domingo, 13 de noviembre de 2016

YASSER ARAFAT “declaro que esta guerra inmoral y perversa no conseguirá romper la determinación de este gran pueblo, y que tampoco manchar la voluntad y el orgullo de una gente que se mantiene firme frente a la indignidad, como demuestra la historia”

YASSER ARAFAT “declaro que esta guerra inmoral y perversa no conseguirá romper la determinación de este gran pueblo, y que tampoco manchar la voluntad y el orgullo de una gente que se mantiene firme frente a la indignidad, como demuestra la historia”


YASSER ARAFAT “declaro que esta guerra inmoral y perversa no conseguirá romper la determinación de este gran pueblo, y que tampoco manchar la voluntad y el orgullo de una gente que se mantiene firme frente a la indignidad, como demuestra la historia”

Discurso al pueblo palestino en el día de Eid Al-Fitr, Pronunciado el 16 de diciembre de 2001.
Hermanos y hermanas,
Hijos e hijas de nuestro pueblo en lucha,
Nación de grandes personas,
Madres, padres, y hermanos de nuestros mártires

A vosotros, que nos habéis ofrecido el mejor regalo que es vuestra sangre y vuestro cuerpo en busca de la libertad y la independencia, en el camino hacia Palestina y Jerusalén. A vosotros, que languidecéis en las cárceles, que habéis sido heridos, con vuestra resistencia, vuestras heridas, vuestro dolor y vuestra esperanza, que habéis escrito una heroica leyenda única en los tiempos actuales y nos habéis acercado la visión de Jerusalén, capital de nuestro Estado palestino independiente.
Mis queridos todos en ciudades, pueblos, y campamentos de refugiados, en Palestina y en el exilio: vosotros habéis compuesto la historia épica de la lucha nacional y el milagro y la tenacidad de vuestra resistencia; es solamente a vosotros a quienes debemos dar las gracias por salvaguardar nuestra causa nacional, por preservar nuestros justos y legítimos objetivos y la firme certeza de que se cumplirán.
Desde mi corazón y con todo mi ser, os saludo y os brindo mis mejores deseos en este día del Eid.
En esta sagrada ocasión, me dirijo a vosotros, directamente a vuestras mentes y corazones, para exponeros los hechos con claridad, tal y como son. Lo hago para que reflexionemos colectivamente sobre todas las cuestiones que nos conciernen, y para que razonemos sobre las decisiones que habremos de tomar y el curso que debemos seguir en el futuro. Confío en que este pueblo, esta nación orgullosa y valerosa, tiene la suficiente claridad de visión, la suficiente lucidez, fuerza de voluntad y determinación que le permita superar todas los retos y dificultades para defender sus derechos y proteger los Santos Lugares cristianos e islámicos. Nuestra nación ha hecho de nuestra victoria algo seguro e inevitable en nuestra tierra libre y sagrada, en esta que fue la primera qiblah y la tercera de las mezquitas sagradas, el lugar desde el cual nuestro profeta Muhammad (la paz sea con él) ascendió al cielo, y el lugar de nacimiento de Jesucristo (la paz sea con él).
Nuestra unidad nacional constituye una base firme sobre la cual nuestra lucha nacional y nuestra perseverancia se han mantenido durante décadas. Esa unidad ha dotado a la causa de nuestro pueblo de todos los medios para la continuidad y el éxito. Igualmente, nos ha hecho trabajar en pos de una paz total, justa y duradera con todo tipo de salvaguardas, con todos nuestros derechos, y con todas las exigencias que deben darse en la firme lucha por nuestro consenso nacional sin rendirnos y sin perder de vista nuestras prioridades, tanto de nuestras prioridades como en nuestras acciones y proceso de toma de decisiones.
En consecuencia, desde mi posición de responsabilidad y en nombre del liderazgo palestino, deseo reafirmarme en la profunda y sincera definición de una unidad nacional que acoja en su seno a todas las facciones y fuerzas nacionales, así como todos los sectores de la sociedad y organizaciones de base, en su compromiso con las opciones y decisiones tomadas que representan el consenso nacional tal y como está representado en nuestros consejos nacional, legislativo, y central.
La Organización para la Liberación de Palestina ha sido, y sigue siendo, la elección esencial para nuestro pueblo en nuestra patria y en el exilio. La OLP es nuestra fuerza de cohesión, líder de nuestra lucha, corporización de nuestra legitimidad, y nuestro representante oficial ante el resto del mundo. Igualmente, la Autoridad Nacional sigue siendo fiel a las aspiraciones de nuestro pueblo, fundación sólida de nuestro Estado palestino en ciernes con capital en Jerusalén, si Dios quiere. El electo Consejo Legislativo palestino de la ANP y todas sus instituciones, incluyendo las autoridades legislativas y ejecutivas, así como la legitimidad que de manera indiscutible le han otorgado las urnas, han preparado el camino para el futuro reconocimiento y relaciones del Estado de Palestina.
Aprovecho esta oportunidad para reafirmar una vez nuestra opción democrática y nuestra disposición para celebrar elecciones municipales y legislativas tan pronto como las condiciones permitan que los comicios se celebren con seguridad.
En vista de la posición de la ANP así como de su importancia actual y futura, el gobierno de Sharon ha iniciado una guerra cruel en su contra. Sus objetivos son sus instituciones s instalaciones, su policía y su personal de seguridad, sus infraestructuras (que junto con nuestros hermanos y aliados nos había llevado tanto trabajo reconstruir), sus ciudadanos, propiedades privadas, escuelas y hospitales, campos, mezquitas e iglesias, granjas, y olivares que se erigen en testigos de la auténtica y añeja herencia de este pueblo así como de su íntimo enraizamiento en esta tierra y su historia.
Es, sin duda, una guerra contra un pueblo y su Autoridad; contra sus recursos; contra su seguridad personal, social y económica; así como contra su sueño legítimo de luchar por una futuro libre de ocupación, opresión, y humillación.
Desde el fondo de esta agonía y resistencia épica de nuestro pueblo y sus instituciones, declaro que esta guerra inmoral y perversa no conseguirá romper la determinación de este gran pueblo, y que tampoco manchar la voluntad y el orgullo de una gente que se mantiene firme frente a la indignidad, como demuestra la historia.
En estas condiciones, queridos hermanos, deseo afirmar nuevamente que no permitiremos que nadie, sea quien sea, socave nuestro empeño, civilizado y nacional, ni que obstruya el camino, distorsione su imagen, o falsifique su prístina esencia árabe y nacional.
No defenderemos sino una única Autoridad sobre esta tierra, esta comunidad y esta patria. La nuestra es una Autoridad cuyas decisiones han de ser respetadas y cuyos compromisos han de ser aceptados. Después de la firma de un acuerdo o de haber tomado una iniciativa, su credibilidad debe permanecer intacta, por entero y sin ser cuestionada.
Queridos hermanos: hemos declarado un estado de emergencia y tomado una serie de medidas que llevaremos adelante, incluyendo la ilegalización de todas las organizaciones y cuerpos que lleven a cabo acciones terroristas. Hemos emprendido una iniciativa de alto el fuego que todos habrán de respetar obligatoriamente y que todos, sin excepción, habrán de obedecer. Soy plenamente consciente de las verdaderas intenciones de Sharon con sus ataques militares, el bloqueo de nuestra ciudades, pueblos, y campamentos de refugiados, la ocupación de nuestras áreas, aprovechándose así de las operaciones llevadas a cabo contra civiles israelíes (operaciones que, por otra parte, hemos condenado y seguiremos denunciando).
Este complejo conflicto en el que nos vemos inmersos no permite ni debe permitir que se socave la credibilidad del liderazgo palestino ni de sus decisiones. No debemos permitir que Sharon y su establecimiento militar [lo hagan], así como tampoco debemos darles lo que precisan como pretexto para aumentar sus agresiones. Tampoco debemos darles los medios que les permitan etiquetar nuestra valiente y legítima lucha de liberación como terrorismo o asesinato de civiles.
Una vez más, confirmo hoy el cese completo e inmediato de todas las operaciones armadas. Otra vez, solicito un alto absoluto en todas las operaciones, particularmente de los ataques suicidas que siempre hemos denunciado. Quienquiera que facilite o planifique este tipo de ataques, tendrá que responder por ello. Lo mismo es aplicable a los disparos con morteros que no sirven ningún propósito más que ofrecer una justificación para que los israelíes nos ataquen.
Cualquier violación de esta decisión será considerada como constitutiva de un grave prejuicio para los intereses nacional de nuestro pueblo y de la nación árabe, y todos los que la violen serán perseguidos sin descanso. Nuestro objetivo es reafirmar la credibilidad de nuestras opciones y nuestro curso de acción con el fin de que vuelva a reinar la calma y puedan ponerse en práctica las recomendaciones del Sr. Mitchell y los planes del Sr. Tenet, y volver a la mesa de negociaciones, que sigue siendo el único medio que permitirá la resolución del conflicto.
Confío en que el consenso nacional se mantendrá firmemente centrado en los objetivos de libertad, independencia, y construcción de un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén dentro del marco de las resoluciones legitimadas internacionalmente 242, 338, 425 y 194 (en lo relativo a los refugiados palestinos), así como el principio de "paz por territorios".

Queridos hermanos y hermanas,
Estamos aquí, sobre esta tierra sagrada, defendiendo el honor de la nación, su dignidad e integridad, y salvaguardando los Santos Lugares cristianos e islámicos.
Extiendo mi gratitud y aprecio de todo corazón a aquellos hermanos y amigos de todo el mundo que nos han apoyado política, moral, y materialmente, tanto en los ámbitos populares como oficiales. Al igual que todos los demás palestinos, experimento una gran sensación de alivio siempre que se reúne un foro árabe, islámico, no-alineado, o internacional, bien sea por petición expresa nuestra o por nuestra causa. Esto constituye un mensaje continuo y renovado al mundo de que los palestinos no están solos, y que la nación árabe y sus amigos de todo el mundo permanecen a nuestro lado, comprometidos con nuestra causa y objetivos y con la protección de nuestros Santos Lugares cristianos e islámicos en Tierra Santa.

Queridos hermanos y hermanas,
Debemos comprender en su totalidad los últimos acontecimientos de la escena internacional, particularmente después de los ataques terroristas contra Nueva York y Washington del pasado 11 de septiembre, así como el impacto que han tenido sobre nuestra causa y nuestros derechos. Debemos continuar protegiendo nuestras relaciones y contactos con todos, por todo el mundo. Debemos también asegurar que comprendemos todo lo que ha acontecido con tanta rapidez, y enfrentarnos a los hechos con total conocimiento, compostura, y equilibrio. Debemos esforzarnos por mantener la movilización y la solidaridad internacionales a favor de nuestra causa y nuestros derechos, en un momento en el que nos enfrentamos a un ejercicio de distorsión deliberada e incitación en nuestra contra y en el que nos enfrentamos a intentos, por otra parte injustos, de empañar bajo la etiqueta del terrorismo una lucha legítima en pos de la liberación y contra la ocupación, tal y como permite el derecho internacional.
Puedo afirmar con orgullo que con los sacrificios y la resistencia de nuestro pueblo, con nuestra conducta responsable en este conflicto complejo y multifacético, hemos derrotado con éxito todos los intentos de falsificar la legítima autenticidad de nuestra lucha y la nobleza de sus objetivos. En este sentido, hemos alcanzada un éxito sin precedentes.
La justicia de nuestra causa se ha visto efectivamente reforzada por la visión que en su día presentara el Secretario de Estado Colin Powell sobre la cuestión palestina, discurso que se había visto precedido de la declaración de George W. Bush ante NNUU afirmando su compromiso para con la creación de un Estado palestino. Igualmente, se ha visto reforzada por la última decisión adoptada por la Unión Europea y Rusia, así como por NNUU, los países árabes e islámicos, y toda la comunidad internacional. Todas estas posiciones son testimonio de lo inevitable que es la consecución de nuestros derechos nacionales legítimos. La justicia y credibilidad de la lucha de nuestro pueblo y nuestra causa se ponen de manifiesto en el mantenimiento de nuestras amistades y alianzas fuertes y sólidas con Estados y pueblos de todo el mundo.
En este punto, y en vuestro nombre, en el nombre del gran pueblo palestino, me dirigiré a los israelíes en su totalidad con un mensaje absolutamente claro: nuestro diálogo comenzó hace décadas. Juntos, y en las condiciones más difíciles, hemos luchados juntos con las fuerzas pacifistas, desafiando las prohibiciones legales y políticas impuestas por varios gobiernos israelíes. Nos hemos esforzado por legitimar el diálogo como base para la consecución de un acuerdo mutuo y por hacer de las negociaciones un medio para alcanzar resultados que nos beneficien a todos.
Nuestra mutua insistencia en el diálogo nos permitió llegar a Madrid, a Oslo, y a otras estaciones en nuestro camino hacia la paz ­ la paz de los valiente, por nuestros hijos y por nosotros mismos.
En este punto, renuevo mi promesa de seguir dialogando, y pido al gobierno de Israel que abandone la ilusión de que tanques y aviones van a poder conseguir lo que solamente podría conseguir mediante las negociaciones y el entendimiento mutuo. No buscamos lo imposible. Nosotros no constituimos una amenaza para la existencia del Estado de Israel. Queremos que se nos devuelva nuestra tierra ocupada en 1967, Jerusalén incluida. Nuestra postura se apoya en el derecho internacional. Queremos que las fuerzas israelíes se retiren de la tierra ocupada en 1967, incluyendo los asentamientos, y tal cosa es consistente con el derecho internacional.
Queremos que se cumplan de manera íntegra y honesta, todos los acuerdos que hemos firmado y que se reanuden las negociaciones sobre el estatus final sin renunciar a los acuerdos preliminares a los que ya se había llegado en Oslo, Wye River, Camp David, Sharm El-Sheykh, Paris, y Taba.
Con toda sinceridad, queremos un Estado palestino de verdad, con todo lo que el término implica, con Jerusalén como capital, junto al Estado de Israel.
En cuanto a los tanques que están por todas partes en nuestras ciudades y pueblos, los aviones que causan tanta destrucción contraviniendo el derecho internacional así como todas las normas de comportamiento civilizado y ética militar existentes, así como en cuanto al bloqueo en cualquiera de sus formas y la imposición de formas de castigo colectivo prohibidas internacionalmente que están siendo ejecutadas por el Gobierno israelí Todo esto no conseguirá derrotar la voluntad y la determinación del pueblo palestino.
Renuevo mi invitación al pueblo, a los poderes políticos, a las instituciones, y al gobierno de Israel para que vuelvan inmediatamente a la mesa de negociaciones y pongan fin de manera inmediata a estas graves medidas inhumanas que se aplican sobre nuestro pueblo y que no sirven ningún propósito más que el de agravar las condiciones [de vida] y hacen que la seguridad, la paz y la estabilidad en la región parezcan más distantes que nunca.

A modo de conclusión,
A mi amado pueblo, a la orgullosa y gran nación en la patria y en el exilio, os saludo y me dirijo a vosotros para que, juntos, plantemos un olivo sobre la tumba de cada mártir, porque todo lo que ha sido destruido será reconstruido, si Dios quiere, con la determinación de nuestro pueblo. Todas nuestras bellas esperanzas se cumplirán, si Dios quiere. La victoria está a una hora de paciencia de distancia.
La paz sea con vosotros.




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