœurs et frères d’Amérique Latine et des Caraïbes, est inadmissible dans un
monde dont la capacité technique et scientifique pour la production de richesse
et de bien-être n’a pas de précédente dans l’histoire de l’humanité. Et elle
l’est encore plus dans un hémisphère où, comme dans celui-ci, l’accumulation de
la richesse est aujourd’hui une réalité qui offense – surtout par le fait
qu’elle est produite dans un environnement d’inégalité scandaleuse – les
principes qui inspirent cette communauté et nos constitutions nationales.
En
ese sentido, no exagero al afirmar que no hay prioridad mayor que garantizar la
sostenibilidad de las políticas públicas que, en los próximos años, nos
conduzcan finalmente a derrotar el hambre y la miseria en nuestra región. Ello
significa poner en marcha los mecanismos locales e internacionales necesarios
para satisfacer las necesidades básicas insatisfechas de las poblaciones más
vulnerables, pero también promover las estrategias públicas y privadas de
generación de empleo productivo, de inversión en educación, salud y vivienda
sin las cuales cualquier esfuerzo por superar la pobreza resultará vano o, en
todo caso, insuficiente.
Trabajar
juntos en estos procesos será clave para su éxito. La voz de la CELAC debe y
tiene que escucharse y hacerse valer en el debate internacional aportando
nuestras experiencias para incidir en sus resultados. Lo que está en juego nos
incumbe a todas y todos: se trata de la agenda de desarrollo que orientará a la
humanidad hasta el año 2030.
Actuar
con esa lucidez, fuerza y determinación constituye la “irrupción del Sur” a la
que alude el académico y ex canciller ecuatoriano Fander Falconi, cuando
convoca a una hora nueva en América Latina: una hora nueva signada por una
incursión global asertiva e inteligente, que genere propuestas propias y
estratégicas en el plano internacional. Una hora nueva que desprovista de
timidez, inseguridad o temor, coloque a nuestros países en la palestra de un
mundo cuya interrelación ya no es un mero ejercicio de retórica sino una
obligación para bloques geopolíticos que, como el nuestro, están llamados a
jugar un papel internacional creciente en las próximas décadas.
Para
concretarla, debemos trabajar por una mayor articulación orgánica y
complementaria de CELAC con el CARICOM, UNASUR, el SICA y el Proyecto
Mesoamérica; así como con las instituciones del Sistema Interamericano; a
saber, la Organización de los Estados Americanos, el Banco Interamericano de
Desarrollo y la Organización Panamericana de la Salud a cuyos jerarcas saludo
fraternalmente. Debemos aprovechar también el marco de las Cumbres de las
Américas y las Cumbres Iberoamericanas, así como las contribuciones técnicas y
sustantivas que pueden otorgar o están ya otorgándonos la OPANAL y la CEPAL. En
idéntico sentido no hemos de olvidar a los bloques comerciales existentes y los
beneficios que de ellos pueden derivarse. Este es el “ecosistema” del cual esta
reunión cimera forma parte y de cuyo armónico desarrollo, en un marco de
diferenciación institucional, tanto se benefician nuestros pueblos y naciones.
Estoy
convencido que la CELAC debe continuar consolidando su relación con otros
bloques y países estratégicos. Ya se abrieron las puertas; ahora debemos cruzar
los umbrales y concretar las agendas que como región queremos desarrollar con
otros mecanismos de coordinación y concertación política o bien países y
regiones, como lo son la Unión Europea, la ASEAN, China, Rusia, la India o
Sudáfrica para mencionar tan solo unos pocos. Este es, amigas y amigos, el
camino que debemos transitar para consolidarnos como un agente global capaz de
hacer realidad, sin romanticismos ilusos y a partir de acciones deliberadas y
oportunas, nuestros sueños e intereses compartidos.
Hermanas
y hermanos latinoamericanos y caribeños:
Hace
pocos meses, dos de nuestros colegas, los Presidentes de Colombia y México
despidieron juntos el vuelo supremo del escritor Gabriel García Márquez,
rodeados de flores y mariposas amarillas.
Años
atrás, al recibir el Premio Nobel de Literatura, en un discurso exquisito,
García Márquez nos habló de la soledad de América Latina y el Caribe; del nudo
y del tamaño de nuestra soledad. Sin embargo, también nos dijo cómo encararla.
“No
esperen nada del siglo XXI, que es el siglo XXI el que lo espera todo de
ustedes”, nos dijo Gabo. “Un siglo que no viene hecho de fábrica sino listo
para ser forjado por ustedes a nuestra imagen y semejanza, y que sólo será tan
glorioso y nuestro como ustedes sean capaces de imaginarlo.”
Ciertamente,
pocas tareas son tan desafiantes para un o una estadista como la de imaginar el
porvenir que avizora para su pueblo. No es sencillo hacerlo y menos todavía
cuando se viven tiempos de transformación y cambio tan acelerados como los
actuales. Y sin embargo, ¡cuán importante trascender los horizontes cortos, los
más cercanos y seguros para mirar, en el proceloso mar del futuro, las
oportunidades que aguardan a las naciones que aman la paz y la justicia!
Colocados en ese punto, decididos a encarar los escenarios desconocidos en un
mundo cuya única certidumbre es la incertidumbre misma, la faena se vuelve no
solo compleja sino ineludible y urgente.
Lo
es más aún por otro motivo: esa obligación conlleva responsabilidades que no
son solo políticas o económicas sino también éticas y, por qué no decirlo,
morales. Es decir, no solo aluden a los factores más decidida y directamente
referentes al “poder duro”, sino a los principios y valores sin los cuales los
primeros quedan reducidos a meros intercambios de fuerza bruta. Me refiero a
valores como la solidaridad y la fraternidad, que tanto favorecieron y aún
favorecen nuestros pueblos originarios; a la paz, el respeto a la
autodeterminación de los pueblos, al respeto al Estado de Derecho y la
convivencia pacífica que continúan siendo la columna vertebral del orden
internacional; la justicia, la tolerancia, la igualdad de derechos y el respeto
a la Naturaleza de donde todas y todos provenimos. Sí, es allí donde radica el
verdadero reto de la gobernanza democrática de nuestra época.
Es
un lugar común, lo dije ya alguna otra vez, afirmar que “gobernar es escoger”.
Los pueblos sabios de las Américas prefieren pensar –y es nuestra obligación
honrar esa expectativa- que gobernar es discernir. Es decir, escoger pero
adicionando valores y sumando principios al mero arte de tomar decisiones. Es
precisamente esa pequeña diferencia la que marca un mundo de distancia entre
quienes solo mandan porque gobiernan, y quienes mandan porque inspiran,
conducen y transforman bebiendo de la fuente originaria de su mandato: la
soberanía popular.
Amigas
y amigos:
Bienvenidos
una vez más a Costa Rica. Que nuestros trabajos en esta Cumbre nos alejen del
camino de la soledad –que es el camino del pasado- para recorrer el camino de
la comunidad, que es el camino del futuro, el camino que quiere la CELAC. Que
nuestros pasos, divergentes otrora, se acerquen cada vez más a los ideales
compartidos por quienes en todos los tiempos y desde todas las latitudes,
buscaron afanosamente la paz sobre la guerra y procuraron la construcción de
sociedades equitativas aún en contextos marcados por la violencia estructural y
la exclusión social.
Y
hagámoslo ya, sin más tardanza, aleccionados por la hermosa poesía de la
uruguaya Juana de Ibarborou quien nos dice aún hoy, lo que quiero interpretar
es el clamor de nuestra región cuando nos convoca a la acción creadora:
“Tómame
ahora que aún es temprano, Y que llevo dalias nuevas en la mano. Ahora que
tengo la carne olorosa Y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora
que calza mi planta ligera La sandalia viva de la primavera.
(…)
Hoy
no más tarde. Antes que anochezca Y se vuelva mustia mi corola fresca…”
Es
ahora y no más tarde, amigas y amigos, la hora de América Latina y el Caribe.
¡Muchas
gracias!
¡Muito
obrigado!
Thank
you very much!
Je
vous remerci!
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