MICHELLE BACHELET “La historia de Chile es la de una nación de gente
esforzada y de líderes con coraje, que han enfrentado juntos, una y otra vez,
los desafíos que tienen por delante”
Discurso
al inaugurar el período legislativo 2016
Valparaíso, 21 de mayo de 2016.
Queridos
compatriotas,
Como
cada 21 de Mayo, vengo al Congreso como Presidenta de la República a rendirles
cuenta de mi gestión ante el país.
Vengo
a hablarles a ustedes, ciudadanos y ciudadanas de mi Patria, a las familias, a
los líderes sociales, a los trabajadores, a los empresarios, a los pueblos
indígenas. Vengo también a hablarles a los jóvenes, a quienes tomarán el relevo
en la tarea de hacer grande a Chile. Este es un ejercicio de transparencia
democrática que nos hace bien a todos. Voy a mostrarles lo que hemos hecho y lo
que haremos. No quiero centrarme en cifras y más cifras. Estamos a mitad de mi
Gobierno, y lo que quiero es poner nuestras acciones en perspectiva histórica.
¿Dónde estamos hoy, en qué lugar de nuestra marcha?
Chile
es un país de progreso, una patria donde hoy su gente puede vivir en libertad y
aspirar al bienestar. No es algo que nos haya caído del cielo, es el resultado
de una larga historia de luchas y trabajo arduo. Estamos orgullosos de Chile.
En las últimas décadas, después de recuperar la democracia, hemos construido un
país con rostro nuevo. Un país que defiende los derechos humanos, con ciudadanos
más conscientes y empoderados, con mayor prosperidad, oportunidades y
protección social, con más diversidad cultural, integrado y valorado en el
mundo. Avanzamos como nunca antes. Y aunque tenemos una gran oportunidad de ser
desarrollados, no hemos tenido todas las capacidades que se requieren para
aprovecharla plenamente. Durante demasiados años la productividad ha estado
estancada y nuestra economía se ha centrado en unas pocas materias primas;
nuestro sistema político no se adaptó a las mayores exigencias de los
ciudadanos y permitió malas prácticas; la educación de calidad era sólo para los que podían pagarla; el
Estado ha sido lento para actuar y los mercados han sido poco transparentes y
poco competitivos. Sobre todo, hemos sido un país muy desigual, con mucha
discriminación, con prejuicios hacia las mujeres y poca tolerancia a la
diferencia, donde la desconfianza se ha instalado como problema crítico. Todo
esto debilitó la cohesión de Chile, la fortaleza de su democracia y la
capacidad de su economía. Fueron los propios ciudadanos los que nos enrostraron
durante largo tiempo las tensiones y obstáculos que se acumulaban. Hoy algunos
parecen olvidar que la sociedad nos pedía transversalmente, y nos sigue
pidiendo, que escuchemos sus demandas y hagamos los cambios que exigen el
desarrollo y la democracia. Yo, como Presidenta, no lo he olvidado, y lo tengo
presente cada día. Escuché y comprendo la urgencia de las demandas y
aspiraciones de los chilenos y de las chilenas. Quieren que haya más crecimiento
económico y que sus frutos se distribuyan mejor, sin privilegios. Quieren que
se terminen los abusos y las malas prácticas de algunos empresarios. Quieren
sacar de raíz la corrupción, el cohecho y el poder del dinero del sistema
político. Quieren que sean el mérito y los esfuerzos los que decidan las
oportunidades y no el origen familiar o los pitutos. Por eso propusimos
reformas; por eso las estamos haciendo realidad; y por eso las vamos a llevar a
buen término. Tengo muy claro que asumí el mando de la Nación con un compromiso
muy exigente. Que completarlo trascendería a mi Gobierno, y que necesitaría el
apoyo de todos. Aquí estoy para decirles que trabajamos todos los días sin
descanso para cumplir la palabra empeñada. En estos dos años hemos podido
avanzar a paso firme porque no partimos de la nada. Nos hemos apoyado en los
logros anteriores, en el trabajo responsable de muchos, en las enseñanzas de
nuestra historia y en la fortaleza de nuestras instituciones. Pero debo señalar
también que ha habido resistencia a los cambios. Algunos no ven que hay que
cerrar la grieta social que se ha formado en nuestro país. Entiendo a los que
sienten temor frente a los cambios, es normal. Es cierto que la desaceleración
de nuestra economía y la pérdida de confianza en la política traen
incertidumbres. Pero este no es un argumento para paralizarse: si no hacemos
los cambios todos juntos y ahora, las tensiones y obstáculos crecerán y
frustraremos nuestra oportunidad de progreso. Debemos confiar en Chile y sus
ciudadanos, este es un país maduro y sensato. Nadie está dispuesto a arriesgar
lo que ha costado tanto conseguir. Pero no podemos seguir haciendo más de lo
mismo. Esto ya no es una opción. Por eso nos hemos puesto en marcha. Y ahora,
cuando nos encontramos en la mitad del mandato, tenemos la satisfacción de
decir que hemos cumplido con gran parte de nuestros compromisos. Los resultados
ya están comenzando a verse, como les mostraré hoy. (PAUSA DE SILENCIO)
¿Hemos
tenido diferencias con algunos actores de la sociedad? Sin duda. Pero nunca
hemos renunciado al diálogo. ¿Ha habido debilidades en nuestra gestión? Por
cierto, y hemos corregido lo que nos parece razonable corregir. Con hechos
reales, ya empieza a concluirse lo que podríamos llamar la “obra gruesa” de nuestras
reformas. Hemos llevado a cabo aquel conjunto de iniciativas que son la base
para seguir avanzando, las que permiten superar los obstáculos más importantes,
y las que tienen a la larga un impacto positivo y duradero sobre la vida de los
chilenos y chilenas. Obra gruesa es la reforma tributaria, la expansión de la
cobertura preescolar y el inicio de la gratuidad e inclusión en educación, la
carrera docente, las iniciativas para mejorar la productividad de nuestra
economía, el fin del binominal y la partida del proceso constituyente, las
nuevas reglas del juego para una política y unos negocios más transparentes y
sin abusos, el reconocimiento a nuestras diversidades. ¡Hemos avanzado mucho en
tan sólo 26 meses! Continuaremos con las propuestas pendientes, menos
numerosas, que hacen posible completar los cambios comprometidos. Hay también
iniciativas que deberemos reprogramar, porque tenemos que considerar la
restricción de recursos o la necesidad de formar acuerdos amplios. Y
perseveraremos para que estos cambios que Chile requiere se consoliden y
proyecten en el tiempo.
Para
el tiempo que viene nuestra principal tarea es asegurar que cada reforma se
lleve a la práctica correctamente, mejorando la gestión donde sea necesario.
Creo profundamente que los cambios que hemos emprendido son necesarios y tienen
sentido, porque los ganadores son los chilenos y chilenas. Las generaciones de
hoy y las de mañana. Esta debe ser nuestra motivación como país, converger
hacia una gran voluntad nacional para hacer real el futuro que nos merecemos.
Permítanme mostrarles cómo este avance al desarrollo se está haciendo realidad
hoy en la vida de todos nosotros. Déjenme mostrarles que cuando Chile quiere
cambiar para bien, lo hace. 1. La reforma educacional ya está en marcha Las
familias chilenas conocen el valor de la educación. Saben que es el ámbito de
las oportunidades y las esperanzas, y saben muy bien que en 2014 el panorama
estaba lejos de ser lo que Chile necesita. ¿Acaso teníamos una educación que
daba oportunidades equitativas? ¿Una educación que permitía que las grandes
mayorías tuvieran derecho a una educación de calidad? ¿Acaso teníamos una
educación que transmitiera valores de cooperación y solidaridad? ¿O una
educación realmente al servicio del desarrollo de la nación? Los chilenos y
chilenas tienen claro que no se podía seguir esperando para realizar cambios de
verdad. Tenemos los recursos y el deber de invertir en el mayor talento de
nuestro país, que son sus capacidades humanas. El progreso demanda conocimiento.
El desarrollo exige que todos puedan desplegar al máximo sus potencialidades.
La cultura democrática requiere educación cívica, respeto mutuo y la
experiencia de compartir con los otros. La cohesión supone que compartimos
valores y horizontes comunes. Ese es el sentido profundo de la educación. Hacia
allá debemos avanzar Es por eso que hoy la Reforma Educacional está en marcha.
Se trata de una de las transformaciones más profundas en décadas al sistema
educacional, comparable con la reforma de los años ’20, que garantizó seis años
de educación obligatoria; o la reforma de los ’60, que la amplió a 8 años y
garantizó el acceso a todos y todas a las escuelas. Hoy Chile está dando forma
a un sistema donde se pueda acceder a una buena educación desde la sala cuna a
la educación superior y técnica. Mejorar el acceso y mejorar la calidad: esos
son los dos principios que sustentan todas las iniciativas de la reforma
educacional, las que ya son ley y las que lo serán antes que termine el
gobierno. Queremos que nuestros hijos e hijas, sin importar donde vivan, tengan
alternativas reales para recibir educación pre escolar, algo esencial para
equiparar derechos y abrirles un mundo de nuevas posibilidades. Toda la
evidencia muestra que el apoyo y estímulo recibido en los tres primeros años de
vida marcarán sus oportunidades en el futuro. Por eso en estos dos años hemos
creado más de 14 mil nuevos cupos en jardines infantiles y salas cunas. ¡Y en
marzo 2017 habremos sumado más de 35 mil cupos adicionales! Esto quiere decir
que, en forma gratuita, los ciudadanos del Chile del futuro ya reciben
estimulación y cuidados, en las grandes ciudades pero también en sectores
rurales como Quirihue, Traiguén, Putre, Cisnes o María Pinto. También queremos
que los liceos, escuelas y colegios de su comuna les garanticen una buena
formación, sea cual fuese su condición social o creencias personales. En un
proceso gradual, vamos a eliminar el copago, poner fin al lucro con recursos
públicos y establecer un nuevo sistema de admisión sin discriminación. Son las
propias familias las que lo pueden decir: desde marzo de este año, más de 240
mil estudiantes ya no tienen que pagar ni matrícula ni mensualidad en sus
colegios particulares subvencionados. Hasta la fecha 784 establecimientos
pasaron a ser gratuitos sin mayores complicaciones, desmintiendo a los profetas
del caos. Pero los cambios abarcan muchos más temas que la gratuidad. La
reforma a la educación se juega en las salas de clase, donde profesores y
profesoras trabajan incansablemente. A ellos les estamos dando el
reconocimiento y las condiciones laborales y materiales que se merecen. Tendrán
sueldos dignos, capacitaciones, más horas para preparar sus clases y nuevos
métodos que motiven en sus alumnos el amor por el saber. Y pondremos énfasis en
la calidad de su formación y estableceremos requisitos más exigentes para
estudiar pedagogía. Además, estamos entrando a la sala de clase con mejor
material. Ya hemos entregado 194 mil computadores a los estudiantes de 7°
básico de establecimientos públicos entre el 6 2015 y este año. Al finalizar
este gobierno, alcanzaremos a 300 mil alumnos, conectados para aprender y
abrirse al mundo. También hemos entregado más de 18,5 millones de textos
escolares que, a partir de este año, son además propiedad del alumno. Esto se
suma a las 57 mil tablets distribuidas para prekinder, kínder y primero básico
que apoyarán el desarrollo de las habilidades de estos auténticos nativos
digitales. Como sabemos que los directivos cumplen un rol clave en el
mejoramiento de la calidad educativa, hemos creado dos Centros de Liderazgo
escolar, que contribuirán al fortalecimiento de las capacidades en
investigación, innovación y procesos formativos de más de 1.500 directivos
escolares en todo Chile. Finalmente, queremos que la universidad o un centro de
formación técnica no sean privilegios de unos pocos o sinónimo de deuda
insostenible, sino que la culminación del crecimiento personal de todo chileno
y chilena. Si hay algo que ha provocado un antes y un después para cerca de 130
mil familias desde este año, es el inicio de la gratuidad en educación
superior. Quienes estudian gratuitamente representan el 54,3% de la matrícula
2016 de alumnos nuevos en las universidades adscritas al beneficio. Cuando
pensamos, por ejemplo, en la Universidad de Los Lagos o la Universidad Cardenal
Silva Henríquez, donde más del 70% de los estudiantes de primer año tiene
gratuidad, nos damos cuenta de la magnitud del cambio que estamos produciendo.
Este es un proceso en que no hay vuelta atrás. Enviaré el proyecto de Ley de
Educación Superior el próximo mes. Fijaremos las reglas permanentes de la
gratuidad y la manera en que aumentará la cobertura. Desde el próximo año
incluiremos a la gratuidad a los institutos profesionales y centros de formación
técnica sin fines de lucro y acreditados por 4 años, para estudiantes de los
primeros cinco deciles de ingresos. El año 2018 habremos ampliado la gratuidad
hasta el 6° decil y luego la ley fijará los mecanismos para avanzar en cubrir
los deciles restantes. Las condiciones de esta progresión quedarán establecidas
explícitamente en la ley. Junto a la inclusión, debemos dar un sustento
institucional para asegurar calidad. No puede repetirse el drama de estudiantes
que ven derrochados sus esfuerzos porque a sus universidades no les importó la
excelencia. Como tampoco podemos tolerar que los recursos públicos se malgasten
o que a los alumnos se les ofrezca marketing sin fundamento. Por esta razón,
transformaremos la actual Comisión Nacional de Acreditación en un Consejo para
la Calidad de la educación superior, que sea de verdad plural e independiente.
La acreditación, entregada por este consejo, será obligatoria, con criterios
conocidos y públicos que aborden de manera integral la exigencia de calidad. No
olvidemos que además estamos creando dos universidades estatales en las únicas
regiones que no tenían hasta ahora: O’Higgins y Aysén, porque el rol específico
de la educación superior estatal es la integración, la excelencia y el
compromiso con el desarrollo de todo el territorio. Y para que la educación
superior técnica sea cada vez más atractiva para nuestros jóvenes, ya es ley la
creación de 15 Centros de Formación Técnica estatales, uno en cada región, con
altos estándares y con una oferta formativa con alta pertinencia territorial.
Así, en la región de Valparaíso, en las sedes de San Antonio y los Andes, se
priorizará la logística portuaria, agrícola y mantención industrial, y en
Ovalle las áreas priorizadas serán agroindustria y energías renovables. Queremos
cambiar la visión que hay sobre la formación técnica y reconocer su importancia
estratégica. Para enfrentar los desafíos de productividad, competitividad e
innovación conformaremos un Consejo Nacional de Formación Técnico-Profesional
liderado por el Ministerio de Educación, junto a los Ministerios del Trabajo y
de Economía, representantes de los empleadores, de los trabajadores y expertos.
Paralelamente, pusimos en marcha el Programa PACE, que apoya no sólo el ingreso
sino que también la permanencia en la universidad o el CFT. A fines del
Gobierno, las tres primeras generaciones que han participado en este innovador
programa contarán con 11 mil cupos garantizados para acceder a la educación
superior. También tenemos que tener claro que para perfeccionar un sistema
mixto de educación como el que existe en Chile, se requiere fortalecer la
educación pública. Necesitamos que sea un ejemplo para el sistema educativo en
su conjunto y que recupere el lugar que le corresponde, en el corazón de la
República y de los chilenos. Por eso se están llevando adelante programas
específicos para mejorar la educación pública, en infraestructura,
implementación deportiva, pero además en materia de aprendizaje y convivencia
escolar, en particular el control del bullying. Con el mismo propósito,
presentamos el proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Educación
Pública, que actualmente se discute en este Congreso. La razón es muy sencilla:
la calidad de la educación pública no
puede depender de las capacidades que tenga el municipio. Chile debe contar con
organismos especializados y con los recursos necesarios para cada
establecimiento educacional. Es lo que harán los nuevos servicios locales de
educación al dar seguridad financiera y acompañamiento a liceos y escuelas del territorio.
Junto con concluir la tramitación de los proyectos que actualmente están en
manos del Congreso, la tarea principal para los próximos años es implementar
esta gran Reforma Educacional: pasar de las leyes a las acciones concretas que
impactan positivamente en las familias. Tenemos claro que para que esto sea
posible, habrá que mejorar significativamente nuestra gestión. Hoy tenemos el
orgullo de decir que la Reforma Educacional dejó de ser una promesa. Es una
realidad que estamos construyendo. Los resultados tomarán tiempo, pero lo
lograremos con persistencia y unidad. 2. Sin crecimiento económico no hay
desarrollo social Así como hemos sido capaces como sociedad de mejorar la
educación mediante una reforma integral, debemos poner la economía de Chile a
la altura de las nuevas exigencias. Debemos tomarnos muy en serio el
crecimiento económico. De ello depende que haya más y mejores empleos, más
prosperidad, que podamos ampliar nuestros derechos y oportunidades. Sin
crecimiento sostenido el progreso social termina siendo una ilusión.
Nuestra
economía enfrenta retos que son más profundos que una mala racha pasajera en
los precios del cobre. Pero la bonanza minera los ocultó. O dicho en forma más
clara, algunos prefirieron no ver lo que se estaba incubando. No podemos seguir
haciendo más de lo mismo para pasar a una nueva etapa de desarrollo. Ni
siquiera para sostener lo alcanzado hasta aquí. Como Presidenta, sé que en el
corto plazo nuestro esfuerzo debe estar puesto en generar empleos de calidad,
porque el bienestar de las familias está primero. A través del programa Más
Capaz, ya han sido capacitadas más de 113 mil personas con cursos alineados con
las necesidades de los diversos sectores productivos. Del total de
beneficiarios, 70 mil corresponden a mujeres vulnerables que han sido
capacitadas con el objeto de mejorar su productividad y desempeño, como también
la oportunidad de potenciar emprendimientos que otorguen insumos a las
economías locales. Tenemos políticas
macroeconómicas que estimulan la creación de puestos de trabajo, como lo hacen
los países avanzados. Monitoreamos atentos la evolución del empleo y estamos
preparados para activar la red de protección social y económica que hemos
creado, tan pronto como sea necesario. La construcción habitacional es un motor
de actividad económica y empleo. Implementaremos un programa extraordinario
para construir mejores barrios y viviendas con mayor estándar y más inclusión
social. ¿En qué se traduce? 62 mil 500 nuevos empleos, 25 mil nuevas viviendas
y una inversión fiscal de 430 millones de dólares en tres años. Junto con estas
medidas no abandonaremos el trabajo con sentido de largo plazo. Hemos
identificado áreas de convergencia y acción común para tener una base
productiva más sólida. Esta es mi invitación hoy: hagamos un pacto por un
crecimiento que se sostenga en el tiempo. Sabemos que necesitamos mejorar
nuestro capital humano con una educación de calidad y capacitaciones alineadas
con las necesidades económicas: es lo que estamos haciendo. Sabemos que Chile
debe modernizar su economía. Eso significa más integración internacional, más
productividad, más diversificación e innovación, mejor equilibrio entre
crecimiento y medio ambiente: ¡los invito a hacerlo juntos! Porque sin
complementariedad entre el Estado y el sector privado, sin lazos de confianza
entre empresarios, trabajadores y comunidades, todo esfuerzo será en vano.
Buscamos relaciones laborales justas, que propicien metas estratégicas
compartidas entre trabajadores y empresarios. Por tal razón estamos
comprometidos en fortalecer las organizaciones sindicales y hacer que las
negociaciones colectivas sean más equilibradas. La experiencia de los países
que hoy son desarrollados así lo indica: el diálogo social es clave para
combinar crecimiento e inclusión.
Todos
cedieron un poco, todos se esforzaron un poco más, y al final todos salieron
ganando. Estoy optimista, porque hemos visto cómo se ha instalado una visión y
acciones comunes sobre uno de nuestros principales retos: elevar la
productividad. Ya contamos con muchas y muy buenas propuestas, y lo más
importante, hemos comenzado a hacerlas realidad. Está en marcha la Agenda de
Productividad, Innovación y Crecimiento. Y hoy puedo decir que más del 80% de
sus medidas están en funcionamiento y produciendo resultados. Este Congreso ya
está discutiendo el Proyecto de Ley que promueve las exportaciones de servicios
y mejora el acceso al financiamiento. Hay ámbitos cruciales que sirven de
plataforma básica para el desarrollo económico. Hablo de la energía, la
infraestructura y la conectividad digital. Chile necesita energía segura, con
fuentes diversas y más barata. Y lo estamos consiguiendo con diálogo y sentido
de largo plazo. Hoy se construyen más de 4.100 MegaWatts en centrales de
generación y más de 2.700 km en líneas de transmisión. Nunca antes habíamos
tenido un nivel tan alto de inversión en electricidad. Además no se trata de
cualquier energía, sino principalmente de energía limpia. En 2018 un cuarto de
toda la capacidad de generación en Chile provendrá de fuentes renovables, como
la eólica, la solar o la geotérmica. Es decir, cuatro veces más que en 2014. Y
al fin hemos podido iniciar la interconexión entre el Sistema Interconectado
Central y el del Norte Grande, que nos permitirá superar un antiguo freno a
nuestra competitividad. Hemos incrementado la competencia con reglas claras y
con la entrada de nuevos actores, y esto ya tiene resultados: los precios de
electricidad licitada bajaron, lo que junto a los efectos de la ley de Equidad
Tarifaria Residencial, quedará reflejado paulatinamente en la cuenta de la luz
de los hogares. Para graficar la transformación que está experimentando el
sector, por primera vez en nuestra historia estamos exportando electricidad y
gas a Argentina. La infraestructura une a Chile, es calidad de vida y un puntal
para nuestra productividad. Eso es lo que representan, por ejemplo, los 3 mil
700 kilómetros de caminos básicos construidos estos dos primeros años. O que
las obras en construcción del Aeropuerto Arturo Merino Benítez tripliquen la
superficie del principal terminal aéreo nacional. En los próximos dos años,
licitaremos al menos 10 proyectos por 4 mil millones de dólares, entre los que
destacan la Carretera de la Fruta, Américo Vespucio Oriente y la carretera Nahuelbuta.
Cumplimos 20 años desde que concesionamos la primera obra pública y llegó el
momento de perfeccionar la institucionalidad para los próximos 20 años. Nuestro
deber es garantizar que las obras concesionadas serán diseñadas y ejecutadas
con el mayor rigor y calidad. A eso apunta la creación de la Dirección General
de Concesiones, actualmente en discusión en este Congreso. Y hemos propuesto la creación del Fondo de
Infraestructura, que con un potencial de hasta 9 mil millones de dólares, busca
facilitar el financiamiento de nuevas obras acompañando al sector privado. La
infraestructura de calidad se traduce en más integración en el territorio y más
oportunidades de emprendimiento para el campo, la costa y las zonas turísticas.
Son los habitantes de sectores aislados los que ganan con la reposición del
muelle de Puerto Sur de la isla Santa María de Coronel; la construcción del
muelle multipropósito de Raúl Marín Balmaceda de la comuna de Cisnes; o el
terminal portuario de Puerto Aguirre de Aysén. La pesca artesanal es el
sustento para miles de familias. Por eso hemos dado un impulso especial a su
infraestructura. Terminamos las obras de la caleta de Puerto Williams y
mejoramos las caletas de Hornos, Tongoy, Coliumo, Maullín, Maguellines de
Constitución y Guardiamarina Riquelme de Iquique. Por lo mismo, le he dado suma
urgencia al proyecto de ley que agiliza la creación y asignación de Caletas en
todo el territorio nacional. Y en el caso puntual de Chiloé se finalizaron las
obras en el muelle del río Chepu de Ancud; el terminal portuario de Puchilco de
Puqueldón; la reposición de la rampa de isla Quehui de Castro; y la
construcción de un terminal portuario en Apiao de Quinchao. Los fenómenos
climáticos y ambientales que impactan la actividad productiva son una realidad
que tenemos que enfrentar. En estos días hemos conocido un episodio de inusual
intensidad de marea roja que impide que miles de familias puedan desarrollar
sus actividades ligadas al mar. No han sido días fáciles para muchos
compatriotas. Nuestro norte como Gobierno fue siempre uno solo: ir en ayuda de
las personas afectadas con prontitud. Buscamos alcanzar acuerdos sobre la base
del diálogo y la responsabilidad. Quiero agradecer la voluntad de los
dirigentes de la pesca artesanal y alcaldes que trabajaron por buscar
soluciones. Como siempre, la ciudadanía merece toda la información y
transparencia. Le he pedido a una comisión de científicos independientes del
más alto nivel que investigue el fenómeno. Con el fin de alinear nuestra
normativa a las mejores prácticas internacionales de sustentabilidad y
gobernanza, hemos avanzado en el proceso de revisión técnica de la Ley de
Pesca. Cumplimos con la realización del proceso de consulta a cargo de la FAO,
que contó con la participación de todos los actores involucrados.
Nuestro
compromiso es perfeccionar la legislación pesquera, para asegurar la
sustentabilidad de la actividad y el resguardo de los intereses de todos los
chilenos. (PAUSA DE SILENCIO) Sin agua no hay desarrollo. Por eso estamos avanzando
con obras concretas para asegurar agua para el consumo humano y para la
actividad agrícola. Estamos cumpliendo nuestro compromiso de aumentar en 35% la
capacidad de acumulación de agua. Ya están en construcción los Grandes Embalses
de Valle Hermoso, en la Región de Coquimbo, y este año comienzan las obras de
ampliación del Embalse Los Aromos en el río Aconcagua. Se sumarán 25 Pequeños
Embalses y los embalses Punilla y Chironta, actualmente en proceso de
adjudicación y licitación. Además de la energía y la infraestructura, la
proyección de nuestra economía descansa cada vez más en lo que hagamos en
conectividad digital. Todos hemos hecho grandes esfuerzos para estar bien
conectados: el Estado, las empresas y las familias. Y hemos tenido buenos resultados:
hoy, de cada 100 habitantes, 76 son usuarios de Internet. Esto equivale a 12,7
millones de internautas, lo que nos sitúa en el primer lugar de América Latina.
Son muchas las iniciativas en curso, como el despliegue de la banda de 700 MHz,
que ofrece conexiones más rápidas y de menor costo para los usuarios. O la
instalación de tendidos submarinos y terrestres de fibra óptica para mejorar la
conexión y abrir nuevas posibilidades de negocio en Los Lagos, Aysén y
Magallanes. También queremos garantizar una velocidad mínima de acceso a
internet a través de un proyecto que está discutiendo este congreso, porque no
es posible que los chilenos paguen por un servicio que no reciben. De la misma
manera, necesitamos que el uso de los datos en red sea seguro para las
personas. Por ello enviaremos en las próximas semanas un proyecto de ley que
crea una institucionalidad eficiente para garantizar una adecuada protección de
los datos personales y públicos. Debemos encontrar un adecuado equilibrio entre
transparencia y privacidad. No podemos hablar de impulsar el desarrollo
económico si no hablamos de las empresas de menor tamaño. Sabemos que ellas
requieren de apoyos eficaces para aumentar su productividad. Una de nuestras
primeras medidas fue capitalizar Banco Estado y el Fondo de Garantías para
Pequeños Empresarios, lo que permitió ampliar el financiamiento disponible.
Así, el año pasado los créditos otorgados llegaron a más de 2,5 billones de
pesos en total. Pero el financiamiento no es suficiente. Necesitamos emprendedores
con motivación y capacidades. Para ellos hemos creado una red de apoyos, con
asistencia técnica, acompañamiento en la gestión, y vínculos con proveedores y
clientes. Ya están funcionando 4 Hub-Globales y 26 centros de co-work
orientados al trabajo colaborativo. Además hay 18 Centros de Desarrollo de
Negocios abiertos al público a lo largo del país. Sin innovación es difícil
hacer crecer las empresas. Muchos ya lo han entendido. Los beneficiarios de
programas de innovación han aumentado muy significativamente. Y sólo el año
pasado se incrementaron en un 80% las certificaciones del crédito tributario a
la investigación y desarrollo. Seguiremos trabajando para promover la
innovación, dando un salto institucional al crear el tan esperado Ministerio de
Ciencia y Tecnología, proyecto que será enviado el segundo semestre de este
año. Chile necesita más ciencia y conocimiento para fortalecer la economía, la
democracia y la cultura del descubrimiento. (PAUSA DE SILENCIO) Hay finalmente
dos sectores que son parte de nuestra identidad y que necesitamos seguir
fortaleciendo: la agricultura y la minería. Ambas han sido pilares de nuestro
desarrollo y ahora, enfrentan el desafío de estar a la altura de las nuevas
exigencias de la economía global. La agricultura chilena tiene un enorme
potencial en la producción de alimentos sanos para el mundo y en el desarrollo
forestal sustentable. Aprovecharlo exige concentrar esfuerzos en innovación, en
sanidad e inocuidad, y en diversificación. No hemos descuidado a la Agricultura
Familiar Campesina, pilar de la vida en el campo. Junto con anular la deuda de
miles de productores, rediseñamos los programas del INDAP para integrar y hacer
más eficaces los instrumentos de apoyo tecnológico y financiero. Retomaremos el
diálogo tripartito para presentar este año un proyecto de ley que modificar las
normas especiales para los temporeros y temporeras. La gran minería, que
seguirá siendo un puntal de la economía chilena, tiene las capacidades y la
responsabilidad para encontrar nuevas posibilidades de negocio y crecimiento.
Nosotros como Estado hemos dado el ejemplo con nuestra principal empresa,
Codelco. Cumplimos con capitalizar a la compañía, inyectándole 600 millones de
dólares el 2015. Asimismo, hemos apoyado el gran esfuerzo de la empresa para
reducir costos en 1.200 millones de dólares en sólo un año. Chile es un país
que garantiza las inversiones, y demanda que estas sean social y
medioambientalmente sostenibles. Como gobierno mantenemos la preocupación por
la baja en el precio del cobre y su impacto en los pequeños productores
mineros. Continuaremos aplicando el nuevo mecanismo de estabilización del
precio del cobre por el tiempo que sea necesario. Queridos compatriotas, Como
Presidenta tengo plena conciencia de las responsabilidades económicas del
Estado. Más aún en un tiempo de reformas y en un escenario internacional
complejo. Las estrategias de largo plazo requieren finanzas públicas. Porque el
populismo es lo opuesto a los cambios serios. Seguiremos en el proceso de consolidación
fiscal gradual, con una reducción de nuestro déficit estructural en 0,25% del
PIB por año.
El
rol del gobierno no se agota en tener la macroeconomía ordenada. También nos
hemos hecho cargo del descuido de iniciativas de largo plazo que fortalecían nuestra
economía. Hemos puesto en marcha los Programas Estratégicos de Especialización
Inteligente para reimpulsar el trabajo público privado. Ellos han permitido
identificar las brechas productivas en un sector o industria y concordar una
hoja de ruta con acciones concretas y recursos claros para impulsar la
competitividad. Así, por ejemplo, en Minería de Alta ley, la meta es contar al
año 2035 con 250 empresas proveedoras de clase mundial y exportaciones de
bienes y servicios vinculados a la minería por más de 4 mil millones de
dólares. O, en Alimentación Saludable, se espera duplicar el valor de las
exportaciones al año 2030. Ya se efectuó una inversión pública de más de 13 mil
millones de pesos, y un aporte privado de más de 15 mil millones.
Seis
de estos programas ya se encuentran en pleno proceso de ejecución: los
programas de minería, energía solar, construcción sustentable, turismo y
alimentos sustentables e industrias inteligentes, con recursos comprometidos
por más de 43 mil millones de pesos. Muy pronto vendrán los programas de
acuicultura y logística. La atracción de inversiones extranjeras es una tarea
ineludible del Estado, por eso creamos la Agencia de Promoción de Inversión
Extranjera, la que lanzará su estrategia la próxima semana. Para hacer que este
foco en productividad sea permanente, y siguiendo una recomendación de la
Comisión Nacional de Productividad, instruiré a la brevedad para que todas las
leyes que sean iniciativa del Ejecutivo, incluyan una evaluación de su impacto
sobre la Productividad. Quiero decirlo con todas sus letras: una de las
contribuciones mayores que puede hacer el Estado es mejorar significativamente
su gestión. Pero también digo con humildad que hay mucho por hacer. Tenemos que
incorporar a más mujeres en cargos directivos. En 2013, sólo 4,35% de mujeres
participaba en directorios de empresas del Estado. Le he pedido al Consejo del
Sistema de Empresas Públicas que redoble los esfuerzos para alcanzar la meta de
llegar a 40% de directoras mujeres. Para impulsar la innovación dentro del
Estado creamos el primer Laboratorio de Innovación Pública de Latinoamérica,
GobLab, que busca soluciones creativas a problemas del sector público. Así por
ejemplo se está creando una cuenta de la electricidad que sea más clara y transparente.
Para facilitar el trabajo de todos, este año enviaremos un proyecto de ley que
crea la plataforma electrónica de trámites en línea con notarios y
conservadores, para aumentar la transparencia y reducir tiempos de espera. Hoy
las empresas ya pueden compartir información tributaria con sus contrapartes. Y
cuando en julio comience a operar el “Escritorio Empresa”, los emprendedores
contarán con una plataforma electrónica que reunirá en un solo lugar todos los
trámites que demanda su negocio. Es imprescindible mejorar la gestión de los
recursos hídricos. Necesitamos que el Estado cuente con mayores facultades de
fiscalización y de gestión. Con ese fin, he decido hacer indicaciones a la
moción parlamentaria sobre la Dirección General de Aguas. Además, actualizaremos
la gestión y los procesos de la DGA.
Finalmente,
un rol crucial del Estado es garantizar que los mercados funcionen y defender
los derechos de los consumidores. Ya enviamos al Congreso un proyecto de ley
con controles estrictos y medidas severas para quienes transgredan el principio
de la libre competencia. Y en ese mismo sentido, el fortalecimiento del Sernac
busca darle más poder para cuidar a los consumidores. Confío en que el proyecto
de ley, será aprobado prontamente. (PAUSA DE SILENCIO)
Sé
muy bien que estas convergencias que estamos promoviendo entre los actores de
la economía requieren de confianzas: confianza en el cumplimiento de los
acuerdos; confianza en que los costos y beneficios serán equitativos para
todos; confianza en el marco básico de valores. Chile atraviesa un momento de
confianzas debilitadas en muchos ámbitos. Hay causas de larga data y otras más
recientes. Pero tenemos una experiencia histórica profunda que nos permite
afirmar que existen principios en los que podemos encontrarnos. Sabemos que
necesitamos de un Estado efectivo y mercados dinámicos y, sobre todo, que se
refuercen y no se obstruyan entre sí. Sabemos, como ha sido nuestra tradición
jurídica, que son claves el respeto a la propiedad privada y el reconocimiento
a su función social, y que al mismo tiempo requerimos derechos sociales que
protejan a las personas y equidad para la cohesión de la sociedad. Sabemos que
debemos velar por el medioambiente y las comunidades a lo largo de nuestro
territorio. Y sabemos que todo eso se logra con instituciones fuertes,
legítimas e independientes. Estoy segura que podemos trabajar juntos sobre la
base de estos principios. 3. Más protección para vivir tranquilos Amigas y
amigos, Así como tenemos clara nuestra responsabilidad en el funcionamiento de
nuestra economía, sabemos que tenemos el deber de cumplirles a las familias, a
nuestros compatriotas, que en lo cotidiano quieren vivir tranquilos y sentirse
protegidos frente a las enfermedades, los riesgos y las amenazas. Nuestra tarea
es proteger, no con discursos, sino con un trabajo constante y mancomunado.
La
salud, algo tan central, representa también para muchas familias un temor.
¿Acaso podemos desconocer el temor de muchos de sufrir un accidente y no
recibir la atención oportuna? ¿Cómo no sentir angustia cuando una enfermedad
grave no tiene la respuesta de un tratamiento especializado? ¿O la impotencia
de no poder afrontar los gastos elevados de los tratamientos y para los cuales
muy pocos presupuestos son suficientes? Estos son temores entendibles,
especialmente cuando vemos el retraso que se aprecia en la atención en salud en
muchos lugares de Chile. Más de tres cuartos de los chilenos se atienden en el
sistema público de salud. Ellos se preguntan qué estamos haciendo para
convertir estos temores en confianza, qué hacemos para brindarles un servicio y
una atención de primer nivel. Lo primero es que estamos revirtiendo la falta de
inversión, en gran parte causante de la situación actual. La inversión que
estamos haciendo en infraestructura, equipamiento clínico y formación de
especialistas es la mayor de la historia de la salud pública. Para que las
familias tengan la certeza que podrán llegar a un establecimiento que cuente
con las condiciones adecuadas para cada necesidad de salud. A la fecha ya está
terminado el hospital de Puerto Williams y están en construcción otros 22
hospitales, cuyas obras habrán culminado al final de mi mandato, entre los que
puedo mencionar, por ejemplo, los de Antofagasta, Gustavo Fricke de Viña del
Mar, PencoLirquén, Carahue, Porvenir y Natales. Además, iniciarán su
construcción en los próximos meses un conjunto de 23 hospitales entre los que
se encuentran los de Marga Marga, Curicó, tercera etapa del Hospital La Higuera
en Talcahuano y el de Quellón. Ya hay 11 nuevos Centros de Salud Familiar en
operación, 3 terminados y otros 21 en obras. A esto se suman los 19 Centros
Comunitarios de Salud Familiar terminados y los 38 en ejecución. Estamos
habilitando Servicios de Urgencia Primaria de Alta Resolutividad para entregar
atención rápida y efectiva, cerca de su hogar, con horario continuado, y con
telemedicina. Hay 8 terminados y 31 en
ejecución. Esto nos permitirá, además, descongestionar los servicios de
urgencia. Es cierto, de nada sirve tener nuevas instalaciones disponibles si no
contamos con especialistas. La realidad es que los especialistas médicos en
Chile están, proporcionalmente, poco presentes en el sistema público: por cada
10 mil habitantes, hay 23 médicos especialistas en el sector privado y
solamente 7 en el sector público. Y esta desigualdad se arrastra por décadas.
Por eso hemos puesto en marcha un Plan para que 1.480 médicos se incorporen a
la Atención Primaria y se formen 4 mil nuevos médicos especialistas y
odontólogos. El Plan incluye el ingreso, formación y su permanencia en el
sistema público. Lo estamos haciendo en un trabajo conjunto con las
universidades para aumentar a mil el número de médicos especialistas y
odontólogos formados por año. Además, estamos enviando un número mayor de
médicos a las localidades más apartadas: ya enviamos 715. Al finalizar el
gobierno, habremos disminuido en un 50 por ciento la brecha de médicos y
especialistas en el sistema público. Esto tendrá por cierto un impacto en uno
de los problemas que más irritación provoca: las listas de espera. Lo primero
que hay que recordar es que en marzo de 2014, más de un millón y medio de
personas esperaban por una consulta nueva de especialidad y casi 200 mil
aguardaban una cirugía electiva. Los resultados no son inmediatos, pero ya
hemos logrado reducir en 96 días el tiempo a esperar por una consulta y en 51
días la espera para una intervención quirúrgica. Sabemos también que no es
suficiente, pero seguimos trabajando para disminuir aún más estos resultados. Nuestra
estrategia ha sido en primer lugar utilizar la telemedicina para terminar con
los problemas geográficos. Por esta vía ya hemos realizado más de 35 mil
atenciones en consultas de especialidades. En segundo lugar, optimizar el uso
de las instalaciones públicas para dar atención oftalmológica a más de 27 mil
personas y aumentar la ocupación de pabellones quirúrgicos en un 85,5 por
ciento. Con el convenio firmado entre
Fonasa y la Caja de Previsión de la Defensa Nacional, se podrán realizar
anualmente 35 mil prestaciones quirúrgicas y de rehabilitación en los centros
CAPREDENA de Santiago, La Florida, Limache y Valparaíso. Y en tercer lugar,
mediante convenios estamos realizando operativos médicos junto al Ejército, la
Armada, la Fuerza Aérea, y entidades privadas para reducir drásticamente las
listas de espera en lugares apartados. Ya dimos más de 30 mil prestaciones
médicas y hemos realizado 1.500 cirugías. Frente al duro momento de una
emergencia médica, estamos desplegando más medios que nunca para llegar más
rápido. Entre 2014 y 2015 adquirimos 571 ambulancias, de las cuales 5 son
ambulanchas para Chiloé. Este año entregaremos 108 ambulancias más. Pero eso no
es todo, estamos ampliando el acceso a medicamentos seguros, de calidad y a un
precio justo con la nueva Ley de Fármacos. Y gracias al Fondo de Farmacia ya se
han despachado 28 millones de recetas para cerca de 5 millones de chilenos y
chilenas. Y por cierto, otro adelanto que nació desde la ciudadanía, es la Ley
Ricarte Soto, que apoya directamente a familias que antes tenían la angustia de
no poder pagar los medicamentos de enfermedades de alto costo. Para este primer
año de vigencia, el presupuesto para cubrir estos medicamentos de alto costo
alcanza los 30 mil millones de pesos y para el segundo se duplicará para
alcanzar los 60 mil millones. (PAUSA DE SILENCIO)
Hay
pocas cosas tan dolorosas como ver sufrir a un hijo o hija. Hoy les anuncio que
crearemos un mecanismo solidario para las madres y padres trabajadores en caso
que sus hijos e hijas menores de 15 años sufran un accidente o enfermedad grave
y de alto riesgo vital. El envío de este proyecto de ley busca que puedan
prestarles atención, acompañamiento o cuidado personal durante su enfermedad,
tratamiento o rehabilitación. El financiamiento de este mecanismo se hará con
cargo a un fondo integrado con una pequeña cotización sobre la remuneración
mensual del trabajador y una cotización equivalente de cargo del empleador y
además un pequeño aporte inicial del Fisco. Esta medida constituye un importante
fortalecimiento del Sistema de Protección Social y avanzan en la conciliación
de la vida laboral y familiar y de la corresponsabilidad parental. Así se va
construyendo un sistema de salud de calidad. Y eso debe incluir también una
cultura de cuidado y prevención.
Es
también lo que buscan los programas de vacunaciones en Sarampión o Influenza
para los grupos de mayor riesgo. Además, 483 mil niñas ya recibieron sin costo
la vacuna contra el Virus Papiloma Humano que ayuda a prevenir el cáncer cérvico-uterino.
O el etiquetado de los alimentos que ya está ayudando a nuestros compatriotas
para que reduzcan el consumo excesivo de calorías, grasas saturadas, azúcares y
sodio. En el caso de los más jóvenes, estamos incentivando una oferta de
alimentos saludables al interior de los establecimientos educacionales. Sabemos
que una buena salud dental se basa en la higiene y la prevención, pero muchos
no pueden pagar una atención odontológica. El programa “Sembrando Sonrisas” ya
ha hecho una diferencia para más de 246 mil menores de cinco años. Este año la
meta es atender a otros 309 mil niñas y niños. Los jóvenes de Cuarto Medio de
colegios municipales y particulares subvencionados también tienen un programa
para ellos, que incluye atención odontológica integral. Se proyecta llegar a
más de 77 mil beneficiarios este año. Finalmente, el programa “Más Sonrisas
para Chile” entregará 400 mil altas odontológicas durante el período de
gobierno, para revertir el deterioro de la salud bucal de mujeres, que
dificulta su inserción laboral y provoca inseguridad. Si la salud es uno de los
pilares del bienestar de las familias, el sistema de protección social es la
base de una sociedad más inclusiva, para que niñas y niños, mujeres y hombres,
jóvenes y adultos mayores, personas en situación de discapacidad puedan
constituirse en sujetos plenos de derecho. La primera tarea de la protección
social es la reducción de la pobreza. Ha sido necesario lograr un antes y un
después en su medición, acorde con las nuevas caras que hoy adquiere este
fenómeno. Para actuar con eficacia perfeccionamos la medición de la pobreza,
incorporando a la Encuesta Casen la medición de pobreza multidimensional. Ya el
2014 comenzamos el proceso para sustituir una Ficha de Protección Social
obsoleta, e implementar un nuevo sistema, el Registro Social de Hogares. Está
funcionando eficazmente desde enero de este año y hemos incorporado
automáticamente a los 4 millones 200 mil hogares que anteriormente contaban con
Ficha de Protección Social. Es un instrumento más moderno que demanda menos
tiempo de los usuarios, junto con ser más objetivo y transparente. Otro apoyo
concreto a las familias es hacer permanente el aporte que reciben cada marzo
más de un millón y medio de personas para enfrentar los gastos del inicio del
año escolar.
Y
para que el invierno sea menos duro, más de 1 millón de adultos mayores tienen
derecho anualmente al Bono de Invierno. Ya no depende del gobierno de turno,
son conquistas de Chile. Para avanzar en inclusión social, el año pasado se
realizó la Encuesta del Segundo Estudio Nacional de la Discapacidad en 135
comunas de quince regiones del país. Esto permitirá la formulación del Plan
Nacional de Inclusión Social de Personas en Situación de Discapacidad
2016–2026. Pero tenemos que avanzar también con medidas adicionales. Enviaremos
un proyecto de ley, basado en propuestas de los parlamentarios, sobre inclusión
laboral de las personas con capacidades diferentes. Nada justifica que
discapacitados reciban menos que el salario mínimo como remuneración.
Estableceremos, además, un porcentaje de contrataciones para personas en
situación de discapacidad en las instituciones y empresas públicas. En materia
de infancia, "Chile Crece Contigo" se extenderá a partir de este año
a las niñas y niños de prekinder y kinder, de 4 y 5 años hasta llegar
gradualmente al primer ciclo de educación básica, incluyendo además dos nuevos
programas de Apoyo a la Salud Mental y de Apoyo al Aprendizaje Integral.
Asimismo, hemos ingresado a trámite legislativo los proyectos que crean el
Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez, la Subsecretaría de la Niñez
y el Defensor del Niño. Esto nos permitirá cumplir con las exigencias de la
Convención sobre los Derechos del Niño. (PAUSA DE SILENCIO) Es nuestra
responsabilidad primera proteger a los niños, especialmente a los más
vulnerables. Pero debemos reconocer que tenemos una deuda dolorosa con ellos.
El Sename ha hecho su mejor esfuerzo pero está sobrecargado en sus roles.
Debemos avanzar a una nueva institucionalidad más eficaz. Sabemos que este es
un tema complejo y que requiere intervenciones integrales. Chile debe legislar.
Pero debemos partir mejorando sin demora lo que tenemos. En primer lugar,
aliviaremos la carga de la institución encargada, traspasando algunas tareas a
otros organismos públicos. En segundo lugar, propondremos al Congreso un
rediseño al Sistema de Protección de la Infancia, la creación de un servicio de
reinserción social juvenil y transformaremos el SENAME en el Servicio Nacional
de Protección de Menores. Para mí los adultos mayores han sido siempre una
prioridad. En mi anterior gobierno logramos implementar la reforma previsional
más importante desde la puesta en marcha del actual sistema al crear el Aporte
Previsional Solidario y la Pensión Básica Solidaria. Pero tengo conciencia que
las pensiones son aún insuficientes. Esto requiere un camino largo que
empezamos a transitar. Así, hemos restituido el bono invierno, hemos mejorado
las condiciones de pago de las pensiones, del Aporte Familiar Permanente
destinado a este segmento de la población y también de los aportes a los
cuidadores. A fines de este año se completa la medida que eliminó la cotización
del 5% de los adultos mayores. Pero no podemos esperar más para hacernos cargo
de soluciones más integrales. Vamos a acelerar la tramitación del proyecto que
crea la AFP estatal, que traerá más competencia, menores costos de
administración y mejor cobertura. Adicionalmente, le he pedido al Comité de
Ministros que transforme los resultados de la Comisión Bravo en una hoja de
ruta para los próximos años. Tenemos que abordar este tema con la
responsabilidad que amerita. Si Chile quiere ser cohesionado y desarrollado
tiene que incorporar el aporte de la mujer en todos sus espacios y tiene que
evolucionar culturalmente para dejar atrás los estereotipos que desvalorizan a
las mujeres. Desde mi primer gobierno hemos dado pasos significativos. Sin
embargo, prevalecen los discriminaciones, las brechas de todo tipo e incluso la
violencia contra ella. Por eso hago un llamado a sumar todos nuestros esfuerzos
para superar de una vez esta situación inaceptable. Este es un tema transversal
y debemos actuar en la economía, en la política y en la cultura de la vida
cotidiana. Y estamos haciendo nuestra parte. (PAUSA DE SILENCIO)
Nabila
Rifo es una mujer de Coyhaique que ha sufrido un ataque gravísimo e
incomprensible. No vamos aceptar que en nuestra sociedad hechos como estos se
repitan. Hay hombres que todavía se creen con el poder de hacer semejante daño
a las mujeres. No lo vamos a tolerar. Para enfrentar este flagelo en toda su
complejidad, modificaremos la actual legislación de violencia intrafamiliar,
para actualizar su contenido, aumentar las penas, y ampliar la concepción de
violencia contra las mujeres que ocurre en otros espacios, más allá de la
relación de pareja o la familia. Patrocinaremos las mociones que contribuyan a
la necesaria agilidad que deben tener las tramitaciones judiciales. Seguiremos
acogiendo y protegiendo a las mujeres que son víctimas de la violencia. Ese es
mi compromiso personal como mujer y como Presidenta de un país civilizado.
Hemos reforzado las políticas de prevención de la violencia de género, en
particular estamos cumpliendo mi compromiso de duplicar las Casas de Acogida,
llegando a 48. Además ya llegamos a un total de 103 Centros de la Mujer a nivel
nacional, donde más de 33 mil mujeres pudieron recibir apoyo y orientación
durante el año 2015. Todos queremos vivir seguros y en paz. Las familias
merecen la tranquilidad de que la delincuencia no pondrá en peligro la
integridad de los suyos o lo que tanto esfuerzo ha costado conseguir. Pienso en
aquellos vecinos que ven sus barrios amenazados por el tráfico de drogas;
pienso en la seguridad de los hogares y en el comerciante que cuida su negocio.
Este no es simplemente un asunto de cifras, aunque sean favorables por
momentos: cuando el temor es real para mucha gente, el deber de la autoridad es
atender las causas de ese temor. Algunos dirán que esto se soluciona poniendo
más Carabineros y más policías de Investigaciones en las calles: estamos
aumentando en 6 mil nuevos Carabineros y 1.200 nuevos detectives antes de
finalizar nuestro mandato. Otros dirán que se necesitan nuevas comisarías:
hemos inaugurado 44, hay 10 que se encuentran terminadas y 13 están en
construcción. También criticarán la falta de equipamiento o de tecnologías:
pero además de la entrega de modernos vehículos, hemos creado el Banco
Unificado de Datos, un avance inédito en el sistema de persecución penal. Hay
quienes hablarán del déficit de jueces y fiscales: ahí está la ley que
fortalece el Ministerio Público, que entre otras cosas significa un aumento
importante de fiscales y de personal para la persecución penal. Y no faltarán
quienes pidan sanciones más duras para los que delinquen. Eso es lo que hace la
nueva Ley de Control de Armas y Explosivos promulgada en enero de 2015 y es lo
que buscamos con la recién aprobada Agenda Corta Antidelincuencia. En ella se
otorga más capacidades preventivas a las policías, respetando siempre las
garantías constitucionales y el debido proceso de los detenidos. Algunos dirán
que lo más importante es la rehabilitación: junto con las iniciativas de
reinserción que financia el Plan Comunal de Seguridad Pública, es lo que
hacemos con el programa 24 horas, dirigido a menores, que llegará a 36 comunas
a fines de este año. Finalmente, otros apuntarán a la dura realidad del tráfico
de drogas: con el Plan Nacional contra el Narcotráfico, se están reforzando los
controles fronterizos, y se instalaron 98 equipos de trabajo a nivel nacional.
Esto ya ha dado resultados, con 867 puntos de microtráfico desarticulados.
Seguiremos trabajando con perseverancia, sin artificios, sin maquillar cifras
ni buscar titulares, atacando cada dimensión de un fenómeno complejo, junto a
los municipios, a los vecinos organizados, con una mejor coordinación con las
policías y los jueces. Porque la inseguridad es un fenómeno que no se resuelve
en cuatro años, ni con una política aislada ni menos con discursos altisonantes:
es una tarea lenta que demanda mucha seriedad, esfuerzos múltiples y sostenidos
en el tiempo. Por eso, le hace un gran daño a Chile quien pretende usar este
tema con fines políticos. (PAUSA DE SILENCIO) Si protegemos a nuestros
compatriotas para hacer frente a sus necesidades de salud, frente a la
inseguridad ciudadana y social, también debemos hacerlo frente a los desastres
naturales a los que lamentablemente estamos expuestos. En los últimos años
hemos vivido nueve emergencias que han provocado mucho dolor y que han dañado
más de 280 mil viviendas: Tocopilla, Chaitén, el terremoto y tsunami del 27 de
febrero de 2010, el Norte Grande, Valparaíso, Atacama y Antofagasta, Calbuco,
Villarrica y Coquimbo. Si se toma en cuenta la magnitud de los daños y el
tiempo que normalmente toma recuperarlos, de acuerdo a la experiencia
internacional, podemos decir que Chile está cumpliendo como corresponde. A la
fecha, se ha cumplido más del 85% de las soluciones habitacionales. Sin
embargo, sabemos que este avance ha tenido distinta velocidad en las diferentes
localidades. Y no nos detendremos hasta concluir satisfactoriamente con esta
tarea. Hicimos un esfuerzo particular en recuperar los cuarteles de bomberos
dañados producto del terremoto de 2010, de los cuales ya se han entregado 25. Por otra parte, en materia de infraestructura
urbana se cuentan más de 250 iniciativas, 57% terminadas y 32% en ejecución.
Hay, además, un avance en la capacidad de reacción de la ciudadanía que merece
ser destacado una y otra vez. Hemos ido aprendiendo, hay una cultura cívica que
ha demostrado su ejemplaridad. Hemos ido consolidando la Red Sismológica
Nacional, que ya tiene 109 estaciones de monitoreo sísmico, 297 acelerógrafos
en la red de infraestructura y suelos, y una red de GPS. En noviembre de 2015
también se inauguró el nuevo Sistema de Respaldo de Comunicaciones del
Ejército, que permitirá fortalecer el apoyo brindado por las Fuerzas Armadas a
la ONEMI en la gestión de las emergencias. Así, con un trabajo sistemático y unitario,
con una nueva institucionalidad y fuerte inversión, sumando tecnología a
recursos humanos mejor preparados, estamos abocados a la gran demanda de la
ciudadanía, de asegurar la protección que les permita vivir tranquilos. 4.
Ciudades y barrios más amables El avance hacia el desarrollo tiene que
expresarse también en que vivamos mejor juntos, en ambientes de calidad y
amables. Y en esto Chile tiene temas pendientes que estamos enfrentando con
decisión. ¿Por qué un trabajador debe viajar dos horas para llegar a su lugar
de trabajo? ¿Por qué hay tantos que no tienen un entorno amable alrededor de
sus casas y no tienen espacios para hacer vida de barrio y encontrarse con los
vecinos? ¿Por qué debemos limitar nuestras posibilidades de vida al aire libre
y deporte por los altos índices de contaminación? Son preguntas que nos señalan
que como sociedad no nos hemos hecho cargo adecuadamente de nuestra convivencia
ni de la forma en que crecen los territorios. Por eso estamos abordando las
políticas públicas en vivienda, transporte, deporte, cultura, medio ambiente,
con una visión de conjunto. Por eso estamos convirtiendo los espacios urbanos
en oportunidades para reducir las brechas de desigualdad y no agudizarlas; es
decir, planificar con un equilibrio social, económico y ambiental.
En
estos dos años, hemos mejorado los instrumentos de la política de vivienda para
que los subsidios sean más pertinentes y que permitan soluciones habitacionales
de mayor calidad. Si una familia de menores ingresos postula al Subsidio de
elección de vivienda, ahora podrá optar a proyectos con más y mejores
equipamientos, espacios públicos y áreas verdes. Además, como lo pudieron
comprobar 27 mil 494 postulantes en 2015, se trata de un monto más elevado para
mejorar la localización de la vivienda, su diseño y sus materiales. Para las
familias de clase media aumentamos el valor máximo de la vivienda a adquirir
con subsidio y otorgamos nuevos beneficios a las familias que requieran de un
crédito hipotecario. Durante 2015 se asignó un total de 36 mil 528 subsidios. Y
gracias a la ampliación del apoyo entregado por el Estado, 235 mil familias
fueron beneficiadas con la subvención al pago oportuno del dividendo y 114 mil
estuvieron protegidas por el seguro de desempleo incorporado a los deudores de
créditos hipotecarios que recibieron subsidios para la compra de sus viviendas.
Las soluciones habitacionales son variadas. Así, el Programa de Protección del
Patrimonio Familiar, que busca reducir el deterioro de las viviendas y su
entorno, entregó cerca de 250 mil subsidios en estos dos años, focalizando su
intervención en Condominios de Vivienda Social. Y para que muchos más puedan
hacer uso del Subsidio de Arriendo, aumentamos el límite de edad y permitimos a
los extranjeros residentes postular con mayores facilidades. Tener un título de
dominio permite a las familias acceder a diversos subsidios del Estado. Vamos a
implementar un programa extraordinario de regularización de la pequeña
propiedad, que en un plazo de 4 años para que 40 mil nuevas familias accedan al
dominio de su propiedad. Por su parte, el Programa de Habitabilidad Rural,
consideró la implementación de un Programa Piloto en comunas con altos
porcentajes de población rural e indígena en las regiones de Biobío, Araucanía,
Los Lagos O´Higgins, Maule y Los Ríos. Aumentamos el valor del subsidio e
hicimos un reglamento especial con que ya hemos beneficiado a 2.318 familias.
El trabajo junto a los vecinos y el respeto por sus necesidades y prioridades
es justamente lo que caracteriza al programa Quiero mi barrio, que iniciamos
hace 10 años, y que ya ha beneficiado a
más de un millón de personas, recibiendo incluso un reconocimiento a nivel
mundial por la ONU. Hemos decidido ampliarlo y llegar a 203 nuevos barrios
durante este gobierno. Hasta la fecha ya hemos podido fomentar la organización
barrial y la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes en 174 nuevos
lugares. Pero fuimos más allá. A partir del año 2015, 53 de estos barrios han
podido postular al programa de protección del patrimonio familiar, con lo que
más de 4 mil hogares podrán, no sólo mejorar sus entornos, sino también sus
propias viviendas. Pero tener ciudades más integradas nos exige mejorar la
experiencia del transporte público, algo vital para la gran mayoría de las
familias de nuestro país, sea en las grandes ciudades o en los poblados
rurales. La jornada laboral o escolar, se inicia cada mañana caminando hasta el
paradero más cercano o hasta la estación más cercana. Desgraciadamente, muchas
veces este servicio sigue siendo muy deficitario en comodidad, seguridad y en
tiempo de desplazamiento. Esa es la razón para crear dos nuevas líneas de metro
en Santiago, que finalizan su construcción en 2018. En este mismo sentido se
están haciendo ajustes al servicio de buses con una nueva flota con mayores
comodidades, y entre 2014 y 2015 se triplicó la inversión para hacer corredores
e infraestructura para mejorar el servicio que reciben los usuarios del
Transantiago. Pero Santiago no es Chile. En Valparaíso se puso en marcha en
mayo de 2015 la integración tarifaria de trolebuses, metro y ascensores, con lo
cual los usuarios obtendrán un descuento de hasta 300 pesos al usar la
combinación entre estos medios. Este año también se iniciará la operación
comercial del servicio de pasajeros Alameda-Nos y Rancagua Express. Entre las
regiones de Aysén y Magallanes, desde diciembre de 2015 está en funcionamiento
el servicio aéreo subsidiado, que permite garantizar un vuelo semanal entre
Balmaceda y Punta Arenas, lo que beneficiará a más de 272 mil usuarios
potenciales. Y desde mayo de este año, por primera vez en nuestra historia, es
posible recorrer Chile de Arica hasta Tierra del Fuego por territorio nacional,
gracias al nuevo transporte marítimo subsidiado entre Puerto Yungay, Caleta
Tortel, Puerto Edén y Puerto Natales. En
Concepción, ya entró en operación la extensión del Biotrén hasta Coronel, lo
que ha permitido prácticamente duplicar la demanda por este servicio, gracias a
la mayor comodidad y ahorro de tiempo que entrega a sus pasajeros.
Afortunadamente, nuestras ciudades y pueblos se están adaptando rápidamente al
uso de las bicicletas como medio de transporte. Para que sea una alternativa
segura y eficiente, ya se ha iniciado la construcción de 63 kilómetros de
ciclovías de alto estándar en 15 comunas a lo largo del país. Entre las
ciclovías destaca el mejoramiento de la interconexión vial que unirá Temuco y
Padre Las Casas, cuya longitud de 10,5 kilómetros es una de las intervenciones
más extensas de nuestro país. Pero no es todo. Nuestras zonas urbanas deben
contar con áreas naturales al servicio de la recreación y el deporte, amplias e
integradas a los barrios. Ya hay cinco parques urbanos terminados en las
comunas de Lebu, Marchigüe, Mulchén, Alhué y La Pintana. Otros siete parques
están en ejecución y serán terminados este año. Además vamos a financiar
iniciativas de conservación y mantención de parques públicos y que cuenten con
una superficie mínima de dos hectáreas, uno por región. Son muchos los que no
hacen actividad física por falta de espacios públicos o un adecuado
acompañamiento. Eso está cambiando con el Programa de Escuelas Deportivas
Integrales, presente en las quince regiones del país. Hemos beneficiado en 2014
a más de 42 mil personas. En 2015 cuadruplicamos esta cifra. Y entre 2014 y
2015, casi un millón y medio de personas participó en el Programa Deporte y
Participación Social. Otra red que trae alegría e identidad a las regiones es
la de centros culturales. En total, el programa iniciado en mi primer gobierno,
ya cuenta con 33 centros en ciudades de más de 50 mil habitantes, y de aquí al
2017 se inaugurarán 16 más. El siguiente paso es trabajar en las ciudades más
pequeñas, para que el acceso a la cultura sea realidad en todo el territorio
nacional. En diciembre de 2015 iniciamos la segunda etapa de la ejecución del
Centro Cultural Gabriela Mistral, cuyas obras debieran completarse a fines de
2017. Y porque necesitamos espacios amplios, abiertos al intercambio, el
antiguo Aeródromo de Los Cerrillos, completamente refaccionado, albergará desde
septiembre el Centro Nacional de Arte Contemporáneo, una institución pública
dedicada a conservar, exponer y educar. De este modo queremos ver crecer nuestras
ciudades y nuestras regiones, recuperando los terrenos para convertirlos en
espacios comunes, de encuentro, de juego. (PAUSA DE SILENCIO) Lo que no podemos
permitir es que la mayor concentración de población se haga a costa de la
salud. Cerca de diez millones de personas en el país están expuestas a
contaminación atmosférica y lo estamos abordando con la urgencia que amerita.
Las ciudades como Andacollo, Coyhaique, Temuco, Talca, Chillán, y Osorno
enfrentan este invierno por primera vez con planes que abordan el tema de la
descontaminación y que progresivamente incidirán. El próximo año incorporaremos
nuevos planes que protegerán al 87% de la población expuesta. Los planes ya
comienzan a surtir algunos efectos positivos: a nivel nacional hemos reducido
alrededor de 505 casos de mortalidad prematura por contaminación al año.
Nuestros hospitales han recibido menos de 19 mil urgencias por enfermedades
respiratorias. Adicionalmente, con la Política de la Leña estamos promoviendo
mejores estándares de calidad, únicos y obligatorios. Una mejor producción
puede ser una oportunidad de desarrollo para pequeños productores. Y hemos dado
un paso muy importante para fortalecer la cultura y la institucionalidad del
reciclaje, porque queremos espacios comunes más limpios. Esta semana
promulgamos la Ley de Incentivo al Reciclaje y Responsabilidad Extendida del
Productor, la que nos permitirá coordinar los esfuerzos de empresas,
consumidores y recicladores de base, para darle nueva vida útil a desechos
contaminantes. Nuestro compromiso con el medioambiente exige estándares internacionales.
En la Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático, hicimos el
compromiso de reducir nuestras emisiones contaminantes y así ser parte de un
movimiento global vital para el futuro de nuestro planeta. Para implementar
este acuerdo, vamos a crear una Agencia de Cambio Climático y Desarrollo
Sustentable, que articulará acuerdos entre el gobierno y empresas para realizar
concretamente, medidas de mitigación, adaptación y fortalecimiento de
capacidades en torno a esta nueva realidad, a través de un Comité Corfo. Los
océanos son fuente de vida, aunque sabemos que su situación es frágil. Como el
país marítimo que somos, debemos comprometernos con el cuidado de nuestro mar.
Asimismo,
vamos a crear el Parque Marino Nazca-Desventuradas, que implica proteger una
superficie de 297 mil kilómetros cuadrados. También creamos los Parques Marinos
“Montes Submarinos Crusoe y Selkirk”, y la Red de Parques Marinos “Lobería
Selkirk”, “El Arenal”, “Tierra Blanca”, y “El Palillo”. Junto con ello, nos
hemos trazado el objetivo de crear una Área Marina Protegida en Rapa Nui, para
proteger su flora y fauna marina, así como la pesca ancestral. Ya empezamos a
trabajar con la comunidad mediante consultas. En otras palabras, es posible
concebir otra forma de desarrollo de nuestros barrios, de nuestro territorio,
buscando mayor integración y cohesión. Es lo que ha guiado nuestras políticas
en estos dos años y lo seguirá haciendo en los dos que quedan. 5. Chile inserto
en los desafíos del mundo Un pilar para un país que quiere ampliar sus
oportunidades es su capacidad para insertarse favorablemente en el mundo actual
y hacer valer su soberanía. La primera prioridad de la política exterior de
Chile es nuestra región. Somos un país latinoamericano: así nos sentimos, así
somos percibidos y desde aquí queremos hablarle al mundo. Impulsamos
activamente el acercamiento entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur.
Creemos en el diálogo entre países hermanos y creemos en el trabajo
complementario de los distintos esquemas de integración, por ejemplo en torno a
la facilitación del comercio y la movilidad de las personas. Nuestra línea es y
seguirá siendo la búsqueda de acuerdos y la certeza de que debe prevalecer el
derecho internacional. Con respecto a la demanda boliviana, nuestro país
presentará en su momento una contramemoria sólida, elaborada por un equipo de
primer nivel, y que defiende los intereses nacionales con argumentos jurídicos,
históricos y diplomáticos. Hemos asumido la responsabilidad de participar en
los grandes temas globales y trabajar en la construcción de las nuevas agendas
en materia multilateral. Participamos activamente en la formulación y
cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que en el mediano
plazo complementemos los esfuerzos nacionales e internacionales en esta materia
que nos compromete a todos.
Frente
a estos desafíos múltiples, deberemos evaluar adecuaciones a nuestra
institucionalidad de relaciones exteriores para potenciar nuestra labor
diplomática, comercial y en temas emergentes. Estar insertos en el mundo,
también nos exige estar preparados para defender la paz, que ha sido nuestro
sello histórico en las relaciones internacionales. Nuestras Fuerzas Armadas son
reconocidas internacionalmente por su profesionalismo, corroborado una y otra
vez en las numerosas misiones de paz. Deseo hacer un reconocimiento a los miles
de miembros de las Fuerzas Armadas que diariamente cumplen su labor en la
defensa nacional. Todos hemos visto, además, la entrega con que los soldados,
marinos y aviadores, y también Carabineros, han reaccionado luego de las
catástrofes que hemos debido afrontar. He instruido a los ministros
correspondientes para que trabajen con las Fuerzas Armas, para la incorporación
de nuevos estándares de transparencia y rendición de cuentas en la gestión de
los recursos de la Defensa Nacional. Porque los chilenos piden transparencia en
todos los ámbitos de la vida nacional. 6. Nueva democracia, mejores reglas
Ciudadanos y ciudadanas, He querido mostrar logros que servirán de base para
que aprovechemos, al fin, la oportunidad de alcanzar el desarrollo para todos.
Pero ninguna de las transformaciones que hemos puesto en marcha tendrá el
efecto que buscamos si descansan sobre instituciones y liderazgos con pies de
barro. Ningún avance podrá consolidarse si persiste el divorcio entre las
élites y la ciudadanía. Estoy consciente que las prácticas de muchos líderes,
del mundo político y del mundo privado, inspiran desconfianza. Se trata de un
reto mayor para Chile. Con toda franqueza, mayor incluso de lo que se apreciaba
hace dos años. No tomamos el camino del inmovilismo. Le he dedicado
personalmente una atención especial, poniendo todas las fuerzas de mi gobierno
en crear nuevas reglas para nuestra convivencia. En primer lugar, la confianza
y el vínculo de las elites con la sociedad se recupera escuchando las demandas
y reconociendo la diversidad de nuestra sociedad. Se recupera abriendo espacios
efectivos de participación a los que son, en definitiva, los soberanos de
nuestra democracia.
Los
ciudadanos piden reconocimiento a sus esfuerzos, capacidades y libertades.
Piden respeto a sus culturas, a sus identidades y a las opciones de vida que
elijan. Chile es una nación multicultural. Debemos reconocimiento a los pueblos
indígenas, no sólo como individuos con necesidades propias, sino como cultura y
organizaciones. La nueva institucionalidad, en cuya elaboración participaron
activamente representantes de los pueblos Aymara, Quechua, Atacameño, Diaguita,
Colla, RapaNui, Mapuche, Kawashkar y Yagán, es un paso para saldar la deuda con
ellos e incorporarlos plenamente a un desarrollo común. Reconocer nuestra
diversidad supone también fortalecer las libertades personales para que cada
persona viva, ame y se exprese sin temores ni prejuicios. Estoy orgullosa de
haber promulgado el Acuerdo de Unión Civil. Al día de hoy más de 5 mil parejas
tienen la tranquilidad de saber que no sólo tienen un hogar y una familia
reconocida y protegida por la ley, sino que también pueden proyectar sus
afectos hacia el futuro, con protección patrimonial y hereditaria. Este año
creamos además el Consejo Nacional de Participación Ciudadana y Fortalecimiento
de la Sociedad Civil, porque es necesario expresar la diversidad que forma
nuestra comunidad. Y hacia el mismo objetivo apuntan las políticas de
participación juvenil y de red de voluntarios que impulsa el Instituto Nacional
de la Juventud. Es fundamental que la representación parlamentaria refleje bien
la realidad de nuestra sociedad. Al fin dimos el paso que tuvo que esperar 25
años: eliminamos el sistema binominal y lo sustituimos por un sistema electoral
más proporcional. Hemos devuelto el poder al voto de los ciudadanos. No es la
única falencia democrática que estamos enfrentando. En Chile, sólo un 15,8% de
los integrantes del Congreso Nacional son mujeres. Gracias a la reforma al
sistema electoral, al menos un 40 por ciento de las candidaturas parlamentarias
tendrán que corresponder a mujeres. Tomará tiempo dejar atrás prejuicios
profundamente culturales arraigados, pero tenemos el deber de dar el ejemplo
desde la política. Descentralizar efectivamente el país es otro de nuestros
imperativos y por eso hemos insistido en dar mayor poder a los territorios.
Hemos avanzado y ya se ha aprobado la Ley de Plantas Municipales y se encuentra
avanzada la tramitación del proyecto de ley de transferencia de competencias a
los gobierno regionales.
Una
vez despachado, ingresaremos el proyecto de ley de Responsabilidad Fiscal
Regional con el que aumentaremos la autonomía de los gobiernos regionales en
materia de administración financiera, sin poner en riesgo la estabilidad
fiscal. También debemos avanzar más para construir una verdadera democracia
regional y para ello es fundamental aprobar la elección directa del Ejecutivo Regional.
El proyecto de reforma constitucional que establece su elección directa ha sido
aprobado en general en el Senado y confío en que despachará prontamente el
proyecto a la Cámara de Diputados para que efectivamente se pueda realizar la
elección popular de la autoridad regional el año 2017. (PAUSA DE SILENCIO)
En
segundo lugar, los líderes recuperan la confianza de los ciudadanos cuando son
enfáticos en rechazar la corrupción, las malas prácticas y, en particular,
cuando ciñen su comportamiento a los más altos estándares éticos. La ciudadanía
ha conocido hechos graves y no podemos minimizarlos con la excusa de que todos
lo hacían. La justicia debe hacer su trabajo. Pero tenemos el deber de actuar
para crear nuevas reglas del juego para la política y los negocios.
¡Pongámonos, de una buena vez, a la altura de nuestros ciudadanos y de nuestras
obligaciones democráticas! Hemos ejecutado parte importante de nuestra Agenda
de Probidad y Transparencia, nacida escuchando a la sociedad civil, a través de
las propuestas elaboradas por la Comisión Engel. Ya son realidad leyes y reglas
administrativas que apuntan al corazón de las malas prácticas. Todas las
medidas administrativas de la Agenda están implementadas, 17 proyectos de ley
ya están ingresados en el parlamento, y siete de ellos ya han sido aprobados.
Nuestras iniciativas contra la corrupción no son palabras al viento, esto va en
serio. Primero, enfrentamos la corrupción con la ley de probidad en la función
pública, que eleva las exigencias y los controles de transparencia para los
funcionarios públicos. Esto incluye a las autoridades como senadores y
diputados, el Contralor General y por supuesto, el Presidente o Presidenta de
la República. Al Estado deben venir los mejores y deben venir a servir, no a
obtener privilegios. Segundo, hemos hecho más fuerte a nuestra democracia
eliminando el poder del dinero en las decisiones políticas, prohibiendo el
aporte de las empresas, poniendo límites al gasto electoral y sancionando fuertemente a
quienes infrinjan las normas sobre financiamiento, lo que incluye la pérdida
del cargo para los infractores. Hemos hecho a los partidos más democráticos y
transparentes, para que toda la ciudadanía y no sólo los adherentes puedan
conocer, por ejemplo, sus estatutos y balances. Además, dimos mayores
capacidades al Servicio Electoral, para asegurar que este nuevo marco legal sea
efectivamente respetado. Con estos cambios lo que estamos haciendo es poner en
el centro de la actividad política el debate de ideas y no el despliegue publicitario.
Además, están en tramitación proyectos que refuerzan los controles y endurecen
las sanciones a las malas prácticas y corrupción en los negocios. Propusimos
que se castigue el delito de corrupción, tráfico de influencias y soborno entre
privados, junto con la creación de la Comisión de Valores y Seguros para
supervisar con rigor las transacciones en dinero. Ya se encuentra listo para
ser votado por la sala del Senado el proyecto de ley que sanciona penalmente la
colusión y da más atribuciones a la Fiscalía Nacional Económica para ejercer
sus funciones. Con su aprobación podremos responder con mayor fuerza a delitos
e infracciones que traicionan la fe pública, la responsabilidad empresarial y
causan un gran daño al presupuesto de nuestras familias. No podemos permitir
que se perjudique a los consumidores, sea con el precio de los pollos o con el
valor de los instrumentos financieros, porque con eso se está afectando la
confianza de los ciudadanos en el funcionamiento de la democracia y del mercado
mismo. Quiero agradecer a todos los parlamentarios el haber aprobado, con apoyo
transversal, proyectos tan importantes. Lo entiendo como una prueba de que
nuestros dirigentes políticos están escuchando a los ciudadanos. (PAUSA DE
SILENCIO)
En
tercer lugar, para reconstruir confianzas y certezas, necesitamos reglas de
convivencia basadas en valores compartidos. La promoción y defensa de los
Derechos Humanos es uno de los consensos más potentes de nuestra sociedad. Con
la nueva Subsecretaría, los derechos humanos tendrán un lugar transversal en
las políticas públicas y en nuestra cultura. Estamos realizando las
adecuaciones normativas, administrativas, presupuestarias y de infraestructura
para que la Subsecretaría pueda empezar a operar este año.
Al
mismo tiempo, hemos avanzado en el cumplimiento de nuestro compromiso en los
proyectos de tipificación del delito de tortura y la imprescriptibilidad e
inamnistiabilidad de los delitos de lesa humanidad. Pero nuestra convivencia
necesita además contar con una Constitución moderna, actualizada y reconocida
por todos como propia. Esto es lo que quiere la inmensa mayoría de chilenas y
chilenos. Una Constitución que rescate lo que hemos aprendido a lo largo de
nuestra historia, pero que no sirva de freno a los cambios, sino de impulso
para enfrentar juntos los desafíos del futuro. El país ha cambiado.
Afortunadamente, el Chile de hoy no es el de 1980. En la historia no siempre se
presentan oportunidades como esta, en que nuestra ley fundamental puede ser
elaborada serenamente en democracia y donde los ciudadanos pueden participar
libremente con sus ideas y velar porque ellas se expresen en su Carta Magna.
Hoy pienso en los jóvenes y en la oportunidad que tienen de construir el país
en el que quieren vivir. Una oportunidad por la que tantos tuvimos que esperar
toda una vida. Hemos hecho a nuestros compatriotas una invitación a participar
en un Proceso Constituyente y estamos dando las garantías de que será
transparente y sin manipulaciones. El Consejo Ciudadano de Observadores ha
velado por que así sea y los pueblos indígenas tienen además una consulta
específica. Los chilenos y chilenas están participando: hasta ayer 30.478
personas ya habían dado su opinión en las consultas individuales y 3.274
encuentros locales habían sido inscritos, lo que significa movilizar a
aproximadamente 60 mil personas. Estos números seguirán subiendo, porque es
cada vez más amplio el consenso de que participar es una oportunidad histórica
que hay que tomar. Quien se margina no sólo se queda abajo del carro de la
historia chilena, sino que le resta valor a sus ideas. La democracia chilena no
es inmune a la fatiga ni a las malas prácticas, pero hemos mostrado que tenemos
las herramientas para rediseñar las instituciones, ponerlas a tono con los tiempos,
hacerlas más transparentes y representativas, y poner atajo a quienes quieren
hacer trampa. Hemos demostrado entre todos, que está naciendo una nueva
democracia para el nuevo Chile.
Conciudadanos
de mi Patria, La historia de Chile es la de una nación de gente esforzada y de
líderes con coraje, que han enfrentado juntos, una y otra vez, los desafíos que
tienen por delante. Esa es la historia que va desde la independencia hasta hoy.
A pesar de las dificultades y algunos dolorosos retrocesos, la nuestra es una
historia de triunfos y avances. Por eso hemos llegado hasta aquí siendo un buen
país, democrático y a las puertas del desarrollo para todos. Por eso amamos
Chile y estamos orgullosos de él. Porque lo construimos juntos. Hoy nuestra
historia enfrenta un nuevo reto y han sido, una vez más, los ciudadanos y
ciudadanas los responsables de poner en movimiento nuestro presente. Aspiran a
un Chile mejor, con bienestar y derechos para todos, con una economía potente y
equitativa, con democracia participativa y una política limpia. Saben que el
momento es ahora, que Chile puede, y que las oportunidades no se dan dos veces.
No van a permitir que se frustren sus esperanzas. La ciudadanía espera de
nosotros que conduzcamos esta tarea y la hemos asumido con plena convicción,
porque compartimos la visión de un Chile más justo y próspero. Lo que ayer
muchos creían imposible o improbable, hoy entre todos lo estamos haciendo
realidad. Antes las mayorías se sentían excluidas de las decisiones del país;
hoy las cosas se hacen con la gente. Chile es hoy más participativo. Antes la
buena educación era para unos pocos; hoy hemos abierto la puerta de la buena
educación para todos. Ha comenzado la gratuidad, ha avanzado la calidad. Antes
quienes hacían opciones de vida distintas a las tradicionales, tenían que
esconderlas. Hoy reconocemos y valoramos la diversidad de las formas de amar y
de convivir. Las apoyamos como sociedad y las apoyamos con la fuerza de la ley.
La indignación frente a la corrupción y los abusos de algunos empañaba tanto
nuestra democracia como los negocios. Por fin les estamos poniendo atajo. El
que atente contra la confianza pública recibirá castigo severo. Y después de
tanto tiempo de sentirla ajena, tendremos una mejor Constitución, hecha por
todos y buena para todos. Estos avances son un triunfo de Chile. Han ganado las
mujeres y los hombres de Chile. Han ganado los niños y niñas. Los jóvenes de
Chile. Levantamos la frente una vez más y nos ponemos a la altura de nuestra
historia. Chile, ustedes lo saben, no se construyó de la noche a la mañana.
Tenemos una historia de quiebres y rupturas. Una historia de catástrofes
devastadoras. Pero siempre, en cada oportunidad, nos volvemos a levantar.
Encontramos un camino. Con trabajo, con esfuerzo, con voluntad. Tenemos un
enorme potencial. Y ese potencial no está en nuestra geografía, en nuestros
recursos naturales, en nuestra situación expectante frente al mundo global.
Está en nuestra gente. En nuestras mujeres, en nuestros estudiantes, en
nuestros adultos mayores, en nuestros trabajadores, en nuestros emprendedores.
Ellos son nuestra mayor, nuestra mejor riqueza. Aún queda mucho por andar.
Tenemos grandes tareas por concluir y otras que aún debemos empezar. El tiempo
que viene será de esfuerzo y nuevas pruebas. Pero ahora sabemos que podemos.
Confiemos en Chile, confiemos en nosotros mismos. Sigamos avanzando juntos. No
dejemos a nadie fuera, porque todos tienen algo que aportar en la construcción
de la casa común. Los invito a que hagamos juntos la historia. Con diálogo, con
respeto, como el país de hermanos que somos. Porque nuestro presente es mejor,
hagamos posible el futuro que siempre hemos buscado.
Muchas
gracias.
¡Viva
Chile!
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